Capítulo 3
El Sr. Martínez se encontraba sentado en su escritorio revisando algunas tareas y organizando los materiales para su primera clase de literatura en el nuevo año escolar. Este era un día emocionante para él; siempre había creído que la literatura tenía el poder de transformar vidas, y estaba ansioso por compartir esa pasión con sus nuevos alumnos. Sin embargo, había algo más en su mente que rondaba sin cesar y era la responsabilidad que conllevaba ser un buen profesor para poder transmitir el deseo de inspirar a sus estudiantes sin que perdieran el interés.
Cuando la campana sonó, los estudiantes comenzaron a entrar al aula. El Sr. Martínez observó a cada uno de ellos con atención, tratando de captar sus personalidades a través de sus expresiones y actitudes. La gran mayoría de los chicos hablaban entre sí, riendo y bromeando de cosas sin sentido, pero fue en ese momento que Clara entró en la sala. Una chica nueva como los demás, pero en ella había algo especial.
Desde el primer instante, el Sr. Martínez sintió que algo era diferente a cualquier estudiante que hubiese conocido antes. No sabía su nombre, pero Clara tenía una energía especial que iluminaba el aula. Su cabello castaño caía en suaves ondas sobre sus hombros, y sus ojos brillaban con curiosidad. A pesar de que era solo una estudiante más como los otros, había algo en su porte y en la forma en que miraba a su alrededor que capturó su atención.
Cuando Clara se sentó en su pupitre, el Sr. Martínez notó como su mirada se centraba en él con una mezcla de admiración y nerviosismo. Era evidente que estaba emocionada por la clase, y eso lo motivó aún más. Se dio cuenta de que Clara no era solo una estudiante más, se había corregido el mismo; había algo en ella que prometía un gran potencial y desde el fondo de su corazón sintió que algo ahora era diferente.
A medida que comenzó la clase, el Sr. Martínez se sintió inspirado por la forma en que Clara participaba. Su voz era armoniosa y segura, y sus comentarios mostraban una comprensión profunda de los temas que discutían. Cada vez que él hacía una pregunta, Clara levantaba la mano con entusiasmo, ansiosa por compartir sus ideas. Esa pasión era contagiosa, y el resto de la clase comenzó a involucrarse más.
Sin embargo, lo que realmente sorprendió al Sr. Martínez fue la conexión que sentía con Clara con solo verla a los ojos. Era como si, a través de sus palabras, él pudiera ver su amor por la literatura y su deseo de aprender, pero aún así, sentía que había algo más profundo. En un momento cuando él mencionó a Gabriel García Márquez, Clara sonrió de una manera que lo hizo sentir que había tocado una fibra sensible en ella. Esa sonrisa, llena de admiración y entusiasmo, quedó grabada en su mente.
Al final de la clase, mientras los estudiantes se dispersaban para salir del gran salón, el Sr. Martínez se sintió satisfecho. Había logrado captar la atención de sus alumnos, pero su mente seguía volviendo a Clara. Se preguntaba si ella siempre había sido así de apasionada o si era algo que había despertado en ese momento. La forma en que se había expresado, su curiosidad y su deseo de aprender lo habían dejado impresionado.
Mientras recogía sus cosas, el Sr. Martínez no pudo evitar pensar en como podría ayudar a Clara a desarrollar su talento a profundidad. Sabía que debía ser cuidadoso, ya que la línea entre ser un buen profesor y cruzar límites personales era muy delgada. Sin embargo, no podía ignorar la conexión que sentía con ella. Era un desafío, algo prohibido por la política de la escuela, pero también era una oportunidad para guiar a una estudiante que parecía destinada a hacer grandes cosas.
Con una sonrisa en el rostro, el Sr. Martínez se prometió a sí mismo que haría todo lo posible para inspirar a Clara y a sus otros alumnos. Sabía que la literatura podía abrir puertas, y estaba decidido a ser el puente que los llevara a un mundo lleno de posibilidades. Aunque sinceramente, el único mundo que estaba dispuesto a fabricar era uno que lo mantuviera cerca de su alumna.
Capítulo 4El día siguiente llegó con una mezcla de nervios y emoción para Clara, se sentía eufórica. Había pasado la noche revisando su carta una y otra vez, asegurándose de que cada palabra reflejara sus sentimientos y su admiración por el Sr. Martínez, pero que también se aseguraba de que sus palabras fueran las correctas para dirigirse a él. La idea de entregársela la llenaba de ansiedad, pero también de una extraña emoción que no podía ignorar. Era un pequeño paso, pero para ella significaba mucho si se ponía a analizar todos los sentimientos que había experimentado en las últimas horas.Cuando llegó a la escuela su corazón latía con fuerza dentro de su pecho. Sin embargo, se dirigió a su aula, donde el Sr. Martínez ya estaba organizando su material de clases como el día anterior y de inmediato ella se detuvo en la puerta antes de entrar. Solo se dedicó a observarlo por un momento, descubriendo así algunas expresiones que hacía con su rostro al estar concentrado y las mismas lo h
Capítulo 5:Después de la emocionante entrega de su carta al Sr. Martínez, Clara se sentía más segura de sí misma, ahora sabía que era capaz de hacer muchas cosas. La conexión que había establecido con su profesor le había dado un impulso de confianza y estaba lista para abrirse a nuevas experiencias. Sin embargo, había algo más que la inquietaba y eso era su falta de amigos en su nueva clase. Antes ella asistía a otra preparatoria en donde tampoco tenía amigos y al cambiarse a esta ni siquiera había hecho el invento por hacer algunos en su primer día.El tiempo comenzó a pasar y durante los primeros días de clases había observado a sus compañeros interactuar entre ellos, riendo sin cesar y compartiendo anécdotas de cosas que hacían en su vida diaria. Clara, aunque disfrutaba de su tiempo a solas y de la literatura, en secreto anhelaba tener un grupo de amigos con quienes compartir sus pensamientos y pasiones. Así que, decidida a dar el primer paso se propuso acercarse a algunos de su
Capítulo 6Era un día lluvioso y gris cuando Clara decidió que era el momento perfecto para visitar la biblioteca. Tenía que investigar más sobre Gabriel García Márquez para su proyecto escolar y, además, quería disfrutar de un poco de tranquilidad entre las estanterías llenas de libros. La biblioteca siempre había sido su refugio, un lugar donde podía perderse en historias y encontrar consuelo en las palabras. También se enamoraba de sus protagonista literarios y sentía que vivía en carne propia cada una de esas historias.Al entrar al lugar el aroma a papel y tinta la envolvió, y Clara se sintió en casa una vez más. Así que se dirigió a la sección de literatura latinoamericana, buscando los libros de García Márquez. Mientras hojeaba las páginas de "Cien años de soledad", sintió que alguien se acercaba a ella. Así que al levantar la vista, se sorprendió al ver al Sr. Martínez, o mejor dicho, Kevin, como él le había pedido que lo llamara, ya que ambos estaban en el mismo lugar.—Hola
Capítulo 7El fin de semana llegó, y Kevin decidió que era el momento perfecto para visitar a su madre después de haberla dejado sola por tanto tiempo. Había estado pensando en ella durante toda la semana, especialmente después del encuentro tan intenso que había tenido con Clara en la biblioteca hace unos días.Su madre siempre había sido su confidente más fiel, la persona a la que acudía cuando necesitaba claridad en momentos de confusión y hasta el momento, jamás se había arrepentido de hacerlo. Ella siempre sabia que decir y lo aconsejaba de manera consiente para que pudiera despejar su mente.Al llegar a la casa de su madre fue recibido con un cálido abrazo por parte de ella, la cual lo hizo pasar de inmediato al estar contenta con su visita. Al entrar la casa olía a galletas recién horneadas, y el ambiente era acogedor tal cual lo recordaba. Su madre, una mujer de espíritu fuerte y sabiduría profunda, lo miró con una sonrisa sabiendo en secreto que algo perturba la tranquilidad
Capítulo 8El fin de semana llegó, y Clara se despertó con una sensación extraña en el estómago. La intensidad del encuentro con Kevin en la biblioteca seguía presente en su mente y aunque había intentado distraerse para no pensar en eso, no podía evitar pensar en lo que había sucedido. Su madre, siempre perceptiva notó que algo no estaba bien con ella y trato de hablarle para saber qué ocurría.—Clara ¿Estás bien? Pareces un poco distante. Últimamente te la pasas en las nubes y quisiera saber si hay algo que tengas que contarme —preguntó su madre mientras preparaba el desayuno.Clara sonrió, pero la sonrisa no llegó a sus ojos como de costumbre. No quería preocupar a su madre con lo sucedido, ni tampoco estaba dispuesta a abrir la puerta a una conversación que no estaba lista para tener. Así que, con un ligero suspiro decidió ocultar sus sentimientos y tal vez dar una justificación tonta como las que siempre acostumbrada a darle.—Estoy bien, mamá, es solo estoy un poco cansada por u
Capítulo 9El lunes llegó con una mezcla de nervios y emoción para Clara. Después de un fin de semana lleno de reflexiones y momentos con sus amigas, estaba lista para enfrentar la semana escolar. La clase de matemáticas con la profesora Cassandra había sido un desafío extremo para ella, pero Clara se sentía satisfecha al haberlo superado sin que la bruja de cabello blanco la tomara contra ella.Al salir del aula se dirigió de inmediato hacia su casillero para recoger sus cosas de literatura y mientras giraba en la esquina del pasillo, notó a un chico que si mal no recordar se llamaba Rayan. Este era un chico de su clase que siempre había sido un poco atrevido con ella, pero la solución para no desesperarse era siempre ignorarlo.Cuando Rayan se acercó a ella con una sonrisa que, aunque parecía encantadora hizo que Clara se sintiera un poco incómoda. Agarró su libros con fuerza pegándolos a su pecho, esperando cualquier cosa que pudiera venir de aquel personaje.— ¡Hey, Clara! — dijo
Capítulo 10Clara se quedó parada en medio del pasillo, sintiendo que el aire se volvía denso a su alrededor. La tensión entre Kevin y Rayan había sido palpable, quedó muy agotadora para ella, y aunque había intentado calmar la situación, no pudo evitar sentirse incómoda. Kevin, en lugar de explicarse o despedirse de ella solo se había alejado sin decir una palabra, dejándola completamente sola y confundida con mil cosas en la cabeza.Mientras los estudiantes se dispersaban Clara sintió que su corazón en algún momento dejaría de latir. No entendía por qué Kevin había reaccionado de esa manera por más vueltas que le daba en su cabeza y buscaba una explicación razonable ¿Acaso estaba celoso? ¿Podría haber sido esa la razón? No estaba del todo segura.La simple idea la inquietaba mucho, pero también la intrigaba impulsándola a conocer la verdad. Había algo en su mirada que había sugerido más de lo que las palabras podían expresar y eso el nombre como él era sumamente interesante.Después
Capítulo 11Esa noche Clara no pudo dejar de pensar en la conversación que había tenido con Kevin. La mezcla de emociones que sentía la mantenía despierta y sabía que necesitaba hablar con alguien sobre lo que había sucedido. Así que decidió llamar a sus amigas, quienes se habían convertido en sus fieles confidentes, más ahora que iba a entablar una relación más íntima con su querido profesor.Clara se sentó en su cama de inmediato con el teléfono en la mano, y marcó el número de Valeria. Era el primero que tenía en favoritos, así que después de unos segundos, escuchó la voz animada de su amiga al otro lado de la línea.—¡ Hola, Clara! ¿Cómo estás? —preguntó Valeria con su habitual entusiasmo.— Hola, Valeria. Necesito hablar contigo. Es sobre Kevin — dijo Clara, sintiendo que su corazón se aceleraba.— ¿Kevin? ¿Qué pasó con el profesor? — preguntó Valeria y su tono había cambiado a uno más curioso.Clara respiró hondo y comenzó a contarle todo a su amiga, desde el encuentro en la bib