Cinco años después.Estaba esperando ansiosamente la llamada para confirmar el pedido de las rosas.Planear una boda en tan poco tiempo no era tan sencillo como lo pensaba, pero valía la pena. Entre los muchos detalles a considerar, las flores, la música, la comida, y lo más complicado, lograr que Gabriel se mantuviera limpio por más de cinco minutos para las fotografías. Mi niño era un completo terremoto. No podía dejarlo solo más de cinco minutos porque ocurrían desastres. Hace algunos días, mientras yo dormía, se despertó hambriento y terminó rompiendo varios platos al intentar alcanzar unas galletas. No podría olvidar la vez que casi incendia el departamento jugando con cerillos.Solamente me estaba duchando y lo dejé mirando caricaturas en la sala. Aún no comprendíamos cómo pudo tomar los cerillos, pero alegó que deseaba hacer una fogata. Brian, Pia y yo habíamos ocultado todas las herramientas, pero su altura pequeña no era un impedimento cuando deseaba hacer alguna travesura.
Me sumergí durante horas en el chat, encontrando en él una especie de refugio que prefería a las interacciones cara a cara. No soy una persona sociable; en la universidad, ignoré las invitaciones de los hombres a salir. Aunque ocasionalmente venían a casa para trabajos grupales, Gabriel los espantaba con su celosía.Brian tiene un amigo que también me invitó a salir, pero Gabriel lo detesta. Cuando está cerca, Gabriel se aferra a mí y le hace gestos despectivos, dejando en claro su desagrado. Cada mañana, me preparo junto a Gabriel para el día, aunque él no disfruta mucho ir al colegio.Después de dejarlo en la escuela, conduje al centro comercial para recoger mi vestido de boda. Esta semana, Brian se casa y debo lucir impecable. Aunque es mi tío, nuestra relación es más de hermanos. Gabriel lo llama tío, pero para nosotros, somos más que familia.Estoy feliz porque Brian ha encontrado a una mujer maravillosa, pero lamento que no puedan tener hijos biológicos debido a la esterilidad d
Brian Méndez.Me encuentro muy desconcertado. Nunca imaginé que me casaría; de hecho, nunca estuvo en mis planes. Pero cuando conocí a Pía, sentí que había llegado el momento de formar mi propia familia.Siempre he sido yo contra el mundo. Nunca he tenido una familia, excepto Alma y Gabriel.Solo una vez pensé que las cosas podrían ser diferentes. Conocí a una mujer que me enloquecía, y habría estado dispuesto a todo por ella, pero ella no sentía lo mismo. Escogió la comodidad de su familia, pero eso es parte del pasado.Mañana seré un hombre casado y empezaré una nueva vida con Pía. Lo único que me preocupa en este momento es la seguridad de mi familia. Mi carrera nunca ha sido fácil, y soy consciente de que arriesgo mi vida constantemente.Desearía dejar protegida a Alma y al pequeño Gabriel. Sé que si yo llegara a faltar, ella sería el blanco de los ataques de los Ferrer, y principalmente de Marko.Él ya no es ni la sombra del hombre que fue algún día y tiene demasiado poder, más d
Alma Era uno de los días más felices de mi vida. Mi tío se casaría y sería feliz con una buena mujer.Todo lo que deseaba para él era amor y felicidad. Ambos se merecían formar una bella familia y tener muchos hijos.Cuando veía a Pía y Brian al pie del altar, no podía evitar pensar en Marko y en mí. Recordaba cuando nos casamos a escondidas y juramos que siempre nos amaríamos y nada ni nadie podría separarnos. Por supuesto, todo lo que dijimos fue una completa mentira.Nuestro amor nunca fue suficiente. Sencillamente no estábamos destinados a estar juntos. Mi padre, las mentiras de Mauro, mis propias mentiras y la cobardía de Marko, todo, absolutamente todo, fue mucho más fuerte que nuestro amor.Desde que era una niña, mi padre me repetía día y noche que Marko y yo no estábamos destinados a estar juntos. Él me lo repetía con la intención de lastimarme, pero ahora, al transcurrir los años, me daba cuenta de que tenía razón.Habían personas que nunca podrían estar juntas por más amor
Hacía más de una semana que Brian y Pía se habían casado, y yo no comprendía por qué habían postergado su luna de miel. Era una situación extraña, y ninguno de los dos deseaba hablar conmigo. No quería intervenir en su relación, pero sentía que necesitaban mi ayuda.Estaba cepillando el cabello de Gabriel mientras Pía me acompañaba. Mi pequeño había tomado un baño hace algunos minutos.—Ya puedo jugar, mami —me pide Gabriel, y yo asiento. Luego, él sube las escaleras prácticamente corriendo.—Muy bien, Pía, dime qué está ocurriendo con mi tío.—Te juro que te diría si lo supiera, Alma. Brian ha estado muy extraño durante las últimas semanas. No entiendo qué le ocurre.—Eso pasa cuando te casas con un muerto de hambre —comenta Delia mientras entra al departamento. Es evidente que los sirvientes le permitieron entrar.—¡No te permito que hables así de Brian! —le recrimino molesta.—Yo me expreso como quiero. Es evidente que tanto tú como tu tío desean la fortuna de mi familia y se aprov
Muy temprano, Miguel había enviado a su chófer para recogernos. Sabíamos que pasaríamos solo dos días en la isla, así que preparé un pequeño bolso con mis pertenencias y las de Gabriel.Mi hijo estaba emocionado; le encantaba el agua y la idea de ver delfines u otros animales marinos. A pesar de que no le agradaba Miguel, estaba ansioso por el paseo.Pía y Brian estaban tan desconcertados como yo, pero Delia estaba radiante; deseaba pasar todo el fin de semana con Miguel. Nunca la había visto tan ilusionada con alguien.El chofer nos llevó al aeropuerto, donde abordamos el avión privado de Miguel. Nos recibió uno de sus empleados y nos informó que Miguel se disculpaba porque llegaría más tarde debido al trabajo; nos alcanzaría en la isla.El viaje en avión duró tres largas horas hasta que finalmente llegamos al lugar. La isla era extensa, repleta de palmeras y otros árboles tropicales, con un lago cercano a la casa. Solo pude vislumbrar un poco del paisaje mientras un carro nos llevab
No podía creer que nuevamente me ocurriera esto. Era como una especie de déjà vu de la ocasión en la que Mauro me había secuestrado. Odiaba estar amarrada y con los ojos vendados. No podía ver absolutamente nada y sentía que el terror me invadía. Mi rostro estaba empapado de lágrimas y cada centímetro de mi cuerpo temblaba. No podía morir, no podía dejar solo a mi hijo. Él no podía vivir lo mismo que yo, una niñez siendo huérfano. Un niño necesita a su madre y mi Gabriel me necesitaba a mí, y yo lo necesitaba a él.Intentaba calmarme y pensar fríamente, pero no podía hacerlo. No entendía quién estaría interesado en lastimarme. Yo nunca le había hecho daño a nadie y estaba muy lejos del negocio de narcotráfico. No estaba segura de cuánto tiempo llevaba en ese lugar, pero asumía que habían sido varias horas.Salí de mis pensamientos cuando escuché que alguien entraba al cuarto. Escuchaba pasos acercándose a mí y sentía que temblaba. De repente, alguien me quitó la venda y la mordaza.Me
Entre la multitud de personas, divisé a Brian y a Miguel, quienes se acercaron a mí con rostros de preocupación. Brian me abrazó con fuerza y depositó un beso en mi frente. Parecía aliviado de verme.—Alma, qué gusto que estés bien. — Pronunció mi tío al abrazarme.No lograba emitir ninguna palabra ni enfocar mi mirada en ellos. La adrenalina ya había pasado y llegó a mí un intenso dolor en el tobillo; seguramente me lastimé al saltar de la ventana y no lo había notado.—Está herida, necesitamos una ambulancia. — Pidió Miguel.—Es solo un rasguño. ¿Dónde está mi padre? — Inquirí.Ni Miguel ni Brian me respondieron. Insistieron en que los paramédicos me revisaran.Fueron las dos horas más largas mientras me llevaban a la clínica. Lo único que habitaba en mis pensamientos era Gabriel; necesitaba asegurarme de que él estuviera bien, necesitaba volver a su lado.Estaba tan nerviosa que los paramédicos decidieron sedarme, y no supe nada más de mí.[...]Me desperté aturdida y desconcertada