Akira
—El trabajo está listo. Solamente encontramos una señora y la tenemos aislada, Sr. Akira.—Llévame con ella.—Si, señor.Al llegar al área, me encontré con la madre de mi papá.—Oh, creo que hoy la suerte está a mi favor. No puedo creer que aún estés viva, vieja.—¿Shuji?—¿Tanto me parezco?—¿Quién eres?—¿Tienes problemas con la memoria, abuela?—¿Quiénes son ustedes?—Soy el bastardo, ¿No me recuerdas? El mismo que hace 20 años maltrataste, anciana. El hijo no deseado del que abusaste varias veces. No pensé encontrarte aquí. Pensé que tendría la sorpresa de conocer a mi madrastra y a mis hermanos, pero veo que no seAkira—Se quedarán aquí vigilando. Cualquiera que entre a esta casa no lo dejen salir, ¿Quedamos claro?—Si, Sr. Akira.—Quiero que me informen de cualquier situación que suceda. Voy a ir a la casa, no quiero estar más aquí. No dejen rastro de esa vieja.—Si, señor.Lisa—¿Me podría prestar su teléfono? Akira me pidió que lo llamara y no tengo el mío — le dije a Mr. Jefferson.—Claro, lisa — subí a mi habitación.Luego de bañarme y acostarme en la cama le marqué a Akira, pero no respondió. Supongo que debe estar muy ocupado.A la mañana siguiente, Lin amaneció en la cama conmigo, no sé en qué momento se metió.—Buenos días, mi amor, ¿Est
Estaba jugando con los niños, cuando llegó Akira. Podía esperar cualquier cosa, pero no sabía que vendría tan pronto. Justo lo que necesitaba, al menos no tendré que aguantarme esta maldita rabia dentro de mi. Llegó con unas rosas y unos regalos para los niños. Muy sonriente el cabrón, eso me estaba hirviendo la sangre. Saludó a Mr. Jefferson y a los niños, para luego venir a donde mí.—¿Mi corderito no está feliz de que haya regresado antes de tiempo?— tengo que calmarme y no perder la cabeza. Todos están aquí y no puedo hacer un drama frente a todos. Sonreí como si nada estuviera pasando.—Por supuesto, mi amor. No sabes lo feliz que estoy — lo abracé con unas ganas de matarlo—. Te extrañé mucho, querido— lo besé y puse mis brazos alrededor de su cuello—. ¿Ser&aa
—Quedémonos esta noche aquí — me propuso Akira.—No, quiero ir a la casa.—No te voy a llevar a la casa. Quiero que arreglemos esto ahora.—No tengo nada más que decir. No quiero estar un segundo más en este lugar. Espero te haya quedado claro que no quiero que te vuelvas acercar a nosotros. Si vas a continuar con esta maldita actitud, no te quiero cerca de ellos ni de mi— Akira suspiró molesto.—¿Así quieres las cosas? ¿Realmente quieres dejarme?—Si, ya me cansé. No quiero continuar así, ya fue suficiente.—No voy aceptarlo, ya se te pasará.—¿Eso crees? Has ido muy lejos. ¿Crees que voy andar perdonando todo?—Estás exagerando, no hice nada malo. Solo quería que mi hijo aprendiera a defenderse.&m
Han pasado tres meses desde que terminé con Akira. Han sido lo tres meses más largos de mi vida. Nos hemos distanciado por completo, no lo he visto, ni tampoco a visto a sus hijos desde entonces. No lo he permitido, ni Mr. Jefferson tampoco. No hay un día que nuestros hijos no pregunten por Akira; en especial Kaori, por obvias razones y porque es la más unida a él. Me duele tener que mentirle, es sumamente doloroso. No podía decirle la verdad. Lin trata de darme ánimos en muchas ocasiones, él es más grande y comprende mi dolor. Ha sido un proceso devastador. ¿Por qué tiene que doler tanto enamorarse?Me mudé con mis hijos a un apartamento que queda cerca del trabajo. Sigo trabajando en el mismo café, salgo con mis compañeras en algunas ocasiones. Nos hemos vuelto más cercanas por más que traté de alejarme; aunque se siente bien salir y despejar la mente
—Sabía que contigo no iba ser así de fácil, fue un error venir aquí.—Tu más que nadie sabías que no iba a firmar eso. Si creíste que al venir aquí con esa mierda de documentos, iba a permitir que te salieras con la tuya, estás equivocada, corderito. Si viniste aquí fue porque deseabas verme, ¿No es así?—Contigo no hay forma de hablar, Akira. Será mejor dejar el tema hasta aquí— intenté salir, pero se cruzó en la puerta.—¿Y tú crees que ahora que llegaste aquí, te dejaré ir así de fácil?—No te atrevas hacer nada. No hagas esto más difícil.—No me importa lo que digas. De aquí no vas a salir — cerró la puerta con seguro y retrocedí—. ¿Por qué no llamas a Mr. Jeffer
Salí de su despacho, ya no había vuelta atrás. Sé que nada iba a cambiar luego de haber dicho eso. Herir a la persona que más amas es muy doloroso. ¿Por qué tiene que doler tanto?—¿Está todo bien, lisa?—No, Mr. Jefferson. Como era de esperarse, él no va a firmar.—Podemos seguir haciendo los trámites si quieres.—No, lo dejaré así por un tiempo. Akira no va aceptar el divorcio.—Hay maneras de divorciarse sin necesidad de su firma.—Dejaré las cosas así por un tiempo, será lo mejor para los dos. ¿Nos vamos?—Sí, vámonos.Recogí a los niños y me fuí a la casa. Quise que me acompañaran al compartir que tendría con mi compañera de trabajo. No sentía ganas de ir,
—Te recuerdo que hacías lo mismo, no sé porque te sorprende.—Te recuerdo que lo hacía para ayudarlos, en cambio estoy seguro que lo haces por otra razón.—¿Y qué con eso? Te advertí que no te metieras en mis asuntos y lo estás haciendo.—Y lo seguiré haciendo hasta averiguar tus verdaderas razones, porque está claro que no lo dirás.—No tengo que hacerlo. Deberías quedarte con tu familia en vez de estar pendiente a alguien que sacaste de tu vida como un perro. No te hagas el que te importa en lo que estoy metido, porque la realidad del caso, es que no te importa; así que te vuelvo a advertir, no te metas en mis asuntos.—Quiero que dejes ese negocio, Akira. Me he estado preocupando por ti, porque me importas. Eres un necio y un cabrón, pero sigues siendo mi sangre.—P
Al salir del trabajo, busqué a los niños a la escuela y nos fuimos a la casa. No sé a qué hora venga Akira y quiero estén listos cuando eso pase. Me pregunto ¿cómo van a reaccionar? Estoy algo nerviosa y ansiosa. Luego de ayudarlos a bañar y estudiar con ellos, me fui a bañar también. Ya había caído la noche y Akira no había llegado. Quizás se olvidó o le surgió algo en el trabajo. Dieron las ocho y fue cuando llegó. Escuché el toque en la puerta, pero fue Lin abrir.—¿Papá?—Tanto tiempo, campeón. ¿Cómo está todo?—lin se quedó frio, pero aún así lo saludó.—¿Te gusta?— vino con varios regalos para los niños. Kaori al verlo corrió hacia él.—¡Papá!— Akira la