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Un día a la vez...

Alan

Han pasado cinco semanas desde que paso lo del club, no he salido con Marcos desde aquella vez, la conversación con el papá de Tamara se dio y eso produjo que canceláramos algunos negocios en común, pues como todo padre consentidor no creía lo que su hija había hecho, lo irónico es que tenía todas las pruebas frente a él.

Igual interpuse una demanda por haberme drogado y mi abogado consiguió una orden para mantenerla lejos de mí. Su papá pago una gran cantidad de dinero para que su hija no fuera a la cárcel, ahora según me informaron se encuentra en Latinoamérica modelando en una agencia importante, aunque con personas como ella nunca se sabe.

En la oficina las cosas están tranquilas, aunque he notado a Priscila un poco más pálida de lo normal, no quiero imaginar que Gustavo se le haya acercado y que la siga amenazando o lo que es peor haya conseguido dar con ella y le haya hecho algo, ella es muy hermética y no habla mucho, ya ni siquiera le veo conversar con las chicas de la oficina, espero que lo que sea que le esté pasando no sea nada malo.

Aún tengo en mente conquistarla, con todo lo que paso no he tenido tiempo de sentarme a planear como hacerlo, pero sé que se me ocurrirán las mejores ideas, o al menos eso es lo que deseo.

Priscila

Las cosas en mi vida parecían estarse acomodando, ya hace cinco semanas que paso lo del club, y sentía que todo estaba aparentemente bien y tranquilo, pero como siempre algo me tenía que pasar, desde hace unos días acá para ser exactos hace una semana me vengo sintiendo muy mal, he tenido nauseas matutinas y siento muchos mareos aunando el hecho de que me he quedado dormida en la oficina algunas veces, gracias a Dios nadie lo ha notado o al menos eso es lo que yo creo.

Si sigo de la misma manera durante los próximos días iré a visitar al médico, pues literalmente yo he sido una persona sana sin mayor inconveniente que no sea una gripe y por el cambio climático, solo espero no tener nada malo, porque ahora que vivo sola sería peor para mí pues si se suscita una emergencia no tendría quien me ayude.

…………………………………

  • Méndez por favor venga a mi oficina y tráigame los contratos pendientes.
  • Enseguida se los llevo señor.

Me dirigí a la oficina del jefe, pero para mí mala suerte los mareos volvieron y con un poco más de fuerza, pues al tocar la puerta y recibir la respuesta de que entrara, justo después de abrir la puerta y empezar a entrar, me tambaleé y caí desmayada.

Alan

Llame a Priscila pues tenía trabajo pendiente y entre lo que tenía que hacer estaba firmar los contratos de los nuevos trabajos, ella como mi asistente estaba al pendiente de todo pues ese era su trabajo, me preocupe que al entrar a la oficina note que ella se había quedado dormida en su escritorio, creo que está enferma y si eso pasa de verdad que me pondría todo de cabeza.

Al notar que tocaba la puerta le dije de inmediato que pasara, pero cuando alce mi vista y note que se disponía a entrar, vi como de pronto se desplomo en la puerta, eso fue algo tan desesperante para mí, tome el teléfono enseguida y llame a una ambulancia para que la atendieran de inmediato.

Los paramédicos le dieron los primeros auxilios y prosiguieron a trasladarla a una de las clínicas cercanas, yo fui con ellos, durante la salida llamé a Marcos para que estuviera al pendiente de la oficina y de las llamadas.

Ya en la clínica, y sin reaccionar aun ingresaron a Priscila al área de emergencia, como yo era uno de los principales accionistas me dieron el pase sin problemas, la doctora que la estaba atendiendo me hizo algunas preguntas, pero yo solo le pude decir lo que ocurrió segundos antes de que se desmayara y que había notado durante algunos días su cambio en el semblante.

  • ¿La paciente es casada? – dice la Doctora
  • Que yo sepa es soltera
  • ¿y usted es?
  • Soy su jefe, y la traje de inmediato pues fue al entrar en mi oficina que ocurrió el percance.
  • Procederemos a tomar algunas muestras de sangre y haremos todos los análisis pertinentes.
  • Está muy bien, yo estaré al pendiente pues si necesitan algo para ella me pueden informar.
  • Así lo haremos señor Stane.

Me sentía nervioso, ansioso y con muchos deseos de que todo saliera bien y que su descompensación no fuera por algo grave sino más bien por algo tratable o quizá porque no había ingerido alimentos o algo así.

Camine hacia la cafetería a tomarme un té de hierbas para tranquilizar los nervios, ya hace una semana atrás que no soporto el olor del café, no sé porque de pronto debe ser porque hace unos días estuve con vómitos y asumo que los mismos fueron porque me cayó mal algo que comí el día anterior.

Camino hacia la puerta de la habitación donde se encuentra Priscila, veo que una doctora está entrando con una carpeta imagino que ya despertó y desean hablar con ella, me quedé en la parte de afuera pues no quería que pensara que era un entrometido, en mi bolsillo tenía el móvil de ella, el que de pronto no paraba de sonar por los mensajes que estaban llegando, me pudo la curiosidad y leí los últimos que le llegaron.

10:00am Tía bella: hija ¿cómo van los síntomas?

10:05am Tía bella: “¿nena, te hiciste la prueba de embarazo que me dijiste que te harías?”

10:10am Tía bella: por favor contéstame.

Quede en shock con esos mensajes, así que decidí acercarme a la puerta de la habitación con la intención de entrar, pero antes de hacerlo escuche algo que me hizo parar en seco.

Felicidades Srta. Méndez, está usted esperando un bebe, tiene cinco semanas de embarazo”.

Las cosas ahora estaban más claras, ese era exactamente el tiempo que teníamos de haber estado juntos íntimamente, lo que certificaba que yo era el papá del bebe que Priscila esperaba, no puedo dejarla sola durante este proceso. Tomé impulso y abrí la puerta de la habitación para encontrarme a una Priscila en un mar de lágrimas y a la Doctora con cara de preocupación.

  • ¿Está bien Srta. Méndez?
  • No lo sé.
  • Creo que mejor los dejo para que puedan hablar – dice la Doctora.

Priscila no dejaba de llorar, durante todas las semanas que llevaba trabajando para mí, siempre había visto a una mujer segura y decidida, que no le daba pena decir las cosas a quien debiera decírselas y sin perder la compostura, verla ahora en ese estado de vulnerabilidad me causaba tristeza a mí también, además que si ella estaba mal por ende mi hijo también lo estaría. “mi hijo, que bonito suena decirlo”.

No sabía qué hacer para ayudarla, así que decidí abrazarla, ella al principio estaba con duda en si debía corresponder, pero al final lo termino haciendo, así pues, nos fundimos en un gran abrazo. Ella sin más me entrego los resultados que le había llevado la doctora. Yo por mi parte no tenía ningún tipo de duda, pues ella había llegado a mi siendo virgen, razón por la que tengo la plena seguridad de que ese bebe es mío.  

Sin más que pensar, tomé su barbilla con mi mano y le di un beso sobre sus labios y le dije “estamos juntos en esto”, ya tendremos tiempo de hablar de este tema, no te aflijas.

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