Como había predicho horas antes, en la noche caí dormido como una roca. Era bastante probable que roncara a todo pulmón debido al cansancio; no dormir por más de veinticuatro horas era toda una proeza para mí y tal vez para muchos otros. Me costó en demasía levantarme, realmente, esa mañana desperté casi a las once de la mañana, pues pedí que me dejasen descansar en caso de que no fuera a desayunar a eso de las nueve y que solo me debían despertar si un evento considerado como desafortunado ocurría.Me sentía agradecido que nada de eso sucedió y que pude dormir en paz y recobrar parte de mi energía.El día anterior, luego de compartir todo ese rato con Laura, enterramos a nuestros fallecidos. Mi cuerpo aún se sentía pesado esa mañana ante esa conmoción. Era difícil en ocasiones aceptar la realidad, aún más, cuando esta era demasiado cruda.Me quedé un rato sentado en la cama mirando mis pies, sintiendo mis ojos pesados aún con el sueño a tope porque había dormido demasiado. Quería seg
Mi angustia iba en aumento mientras los segundos iban transcurriendo debido a la inquietud que me hacían sentir en esos segundos que me resultaban interminables. No quería escuchar lo que Luz tenía que decirme, pero era el jefe, tenía que escucharlo todo por más desagradable o difícil fuera para mí. Además, el tema concernía también a Fiorella, algo hizo de nuevo ella, algo que muy seguramente era grave dado a las circunstancias que me rodeaban. La sangre, Laura desmayada, todos corriendo de un lado a otro y mis hombres listos para abrir fuego ante cualquier irregularidad. Tomé a la aún atontada Laura entre mis brazos, aparté el cabello de su rostro y miré a la anciana con preocupación, el nuevo golpe que se evidenciaba en el rostro de la chica más esa cara de perro arrepentido de Luz no me brindaba ningún tipo de calma, sino más bien todo lo contrario. Comenzaba a impacientarme entre tanto silencio. — Ya mejor dígame todo lo que sucedió. Sé que no me tiene buenas noticias —rompí ese
En los pocos momentos en que podía dormir soñaba repitiendo escenas como si se tratase de un ciclo sin fin. Mi cerebro recordaba una y otra vez el momento en el que el personal funerario se marchó, me quedé un rato sentado en el suelo mirando hacia la salida de la casa pensando en lo efímera que es la vida en realidad, en que con tan solo un abrir y cerrar de ojos, puedes dejar de ver a una persona importante, en que debes aprovechar al máximo a esa persona porque no sabes cuándo será la última vez que le hables o le mires, le abraces o beses. Laura me llevó adentro y me acunó hasta lograr dormir, quizá cedí al sueño porque mis ojos ardían y necesitaban un descanso. Era ahí que despertaba, desesperado y sumiso, sollozando, Laura volvía a acunarme y a darme el consuelo que necesitaba para repetir aquel ciclo tormentoso.Al despertar en la mañana, noté a Laura dormida a mi lado en una posición bastante incómoda, yo ocupaba la mayor parte del espacio del sofá, así que con el máximo cuida
Semanas más tarde a la muerte de Fiorella, desperté una mañana con una ligera cefalea, aún sentía la cruel carga de la culpa por su muerte, aunque ya comenzaba a mejorar la herida que ello me había dejado. Coloqué la mano sobre mi cabeza, arrugando mi entrecejo y entrecerrando mis párpados para evitar la luz de la mañana, me senté sobre la cama estirando mi cuello sin abrir los ojos y bostezando. Escuché un suave suspiro, ese no provenía de mí.Me giré con los ojos ya bien abiertos, el suspiro me había espabilado y miré a Laura a mi lado. Completamente desnuda, la cobija solo cubría sus glúteos, revelando el resto de la hermosa piel que poseía, su blanca espalda y piernas se encontraban descubiertas, su cabellera descansaba sobre la almohada. Allí fue donde recordé todo lo sucedido la noche anterior y no pude evitar sonreír.Volví a acostarme al lado de la chica rememorando cada minuto en el que compartí con ella mientras la observaba dormir. Todo dio inicio por un tonto juego que se
Varios de los lugares sospechosos a ser la guarida de los Napoli habían resultado ser más que meras decepciones. Para mí, tener que pasar por lo que parecía ser una búsqueda sin victoria, resultaba ser una mezcla de emociones cambiantes que pasaba por la frustración hasta la ira, me sentía como una mujer hormonal durante la gestación con tantos sentimientos durante esos momentos de estrés absoluto.Sabía que aquello no era culpa mía, ni mucho menos de ninguno de mis hombres, al menos de aquellos en quienes confiaba con los ojos cerrados, ya que seguía pensando que había un traidor entre la familia, y no sabía porqué jodido motivo era capaz de tal bajeza luego de tantos años de servicio a mi lado.Laura trataba de evitarme cada que sacaba el tema sobre los Napoli, siempre haciendo mención que no le interesaba en absoluto esa
Los forenses llegaron al momento en que Laura y yo bajamos de nuevo al comedor, quizá ya comenzaban a acostumbrarse por el hecho de que la casa Lombardo estaba maldita, con tantos muertos que ya llevaba, entre suicidios y asesinatos a sangre fría, terminaríamos siendo una zona turística, como algo de La casa asesina o similar. Laura se encontraba un poco más tranquila, no sabía qué pasaba por su cabeza en aquel momento, pero seguramente era algo como que estaba perdiendo a todas sus amigas con lentitud. Se encontraba taciturna, como si su espíritu se encontrase en otro lado y solo su cuerpo estaba presente mientras se llevaban el inerte cadáver de la pobre Alejandra.El silencio se mantuvo por varios segundos más cuando los forenses y los muchachos sacaron a la desdichada mujer, Laura y Luz parecían mirar al vacío.— Bien, limpien el desastre.
Aquella noticia fue tan impactante que Laura y yo quedamos en un silencio profuso producto de la incredulidad. Era casi media noche cuando Bruno llegó a casa y nos dio esa noticia que me resultaba increíble, incluso pensé que se trataba de un mal chiste y que el imbécil saldría de detrás de la puerta riéndose de nuestras expresiones estupefactas, pero aquello no ocurrió. Steffano era de mis mejores hombres y no podía concebir lo que Bruno acababa de decirme.Al hacerse más prolongado el silencio debido a la impresión, Bruno se acercó con lentitud hacia nosotros. Laura se colocó detrás de mí aferrándose a mi saco, él mantenía el ceño arrugado, estaba enojado, demasiado enojado.— Fue asesinado. Esa carta con dinero que fue entregada, resultó ser una trampa de los Napoli. Ese tal Marco fue enviado po
Me quedé profundamente dormido luego de la acción divina con Laura, sin embargo, las horas de sueño no fueron tan extensas puesto que mi preocupación iba más allá que el anhelo de poder tener una noche apacible y reparadora. De hecho, había despertado porque me había parecido escuchar una voz susurrarme que pronto todo acabaría y que todos morirían, aquello era sin duda un motivo más que suficiente para aterrarme y abrir los ojos en un santiamén.Me encontraba bocabajo para cuando desperté, la taza de leche que Laura me había traído la noche anterior se encontraba aún en mi mesita auxiliar, pidiendo que me lo bebiese así estuviese frío, o mejor dicho, a temperatura ambiente. Escuché la puerta de la habitación cerrarse, giré para mi lado opuesto y me percaté que Laura no se encontraba en la cama, quizá fu