—Qué pasa? Te ves muy seria, me asustas, no estoy preparado para escuchar nada serio y al parecer es algo serio, ¿y si comemos primero? Así no dañamos la comida. —Dijo riendo. —Bueno la verdad es que sí es serio, por favor, no seas tonto, necesito tu ayuda en esto, creo que es importante para tu familia, pero siéntate por favor Le di palmadas al suelo junto a mí, ara que se sentara más cerca. Me hizo caso y se sentó en un espacio vacío entre tanto papeleo. —Encontré algunas cosas personales de tu mamá y también encontré estas bellas fotos— dije mostrándole el sobre que había visto antes. Se sorprendió y lo miró con tristeza. —El sobre es del lugar donde mi madre mandaba a revelar sus fotografías, creo que hicieron una fortuna con ella. —Dijo riendo. — estaba muy pequeño en estás fotos, pero lo recuerdo, papá le había regalado una cámara nueva y todo el tiempo me estaba tomando fotos, ese día hizo un delicioso pay de limón. — dijo con una sonrisa en su rostro. —la última fotografí
Ya estaba lista para ir a la casa de Christian, me había colocado bastante guapa. Hace mucho que no me sentía hermosa, el vestido llego a tiempo, era de color verde aceituna, la verdad, no es tan elegante como el vino tinto que use la última vez, pero era más acorde al evento de hoy, ya que el cumpleaños se celebrará en el gran jardín de la mansión. Me miré frente al espejo y recorrí todos los detalles, el vestido era de corte corazón y la tela era suave y delicada, tenía el dorso bastante pegado al cuerpo y la falda bailaba con la brisa, los tacones eran de color beige y la pedrería era en un color dorado, mi cabello decidí llevarlo suelto y me coloqué un ganchito con una pequeña brillantina en la esquina. Aún me preguntó a quién llevara Christian y por qué no se habrá comunicado conmigo antes, ¿será alguien que yo conozca? podría estar saliendo con Fabiana Rocha? aquella mujer que lo sedujo en el bar, después lo chantajeo y le quitó su dinero, no niego con la cabeza, Christian no
Caí al suelo, mis ojos no dejaban de ver el portarretrato, sentía que mi mundo se estaba cayendo, de nuevo. ¿Cómo podría ser yo la de la foto? pero estaba segura, estaba completamente segura, recuerdo mi cara en todas las imágenes del orfanato, siempre nos tomamos fotos grupales y eran constantes porque los grupos cambiaban rápidamente, todos eran llevados por nuevos padres. Además, la madre July tiene una fotografía de cuando llegué, y es exactamente igual, soy yo, estoy segura de que soy yo, pero no sale nada de mi boca, no puedo explicarle nada Maximiliano, porque y si existe la posibilidad de que me equivoque, las manos me tiemblan. —Mónica, ¿Qué pasa? — dijo bajando hasta dónde estabas. Mis manos estaban temblando, todo mi cuerpo se puso helado automáticamente, era un ataque de pánico, como pude subí las manos y tapé mis oídos, no quería escuchar a Max, no quería escuchar a nadie, quería concentrarme en lo que estaba pasando y Por qué mi cabeza me estaba diciendo que era yo l
Christian tomó de la mano a la madre July, ayudándola a salir del comedor. —Creo que ustedes tienen que hablar, por favor Mónica, expresa lo que sientes, aprovecha que Maximiliano está aquí y no te cierres. — dijo dándome un beso en la cabeza y llevándose a la madre July a otro lugar. Max caminó hacia mí, se veía que estaba bastante consternado y sorprendido, no es para menos. Cuándo llegó, observó los álbumes que estaban en la mesa y la fotografía que robe de su casa. Tenía una diferencia de edad de tan solo meses, por lo que eran prácticamente iguales. —¿Se lo dijiste? —Le pregunté con la mirada perdida. —No, no le he dicho nada. Le dije que vendría acompañarte y que tuvimos que sacarte de la fiesta porque tenías problemas con la tensión, fue lo único que se me ocurrió en el momento, lleve a Agatha a su hotel y después vine a verte. Yo suspiré, al menos tendría unas horas más para pensarlo. —Comprendo que en este momento no quieras verla y tampoco a mí, pero Mónica, esto no e
Yo estaba de pie junto a la mesa y la escuché acercarse a mi poco a poco, el sonido de sus tacones estaba rebotando en todo el lugar, la madre July estaba sacando a los pocos niños que había en la habitación.—Vamos niños, todos al jardín, vamos a jugar ahora—Pero madre, todavía faltan dos horas para el receso.—No importa pequeñín, vámonos todos para el parque. — dijo agarrándolos de manos y sacándolos por la parte trasera del salón.Yo baje la mirada, era obvio que Maximiliano no acato de advertencia, pero también lo entiendo, lo puse a escoger entre la mujer que lo crío y yo, y considerando que mi lado estaba lleno de odio y de rencor, era obvio que m escogiera el camino de la paz.Ella seguía caminando, pero de una manera muy lenta, estaba demasiado sorprendida.—Mamá. — le gritó Maximiliano entrando a la sala, venía corriendo, supongo que la mujer llegó primero que él después de decirle la noticia.—Te dije que no estaba lista. — le dije desde la puerta.—Déjanos solas Maximilia
Querido diario ha pasado un año desde que la última vela se apagó en el lago dónde esparcimos las cenizas de mi madre, hoy es el día en el que decidí, que debo dejar ir su otra mitad. Pero para resumirte todo lo que ha pasado, creo que tendríamos que acompañar la tertulia con una taza de chocolate caliente. He ganado dos premios famosos, incluyendo un premio nobel en medicina por mis investigaciones, en el último año descubrí tres técnicas que han salvado la vida de al menos 300 niños con enfermedades que parecían incurables, me siento en el mejor momento de mi carrera profesional y personal, dando todo de mí para protegerlos. El doctor Tomás al parecer tiene una afección pulmonar y le han recomendado mudarse cerca del mar, pensé que la noticia le afectaría más, pero la verdad es que está muy contento y está buscando su reemplazo dentro del hospital. Me notificó hace unos días que soy una de las personas que está postulada para ese cargo, entre todos mis compañeros me recomendaron,
¿Qué se supone que debería decir? Que soy huérfana y que las monjas que me criaron fueron las únicas personas que me dieron cariño durante la infancia, o que tuve tres trabajos para poder mantenerme luego de la escuela, podría hablar de cómo estudiaba en el metro para poder rendir en mis exámenes para convertirme en médico, mi primera cirugía a corazón abierto, los premios que gané o mi matrimonio con un escritor famoso, la verdad es que todo parece la gran cosa y a la vez siento que no significan nada.—¡Mónica!— una voz me trae de nuevo a la realidad.—Si Thomas, dime — digo rápidamente para que no percate mi distracción.—Como te decía, antes de tomar el cargo este lunes, te presentarás con el personal del hospital — dijo con tono suave, como es costumbre, mientras firmaba el papeleo de ingreso.—¿Crees que sea necesario tanto alboroto por una presentación? Puedo simplemente comenzar a trabajar y ya...Esperaba que pudiera notar mi desprecio por compartir con otras personas, nunca
Puedo escuchar unos pitidos, y siento que quiero morirme, no del dolor, es por saber que me habían ingresado como paciente en el lugar donde comenzaré a trabajar solo en un día, ahora nadie me tomará en serio.Me sentía amargada y quería terminar de despertar para irme, pero entre el analgésico y los calmantes que seguro me dieron, no lograba regresar del todo, intentaba abrir los ojos, pero los parpados eran sumamente pesados.—Querida Mónica. —escucho la voz de Imelda, que claramente reconozco porque incluso en eso se nota su edad. — Ya era hora que despertaras, ¿has estado durmiendo bien? Te ves muy cansada. — me pregunta mientras trae una bandeja con una comida seguramente horrible.Imelda es una enfermera de unos 75 años, profesora en la universidad, eminencia en la salud y en la terquedad, pues se niega a retirarse.—Imelda, que gusto verte. — digo mientras parpadeo un par de veces para que se quite la pesadez de la vista. — claro que estoy cansada, un estúpido que recién saca l