Proseguí caminando, sin rumbo fijo, hasta que la lluvia empezó a caer sobre mí, empapándome por completo. Cada gota de agua era como un recordatorio de todo lo que había sucedido, un tormento que se sumaba al caos de mis pensamientos.El frío calaba hasta los huesos mientras las gotas golpeaban implacables mi cuerpo. Mi ropa se adhería a mí, como si formara una segunda piel, y el viento helado se colaba entre mis ropas, envolviéndome en un abrazo gélido.Estaba perdida en mi propio mundo, atrapada en un torbellino de emociones que amenazaban con ahogarme. Caminaba sin rumbo, sin saber hacia dónde dirigirme, sumida en la confusión y el dolor.Fue el sonido repentino de una bocina lo que me sacó de mi ensimismamiento. Levanté la vista y vi un automóvil detenido frente a mí. Brian salió del vehículo, y su presencia solo añadió más turbulencia a mi mente ya agitada. Lo último que deseaba en ese momento era tener que lidiar con Mauro, y estaba segura de que Brian me llevaría directamente h
MarielMe encontraba en medio de una encrucijada abrumadora, sin saber qué camino tomar para salvar a mi hijo. La ira de Marko había alcanzado un nivel explosivo, dejando un rastro de destrucción en la habitación de Alma y consumiendo sus pertenencias en un acto de desesperación. Nunca antes lo había visto tan enfurecido, tan profundamente herido.Para él, su mundo se había desmoronado por completo. La traición de la mujer que amaba, el descubrimiento de la verdad sobre su padre y la sensación de estar completamente solo lo habían destrozado. A pesar de mis intentos por consolarlo, Marko había expulsado a todos de la mansión, encerrándose en su dolor.Fue entonces cuando decidí buscar a Alma. Sabía que ella tenía las respuestas que necesitábamos, que su amor podría ser la clave para rescatar a Marko de la oscuridad que amenazaba con consumirlo por completo. Aunque no estaba seguro de qué esperar, sabía que debía intentarlo. Alma debía ayudarme a salvar a mi hijo.—Buenos días, señora
Meses después Me siento abrumada mientras me enfrento a la noticia de que tendré mellizos. El miedo se apodera de mí al imaginar cómo serán mis días con dos bebés. A punto de cumplir los ocho meses de embarazo, mi estómago parece una bomba a punto de explotar, y los comentarios insensibles de Brian, llamándome ballena, solo empeoran las cosas.Con mucho cuidado, he seleccionado los nombres para mis pequeños. Juliana, en honor a mi madre, y Gabriel, en memoria del valiente esposo de la señora Mariel, quien sacrificó su vida por mi madre y otras jóvenes atrapadas por el narcotráfico.Hoy, decidí escapar por un momento de la monotonía del hogar y me aventuré al centro comercial, a pesar de las advertencias de Brian. Necesitaba asegurarme de que mi niña, Juliana, tuviera suficiente ropa y se sintiera tan bienvenida como su hermano. Así que, entre los pasillos de tonos rosados, encontré la paz momentánea que necesitaba al seleccionar cada prenda con amor y esperanza para mi pequeña prince
Cinco años después.Estaba esperando ansiosamente la llamada para confirmar el pedido de las rosas.Planear una boda en tan poco tiempo no era tan sencillo como lo pensaba, pero valía la pena. Entre los muchos detalles a considerar, las flores, la música, la comida, y lo más complicado, lograr que Gabriel se mantuviera limpio por más de cinco minutos para las fotografías. Mi niño era un completo terremoto. No podía dejarlo solo más de cinco minutos porque ocurrían desastres. Hace algunos días, mientras yo dormía, se despertó hambriento y terminó rompiendo varios platos al intentar alcanzar unas galletas. No podría olvidar la vez que casi incendia el departamento jugando con cerillos.Solamente me estaba duchando y lo dejé mirando caricaturas en la sala. Aún no comprendíamos cómo pudo tomar los cerillos, pero alegó que deseaba hacer una fogata. Brian, Pia y yo habíamos ocultado todas las herramientas, pero su altura pequeña no era un impedimento cuando deseaba hacer alguna travesura.
Me sumergí durante horas en el chat, encontrando en él una especie de refugio que prefería a las interacciones cara a cara. No soy una persona sociable; en la universidad, ignoré las invitaciones de los hombres a salir. Aunque ocasionalmente venían a casa para trabajos grupales, Gabriel los espantaba con su celosía.Brian tiene un amigo que también me invitó a salir, pero Gabriel lo detesta. Cuando está cerca, Gabriel se aferra a mí y le hace gestos despectivos, dejando en claro su desagrado. Cada mañana, me preparo junto a Gabriel para el día, aunque él no disfruta mucho ir al colegio.Después de dejarlo en la escuela, conduje al centro comercial para recoger mi vestido de boda. Esta semana, Brian se casa y debo lucir impecable. Aunque es mi tío, nuestra relación es más de hermanos. Gabriel lo llama tío, pero para nosotros, somos más que familia.Estoy feliz porque Brian ha encontrado a una mujer maravillosa, pero lamento que no puedan tener hijos biológicos debido a la esterilidad d
Brian Méndez.Me encuentro muy desconcertado. Nunca imaginé que me casaría; de hecho, nunca estuvo en mis planes. Pero cuando conocí a Pía, sentí que había llegado el momento de formar mi propia familia.Siempre he sido yo contra el mundo. Nunca he tenido una familia, excepto Alma y Gabriel.Solo una vez pensé que las cosas podrían ser diferentes. Conocí a una mujer que me enloquecía, y habría estado dispuesto a todo por ella, pero ella no sentía lo mismo. Escogió la comodidad de su familia, pero eso es parte del pasado.Mañana seré un hombre casado y empezaré una nueva vida con Pía. Lo único que me preocupa en este momento es la seguridad de mi familia. Mi carrera nunca ha sido fácil, y soy consciente de que arriesgo mi vida constantemente.Desearía dejar protegida a Alma y al pequeño Gabriel. Sé que si yo llegara a faltar, ella sería el blanco de los ataques de los Ferrer, y principalmente de Marko.Él ya no es ni la sombra del hombre que fue algún día y tiene demasiado poder, más d
Alma Era uno de los días más felices de mi vida. Mi tío se casaría y sería feliz con una buena mujer.Todo lo que deseaba para él era amor y felicidad. Ambos se merecían formar una bella familia y tener muchos hijos.Cuando veía a Pía y Brian al pie del altar, no podía evitar pensar en Marko y en mí. Recordaba cuando nos casamos a escondidas y juramos que siempre nos amaríamos y nada ni nadie podría separarnos. Por supuesto, todo lo que dijimos fue una completa mentira.Nuestro amor nunca fue suficiente. Sencillamente no estábamos destinados a estar juntos. Mi padre, las mentiras de Mauro, mis propias mentiras y la cobardía de Marko, todo, absolutamente todo, fue mucho más fuerte que nuestro amor.Desde que era una niña, mi padre me repetía día y noche que Marko y yo no estábamos destinados a estar juntos. Él me lo repetía con la intención de lastimarme, pero ahora, al transcurrir los años, me daba cuenta de que tenía razón.Habían personas que nunca podrían estar juntas por más amor
Hacía más de una semana que Brian y Pía se habían casado, y yo no comprendía por qué habían postergado su luna de miel. Era una situación extraña, y ninguno de los dos deseaba hablar conmigo. No quería intervenir en su relación, pero sentía que necesitaban mi ayuda.Estaba cepillando el cabello de Gabriel mientras Pía me acompañaba. Mi pequeño había tomado un baño hace algunos minutos.—Ya puedo jugar, mami —me pide Gabriel, y yo asiento. Luego, él sube las escaleras prácticamente corriendo.—Muy bien, Pía, dime qué está ocurriendo con mi tío.—Te juro que te diría si lo supiera, Alma. Brian ha estado muy extraño durante las últimas semanas. No entiendo qué le ocurre.—Eso pasa cuando te casas con un muerto de hambre —comenta Delia mientras entra al departamento. Es evidente que los sirvientes le permitieron entrar.—¡No te permito que hables así de Brian! —le recrimino molesta.—Yo me expreso como quiero. Es evidente que tanto tú como tu tío desean la fortuna de mi familia y se aprov