Mi cabeza estaba descansando sobre su hombro y aunque tenía unas ganas enormes de llorar entre sus brazos, no fueron más de unas cuantas lágrimas rebeldes las que salieron de mis ojos. Debo recordar en dónde estoy, mantener mi cordura. Me separó poco a poco del abrazo y lo tomo como simple consuelo de colegas. —¡Estoy bien! —Le digo con una sonrisa corta. —No hay nada de qué preocuparse, mi cara se hincha con facilidad, ante cualquier cosa. —Eso lo entiendo... Pero creo que tu carácter no es tan fácil de manejar, tuvo que ser algo más grave que eso. —Dijo mirándome a los ojos. Sus manos cubrían mis codos y parecía hacerme sentir tan segura. —Estás un poco pálido. —Dije tocando su cara. — Además estás frío al tacto, ¿te sientes bien? — Agregué. —Un poco cansado, pero nada del otro mundo, ¡tú te ves más afectada! — Exclamó. —Me estás tuteando, Maximiliano. —Dije más tranquila, pero en forma de regaño, tratando de desviar la conversación, pero sin intenciones de alejarlo, me he sent
En el área todos comenzaron a llegar, debemos actuar rápido, Max trajo el desfibrilador, bajamos un poco la camilla para que fuera más sencillo y comencé a reanimar a la niña, es rubia y de tez clara. —¡Carguen! —Les indico rápidamente. Coloco el desfibrilador en su pecho y descargo. Nada pasó. —¡Carguen! —Grito de nuevo. Escucho llantos al final del pasillo, deben ser los padres. —Enfermera, las cortinas. —Le indico a la que estaba junto a mí, que si mal no recuerdo era la amiga quisquillosa de la enfermera que se le fue encima a Maximiliano. Cerraron las cortinas. Sigue sin reaccionar con la siguiente descarga, sus latidos son casi nulos. —Casanova, nombre de la paciente. —Pregunto rápidamente. —Katty. Doctora. —Dice Max, que está más pálido de lo normal. —¡¡Carguen!! —Le indico rápido, no hay tiempo que perder. Coloco el desfibrilador en su pecho. —Katty, eres muy fuerte, debes regresar. —Y descargo. Hay un repunte de los latidos y comienza a hacer efecto parte de mi investig
Desde el grito no pude pronunciar palabra nuevamente, estaba asustada por Max y cansada de tantas emociones fuertes, se generó una ola de sentimientos que venían todas partes, mi matrimonio, mi trabajo, el orfanato, Max. También tengo miedo por mí, quisiera pensar que no estoy en riesgo, pero me abracé con Max al llegar, me habló muy cerca del rostro y después Katty me tosió prácticamente en la cara. Sin contar todo el contacto físico que tuve con ambos. Katty ha desmejorado mucho sus valores y el diagnóstico es reservado, no tuvo más ataques al corazón, pero tuvimos que inducirle el coma porque la inflamación de su cerebro se agravó. A los tres nos colocaron en una habitación aislada, especial para casos así. Es amplia, están las tres camillas y hay un vidrio enorme que nos separa de todos los demás. Para entrar o salir, se debe pasar por un cubículo que desinfecta completamente. Aunque incluso así, el personal médico entra con todo un equipo de protección. El director Thomas pe
Christian me estaba viendo fijamente, estaba cubierto por un traje especial, pero podía ver su cara, se veía muy preocupada y a la vez demacrada, se nota que tampoco durmió durante la noche. Yo en cambio seguramente tengo cara de susto, no sé desde cuándo está ahí y si pudo escuchar todo lo que dijo Max. Volteo a verlo, para ver si tiene la respuesta. —Tranquila. —Dijo con sonrisa triste. — Acaba de llegar. —Susurró y se colocó de lado, arropándose con la sábana. El vidrio que nos separaba del exterior minimiza mucho los sonidos, sin embargo, me preocupaba la idea de que pudiera haber escuchado algo y malinterpretar la situación, aunque que podría malinterpretar de algo tan claro como lo que dijo Max. Me toco el pecho mientras respiro, siento que últimamente los latidos tienen más fuerza. Me siento mareada y como puedo me apoyo de la camilla que tengo a un lado. Se escucha que tocan el vidrio, observo y es Christian preocupado, creo que piensa que me dará algo. Lo que no creo que
—¿No puedes? —Susurra mirándome fijamente a los ojos. Lo miro con ternura. Estaba tan sorprendida por su petición, que aún no podía responder. Porque la verdad si quisiera poder abrazarlo, dentro de mi hay una necesidad de darle lo que pide, me siento tan atraída por él y todo es sumamente confuso. Christian me engañó, pero jura amarme, que fue una trampa y que soy lo más importante para él, mi esposo perfecto se declara humano. Ahora Max, que parecía hacerle honor a su apellido y ser un casanova, sale librado de la situación donde creí que estaba metido, pasando de romper corazones a desinteresado. Recuerdo por un momento las palabras del director antes de entrar a esta "incubadora gigante" como la llamó Christian hace un rato. Flashback —Mónica, no habría puesto al doctor Casanova en tu equipo si no creyera que es lo suficientemente capaz y respetuoso. —Dijo el Doctor Thomas. — Desde que vi el cronograma de cirugía y me percaté que lo dejaste por fuera, supe que algo grave esta
La fiebre de Max bajó, tiene un leve quebranto en 37 grados, pero no corre riesgo de ningún tipo. Han pasado tres horas desde el incidente, con los calmantes y resto de medicamentos ha logrado dormir unas horas. Katty es quien no se encuentra bien, sus niveles son muy bajos, tiene a todos preocupados, en especial a mí, es muy pequeña para dejar el mundo así. A veces dejan pasar a sus padres durante unos minutos, para que la vean a través del vidrio frío que los separa, por experiencia propia sé que no es lo mismo y jamás podrá reemplazar la calidez de sentir su mano, pero él es lo poco que puede hacer el equipo médico por ellos. Es muy tarde, pasadas las once de la noche, pero al verme despierta se acerca el doctor Cooper al micrófono que tiene el vidrio que nos separa, en su mano derecha tiene lo que presumo son nuestros exámenes. Aquellos que dictaminarán cuánto tanto tiempo estaremos aquí. Me acerco hasta el vidrio y lo veo suspirar antes de hablar. Eso no debe ser una buena señ
Las palabras de Max se metieron tan hondo en mi corazón, me sentía devastada, había estado suprimiendo todos los sentimientos relacionados a la traición, pero ahora que el peligro aparentemente pasó, siento que no puedo contenerme más. Sentía una opresión tan grande en el pecho, que solo me giré en dirección opuesta a Max, cubriéndome por completo con la sábana Hubo silencio y varios suspiros de su parte, yo simplemente contenía la respiración para no llorar, no aquí. —Mónica, me excedí, discúlpame por favor. —Dijo con voz ronca y cansada. Sé que está mal, los síntomas se han intensificado, sé que incluso puede seguir delirando, pero nada le da derecho de hurgar en las heridas de los demás, menos si lo que deseas es sacar provecho de ello. Lo cual está obvio en ésta circunstancia. —Crucé el límite. —Dijo suspirando. — Discúlpame. No contesto, es que no sabría cómo. Sé que Max tiene buenas intenciones además de la evidente atracción, pero en este momento no quiero sentir su empat
Siento los párpados demasiado pesados, estaba teniendo pesadillas, lo sé porque siento el sudor correr por mi frente, pero en cuanto recobré un poco la consciencia, los recuerdos se desvanecieron de mi memoria. Sin abrir los ojos comienzo un chequeo metal del estado de mi cuerpo, si siento algún dolor, molestia o síntoma del virus de Nipah, pero aún permanezco asintomática. Termino de despertar y volteo a ver a Max, se ve incluso peor que ayer, le colocaron una mascarilla de oxígeno, su garganta debe estar obstruyendo el paso normal del aire. Mi corazón se pone tan triste, lo único que deseo es que pueda salir de esto. Siento que tocan el vidrio, ¡es Christian! Parece aliviado de verme despertar, la expresión en su rostro es adorable, tuvo que pasar un buen susto cuando le dieron la noticia ayer. Me acerqué al vidrio también. — ¡Estás hermosa! —Dijo presionando el botón del micrófono. —¿Cómo te sientes? Lamento mucho la muerte de la niña. —Colocó su mano en el vidrio. Hice lo mism