Me acerqué lentamente a Angelina, notando su nerviosismo evidente en sus ojos ansiosos, que parpadeaban rápidamente mientras sus dedos jugueteaban con el borde de su blusa. —Es que, Max, ¿me podrías hacer los estudios prematrimoniales? Iba a ir a un frío y aséptico laboratorio, pero le tengo un miedo irracional a las jeringas —torcí los ojos ante las palabras de Lina mientras observaba cómo sus manos temblaban ligeramente, creando un pequeño temblor en su voz. —Claro, entra, no te dolerá mucho —intenté tranquilizarla con una sonrisa reconfortante, notando cómo su respiración se volvía más agitada ante la idea del procedimiento. —Sí —respondió ella, con un atisbo de duda en su voz, que temblaba ligeramente. Caminamos juntos por los pasillos del hospital, ella siguiendo mis indicaciones hasta llegar a los laboratorios, con pasos vacilantes que reflejaban su creciente ansiedad. —¿Dolerá? —preguntó con una mezcla de ansiedad y preocupación mientras se sentaba en la incómoda silla de
—Veo que no pierdes el tiempo en bajarle la prometida a tu amigo —dijo Scott con una sonrisa socarrona, mientras sus ojos brillaban con malicia.Solicitamos Angelina y yo, que Scott se callara y no diera su opinión si nadie la había pedido, pero su presencia seguía siendo una molestia constante.No estábamos dispuestos a dejar que arruinara nuestro buen humor y el momento especial que compartíamos, pero sus comentarios hirientes lograban infiltrarse en nuestra conversación.Sin embargo, las palabras de Scott resonaron en mi mente, sembrando una semilla de intriga y preocupación.¿Qué quería decir con que Montserrat estaba internada en el hospital? Un escalofrío recorrió mi espalda ante la posibilidad de una emergencia médica.Me invadió una sensación de desconcierto y preocupación, mientras intentaba procesar la noticia impactante. Angelina también parecía sorprendida por la revelación inesperada.—¿Montserrat está aquí? —preguntó Angelina, levantándose de un salto, su voz temblaba li
★MonsMe duele todo el cuerpo, me siento terriblemente maltratada. La puerta se abrió y, para mi sorpresa y alivio, vi a Scott acercarse.—Scott —dije con alegría en mis ojos al verlo.—¿Cómo te sientes? —me preguntó con preocupación.—Me duele todo, Scott. Ayúdame, no quiero que él me haga daño de nuevo. Por favor, ayúdame.—¿Qué quieres hacer? —preguntó, asumiendo un gesto reflexivo.—Tengo que evitar que Dylan y Angelina se casen —respondí con determinación.—¿Por qué, Mons? Ellos se aman, déjalos en paz —me imploró.—No puedo, Scott. Si no lo hago, papá me castigará de nuevo. Ayúdame, por favor.Scott respiró profundamente antes de responder. —Te ayudaré, pero nadie puede saberlo.Sentí un torrente de alivio al saber que Scott estaba de mi lado. Me senté en la camilla y lo abracé, mientras él acariciaba mi cabello. Mi corazón latía con fuerza, pues amo profundamente a Scott, pero él no siente lo mismo por mí.Siempre me ha dicho que soy alguien con quien sacia la soledad que le
Moví mi hombro y su cabeza cayó un poco, dándome un golpe en el pecho. —¿Por qué hiciste eso? —preguntó molesta, frunciendo el ceño. Sus ojos reflejaban confusión e irritación.—Lo que pasa es que me dio un calambre en el hombro —respondí, tratando de justificar mi reacción involuntaria. Pero ella no parecía convencida. —¡Mentiroso! —exclamó, exasperada. —Iré a darle el pésame a Hanna y a Amelia, ya vuelvo. Se alejó rápidamente mientras yo la observaba fijamente, sin poder apartar la mirada de su figura que se alejaba.—Ahora que Dylan terminó con ella, tienes el camino libre para hacerla tuya —comentó Scott, con su típico tono presumido y una sonrisa burlona en su rostro. Sus palabras me hicieron fruncir el ceño.—No deberías estar consolando a tu novia, o ya sé, abriendo a mi hermana de piernas. Ya no sé qué haces más últimamente. Mi mandíbula se tensó y apreté los dientes, intentando controlar mi ira. Sabía que pelear en un velorio no era apropiado ni sano, así que me limité
—Ayúdame —suplicó Dylan con voz temblorosa, buscando el apoyo y la guía de aquel que estaba dispuesto a brindárselo.—¿A qué? —pregunté, sintiendo una mezcla de curiosidad y compasión hacia su situación.—A encontrarla —dijo Dylan con tono decidido, con su voz quebrándose levemente. La angustia y el anhelo de encontrar a quién había echo daño se evidenciaban en cada una de sus palabras.—Vete a bañar. —respondí, ofreciéndole un gesto de apoyo y tranquilidad. Con gesto agradecido, Dylan se dirigió hacia el baño, buscando encontrar un poco de paz y liberarse de la carga que llevaba consigo.Mientras tanto, yo me quedé en silencio, reflexionando sobre la magnitud de la tarea que había asumido al ofrecerle mi ayuda. Sabía que no sería fácil, pero estaba dispuesto a hacer todo lo posible para acompañarlo en su proceso de cambio y sanación.Una vez que Dylan terminó de bañarse, nos adentramos en el camino que habíamos trazado juntos. Siguiendo mis consejos, lo ingresé en una asociación pa
Meses después, Angelina entabló una extraña relación con ese idiota de Dante, quien la exhibía como si fuera un trofeo que ganó en una competencia. Y mis sentimientos hacia ella se hicieron aún más grandes, pero como siempre, debía reprimirlos. ¿Por qué demonios siempre termino enamorándome de alguien que no debía?Mi enamoramiento con Angelina era algo lindo, por así decirlo. Nunca intenté entrometerme entre su relación con ese mal nacido, aunque las ganas no me faltaban. Pero creo que aprendí la lección con Hanna. Durante un año fui su amante silencioso. ¿Y qué obtuve a cambio? Absolutamente nada.Un día, fui a recoger a Dylan del centro de alcohólicos anónimos. Me informaron que lo dejarían salir porque, aparentemente, ya estaba recuperado. En el camino hacia su departamento, pude ver la tristeza en su mirada perdida, mientras observaba el firmamento a través de la ventana.—¿Qué sucede, Dylan? —Le pregunté preocupado por su estado.Él se giró hacia mí, sus ojos verdes revelaban
Me recosté en la cama y al día siguiente, fui en busca de Dylan para acompañarlo a su empresa. No me parecía correcto dejarlo solo en su estado actual. Toqué a la puerta de su departamento, pero él no respondió. Utilicé la llave que me había dado y entré. Para mi sorpresa, encontré varias botellas de alcohol esparcidas por el suelo. Preocupado, me acerqué a su habitación y lo vi recostado en la cama, con mi hermana a su lado. Inhalé profundamente, tratando de contener mi ira. Salí de la habitación y comencé a recoger las botellas, intentando mantener la calma. Después de limpiar un poco, me dirigí a mi hospital. Aunque no tenía muchas ganas de trabajar, sentía que debía liberar la tensión y mantenerme ocupado. —Hola desconocido — me saludó Lina, acercándose a mí con una sonrisa encantadora. —Hola Lina — la saludé con un tono cálido, notando su cabello rubio y ondeado que enmarcaba su rostro ovalado. —¿Te pasa algo? — pregunté —No, nada importante.—¿Qué haces aquí? — me acerq
Un año después, Dylan reflexionó sobre lo ocurrido, ya que estuvo a punto de perder su empresa.Scott continuó trabajando para él, y decidí distanciarme un poco de ambos. No puedo soportar a Scott, quien constantemente habla de mí sin aportar nada relevante. Parece disfrutar hablar de mí, pero eso ya no me importa.Lo último que dijo es que soy un resentido porque Lina se casó con Dante. Incluso afirma que mi relación con Angelina no prosperó porque Dylan decidió dejarla.No me gusta obligar a alguien a estar conmigo, ella es libre de tomar sus propias decisiones, aunque la verdad me dolió que no me tomará en serio. Siempre me ven como el amigo al que acudir cuando necesitan ayuda.El día en el hospital ha sido extremadamente estresante. Sin embargo, recibí una llamada de Hanna, quien logra distraerme un poco de todo ese estrés que me rodea.Luego, tuve la visita de Mons, quien emocionada me habló de su relación con Dylan, aunque él apenas le presta atención. Además, es obvio que Mons