Así de miserable como me sentía, debía dar por terminado todo con los Lombardo. René escuchó hasta la última de mis palabras para darme su opinión, y claro que no era la misma que la mía, pero que sin embargo, me apoyaría fuera la decisión que tomase. Quería estar con Alessandro, pero eso significaba ganarme el odio de todos los Napoli, entonces ello se resumía en dos opciones, una era acabar con Alessandro, y la otra era ceder mi cargo a René, olvidarme de la fortuna de los Napoli y que en algún momento formé parte de ella. No quería dejar mi casa, mi familia, pero si no mataba a Alessandro, ellos lo harían conmigo tarde o temprano si le otorgaba alguna especie de perdón por el asesinato de mi hermano. Estaba en una encrucijada, pero quizá la respuesta era más sencilla de lo que pensaba, simplemente debía largarme con él y olvidarme de quién fui si él me perdonaba por todo lo que hice fingiendo ser una dulce paloma. El problema era si él no quería alejarse de Florencia, abandonar a s
Luego de ese terrible día en que ambas familias perdieron a sus líderes, Vittorio llegó prontamente cuando uno de los Napoli, estando desarmado y con brazos en alto para denotar su inocencia, fue a llevar el mensaje que había dejado Alessandro Coppola. No se creía el cuento pues recién estaba llegando de la misión que le había sido encargada, frustrado y enojado, fue al lugar, viendo el cuerpo de su jefe y amigo de infancia descansar junto al de la joven mujer del que se había enamorado. René estaba arrodillado en el suelo tomando la mano de su prima, el gato que Alessandro le había regalado se encontraba a un lado de su antigua dueña, ronroneando y acariciando la cabeza de la fallecida chica. Él terminó de entrar a la oficina, sin saber qué decir. Le había tomado mucho cariño a Laura y le parecía insólito que fuese ella la causante de todo, pero era el modo en que cobraba sentido los hechos que habían ocurrido desde su llegada a la casa Lombardo. Los hombres de René llevaron a Vitto
Nos ubicamos en Florencia, Italia, siglo XX.La guerra mundial había finalizado recientemente, sin embargo, la sociedad italiana aún vivía con el terror de que los eventos se repitiesen pronto y tener que despedir de nueva cuenta a los hombres pertenecientes a su familia que habían logrado sobrevivir a la guerra, aunque los alemanes indicaron haber aceptado las condiciones de armisticio y que, por ende, Alemania ya no debería suponer un peligro para la sociedad italiana ni para el resto del mundo, solo deseaban la paz, aunque los problemas internos siempre suscitasen en cada estado.Era el inicio del año 1919, primeros días del mes de enero, apenas había pasado dos meses desde el cese de las batallas, por ello los habitantes aún se sentían emocionalmente afectados por los acontecimientos ocurridos durante esos cuatro años llenos tormentos y calamidades que golpeó a cada familia que había perdido a un ser amado producto de la guerra; el miedo constante a un nuevo ataque les mantenía oc
I'm sorry dear, so sorry dear, Lo siento querida, lo siento mucho querida,I'm sorry I made you cry lo siento te hice llorarWon't you forget, won't you forgive? ¿No lo olvidarás, no lo perdonarás?Don't let us say goodbye No nos dejes decir adiós.One little word, one little smile Una pequeña palabra, una pequeña sonrisa One little kiss won't you try? Un pequeño beso, ¿no lo intentarás?It breaks my heart to hear you sigh Me parte el corazón oírte suspirar I'm sorry I made you cry Lo siento, te hice llorar.“I’m sorry I made you cry” Henry Burr - 1918Canción inspirada al finalizar la Primera Guerra Mundial.
Bellosguardo, Florencia. 1919.A veces desearía tomarme unas vacaciones y dejar olvidado por unas semanas este grupo de inadaptados gorilas. Nunca consideré que sería elegido para llevar el liderazgo de la mafia, es demasiada responsabilidad para un vago como yo, aunque era el único en la lista para tal título. Es gracioso que ninguno piense que solo soy un tipo que le aburre hacer este tipo de cosas y que solo me sienta como un vago mientras ellos hacen la inmensa mayoría si solo abro la boca y les ordeno que simplemente lo hagan, quizá solo sea porque soy su jefe y que por ello no les conviene meterse conmigo o llevarme la contraria, después de todo, el viejo Lombardo tenía razón en una cosa, y es que logro intimidar demasiado rápido a quién tenga en frente.Esa noche, estábamos de camino a Soffiano, hacía dos meses que había un nuevo jefe en ese distrito y el muy desgraciado aún no me había pagado la deuda vieja, tal vez he sido demasiado considerado en darle una oportunidad mientr
El nuevo mes había llegado y con ello mi remordimiento se volvía más tenue al punto de ser casi inexistente, la noticia que tuve luego de acabar con el hijo del viejo Giovanni fue que algunos estaban desertando y otros estaban en la búsqueda de otro integrante directo de la familia Napoli, aunque tenía entendido que no habían tenido suerte con ello. Es probable entonces que esa persona que protegía aquel chico haya muerto luego de mi encuentro con el chico, es una pena. Y es en esos momentos cuando pienso que siento pesar por lo que hice, pero no podía arrepentirme de algo que ya es común cuando no pagan las deudas, tal así me enseñó el viejo Lombardo.Luego de aquella noche, mis hombres llegaron al amanecer con todos los objetos valiosos y no valiosos de esa habitación. Incluso el gramófono estaba entre esos objetos. Conservé algunos, pero otros los vendí al mejor postor. Tenía que recuperar algo de mi pérdida y para mi suerte, obtuve más de eso gracias a la colección de cuadros que
Mientras Luz se encargaba de hacer entrar en confianza la chica y de ayudarla a quitarse su destruida ropa y la suciedad, me quedé en mi habitación leyendo, aunque luego de unos quince minutos de lectura comenzaba a darme algo de sueño, la cama estaba bastante cómoda y suave, incuso mis párpados empezaban a cerrarse por sí solos, cada vez con más pesadez; no me había percatado en absoluto de la hora, pero cuando la señora Luz tocó mi puerta y avisó que la cena estaba lista, miré por la ventana y me di cuenta que ya era completamente de noche desde hacía bastante rato. El tiempo había volado mientras dormía, no tuvo piedad.Parezco ya un viejo —pensé.De inmediato le informé que la chica debía cenar con nosotros dos, y su respuesta fue estabas bambino cuando lo pensé. Típico hablar así las madres, ¿no? Bueno, insisto en el hecho de que siempre he visto a esa señora como mi madre cuando la mía faltó en mi vida.Dejé mi libro a un lado riéndome de las palabras que había dicho aquella anc
Me encontraba leyendo El gato negro del gran Edgar Allan Poe luego de haber buscado por un rato qué podía mantenerme entretenido, estaba sentado cómodamente en mi sillón escuchando un poco de Mozart en un volumen bastante bajo, al final me había decidido por escuchar al buen Wolfgang, mis pies reposaban en el escritorio con las piernas cruzadas una sobre la otra, y claro, un té negro que me había preparado antes de disponerme a la lectura, pero había o sucedía algo que me estaba distrayendo por momentos relativamente esporádicos. Colocaba el pequeño libro en mi regazo y miraba a mi alrededor, todo se veía en orden y nada se encontraba fuera de su lugar lo que me hacía expresar una cara bastante perpleja, giré el rostro hacia la puerta, creyendo que tal vez alguno de mis hombres se encontraba allí parado como un muerto dispuesto a meterme el susto del día y tal vez el de mi vida, pero cada que volteaba no había nadie, el pasillo estaba solo como el desierto. Así que solo debía mantener