Capítulo 5:
Después de la emocionante entrega de su carta al Sr. Martínez, Clara se sentía más segura de sí misma, ahora sabía que era capaz de hacer muchas cosas. La conexión que había establecido con su profesor le había dado un impulso de confianza y estaba lista para abrirse a nuevas experiencias. Sin embargo, había algo más que la inquietaba y eso era su falta de amigos en su nueva clase. Antes ella asistía a otra preparatoria en donde tampoco tenía amigos y al cambiarse a esta ni siquiera había hecho el invento por hacer algunos en su primer día.
El tiempo comenzó a pasar y durante los primeros días de clases había observado a sus compañeros interactuar entre ellos, riendo sin cesar y compartiendo anécdotas de cosas que hacían en su vida diaria. Clara, aunque disfrutaba de su tiempo a solas y de la literatura, en secreto anhelaba tener un grupo de amigos con quienes compartir sus pensamientos y pasiones. Así que, decidida a dar el primer paso se propuso acercarse a algunos de sus compañeros que le parecían interesantes por lo que pudo observar de ellos
Cuando llegó la hora del almuerzo Clara vio su gran oportunidad. Ella quería sentarse en una mesa donde un grupo de chicas conversaba animadamente y al principio, se sintió un poco nerviosa como para decir algo, pero en ese instante recordó la calidez del Sr. Martínez y como había sido capaz de abrirse a él. Con ese pensamiento en mente se acercó al grupo y después de respirar profundamente decidió por fin hablar.
—¡Hola! ¿Puedo unirme a ustedes? —preguntó con una sonrisa tímida, sintiendo como la voz le temblaba un poco.
De inmediato las chicas que hablaban entre sí la miraron y, tras un breve intercambio de miradas, una de ellas, Valeria, sonrió y asintió a su pregunta.
—¡Claro! Soy Valeria, y estas son Ana y Sofía, mis amigas —dijo señalando a las chicas quienes saludaron con una sonrisa.
Clara se sentó ya un poco más tranquila, pero aún sentía que su corazón latía con fuerza. La conversación fluyó rápidamente entre ellas, y pronto se dio cuenta de que las chicas compartían algunas de sus mismas pasiones. Ellas hablaban sobre libros, películas y música, y Clara se sintió aliviada al descubrir que no solo ella era la única amante de la literatura en la mesa. Siento que por primera vez encajaba en un sitio y que mejor que con esas chicas que acababa de conocer.
—¿Has leído "Cien años de soledad"? —preguntó Ana, con entusiasmo y de inmediato ella recortó su pequeño secreto.
Clara sonrió, recordando su proyecto sobre García Márquez y cómo esa misma obra había sido la que su profesor le había recomendado.
—Sí, de hecho, estoy trabajando en un proyecto sobre él y es para la clase de literatura. Esa es de la obra que hablaré en mi proyecto y la verdad es que estoy muy emocionada por eso —respondió sintiéndose más cómoda al hablar.
—¡Eso es genial! —exclamó Sofía aplaudiendo— Ese es uno de mis libros favoritos. La forma en que García Márquez mezcla la realidad con la fantasía es increíble. Sin duda es una obra que no me canso de leer nunca, creo si no me equivoco aquí todas vamos a la misma clase de literatura y estoy segura que tu proyecto va a quedar genial.
La conversación continuó, y Clara se sintió cada vez más integrada en el grupo. Todas compartieron sus opiniones sobre diferentes libros y autores, y Clara se dio cuenta de que había encontrado un espacio donde podía ser ella misma. Las risas y las historias fluyeron y por primera vez en mucho tiempo, se sintió parte de algo sin sentirse el bicho raro del grupo.
Después del almuerzo Valeria le propuso a Clara que se uniera a ellas en el club de lectura que se reunía los miércoles después de clases. Clara no podía creer su suerte. La idea de compartir su amor por la literatura con otras personas la emocionaba y más sí era con sus nuevas amigas.
—Gracias por invitarme Valeria, me encantaría unirme —respondió, sintiendo que su corazón se llenaba de total alegría.
A medida que los días pasaban, Clara comenzó a forjar una amistad genuina con Valeria, Ana y Sofía. Se reunían para estudiar, intercambiar libros y discutir sobre sus lecturas además de burlarse de las locuras de Valeria. Clara se dio cuenta de que no solo había encontrado a buenas amigas, sino que también había encontrado un grupo que la apoyaba y la animaba a ser la mejor versión de sí misma. No importaba que cosas quisiera hacer porque ellas siempre la animaban a que hiciera todo lo que se propusiera.
Una tarde, mientras estaban en la biblioteca, Clara se sintió inspirada a compartir su carta con sus nuevas amigas. Les habló sobre su admiración por el Sr. Martínez y cómo había sido un punto de inflexión en su vida escolar. Ella sentía que a esas nuevas amigas podía contarles sobre su pequeño secreto y así fue.
—Es increíble cómo una sola persona puede hacerte sentir tan motivada, sin duda hay algo especial en el profesor, lo siento dentro de mí —dijo Clara, con una sonrisa en el rostro y Valeria asintió comprendiendo perfectamente lo que Clara quería decir.
—A veces, solo necesitas a alguien que crea en ti para que todo cambie y al parecer tu motor impulsor es el profesor Martinez —respondió su amiga.
Clara sintió que su corazón se llenaba de gratitud al escuchar eso. No solo había encontrado a un profesor que la inspiraba, sino también un grupo de amigas que la apoyaban en su camino. La literatura, que había sido su refugio, ahora se convertía en un puente hacia nuevas amistades que no veían extraña su conducta con él Sr. Martinez.
Capítulo 6Era un día lluvioso y gris cuando Clara decidió que era el momento perfecto para visitar la biblioteca. Tenía que investigar más sobre Gabriel García Márquez para su proyecto escolar y, además, quería disfrutar de un poco de tranquilidad entre las estanterías llenas de libros. La biblioteca siempre había sido su refugio, un lugar donde podía perderse en historias y encontrar consuelo en las palabras. También se enamoraba de sus protagonista literarios y sentía que vivía en carne propia cada una de esas historias.Al entrar al lugar el aroma a papel y tinta la envolvió, y Clara se sintió en casa una vez más. Así que se dirigió a la sección de literatura latinoamericana, buscando los libros de García Márquez. Mientras hojeaba las páginas de "Cien años de soledad", sintió que alguien se acercaba a ella. Así que al levantar la vista, se sorprendió al ver al Sr. Martínez, o mejor dicho, Kevin, como él le había pedido que lo llamara, ya que ambos estaban en el mismo lugar.—Hola
Capítulo 7El fin de semana llegó, y Kevin decidió que era el momento perfecto para visitar a su madre después de haberla dejado sola por tanto tiempo. Había estado pensando en ella durante toda la semana, especialmente después del encuentro tan intenso que había tenido con Clara en la biblioteca hace unos días.Su madre siempre había sido su confidente más fiel, la persona a la que acudía cuando necesitaba claridad en momentos de confusión y hasta el momento, jamás se había arrepentido de hacerlo. Ella siempre sabia que decir y lo aconsejaba de manera consiente para que pudiera despejar su mente.Al llegar a la casa de su madre fue recibido con un cálido abrazo por parte de ella, la cual lo hizo pasar de inmediato al estar contenta con su visita. Al entrar la casa olía a galletas recién horneadas, y el ambiente era acogedor tal cual lo recordaba. Su madre, una mujer de espíritu fuerte y sabiduría profunda, lo miró con una sonrisa sabiendo en secreto que algo perturba la tranquilidad
Capítulo 8El fin de semana llegó, y Clara se despertó con una sensación extraña en el estómago. La intensidad del encuentro con Kevin en la biblioteca seguía presente en su mente y aunque había intentado distraerse para no pensar en eso, no podía evitar pensar en lo que había sucedido. Su madre, siempre perceptiva notó que algo no estaba bien con ella y trato de hablarle para saber qué ocurría.—Clara ¿Estás bien? Pareces un poco distante. Últimamente te la pasas en las nubes y quisiera saber si hay algo que tengas que contarme —preguntó su madre mientras preparaba el desayuno.Clara sonrió, pero la sonrisa no llegó a sus ojos como de costumbre. No quería preocupar a su madre con lo sucedido, ni tampoco estaba dispuesta a abrir la puerta a una conversación que no estaba lista para tener. Así que, con un ligero suspiro decidió ocultar sus sentimientos y tal vez dar una justificación tonta como las que siempre acostumbrada a darle.—Estoy bien, mamá, es solo estoy un poco cansada por u
Capítulo 9El lunes llegó con una mezcla de nervios y emoción para Clara. Después de un fin de semana lleno de reflexiones y momentos con sus amigas, estaba lista para enfrentar la semana escolar. La clase de matemáticas con la profesora Cassandra había sido un desafío extremo para ella, pero Clara se sentía satisfecha al haberlo superado sin que la bruja de cabello blanco la tomara contra ella.Al salir del aula se dirigió de inmediato hacia su casillero para recoger sus cosas de literatura y mientras giraba en la esquina del pasillo, notó a un chico que si mal no recordar se llamaba Rayan. Este era un chico de su clase que siempre había sido un poco atrevido con ella, pero la solución para no desesperarse era siempre ignorarlo.Cuando Rayan se acercó a ella con una sonrisa que, aunque parecía encantadora hizo que Clara se sintiera un poco incómoda. Agarró su libros con fuerza pegándolos a su pecho, esperando cualquier cosa que pudiera venir de aquel personaje.— ¡Hey, Clara! — dijo
Capítulo 10Clara se quedó parada en medio del pasillo, sintiendo que el aire se volvía denso a su alrededor. La tensión entre Kevin y Rayan había sido palpable, quedó muy agotadora para ella, y aunque había intentado calmar la situación, no pudo evitar sentirse incómoda. Kevin, en lugar de explicarse o despedirse de ella solo se había alejado sin decir una palabra, dejándola completamente sola y confundida con mil cosas en la cabeza.Mientras los estudiantes se dispersaban Clara sintió que su corazón en algún momento dejaría de latir. No entendía por qué Kevin había reaccionado de esa manera por más vueltas que le daba en su cabeza y buscaba una explicación razonable ¿Acaso estaba celoso? ¿Podría haber sido esa la razón? No estaba del todo segura.La simple idea la inquietaba mucho, pero también la intrigaba impulsándola a conocer la verdad. Había algo en su mirada que había sugerido más de lo que las palabras podían expresar y eso el nombre como él era sumamente interesante.Después
Capítulo 11Esa noche Clara no pudo dejar de pensar en la conversación que había tenido con Kevin. La mezcla de emociones que sentía la mantenía despierta y sabía que necesitaba hablar con alguien sobre lo que había sucedido. Así que decidió llamar a sus amigas, quienes se habían convertido en sus fieles confidentes, más ahora que iba a entablar una relación más íntima con su querido profesor.Clara se sentó en su cama de inmediato con el teléfono en la mano, y marcó el número de Valeria. Era el primero que tenía en favoritos, así que después de unos segundos, escuchó la voz animada de su amiga al otro lado de la línea.—¡ Hola, Clara! ¿Cómo estás? —preguntó Valeria con su habitual entusiasmo.— Hola, Valeria. Necesito hablar contigo. Es sobre Kevin — dijo Clara, sintiendo que su corazón se aceleraba.— ¿Kevin? ¿Qué pasó con el profesor? — preguntó Valeria y su tono había cambiado a uno más curioso.Clara respiró hondo y comenzó a contarle todo a su amiga, desde el encuentro en la bib
Capítulo 12La mañana transcurrió lentamente, aunque demasiado rápido para Clara. Desde que se despertó esta mañana había sentido una mezcla de determinación y nerviosismo por la nueva decisión de su corazón. Había decidido que era el momento de ser honesta con Kevin sobre sus sentimientos y le diría todo lo que él le hacía sentir como mujer.Después de las conversaciones con sus amigas, se dio cuenta de que no podía seguir ocultando lo que sentía. Sin embargo, a medida que avanzaba el día se dio cuenta de que no encontraba a Kevin y al parecer confesarse no sería tan fácil como había pensado.Durante el recreo Clara lo buscó en cada rincón de la escuela sin tener suerte y por último se dirigió a la sala de profesores, pero no lo encontró. Luego, se acercó a la biblioteca donde a menudo se quedaba a trabajar, pero tampoco estaba allí y la ansiedad comenzó a apoderarse de ella ¿Y si no podía hablar con él antes de que el día terminara? Ella no se sentía con el valor suficiente para bus
Capítulo 13Después de la confesión de Clara, el aire entre ellos se volvió denso con emociones no expresadas. Kevin la miró a los ojos y Clara sintió que su corazón latía con fuerza. La sinceridad de sus palabras había creado un puente entre ellos, y ahora todo dependía de como manejarían lo que había surgido.— Clara, yo... — comenzó a decir Kevin, pero se detuvo, buscando las palabras adecuadas para ella hasta que finalmente respiró hondo y continuó— Yo también siento lo mismo por ti, me importas mucho, más de lo que debería. Soy yo el que debería preguntar si tengo una oportunidad contigo, pero con lo que acabas de decirme me queda claro que soy afortunado de que estés aquí.Clara sintió que una oleada de alivio y felicidad la invadía por completo. La tensión que había estado acumulando se desvaneció dejándolo flotando en el aire y una sonrisa se dibujó en su rostro.— ¿De verdad hablas en serio? —preguntó, sintiendo que su voz temblaba de emoción.– Sí, hablo en serio, pero debem