MarcusAl día siguiente, fui a desayunar como de costumbre pero no vi a Craig por ningún lado. Estaba de pie en medio de la cafetería buscándolo cuando una voz a mis espaldas me hizo dar un brinco del susto. -No está aquí—dijo el General Thatcher—pero te envía esto.En sus manos había un pedazo de papel.-Gracias General—le dije antes de tomar el papel.-Llámame Takeo, creo que a estas alturas no es necesaria tanta formalidad.Se fue a su mesa y yo me dispuse a hacer lo mismo. Desdoble la hoja y leí el mensaje: “Probablemente esté en la oficina todo el día, por si quieres visitarme. Te extraño.Sabía que estaba sonriendo, sabía que algunas personas me miraban raro, pero me importaba muy poco. Craig me hacía feliz, más feliz de lo que creí que podría serlo y ya que no podía gritar, sonreír me parecía lo más apropiado.Decidí ver a Craig a la hora del almuerzo, pero antes de entrar a la cafetería, el amigo de Craig, Garret, gritó mi nombre y corrió en mi dirección.-¡M
Marcus.-Entonces, ¿ya por fin están juntos?-Si mamá, Craig ya es mi novio.Debido a que en la base solo teníamos un día y medio de descanso, aprovechaba ese tiempo para hablar con mi madre. Ella se había ido de la cuidad a un refugio, por lo tanto no podía visitarla, así que solo nos quedaban estas pequeñas llamadas los fines de semana.Digo que es un día y medio de descanso porque los sábados aun teníamos que trabajar. No era un entrenamiento como el del resto de la semana, solo nos asignaban una tarea; ya sea limpiar, acomodar o algo relacionado al mantenimiento de la base, una vez que terminabas, tenías el resto del día libre y el domingo era algo así como un regalo caído del cielo.En esta ocasión, me había tocado ayudar con el inventario de la enfermería y mientras revisaba los suministros, decidí llamar a mamá.-Estoy muy feliz por ti cariño, espero poder conocerlo pronto.Cuando comencé a tener mis sospechas por lo que pasaba entre Craig y yo, sabía que solo mi mamá tendría l
MarcusGuarde mi teléfono y decidí que debería darle algo de tiempo a Craig, así que fui a la cafetería a buscar algo para comer. Había notado que a Craig le gustaba mucho una pasta con carne que preparaban en la cafetería, así que pedí dos tazones y mientras esperaba me puse a pensar en lo que podríamos hacer.Normalmente nuestro tiempo juntos era en el entrenamiento, charlábamos un poco antes de despedirnos pero esta era la primera vez que podíamos pasar un rato desde temprano. Estaba nervioso, me sentía como un adolescente de nuevo.Diez minutos después la comida estuvo lista y fui directo hasta el dormitorio de Craig. Había pensado en cambiarme, no usaba uniforme en esta ocasión y aunque consideraba que mi ropa no estaba mal, debía de usar algo mejor. Pero si dejaba pasar más tiempo, la comida se enfriaría y haría esperar más a Craig… Y a mí.Era bueno que casi todos decidieran salir, así no tenía que preocuparme por si alguien me veía entrar en el cuarto de Craig. No sé si me rec
Marcus ya tenía alrededor de diez minutos despierto, había pensado en levantar a Craig también, pero se veía tan lindo durmiendo que no se atrevió a perturbar sus sueños.Había muy poca luz, el sol aún estaba oculto tras las nubes por lo que la luz que se filtraba por la ventana era casi nula. De hecho, el día pintaba para estar nublado todo el tiempo.La habitación había adoptado unos tonos grises y una ligera luz blanca, Craig tenía la sabana cubriendo hasta sus caderas, con la espalda descubierta, su cara apoyada sobre sus brazos y el cabello despeinado. Se veía tan tranquilo, como si por primera vez en mucho tiempo estuviera descansando. Su ancha espalda subía y bajaba con el ritmo de su respiración y sus labios entreabiertos le daban un toque adicional a su belleza.Marcus había conocido a muchos chicos guapos, pero ninguno como Craig. Nunca encontraría a alguien como él.-Buenos días.La voz somnolienta de Craig sacó a Marcus de sus pensamientos. Craig bostezó una última vez y c
El día estaba más que perfecto. El sol no se había asomado mucho; las nubes se veían grises, tal vez llovería; el viento era refrescante y el aroma fresco de los pinos le daba un toque perfecto al ambiente, pues para Marcus, era como si el mundo entero oliera a Craig.Ambos chicos caminaban al lado del otro, tan juntos que sus manos se rozaban de vez en cuando. La feria aun no abría sus juegos, así que decidieron ir a dar un paseo por la plaza y todos los puestos que tenía. Era como un pueblito mágico, aunque no sabrían decir si lo era por las cosas lindas que tenia o solo era porque ellos estaban enamorados.Marcus estaba fascinado con lo que veía, había tantas artesanías y detalles hermosos en los puestos que ya no sabía que recuerdo llevarle a su madre. Mientras que Craig estaba simplemente fascinado con Marcus. Parecía un niño pequeño cuando
Tal y como lo habían sospechado, había comenzado a llover. Craig y Marcus tuvieron que correr de vuelta a la habitación de Craig, aceptando que no había manera de evitar empaparse. No era tan malo, ambos entraron con la ropa y el cabello húmedo a la habitación, riendo como dos niños que habían ido a jugar un rato.-Déjame guardar las cosas—dijo Craig mientras tomaba las bolsas de las cosas que habían comprado y ponía las flores de Marcus en agua.Mientras Craig hacia todo eso, Marcus se encaminó hasta la habitación. Estaría completamente a oscuras de no ser por la luz de la luna que entraba por la ventana.La luz señalaba la cama como enviándole una señal divina que resultaba divertida.Se acercó y pasó una de sus manos por la colcha, sintiendo inesperadamente un cosquilleo en el cuello. Cómo una señal.
Craig.Mi alarma había sonado como todas las mañanas, normalmente me levantaba a las cuatro de la mañana para ir a correr, pero en el momento en que vi a Marcus entre mis brazos, decidí que no pasaría nada si no corría un día.Su respiración era tranquila; tenía el cabello alborotado y los labios entre abiertos; su cuerpo estaba lleno de marcas que yo había hecho anoche pero había una más llamativa que tenía mi atención.Había mordido a Marcus.De hecho, Marcus me pidió que lo mordiera; aun puedo escuchar su voz jadeante, rogándome que lo hiciera.Ahora, gracias a esa marca, no había nada ni nadie en el mundo que pudiera alejarlo de mí. Marcus era mío para siempre, al igual que yo le pertenecería toda la vida.Pero la verdad, es que hay varias cosas que no me dejan tranquilo.<
CraigMarcus y yo estábamos llenando una pequeña mochila con cosas que creíamos podríamos necesitar. Le había contado a Marcus más a detalle sobre los planes de Garret para este día; cuando nos asignaron a esta base, nos dimos a la tarea de conocer a fondo el lugar. Mientras Eliza revisaba los edificios y Takeo y yo los alrededores, Garret salió detrás de un arbusto gritando que había encontrado algo.Resulta que había encontrado un lago a más o menos un kilómetro lejos de la base. A decir verdad, era un lugar muy bonito, Garret había querido ir ahí desde que llegamos pero hemos tenido tanto trabajo que apenas y nuestras reuniones semanales solo podían ser por trabajo.Nos reunimos en el campo de entrenamiento. Le había dicho a Marcus que podía invitar a sus amigos, ya que imaginaba que se sentiría raro al estar sol