Al día siguiente, Craig llevó personalmente a su padre hasta su auto.-Aun estas a tiempo de arrepentirte. Estoy seguro de que Ann te perdonará.Esa misma mañana, Craig le había dejado en claro todas y cada una de sus decisiones: la primera era sobre que no se alejaría de Marcus; la segunda, era sobre ese compromiso con Ann que no se llevaría a cabo ni ahora, ni nunca; y la tercera era que no importaba si estaba de acuerdo o no, no habría cosa que pudiera hacer para que cambiara de opinión.-Que tengas buen viaje padre.Craig se dio media vuelta para regresar a sus actividades pero divisó una figura corriendo en su dirección.-¡General Elsher!—gritó Owen.Owen intentaba recuperar el aliento, pero en el momento en que vio al hombre detrás de Craig, tuvo que dar un par de pasos atrás por instinto.-Owen—lo llamó Craig colocándose frente a él— ¿Qué pasa?-Estábamos en el comedor y unos tipos se llevaron a Marcus.En un acto inmediato y sin detenerse a pensarlo, Craig se dio la vuelta y t
El Coronel llevó a la madre de su hijo hasta la que había sido su oficina sin decir una sola palabra. Sabía que la mujer estaba enojada por algo y aunque se preocupaba por ella y quería preguntar que le pasaba, no lo haría. Al menos no directamente. -¿Qué haces aquí?—preguntó fingiendo molestia. -¿En serio creíste que dejaría a mi hijo contigo sin supervisión? A veces eran sorprendentes las formas tan similares en que pensaban, ambos habían puesto a gente a espiar a su hijo, pero cada uno por distintas razones. -¿Descubriste algo interesante? No le gustaba ser tan sínico con ella, pero ya era más una costumbre que un gusto. -¿Interesante? No. Creo que la palabra correcta es: estúpido. El hombre no pudo retener la sonrisa, jamás podría evitar reír si estaba con ella, independientemente de la situación. -Parece que tu nuevo esposo ha ampliado tu vocabulario. Le hubiera encantado verla sonreír, hace mucho no la veía hacerlo con él. -Ya basta de bromas Christ, no vine hasta aquí
Marcus.Craig era mi novio. No podía creerlo todavía. En serio, no puedo.Regresé a mi habitación con la misma sonrisa que había tenido todo el día. Mis compañeros ya estaban ahí; Owen estaba en su computadora y Cameron leía un libro. Pero los tres dejaron de hacer lo que hacían y me miraron con una sonrisa burlona.-Entonces… ¿Tú y el General Elsher?—preguntó Owen.-¿Tú y él General Thatcher?—respondí. -Algo así—dijo con una sonrisa.-Solo no le digas a nadie—supliqué pidiéndole por los dos, por mí y por él.No me avergonzaba estar con Craig, al contrario, me encanta la idea de que un gran General, un alfa en toda la extensión de la palabra y una maravillosa persona como Craig me pidiera ser su pareja. Pero el ambiente no era el adecuado cómo para ir gritándolo a los cuatro vientos.Voltee a ver a Cameron, pidiéndole en silencio que también guardara el secreto.-No diré nada Marcus—me tranquilizó—Además, yo también necesito que me guarden un secreto. Cameron cerró su libro y con su
MarcusAl día siguiente, fui a desayunar como de costumbre pero no vi a Craig por ningún lado. Estaba de pie en medio de la cafetería buscándolo cuando una voz a mis espaldas me hizo dar un brinco del susto. -No está aquí—dijo el General Thatcher—pero te envía esto.En sus manos había un pedazo de papel.-Gracias General—le dije antes de tomar el papel.-Llámame Takeo, creo que a estas alturas no es necesaria tanta formalidad.Se fue a su mesa y yo me dispuse a hacer lo mismo. Desdoble la hoja y leí el mensaje: “Probablemente esté en la oficina todo el día, por si quieres visitarme. Te extraño.Sabía que estaba sonriendo, sabía que algunas personas me miraban raro, pero me importaba muy poco. Craig me hacía feliz, más feliz de lo que creí que podría serlo y ya que no podía gritar, sonreír me parecía lo más apropiado.Decidí ver a Craig a la hora del almuerzo, pero antes de entrar a la cafetería, el amigo de Craig, Garret, gritó mi nombre y corrió en mi dirección.-¡M
Marcus.-Entonces, ¿ya por fin están juntos?-Si mamá, Craig ya es mi novio.Debido a que en la base solo teníamos un día y medio de descanso, aprovechaba ese tiempo para hablar con mi madre. Ella se había ido de la cuidad a un refugio, por lo tanto no podía visitarla, así que solo nos quedaban estas pequeñas llamadas los fines de semana.Digo que es un día y medio de descanso porque los sábados aun teníamos que trabajar. No era un entrenamiento como el del resto de la semana, solo nos asignaban una tarea; ya sea limpiar, acomodar o algo relacionado al mantenimiento de la base, una vez que terminabas, tenías el resto del día libre y el domingo era algo así como un regalo caído del cielo.En esta ocasión, me había tocado ayudar con el inventario de la enfermería y mientras revisaba los suministros, decidí llamar a mamá.-Estoy muy feliz por ti cariño, espero poder conocerlo pronto.Cuando comencé a tener mis sospechas por lo que pasaba entre Craig y yo, sabía que solo mi mamá tendría l
MarcusGuarde mi teléfono y decidí que debería darle algo de tiempo a Craig, así que fui a la cafetería a buscar algo para comer. Había notado que a Craig le gustaba mucho una pasta con carne que preparaban en la cafetería, así que pedí dos tazones y mientras esperaba me puse a pensar en lo que podríamos hacer.Normalmente nuestro tiempo juntos era en el entrenamiento, charlábamos un poco antes de despedirnos pero esta era la primera vez que podíamos pasar un rato desde temprano. Estaba nervioso, me sentía como un adolescente de nuevo.Diez minutos después la comida estuvo lista y fui directo hasta el dormitorio de Craig. Había pensado en cambiarme, no usaba uniforme en esta ocasión y aunque consideraba que mi ropa no estaba mal, debía de usar algo mejor. Pero si dejaba pasar más tiempo, la comida se enfriaría y haría esperar más a Craig… Y a mí.Era bueno que casi todos decidieran salir, así no tenía que preocuparme por si alguien me veía entrar en el cuarto de Craig. No sé si me rec
Marcus ya tenía alrededor de diez minutos despierto, había pensado en levantar a Craig también, pero se veía tan lindo durmiendo que no se atrevió a perturbar sus sueños.Había muy poca luz, el sol aún estaba oculto tras las nubes por lo que la luz que se filtraba por la ventana era casi nula. De hecho, el día pintaba para estar nublado todo el tiempo.La habitación había adoptado unos tonos grises y una ligera luz blanca, Craig tenía la sabana cubriendo hasta sus caderas, con la espalda descubierta, su cara apoyada sobre sus brazos y el cabello despeinado. Se veía tan tranquilo, como si por primera vez en mucho tiempo estuviera descansando. Su ancha espalda subía y bajaba con el ritmo de su respiración y sus labios entreabiertos le daban un toque adicional a su belleza.Marcus había conocido a muchos chicos guapos, pero ninguno como Craig. Nunca encontraría a alguien como él.-Buenos días.La voz somnolienta de Craig sacó a Marcus de sus pensamientos. Craig bostezó una última vez y c
El día estaba más que perfecto. El sol no se había asomado mucho; las nubes se veían grises, tal vez llovería; el viento era refrescante y el aroma fresco de los pinos le daba un toque perfecto al ambiente, pues para Marcus, era como si el mundo entero oliera a Craig.Ambos chicos caminaban al lado del otro, tan juntos que sus manos se rozaban de vez en cuando. La feria aun no abría sus juegos, así que decidieron ir a dar un paseo por la plaza y todos los puestos que tenía. Era como un pueblito mágico, aunque no sabrían decir si lo era por las cosas lindas que tenia o solo era porque ellos estaban enamorados.Marcus estaba fascinado con lo que veía, había tantas artesanías y detalles hermosos en los puestos que ya no sabía que recuerdo llevarle a su madre. Mientras que Craig estaba simplemente fascinado con Marcus. Parecía un niño pequeño cuando