Capítulo 4
El día siguiente llegó con una mezcla de nervios y emoción para Clara, se sentía eufórica. Había pasado la noche revisando su carta una y otra vez, asegurándose de que cada palabra reflejara sus sentimientos y su admiración por el Sr. Martínez, pero que también se aseguraba de que sus palabras fueran las correctas para dirigirse a él. La idea de entregársela la llenaba de ansiedad, pero también de una extraña emoción que no podía ignorar. Era un pequeño paso, pero para ella significaba mucho si se ponía a analizar todos los sentimientos que había experimentado en las últimas horas.
Cuando llegó a la escuela su corazón latía con fuerza dentro de su pecho. Sin embargo, se dirigió a su aula, donde el Sr. Martínez ya estaba organizando su material de clases como el día anterior y de inmediato ella se detuvo en la puerta antes de entrar. Solo se dedicó a observarlo por un momento, descubriendo así algunas expresiones que hacía con su rostro al estar concentrado y las mismas lo hacían lucir demasiado interesante. Él estaba tan concentrado revisando algunos libros, y su expresión era de dedicación a su trabajo.
Clara sintió un cosquilleo en el estómago como el día anterior, pero en esta ocasión era mucho más intenso ¿Cómo podía un simple gesto como entregar una carta parecerle tan monumental? ¿Acaso siempre se pondría así cuando lo tuviera en frente?
Finalmente Clara respiró hondo y entró en el aula guardado su temor haciendo que el Sr. Martínez levantara la vista y sonriera al verla. Esa mañana ella se había puesto un vestido amarillo con flores blancas y había dejado su pelo castaño suelto en ondas. Se había propuesto la tarea de llamar su atención a como diera lugar y que mejor que viéndose bonita.
—¡Buenos días! ¿Eres Clara verdad? —pregunto él con esa calidez que la había cautivado desde el primer día.
— Así es ¡Buenos días, Sr. Martínez! —respondió ella sintiendo que su voz temblaba un poco.
Con paso seguro se acercó a su escritorio y con la carta en la mano se detuvo un momento buscando las palabras adecuadas para poder dirigirse al él. El Sr. Martínez la miró con curiosidad, notando que había algo diferente en su actitud y claramente vio el papel entre sus manos.
— ¿Sucede algo Clara? ¿Te gustaría compartir esa nota conmigo? —preguntó él con una sonrisa alentadora.
Clara sintió que su corazón se aceleraba y con un gesto decidido, extendió la mano entregó la carta que con tanto esfuerzo había escrito.
— Esto es para usted — dijo, sintiendo que su voz se volvía más firme.
El Sr. Martínez tomó la carta totalmente sorprendido, pero intrigado a su vez. Además, también la miró brevemente antes de abrirla sintiendo como sus manos temblaban por lo que pudiese estar escrito en ese papel.
— ¿Puedo leerla ahora o debería de hacerlo después? — preguntó levantando la vista hacia ella.
– Puede leerla ahora, no hay problema – dijo asintiendo, sintiendo una mezcla de nervios y anticipación.
Mientras él leía Clara observaba su expresión fijamente sin perderse de un solo detalle. Al principio, su rostro mostraba curiosidad por lo que ahí podría decir, pero a medida que avanzaba en la lectura, sus ojos se iluminaron con una sonrisa en el rostro. Era como si esas palabras hubieran tocado una fibra profunda dentro de él y así Clara se sintió totalmente satisfecha.
—Clara, esto es hermoso — dijo finalmente, levantando la vista con una mirada totalmente sincera — Me alegra saber que la literatura significa tanto para ti. Es un regalo poder compartir esto con mis estudiantes y más si es contigo.
Clara sintió que se le quitaba un peso de encima. La aprobación del Sr. Martínez la llenó de alegría, pero también de un ligero rubor. No esperaba que su carta tuviera un impacto tan positivo, pero aquello le fascinaba.
—Gracias, Sr. Martínez. Quería que supiera cuánto me inspira su forma de enseñar y que mejor que una carta para poder expresarme —respondió sintiendo que sus palabras eran sinceras.
—Eso significa mucho para mí, Clara, pero cuando estemos en privado puedes llamarme Kevin. La literatura tiene el poder de conectar a las personas, y me alegra que sientas eso. Estoy aquí para ayudarte a explorar todo lo que puedas aprender siempre que me lo permitas —dijo él con una mirada que transmitía apoyo y aliento.
Clara sonrió, sintiendo que había dado un paso importante. La conexión que había sentido en clase se había fortalecido con ese pequeño gesto. Era como si, a través de la carta, hubiera abierto una puerta hacia una nueva relación, una que iba más allá de la simple dinámica de profesor y estudiante. Tal vez eso no fuera la mejor porque podría meterse en problemas debido a que la escuela no permitía este tipo de situaciones, pero si nadie lo sabía, no pasaría nada malo.
— Estoy emocionada por el proyecto sobre García Márquez. Espero poder compartir mis ideas con usted y de paso hacer que mis compañeros se sientan identificados — dijo Clara, sintiendo que su confianza crecía a cada segundo.
— Estoy seguro de que harás un gran trabajo. Me encantaría leerlo y discutirlo contigo cuando esté terminado — El Sr. Martínez sonrió, y Clara sintió que su corazón se llenaba de esperanza.
A medida que la clase comenzaba Clara se sentó en su pupitre sintiéndose más conectada que nunca con su profesor. La carta había sido un pequeño paso, pero había abierto un mundo de posibilidades. Sabía que este año sería especial, era su último año antes de entrar a la universidad y la literatura junto a su querido profesor, la llevaría a lugares que nunca había imaginado.
Capítulo 5:Después de la emocionante entrega de su carta al Sr. Martínez, Clara se sentía más segura de sí misma, ahora sabía que era capaz de hacer muchas cosas. La conexión que había establecido con su profesor le había dado un impulso de confianza y estaba lista para abrirse a nuevas experiencias. Sin embargo, había algo más que la inquietaba y eso era su falta de amigos en su nueva clase. Antes ella asistía a otra preparatoria en donde tampoco tenía amigos y al cambiarse a esta ni siquiera había hecho el invento por hacer algunos en su primer día.El tiempo comenzó a pasar y durante los primeros días de clases había observado a sus compañeros interactuar entre ellos, riendo sin cesar y compartiendo anécdotas de cosas que hacían en su vida diaria. Clara, aunque disfrutaba de su tiempo a solas y de la literatura, en secreto anhelaba tener un grupo de amigos con quienes compartir sus pensamientos y pasiones. Así que, decidida a dar el primer paso se propuso acercarse a algunos de su
Capítulo 6Era un día lluvioso y gris cuando Clara decidió que era el momento perfecto para visitar la biblioteca. Tenía que investigar más sobre Gabriel García Márquez para su proyecto escolar y, además, quería disfrutar de un poco de tranquilidad entre las estanterías llenas de libros. La biblioteca siempre había sido su refugio, un lugar donde podía perderse en historias y encontrar consuelo en las palabras. También se enamoraba de sus protagonista literarios y sentía que vivía en carne propia cada una de esas historias.Al entrar al lugar el aroma a papel y tinta la envolvió, y Clara se sintió en casa una vez más. Así que se dirigió a la sección de literatura latinoamericana, buscando los libros de García Márquez. Mientras hojeaba las páginas de "Cien años de soledad", sintió que alguien se acercaba a ella. Así que al levantar la vista, se sorprendió al ver al Sr. Martínez, o mejor dicho, Kevin, como él le había pedido que lo llamara, ya que ambos estaban en el mismo lugar.—Hola
Capítulo 7El fin de semana llegó, y Kevin decidió que era el momento perfecto para visitar a su madre después de haberla dejado sola por tanto tiempo. Había estado pensando en ella durante toda la semana, especialmente después del encuentro tan intenso que había tenido con Clara en la biblioteca hace unos días.Su madre siempre había sido su confidente más fiel, la persona a la que acudía cuando necesitaba claridad en momentos de confusión y hasta el momento, jamás se había arrepentido de hacerlo. Ella siempre sabia que decir y lo aconsejaba de manera consiente para que pudiera despejar su mente.Al llegar a la casa de su madre fue recibido con un cálido abrazo por parte de ella, la cual lo hizo pasar de inmediato al estar contenta con su visita. Al entrar la casa olía a galletas recién horneadas, y el ambiente era acogedor tal cual lo recordaba. Su madre, una mujer de espíritu fuerte y sabiduría profunda, lo miró con una sonrisa sabiendo en secreto que algo perturba la tranquilidad
Capítulo 8El fin de semana llegó, y Clara se despertó con una sensación extraña en el estómago. La intensidad del encuentro con Kevin en la biblioteca seguía presente en su mente y aunque había intentado distraerse para no pensar en eso, no podía evitar pensar en lo que había sucedido. Su madre, siempre perceptiva notó que algo no estaba bien con ella y trato de hablarle para saber qué ocurría.—Clara ¿Estás bien? Pareces un poco distante. Últimamente te la pasas en las nubes y quisiera saber si hay algo que tengas que contarme —preguntó su madre mientras preparaba el desayuno.Clara sonrió, pero la sonrisa no llegó a sus ojos como de costumbre. No quería preocupar a su madre con lo sucedido, ni tampoco estaba dispuesta a abrir la puerta a una conversación que no estaba lista para tener. Así que, con un ligero suspiro decidió ocultar sus sentimientos y tal vez dar una justificación tonta como las que siempre acostumbrada a darle.—Estoy bien, mamá, es solo estoy un poco cansada por u
Capítulo 9El lunes llegó con una mezcla de nervios y emoción para Clara. Después de un fin de semana lleno de reflexiones y momentos con sus amigas, estaba lista para enfrentar la semana escolar. La clase de matemáticas con la profesora Cassandra había sido un desafío extremo para ella, pero Clara se sentía satisfecha al haberlo superado sin que la bruja de cabello blanco la tomara contra ella.Al salir del aula se dirigió de inmediato hacia su casillero para recoger sus cosas de literatura y mientras giraba en la esquina del pasillo, notó a un chico que si mal no recordar se llamaba Rayan. Este era un chico de su clase que siempre había sido un poco atrevido con ella, pero la solución para no desesperarse era siempre ignorarlo.Cuando Rayan se acercó a ella con una sonrisa que, aunque parecía encantadora hizo que Clara se sintiera un poco incómoda. Agarró su libros con fuerza pegándolos a su pecho, esperando cualquier cosa que pudiera venir de aquel personaje.— ¡Hey, Clara! — dijo
Capítulo 10Clara se quedó parada en medio del pasillo, sintiendo que el aire se volvía denso a su alrededor. La tensión entre Kevin y Rayan había sido palpable, quedó muy agotadora para ella, y aunque había intentado calmar la situación, no pudo evitar sentirse incómoda. Kevin, en lugar de explicarse o despedirse de ella solo se había alejado sin decir una palabra, dejándola completamente sola y confundida con mil cosas en la cabeza.Mientras los estudiantes se dispersaban Clara sintió que su corazón en algún momento dejaría de latir. No entendía por qué Kevin había reaccionado de esa manera por más vueltas que le daba en su cabeza y buscaba una explicación razonable ¿Acaso estaba celoso? ¿Podría haber sido esa la razón? No estaba del todo segura.La simple idea la inquietaba mucho, pero también la intrigaba impulsándola a conocer la verdad. Había algo en su mirada que había sugerido más de lo que las palabras podían expresar y eso el nombre como él era sumamente interesante.Después
Capítulo 11Esa noche Clara no pudo dejar de pensar en la conversación que había tenido con Kevin. La mezcla de emociones que sentía la mantenía despierta y sabía que necesitaba hablar con alguien sobre lo que había sucedido. Así que decidió llamar a sus amigas, quienes se habían convertido en sus fieles confidentes, más ahora que iba a entablar una relación más íntima con su querido profesor.Clara se sentó en su cama de inmediato con el teléfono en la mano, y marcó el número de Valeria. Era el primero que tenía en favoritos, así que después de unos segundos, escuchó la voz animada de su amiga al otro lado de la línea.—¡ Hola, Clara! ¿Cómo estás? —preguntó Valeria con su habitual entusiasmo.— Hola, Valeria. Necesito hablar contigo. Es sobre Kevin — dijo Clara, sintiendo que su corazón se aceleraba.— ¿Kevin? ¿Qué pasó con el profesor? — preguntó Valeria y su tono había cambiado a uno más curioso.Clara respiró hondo y comenzó a contarle todo a su amiga, desde el encuentro en la bib
Capítulo 12La mañana transcurrió lentamente, aunque demasiado rápido para Clara. Desde que se despertó esta mañana había sentido una mezcla de determinación y nerviosismo por la nueva decisión de su corazón. Había decidido que era el momento de ser honesta con Kevin sobre sus sentimientos y le diría todo lo que él le hacía sentir como mujer.Después de las conversaciones con sus amigas, se dio cuenta de que no podía seguir ocultando lo que sentía. Sin embargo, a medida que avanzaba el día se dio cuenta de que no encontraba a Kevin y al parecer confesarse no sería tan fácil como había pensado.Durante el recreo Clara lo buscó en cada rincón de la escuela sin tener suerte y por último se dirigió a la sala de profesores, pero no lo encontró. Luego, se acercó a la biblioteca donde a menudo se quedaba a trabajar, pero tampoco estaba allí y la ansiedad comenzó a apoderarse de ella ¿Y si no podía hablar con él antes de que el día terminara? Ella no se sentía con el valor suficiente para bus