La tensión entre Hanna y yo finalmente alcanzó su punto máximo, y sabía que era hora de enfrentar nuestros sentimientos y conflictos de frente. Después de días de evasivas, decidí tomar la iniciativa y buscar una conversación sincera con Hanna.Respiré profundamente, preparándome para lo que iba a decir. No había vuelta atrás.—¿Sabes que sabotear tu neumático fue un intento de arreglar lo que hay entre nosotros, verdad?Ya que esa fue una medida desesperada para que ella pudiera al fin salir a cenar conmigo y así tener esta conversación que estamos teniendo en este momento.Ella me observó, sorprendida por mi admisión. Los segundos pasaron como horas antes de que finalmente dejara escapar una risa suave.—No puedo creer que lo hicieras —dijo, aún sonriendo. —Aunque debo admitir que es un gesto bastante atípico para solucionar nuestras diferencias.La forma en que Hanna recibió mi confesión alivió mi corazón y me permitió sentir un poco de esperanza. Pero sabía que había más pendiente
Desde el momento en que vi a Jenny entrar en nuestras vidas, supe que habría cambios inevitables.Era evidente el brillo en los ojos de Dylan cada vez que la miraba, como si una parte de él hubiera cobrado vida nuevamente. Pero detrás de esa alegría, ocultaba secretos que, hasta ahora, solo sus allegados conocíamos.Aquella tarde, mientras Jenny y yo nos preparábamos para salir, inocente mente revelé una verdad dolorosa.—Angelina y Dylan se iban a casar hace tres años estaban comprometidos, pero él canceló la boda debido a una infidelidad de su parte.El silencio llenó la habitación mientras Jenny asimilaba la información. Su rostro reflejaba una mezcla de asombro, traición y dolor.Los recuerdos de su primer encuentro con Dylan en la discoteca volvieron a su mente, y comprendió que mientras ella sentía una fuerte conexión instantánea, él aún estaba atado a Angelina.Observé cómo la tristeza inundaba sus ojos y mis manos bajaron desde su cabello hasta tomar entre las mías su rostro l
Han pasado varios meses desde que Jenny partió hacia Estados Unidos, dejando atrás a Dylan. Aún recuerdo el dolor en su mirada cuando se despidió de él en aquella habitación de hospital.Fue un momento desgarrador, ver cómo Jenny firmaba su alta y salía de la habitación sin mirar atrás. Mi corazón se hundió al pensar en lo que Dylan estaba pasando, en su estado de coma y en su lucha por despertar. Pero lo que me sorprendió aún más fue la frialdad de Jenny, su indiferencia hacia él a pesar de todo lo que había sacrificado por protegerla.Jenny me confesó que planea volver a Estados Unidos, a su hogar. Y aunque me duele admitirlo, sé que es lo mejor para ella. Sin embargo, antes de marcharse, decidimos que era importante que se despidiera de Dylan, que le dijera todo lo que necesitaba decirle.Con cautela, entró a la habitación y se encuentro con Dylan, aún en coma, con los visibles golpes que sufrió por proteger a Jenny. Suspiro, preguntándome cuánto tiempo más tendrá que pasar para qu
★ Hanna.Al despertar, me encontré en el amplio y cálido despacho de Max.El sol se filtraba suavemente por las cortinas, iluminando la habitación con una tenue luz dorada.Max, mi amado, estaba recostado con la mitad de su cuerpo apoyado en el escritorio de madera maciza. A su lado, algunos papeles del nuevo hospital que está abriendo en Alemania estaban cuidadosamente colocados.Me acerqué lentamente hacia él, movida por un amor que me hacía sentir completa.Mis dedos se deslizaron suavemente por su cabello, acariciándolo con ternura. Max era mi mundo y estar junto a él me hacía inmensamente feliz.Susurré el «te amo» en voz baja, dejando que las palabras fluyeran con todo el amor que sentía por él. Incliné mi rostro para depositar un beso ligero en sus labios, con el máximo cuidado de no despertarlo. Sin embargo, cuando estaba a punto de rozar sus labios con los míos, sus ojos se abrieron y detuvieron mi intento de beso."Mi Hanna", mencionó, cerrando los ojos levemente como si mi
Después de la llamada con el abuelo Máximo, decidí ir a Casa Moda para ayudar a Max a sacarla adelante. No era tan estresante como manejar las empresas Hans, así que me sentía relajada. Le pedí a Max que me recogiera más tarde, ya que estaba ocupada resolviendo asuntos en la tienda.Casa Moda estaba cerrada debido a una inundación unos días antes y estaba en remodelación.Pero de repente, me percaté del olor a humo.Me acerqué a las puertas, pero no podía abrirlas. En medio del caos y el humo, buscaba desesperadamente una salida y divisé una ventana rota en uno de los pisos superiores. A pesar de la oscuridad por el humo y la asfixiante temperatura, sabía que no tenía tiempo que perder. Con valentía, escalé los escombros y llegué hasta la ventana..Con dificultad, logré deslizarme a través de la abertura y caí en un canalón que estaba debajo. Afortunadamente, no estaba demasiado alto, lo que me permitió saltar al suelo sin sufrir grandes heridas. Era una carrera contra el tiempo, así
★Max. Odio irme así, como si hubiera hecho algo malo, pero el deseo de proteger a mi Hanna y a mis hijos era más grande que cualquier rencor que pudiera sentir por Marco y mi despreciable familia. Cada vez me siento más iracundo, siento que no podré proteger a Hanna y eso me desespera. Así que tomar la decisión de irnos a vivir a París por un tiempo sin lugar a dudas fue una buena idea.Al llegar a París, fuimos recibidos por Aless en el aeropuerto. Su rostro se iluminó al ver a Hanna. —Hijo, al fin han llegado —mencionó emocionado mientras se acercaba a nosotros. Pero lo que más me sorprendió fue la euforia con la que sus dos encantadoras gemelas corrieron hacia donde yo estaba. Me abrazaron con fuerza, dejándome sin palabras. Por un momento, el abrazo de esas pequeñas monstruitas me hizo sentir en paz, era algo que no podía explicar.—¡Hermano mayor, te extrañamos tanto! —exclamaron las gemelas al unísono. Sus voces llenas de alegría resonaron en el aeropuerto. Ese fue el momen
★Max.Volvimos a Estados Unidos cuando Hanna ya tenía 5 meses de embarazo, pero debido a su embarazo de mellizos, su vientre se veía imponente, estirando la tela de su ropa y resaltando su belleza materna.El viaje en avión fue agotador para ella, ya que fueron varias horas de vuelo. Pude ver cómo se esforzaba por encontrar una posición cómoda en el asiento, apoyando almohadas estratégicamente para tratar de aliviar la presión en su espalda. Su rostro reflejaba el cansancio, pero también la emoción de volver a su país.Al llegar, nos encontramos con mi suegra en casa, quien le dio una cálida bienvenida a Hanna con una sonrisa y uno de sus platillos favoritos preparados con especial dedicación. Aunque cansada por el viaje, su sonrisa iluminaba la habitación, agradecida por el gesto de mi suegra.La casa se llenó de una energía familiar, con la compañía de Dylan y Jenny, quienes también estaban allí para recibirnos. A pesar de mi agotamiento, me sentía agradecido por tener a todas las p
Al llegar a la casa, dos señores de aspecto gruñón me recibieron en la entrada, con gestos serios y ceños fruncidos. Sus miradas escrutadoras me hicieron sentir momentáneamente incómodo, pero sabía que era necesario mantenerme firme y seguro.Me guiaron hacia el jardín trasero, donde encontré a Mons sentada en una banca, rodeada de flores y árboles frondosos. El viento suave mecía las ramas y susurraba al oído, como si el universo mismo quisiera hacerle compañía.Mons sostenía un cuento infantil entre sus manos, sus dedos se deslizaban por las páginas con delicadeza mientras su vientre abultado se convertía en el epicentro de su atención.Una brisa suave hacía ondear su cabello castaño, acentuando su belleza natural. La luz del sol acariciaba su rostro y destacaba esos ojos llenos de esperanza y valentía. Estaba inmersa en su lectura, pero al levantar la vista y encontrarse con la mía, su mirada se llenó de sorpresa y emoción.Una sonrisa tímida se dibujó en sus labios y, como si el t