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Encontrar a los culpables

  • ¿Me dices que tengo droga en mi sistema? Y en el caso de Priscila ¿es lo mismo?
  • Así es Alan, alguien debió darles esa droga en alguna bebida, bueno tú me comentaste que te sentiste raro con el ultimo trago de whisky.
  • Claro, yo llevaba algún rato tomando con Marcos, pero no me sentía de esa manera como lo fue con el último que me tomé.
  • Alguien quería causarte daño, pues esa droga es la que aumenta el lívido, es como si te hiciera convertir en un animal. Y quizá no hayas sido gentil con la persona con la que estuviste.
  • ¿Crees que le haya causado daño a Priscila?
  • Por las manchas de sangre en la sabana, podría decirse que quizás si, a menos que esas manchas hubieran sido a causa de que ella era virgen. Cuando despierte podremos saber y adicionalmente hacerle algunas revisiones, para eso llame a una de mis amigas ginecólogas para que se encarguen de eso.
  • Muchas gracias Dimitri, eres un gran amigo. Ahora me queda averiguar quién y porque me pusieron aquella droga.

Ahora que recuerdo un poco, vi a la arpía de Tamara en el mismo club y también al bueno para nada de Gustavo. En el caso de Tamara puedo pensar infinidades de cosas, pero en cuestión de Gustavo no sabría ni que pensar porque simplemente él y yo nunca hemos tenido inconvenientes más que lo que él le causo a mi hermano.

  • Marcos necesito que me ayudes a obtener las grabaciones de seguridad de anoche del club al que fuimos.
  • Hermano en una hora estarán los videos en tu oficina déjamelo a mí.
  • Gracias Marcos.

Como era de esperarse al cabo de una hora efectivamente los videos de seguridad estaban siendo reproducidos en mi computador, en ellos aparecía Priscila bailando, y luego aparece la chica que recuerdo que me sirvió el ultimo trago, y para mi sorpresa está hablando con Tamara y esta le entrega algo que la chica guarda en su bolsillo, se la ve acercándose a servirme el vaso de whisky y sale de allí, luego la misma chica va hacia la barra y le da una soda a Priscila, después de eso desaparece, pero minutos más tarde ella sale de la mano de Gustavo.

Todo se vuelve más confuso, ¿por qué nos drogaron a ambos? ¿O mejor dicho porque Gustavo querría hacerle daño a Priscila?

Después de ver las evidencias saque una foto de la chica que nos sirvió las bebidas en el club, no quiero hacer algún tipo de escándalo, me acerque al dueño del club y pregunte por la muchacha y me dijo que era una joven nueva que llego a trabajar allí, que era emigrante y que fue recomendada por un amigo de él que se llama Gustavo Giler.

Explique la razón por la cual yo la andaba buscando y le mostré las pruebas, él me dio la idea de que mejor la enfrentara directamente a ella y que él no la pondría en sobre aviso,  le dije que exactamente haría pues no entendía las razones por las cuales había hecho semejante atrocidad, además le comente que mi asistente estaba en la clínica a causa de la bebida que dicha señorita le había dado, él se preocupó pues no deseaba que el nombre de su club se viera manchado, que el colaboraría en lo que se estuviera investigando.

Regrese a la clínica inmediatamente, quería ver como seguía Priscila y para mi sorpresa ya había despertado.

  • Hola Srta. Méndez buenos días.
  • Stane, buenos días
  • Quería saber cómo se siente.
  • La verdad que me siento con el cuerpo adolorido y muy cansada.
  • Hay algunas cosas de las cuales debemos hablar, pero espero a que este mejor para tener esa conversación, ¿le parece bien?
  • Si, me parece bien

No quería hacerla sentir peor de lo que ya estaba, además que necesitaba salir de esa habitación, solo verla enrojecer sus mejillas me estaba causando una gran erección, mi cuerpo se adaptó perfectamente a ella y creo que desde hoy la reclama como suya.

Priscila

Despertar en una clínica con una vía puesta en el brazo no es algo que esperaba en mi fin de semana, después de mi desmayo cuando vi el escultural cuerpo desnudo de mi jefe. He escuchado al doctor que dice que aun debo permanecer un día más aquí pues debe salir toda la sustancia de mi cuerpo, aun no se a que se refieren, pero en el momento que vuelva a entrar le preguntare.

Mi guapo jefe me dijo que tenemos algunas cosas de las cuales hablar, espero que no sea para despedirme por amanecer en su cama, lo que aún no me queda la menor duda es que debió ser una noche hermosa pues el dolor en mi entrepierna me lo hace saber, ahora que caigo en cuenta que perdí mi virginidad con un adonis como lo es Alan Stane.

Ya he podido comer y levantarme al baño, y de paso darme una ducha una vez más constate que debió ser una noche muuuuy intensa pues aún tengo hinchada mi “cosita”. Espero que nos hayamos cuidado, aunque he leído que es muy poco probable que haya embarazos en la primera relación sexual, esperemos que sea cierto porque si no lo es no sé qué haré al respecto.

Sentí que se abrió la puerta y pensé que era mi jefe papucho el que entraba y pues que creen no, era la bestia de Gustavo.

  • ¿Qué vienes a hacer aquí?
  • Pris, por lo que veo tu jefecito te aprecia mucho, mira que traerte a la clínica de su familia no es cualquier cosa.
  • Eso no es de tu incumbencia, solo espero que tu no hayas tenido nada que ver con lo que me paso anoche.
  • Pues que crees querida no te lo negare, la idea era que vinieras a mí y te entregaras como una corderita y yo rompiera ese coñito que ha de ser muy delicioso.
  • Cállate animal, sabes que yo no estaría contigo por nada del mundo.
  • No cantes victoria que pronto te tendré a mis pies chupándomela y rogándome que te haga mía.
  • Ni en tus mejores sueños animal.
  • Pues en mis sueños te he comido de diferentes maneras querida, ahora que si quieres te digo para que te hagas una idea.
  • Lárgate de aquí no quiero seguir escuchándote.
  • Te dije que me escucharas y no quisiste. No me diste la oportunidad por las buenas pues atente a las consecuencias. Pronto te tendré en mi cama penetrándote por todos lados las veces que sean posibles.
  • ¿Me estás amenazando?
  • No es una amenaza querida, es una promesa. La promesa de que pronto serás mía otra vez, pero completamente y ya veraz que te gustara muchísimo tanto que no querrás que deje de hacértelo.
  • Sal de aquí, fuera de mi vista.
  • Por ahora querida, por ahora.

Se dio la vuelta para salir, pero antes metió su mano de manera rápida en mi entrepierna dándome un peñizco, yo lo único que pude hacer fue llorar, llorar de pensar qué tipo de persona es Gustavo y que yo creí que conocía, ahora no sé qué haré, si fue capaz de entrar aquí a decirme ese montón de cosas es muy capaz de cumplir con su amenaza y me aterraba esa idea.

Momentos después entro mi querido jefe, me vio con los ojos rojos y sentí por un momento que se preocupó por mí:

  • Méndez, le iba a preguntar cómo estaba, pero al parecer no está nada bien aún.
  • No se preocupe Sr. Stane, solo eran unas cosas que me tienen triste, pero ya pasará.
  • Espero que eso no la siga poniendo triste.

No sabía si debía decirle a mi jefe toda la sarta de sandeces que me había dicho en animal de Gustavo, quizá él podría ayudarme a pensar que hacer al respecto. Estaba demasiado asustada por la situación y eso me tenía tensa y sin pensar de forma clara.

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