Altagracia y Alberto se quedaron mirando con Daniel, este les dijo:—Creo que mi hermana encontró una buena solución para evitar más problemas, pero no estoy seguro que eso sea lo correcto, José Ignacio merece saber que va a tener un hijo.—Tu hermana supo hacer las cosas, nada ganamos con decirle a José Ignacio de ha embrazo, él puede continuar con su vida, Mariana con la suya, en Europa puede conocer a otro hombre que no tenga nada que ver con Alejandro, así los Alcázar no estarán tan ofendidos y tanto los Salvatierra como nosotros no nos veremos afectados.Mariana no ocultó de sí misma la pena que sintió por dentro al mentirle a José Ignacio, desalentada de ánimo se sentó a un lado de la cama y se tocó el vientre. "Le mentí a tu padre, él no merece esta mentira, pero es la única manera de evitar que mi familia y la de tu padre se vean afectadas. Si hubiera conocido antes a tu papá las cosas serían diferentes; no sé por qué el destino puso a Alejandro en mi camino antes que a José
Llegaron al jardín y se sentaron en la mesa junto a la piscina, Alejandro pese a que estaba despechado, notó que algo sucedía con su amigo; José Ignacio parecía andar de mal humor, además estaba muy callado y pensativo con la mirada hacia la nada.—¿Qué te está pasando José Ignacio?—¿Por qué lo preguntas?—Tienes una cara, la misma que tenía yo cuando Mariana me dejó plantado en el altar. —Jose Ignacio se quedó callado, Alejandro se inclinó hacia él y con tono de complicidad de dijo:—Es por una hembra que estás así, lo sé porque escuché a Braulio referirse a ella. —José Ignacio volteó y lo miró a los ojos, deseó soltar de una que se trataba de Mariana.—¿Qué escuchaste exactamente?—Lo que dijo tu papá, se refirió a ella de forma despectiva, prefiero no repetir sus palabras. —Están equivocados, es una buena mujer, cometió un error conmigo, eso no la hace mala; pero mi familia no lo entiende.—Lo mismo me está pasando con mi familia, acusan a Mariana porque huyó de la iglesia; lo t
Inés y Braulio tras bastidores le hicieron seguimiento al embarazo de Mariana, ese niño que nacería tenía en sus venas sangre de los Salvatierra, ellos no podían evitar sentir culpa de que ese pequeño fuera a crecer sin conocer su verdadero origen.Inés conversó con Altagracia y le pidió que le enviara por fax fotos del bebé.Por la noche a la hora de la cena, en la mesa solo estaban Braulio e Inés. A solas Braulio le Preguntó a su hermana:—¿Hablaste con Altagracia?—Sí, me dijo que todo está bien, Mariana recibió los regalos que enviamos para el bebé.—¿Le pediste fotos del bebé?—Sí, más tarde las enviará por fax. —Inés notó que Braulio estaba cabizbajo, él no tenía casi apetito y dejó el plato. Ella algo compasiva le dijo:—¿Estás triste por el niño verdad?—Ya es tarde para sentirse triste, ya nació y está lejos de nosotros, pero no dejo de pensar que pudimos haber hecho algo diferente que enviar a esa pobre muchacha tan lejos, ella pasó sola su embarazo, ahora mi nieto, mi prime
Maru era la dama de honor principal, el día de la boda acompañó a Mariana en los preparativos. Después que ya se había puesto el vestido y los zapatos, solo faltaba el velo. Altagracia la madre de Mariana llegó a la habitación y sonrió al ver a su hija.—¡Que linda estás hijita! —Extendió los brazos para abrazarla, Mariana más que abrazar a su madre se refugió en su pecho, Altagracia la oyó sollozar, se separó de ella y la observó.—¿Hija por qué lloras? —Mariana intentó calmarse, Maru le dijo:—Mariana ha estado muy nerviosa.—Es normal —Le agarró las manos—. Yo también estuve muy nerviosa cuando me casé con tu padre, pero ya después se te pasará. —Mariana agachó el rostro y asentó.—Bueno, voy abajo a acompañar a tu padre, está muy ansioso.—Está bien mamá, dile a papá que bajo en cinco minutos.Cuando quedaron solas Maru tomó el velo.—Siéntate para acomodarte el velo. —Mariana se sentó en la silla de la cómoda, Maru agregó:—Tienes que calmarte, ya llegaste hasta aquí, ya no hay
La novia llegó a la iglesia, mientras los violines echaban a andar su preciosa y romántica melodía nupcial, Mariana se quedó parada en la entrada. Los invitados estaban de pie expectantes queriendo ver a la hermosa joven dirigiéndose al altar. La iglesia estaba extravagantemente adornada con flores de distintas especies color blanco. Nadie podría imaginar el infierno que Mariana estaba experimentando en secreto; no solo por ese embarazo ni por lo sucedido con José Ignacio en la cabaña; la verdad era que había tenido con Alejandro un tormentoso noviazgo, caracterizado por el maltrato, celopatía y hasta golpes que le infringió en distintas ocasiones. Él tenía el control sobre ella y había mermado casi en su totalidad su fuerza de voluntad y su capacidad de tomar decisiones.A pesar de todo, y con su disminuida fuerza de voluntad, ella decidió dejarlo meses atrás y se marchó por unos días a una cabaña a esconderse de Alejandro mientras él aceptaba el rompimiento.En esos días él insisti
Alguien llamó a la puerta, Mariana supuso que Maru había llegado antes de la hora pautada. Cuando abrió su rostro se llenó de asombro, Alejandro se quedó mirándola fijo como un halcón cazando su presa. Llevaba puesto un traje color gris con una corbata finamente combinada, Mariana reconoció el traje, era el que ella misma le había regalado para su cumpleaños el año anterior. Con los hombros erguidos camino adentrándose en la cabaña.—Ya que no me invitas a pasar pues me invito yo solo.Ella dejó la puerta abierta.—¿Qué haces Alejandro?—Sabes la respuesta, pero te lo voy a decir; vine por ti, para llevarte conmigo.—No iré contigo, lo nuestro ya se acabó. —Alejandro puso una dura expresión y le habló con una voz fuerte.—Lo muestro acabará cuando a mi se me dé la gana. —Mariana se afligió.—Alejandro esto no puede continuar así, tenemos demasiados problemas. —Él se metió la mano debajo de la chaqueta y sacó un revólver, rápidamente se acercó a ella y lo puso sobre su frente, Marina c
Alexa regresó con Alejandro, él se encontraba con su padre intentando estar calmado, pero estaba que iba a esa sala a traer a su prometida así fuera a rastras. Se quedó mirando a su hermana con una dura expresión en el rostro.—¿Qué espera Mariana para venir y acabar ya con esta maldita ceremonia? ya estoy perdiendo la paciencia. —Mariana se ha ido. —El padre de Alejandro dijo:—¡¿Cómo que se ha ido?! —Alejandro negó con la cabeza.—Esto debe ser una broma, una maldita broma de muy mal gusto. —Alexa con cara de preocupación respondió:—No es una broma Alberto y Daniel ya se fueron a buscarla a la casa. Alejandro fue a donde estaban los demás, Ignacio su padre y Alexa fueron con él. Cuando vio a Altagracia frunció los labios y mostró sus dientes antes de decir:—¿Dónde está? —Altagracia se sentía muy avergonzada.—No lo sé, fue al tocador y no regresó más, Renato y Daniel ya fueron a buscarla.—Mariana no puede hacerme esto.—Mejor calmate hijo. —Dijo Andrea. —Alejandro muy furioso
Renato dejó a Daniel en la casa y se fue a la casa de la familia Alcázar a hablar con los padres de Alejandro y ponerlos al tanto de la situación.Cuando llegó Alejándro estaba con ellos y otros miembros de la familia en la sala. Con una actitud desesperada se acercó a él.—¿Dónde está Mariana? Necesito hablar con ella.Renato lo miró con reproche.—Quiero hablar contigo y con tus padres a solas. —La sala estaba llena de gente, Andrea le dijo:—Podemos ir al estudio.Se metieron al estadio, Alejandro le dijo:—¿Mariana por qué huyó de la iglesia? —Renato puso una dura mirada sobre Alejandro.—¿Aún tienes la desfachatez de preguntar? Mariana ya me contó todo, que la amenazaste con un revólver prometiendo matarla si no se casaba contigo; también me contó que la golpeabas. —Andrea asombrada se tapó la boca. Ignacio miró a Alejandro:—¿Es eso cierto?—No papá, yo la amo, jamás le haría daño; eso es mentira.—Mi hija no es una mentirosa, te tiene miedo, está en la casa temblando diciendo q