Dicen que cuando coqueteas con la muerte y sales ileso vuelves a nacer... quizás era cierto... quizás alguna personas se sumergían en la oscuridad y por alguna razón lograban salir de eso...Y quizás ella sería una de esas personas, que tenían la fuerza interior para no dejarse arrastrar por la tentadora penumbra...Sus ojos se abrían y cerraban con demasiada rapidez, como si fuera imposible para ella mantenerlos abiertos por más de unos pocos segundos, se sentía aturdida, su cabeza dolía y su pecho ardía con cada bocanada de aire que entraba a sus pulmones.Escuchaba voces, sentía acciones sin poder detallar que era lo que realmente ocurría a su alrededor, demasiado aturdida por lo que había tenido que enfrentar y estaba segura que aún falta mucho infierno por recorrer.— Tranquila señorita, ya estamos en el hospital — un paramédico intentaba calmar sus nervios, quizás para que pudiera respirar mejor porque sentía que su pecho se oprimía cada vez más.— ¿Él... cómo... está? — pregunto
Un nuevo día llegó por fin, después de una larga noche de angustia dónde la familia Carbajal y la familia Malvorich no de alejaron de sus respectivos retoños, quizás por miedo, quizás porque no se sentían capaces de alejarse de ellos.Dominick estaba estable lo que era positivo en cuanto a su mejoría mientras Mónic comenzaba a abrir los ojos con pesadez, sintiéndose realmente aturdida y sintiendo que no podía respirar, sus ojos de encontraron de inmediato con su adorable doctor, dándose cuenta de que no era un sueño; no había sido una alucinación por su parte en un momento de máxima debilidad.Extendió su mano hasta sujetar con fuerza el brazo de su doctor, quien se encontraba de pie a un lado de la camilla y ni siquiera se había percatado de que la muchacha había abierto los ojos por estar encimismado.— despertaste — logro decir después de sobreponerse el susto que se llevó al sentir el repentino agarre sobre su brazo, se apresuró a quitar la respiración artificial que asistía a la c
Resultaba increíble como las cosas podían cambiar de un momento a otro, como la secuencia de nuestras decisiones cambiaban el rumbo de nuestras vidas y como un amor podía estarse apagando mientras otro parecía surgir con fuerzas indestructibles...Edgar y Clarisa se encontraban sentados en el sofá de la habitación que Mónic ocupaba en el hospital, mirando discretamente la escena que su niña protagonizaba en compañía de su joven doctor. ¿Que había cambiado en ella?, esa pregunta no dejaba de rondar la mente de Edgar al ver ese brillo que ahora adornaba la mirada de su hija estando en compañía de ese doctorcito, un brillo que no veía hace muchos meses atrás.Resultaba adorable ver a la chica comportarse como una pequeña caprichosa, estando cruzada de brazos y con los labios fuertemente apretados mientras el doctor intentaba lograr que comiera aunque sea un poco de la comida que le habían llevado las enfermeras.— Vamos, nena... solo un poco... llevas mucho tiempo sin ingerir bocado — ped
Una semana... una larga semana había pasado desde el atentado en contra de Dominick y Mónic, una semana cargada de tensión, de preguntas, de investigaciones, de encierros y de angustias.Porque mientras a Mónic le habían dado de alta al día siguiente de haber despertado, Dominick seguía sumido en la inconciencia y se podría decir que aún no pasaba el peligro, seguía internado en el área de terapia intensiva; sus padres y su mejor amigo se rehusaban a apartarse del hospital hasta que el muchacho despertara; mientras que Mónic era la gran ausente.Desde que le habían dado de alta no había pasado a ver a Dominick ni una sola vez, cosa que parecía bastante extraña por parte de la muchacha y que causaba gran intriga en los padres del hombre.— Se me hace muy raro que Mónic no lo haya venido a ver — decía Bianca, con la vista fija en su hijo quien permanecía sumergida en la inconciencia. Le dolía tanto verlo en ese estado, conectado a esas máquinas.— Quizás resultó igual que su madre — expr
Los médicos estuvieron alrededor de una hora y media realizándole exámenes a Dominick, estudiando hasta el mínimo detalle para asegurarse de que el joven estuviera bien, al terminar finalmente sus familiares pidieron ingresar a verlo.— Tenía que venir Mónic para que despertarás, eh — bromeó Luis Alberto con una gran sonrisa, estaba de pie cruzado de brazos observando a su amigo, quién estaba semi sentado en su cama de hospital; las enfermeras lo había ayudado a acomodarse porque estaba cansado de estaré acostado.— Yo no domino a mi subconsciente — aseguro él, clavando su mirada en la muchacha que ataba sentada junto a él, quién tenía un tazón de sopa entre sus manos, enfriando la para darle al muchacho.— La magia del amor — aseguro Luis Alberto a modo de burla, Mónic acercando la cuchara llena de sopa hasta la boca de Dominick, quien apretó los labios con fuerza.— Vamos, Dominick... tienes que comer — hablo la chica, fingiendo molestia; mirando sería al hombre que ahora se ponía de
El intercambio de miradas entre Dominick Carbajal y Thiago Visantino resultaba aterrador; ambos mantenían una expresión inmutable, Thiago se recostó de la puerta, evitando así que alguien pudiera ingresar a la habitación e interrumpir su conversación.— ¿Y bien? — Thiago fue el primero en hablar, cansado de esperar que Dominick diera el primer paso, Dominick frunció el ceño, disgustado, esa cercanía que había evidenciado entre el italiano y Mónic.— ¿Por qué te acercaste a Mónic? — fue la primera pregunta que formuló el Carbajal, temía que el doctor estuviera acercándose a Mónic solo por una estúpida venganza y que está terminará lastimada por su culpa, porque indirectamente sería su culpa.Thiago sonrió divertido, sinceramente había visto venir esa pregunta por parte de su rival; no diría que odiaba al hombre pero si tenía cierto rencor hacia él debido a lo que había ocurrido muchos años atrás.— ¿Tienes miedo de que quiera vengarme de ti?, por favor Carbajal... no soy de tu calaña,
Muy pocos imaginan lo difícil que es amar a alguien que sabes que está prohibido...Solo un momento le basto a Thiago Visantino para convencerse de que Mónic estaba totalmente prohibida para él, ¿por qué?, simplemente porque él había llegado tarde a su vida... un segundo le había bastando para darse cuenta que Dominick Carbajal la amaba sinceramente, aunque era un idiota y cometía errores pero sinceramente ¿quién no comete errores?, errar es de humanos y ni siquiera él estaba libre de ese hecho.Dominick la amaba y ella lo amaba a Dominick, así que él era el único sobrante en esa ecuación... ¿que haría?... lo más lógico sería callar sus sentimientos... hacer como si no existieran y permanecer junto a ella como un amigo, así evitaría hacerle daño; porque si, confesarle que estaba perdidamente enamorado de ella solo le haría daño, solo le traería problemas, ella no estaba lista para eso, no aún; no cuando ella estaba tan liada de esa manera con Carbajal.Sería egoísta decirle que la ama
Para Thiago era simplemente increíble pasar tiempo con Mónic, esa mujer lograba ponerle los nervios de punta de la misma manera en la podía hacerlo esbozar la sonrisa más sincera que pudiera nacer de su ser. Después de que la muchacha se despidió de Dominick Carbajal en un emotivo momento, él había decido llevarla al centro comercial donde pasaron el resto de la tarde visitando las tiendas; disfrutando del lugar hasta que finalmente la noche se apoderó del firmamento...Al final del día había decidido llevarla a su hogar, ¿dónde más podría ella quedarse?, ya que no quería ir a la mansión Malvorich no había otro lugar donde él pudiera mantenerla a salvó como le había prometido al supadre. ¿Que más podría hacer?, ¿estaba cometiendo un error?, muy probablemente si, nadie ajeno a su propia familia había estado en esa casa y siendo sincero si se sentía un poco preocupado porque ella fuera la primera mujer en visitar ese lugar. ¿Pero que más podía hacer?, no tenía más opción.Cuando finalmen