CAPÍTULO CUARENTA Y UNO
{Jasper, no sé dónde estás. Tampoco quiero que vuelvas. Espero que no lo hagas. Rhonda y Jack han sido la única parte que ha salido perjudicada para vosotros de vuestro estúpido juego. Espero que eso te haga pensar. Siento pena por ti. No te mereces una vida repleta de sangre y de muertes. Mereces curarte de tu enfermedad, porque tú no tienes la culpa de lo que viviste de pequeño. Si quieres reencontrarte conmigo, iré a donde sea. Tan sólo una última vez…}
Guardé mi móvil y regresé a mi casa.
Mi teléfono sonó en mitad de la madrugada, sabía que no podía ser Elliott porque se había asegurado de que yo estaba de vuelta en
CAPÍTULO CUARENTA Y DOSSalí de casa y me guíe gracias a Internet, hasta el punto exacto donde iba a reunirme con Jasper. Era una noche fría, como de costumbre, la temperatura no era nada diferente a lo que estaba acostumbrada en una noche de invierno, pero algo sí se sentía diferente. Quizá era esa pequeña sensación de incertidumbre, de inseguridad, la que me hacía caminar como si nunca antes lo hubiera hecho. Mis pasos eran firmes y decididos, mi mente sabía que eso sólo era una falsa apariencia de seguridad, ya que mis pensamientos, se alejaban de una actitud confiada y segura.La carretera comenzó, una línea color blanco se volvió infinita a medida de que mis pasos avanzaban hasta el destino, el kilómetro seis.Llegué, y me detuve de espaldas al bosque, con una porción de carretera frente a
CAPÍTULO CUARENTA Y TRESAbrí los ojos. El reloj de la pared marcaba las tres de la tarde. Estaba tumbada, miré a mi derecha, un ventanal me permitía ver algo de claridad, cubierta por algunos árboles. Estaba en el hospital. Seguía aturdida. Me costaba recordar cómo había llegado ahí. Pensaba que había muerto. La televisión situada frente a mí, colgada en la pared, estaba encendida. Una fotografía de mi graduación de instituto estaba en ella.“Tenemos más novedades sobre el terrible suceso ocurrido ayer en la carretera de entrada a Brookville, kilómetro seis. La adolescente Paige Jackson estuvo a punto de morir apuñalada por Jonathan Barbrow, desaparecido por casi una década, quién parece ser que está al mando de un gran número de asesinatos que nunca habían sido resu
PROLOGO Hola. Mi nombre es Elliott Ronson, y escribo esto porque hoy mi padre, Anna y yo, quemaremos este diario.Lo hemos pensado mucho, todo es muy complicado ahora que Paige no está. Su cuerpo fue encontrado a la mañana siguiente, habiendo salido a buscarla esa misma noche al ver que tardaba mucho en regresar a casa. La escena fue aterradora, según me contó mi padre; había sangre sobre la mesa y los bancos, pero ella estaba en el suelo, tenía la mochila colgada del hombro, iba de vuelta a juntarse con nosotros para cenar. Sigo sin creerme que ya no esté aquí. Después de leer estas dolorosas páginas que ella misma escribió, nos dejó claro que su destino estaba escrito. Jasper iba a por ella. Tenían una conexión demasiado fuerte como para no haberse acercado nunca a ella ni haberla conocido. Anna se alegra de haber descubierto que pas&oacut
15 de Enero de 2019Mi nombre es Paige Jackson. Y estoy muerta. O al menos, eso creo. Mi cuerpo yace tumbado en una carretera, rodeado de altos árboles y niebla, desangrándome por el estómago. Siento un hilo de sangre deslizarse poco a poco hasta alcanzar los dedos de mis manos, apoyados en el suelo. Aún puedo moverlos un poco, pero muy inútilmente. ¿O no puedo y es todo cosa de mi cabeza? La verdad es que no me extrañaría. Siempre lo supe. Nunca fui una persona corriente. Siempre supe que algo estaba mal dentro de mí pero no sabía cómo decirlo ni expresarlo. Quizá eso cambió cuando conocí a Jasper. Aunque también tengo que decir que no precisamente mejoró mi vida, porque claro está como he terminado. Lo único bueno que puedo destacar es que me sentí más viva que nunca, durante cuatro largos
CAPÍTULO UNO 18 de Septiembre de 2018Un día más en el que soy una incomprendida. Por lo menos estas hojas me comprenden y puedo plasmar todos mis pensamientos sobre ellas. Qué placer. Es como un orgasmo infinito para mí deslizar mi bolígrafo sobre el papel y no sentirme cuestionada por las ideas que pasan a través de mi mente. Y es que yo pienso, ¿tan raro es que una adolescente, se sienta atraída por la muerte, la sangre, los cementerios, los gatos negros...y una gran lista de cosas que a la mayoría de personas les produce incomodidad?Hace muchos años, tendría yo unos once, maté a un gato negro.Fue sin querer. Lo encontré abandonado en un contenedor de basura y me lo llevé conmigo. Le di de comer, le mimé, incluso le puse nombre: Shado
CAPÍTULO DOSGenial, mi clase está en el último piso, lo que significa que llegaré sudada todos los días de subir las escaleras.Voy a tener tan sólo seis asignaturas, laboratorio de fotografía, laboratorio de escritura, laboratorio de pintura, proyecto de creación artística y teoría e historia del arte. Porque sí. He decidido estudiar bellas artes. Porque me gusta pintar. Lo amo. También escribir. Me relaja mucho.Me dirijo a entrar en el aula que ya está llena, todo el mundo está sentado menos el profesor. No sé cómo lo hago que llego tarde aun llegando temprano.Todos fijan sus miradas en mí mientras me disculpo incómodamente con el profesor y esquivo mesas y sillas hasta llegar a la única que est&aa
CAPÍTULO TRESEscucho un claxon proveniente de la calle, rápidamente bajo las escaleras que dan al “hall” interior y me miro al espejo, una última vez. Me he decantado por el negro, nunca falla. Atrevido y sensual.Vuelvo a escuchar el claxon. ¡Qué pesado! ¡Se morirá de ganas de que vea su coche nuevo!Abro la puerta, avanzo segura de mí misma y me quedo en el “hall” exterior mirando a Elliott fijamente, que me mira mientras está apoyado en el coche.— ¡Guapa! ¡Tengo la novia más guapa del mundo, señores vecinos! — Exclama gritando.— ¡Shhh! — Me acelero para intentar callarlo mientras corro hacia él. — &iq
CAPÍTULO CUATROLlegué de nuevo a la fiesta y me encontré a una patrulla de policías, entre ellos el padre de Elliott, Michael, que era el sheriff del pueblo, tomando datos a todas las almas allí presentes. Me quedé fuera de la propiedad. No entendía nada. ¿Todo en cuestión de media hora?Elliott salió de allí, me vio desde lejos, yo estaba esperando en la acera, no quería acercarme más para evitar que me preguntasen algo, qué pereza.Elliott habló con su padre durante varios segundos y el Sheriff Ronson le dejó marchar. Se dirigía hacia mí.— ¿Dónde estabas Paige? — Me preguntó preocupado. La verdad es que no se me ocurrió nada que decir. Me quedé callada. — ¿Qué d&