¿Qué se supone que debería decir? Que soy huérfana y que las monjas que me criaron fueron las únicas personas que me dieron cariño durante la infancia, o que tuve tres trabajos para poder mantenerme luego de la escuela, podría hablar de cómo estudiaba en el metro para poder rendir en mis exámenes para convertirme en médico, mi primera cirugía a corazón abierto, los premios que gané o mi matrimonio con un escritor famoso, la verdad es que todo parece la gran cosa y a la vez siento que no significan nada.
—¡Mónica!— una voz me trae de nuevo a la realidad.—Si Thomas, dime — digo rápidamente para que no percate mi distracción.—Como te decía, antes de tomar el cargo este lunes, te presentarás con el personal del hospital — dijo con tono suave, como es costumbre, mientras firmaba el papeleo de ingreso.—¿Crees que sea necesario tanto alboroto por una presentación? Puedo simplemente comenzar a trabajar y ya...Esperaba que pudiera notar mi desprecio por compartir con otras personas, nunca he sido muy sociable o amante de los discursos.—Tonterías Mónica, eres la mejor cardióloga de toda Minnesota, es justo y necesario presumir —dijo con tono triunfante mientras acomodaba su corbata y ajustaba mi foto recién colgada en la pared de las personalidades del hospital.—Y no es para menos, tu propuesta fue tan buena que tuve que rechazar cuatro hospitales que también perseguían a la doctora más galardonada del año. —dije en broma. — pero quizás en el Maple Grove Hospital no tendría residentes a mi cargo, lo que me hace pensar que debí considerar mejor las otras ofertas.Thomas comenzó a reírAunque a veces siento que es demasiado, reconozco que mis investigaciones van a lograr salvar la vida de muchos niños.—En cuanto a los estudiantes, no quiero que sean más de tres, realmente odio debatir con residentes estúpidos, me hacen perder tiempo — continué — además, hasta ahora tengo la teoría de que sacaron su título de una caja de cereal.Esbocé una sonrisa para que no sonara tan cruel como lo pensé.—Eres muy exigente Mónica —dijo Thomas entre risas.Para ser el director del prestigioso Children´s Minnesota Hospital, él era muy humilde y amigable.—No te preocupes, escogí a los mejores para que estén a tu cargo y sé que estarás complacida. —concluyó mientras nos despedíamos.—Te creeré — dije aun riendo, pero sin muchas esperanzas— nos vemos el lunes—le digo mientras salgo de la oficina.Ya en el umbral de la puerta pude percatar que mis pensamientos me habían llevado tan lejos que había olvidado lo hermoso que era ese despacho, completamente de vidrio, podía verse el interior del hospital, la recepción del piso inferior y las puertas de los quirófanos en el superior, noté la taquicardia de inmediato, mi cuerpo ya necesitaba la adrenalina de operar.—¡Mónica! —me llama Thomas cuando solo llevaba unos pasos de haber salido. — Por favor, agradece a tu esposo por haberme enviado una copia autografiada de su libro, mi esposa adoro el obsequio. —dijo sonriente.—Lo hizo con mucho gusto Thomas, no te preocupes, saluda a tu esposa de nuestra parte. — dije mientras levantaba la mano en señal de despedida.Aunque Christian si firmó el libro, la verdad es que mi ajetreado esposo lo hizo sin siquiera preguntar para quien era, es un gran hombre, pero esta tan absorto en sí mismo, en sus libros y todo el éxito que le provocan, que no tiene tiempo para nada más.Comienzo a caminar en dirección a la salida más cercana y mientras tanto, observo cada detalle del que será mi nuevo hogar, hay un hermoso árbol en recepción, el verde de sus hojas hace una perfecta combinación con el blanco de las columnas y los vitrales alrededor. Los hospitales siempre se convierten en mi segunda casa, algunas veces los considero la primera.Al salir, mi piel entra en contacto con la calidez exterior, después de inviernos fríos no hay nada mejor que disfrutar del beso del sol, me permito sentir el momento y recobro la compostura, me dirijo al auto y una vez que cierro la puerta me abruman los nuevos hechos.—Jefa del departamento de cardiología intervencionista del Children´s Minnesota Hospital, todo por lo que he trabajado— me dije a mi misma, como si aún no pudiera creerlo, sonreí, abroché el cinturón y me dispuse a salir.Un fuerte golpe estremece todo el auto y el cinturón cumpliendo su función, me había devuelto de forma brusca a mi posición original, el cuello me dolía demasiado, pero no tanto como la cabeza, todavía no comprendo que pasó, aún no había sacado el auto del estacionamiento.Tocan la puerta del automóvil y la abren.—señorita, señorita ¿está usted bien? —Escucho a un hombre tratando de llamar mi atención.Aún mantenía mis ojos cerrados, pero podía escuchar, sentía que el dolor se extendía por mi nuca, pero no se comparaba con el creciente enojo.—Eres un imbécil— dije mientras me bajaba del automóvil, aun con los ojos cerrados de dolor. — ¡tenia luces, estaba saliendo y además estamos en un hospital, tenga más cuidado! — dije en un tono muy severo al hombre que claramente fue el otro involucrado.Aún estaba mareada y no veía con claridad, pero poco a poco fui reconociendo facciones, era un hombre aun en sus veinte, de tez clara, estaba preocupado, pero a la vez aliviado.Era alto, y un fleco de su cabello ondulado caía en su frente mientras se inclinaba para sostenerme, un momento, me estaba sosteniendo, procedo a retirar sus manos con bastante rapidez.—Señorita, por favor perdóneme, perdí el control de los frenos, de verdad no entiendo que sucedió con el carro. — dijo rápidamente y a la vez muy preocupado. —¿se encuentra bien? ¿deberíamos entrar al hospital? Costearé todo, no se preocupe. — intentó tomarme de nuevo por el brazo.—Señora— le dije mientras sentía como el suelo se volvía gelatina y trataba de sostenerme de la puerta del automóvil.Me estaba desmayando y me tomó en brazos, me levantó y mientras aún me quedaba un poco oxígeno en el cerebro le dije.—Soy señora, ¡estoy casada!Abrí los ojos y miré fijamente los suyos, eran azules como el mar, pero no la parte oscura del mar, eran más como el agua clara de una playa virgen, definitivamente, ya estaba desmayada.Puedo escuchar unos pitidos, y siento que quiero morirme, no del dolor, es por saber que me habían ingresado como paciente en el lugar donde comenzaré a trabajar solo en un día, ahora nadie me tomará en serio.Me sentía amargada y quería terminar de despertar para irme, pero entre el analgésico y los calmantes que seguro me dieron, no lograba regresar del todo, intentaba abrir los ojos, pero los parpados eran sumamente pesados.—Querida Mónica. —escucho la voz de Imelda, que claramente reconozco porque incluso en eso se nota su edad. — Ya era hora que despertaras, ¿has estado durmiendo bien? Te ves muy cansada. — me pregunta mientras trae una bandeja con una comida seguramente horrible.Imelda es una enfermera de unos 75 años, profesora en la universidad, eminencia en la salud y en la terquedad, pues se niega a retirarse.—Imelda, que gusto verte. — digo mientras parpadeo un par de veces para que se quite la pesadez de la vista. — claro que estoy cansada, un estúpido que recién saca l
Ya es lunes y aunque mi reposo era de tres días, no podía esperar, debía comenzar a trabajar o corría el riesgo de quedarme en casa, pensar demasiado y amargarme, o peor, ponerme triste.Pienso tantas cosas, aún estoy acostada en la cama, estiro mis brazos hacia arriba y me siento, volteo y ahí esta él, mi adorado esposo, mi esposo divertido para todos y aburrido para mí, está viendo al lado opuesto, como siempre.—Mi amor, despierta. — toco su espalda.De joven pensé que uno de los placeres del matrimonio seria ver su rostro al despertar, pero él no es así y aunque me acostumbré a ver su espalda, a veces espero más.—Me meteré a bañar. — le digo. Hizo un pequeño gesto con la mano, está despertando.Me meto directo a la ducha y el agua corre por mi rostro, comienzo a enjabonar mi cuerpo y puedo sentir como se pone la piel de gallina con el agua fría, será por la temperatura o por estar pensando en aquel doctor, y peor aún, empieza una taquicardia y no sé si es por el empleo o por él.
Asentí con mi cabeza para indicarle que estaba bien y creo que también tuvo una especie de corriente en su cuerpo, como yo, porque al estar tan cerca también se estremeció un poco y se retiró.—Bien, será una cirugía agresiva, pero te permitiré realizar la apertura de tórax y dar inicio a la detención temporal del corazón. — dije reponiéndome.No le estaba delegando tantas responsabilidades porque quisiera beneficiarlo, es que por el momento tenía una leve taquicardia y para mi podía ser comprometedor empezar la cirugía de esa manera. Lo oportuno era que me calmara. Se iluminó su cara.—¿en serio? ¡Muchas gracias doctora Mónica, es una gran oportunidad para mí! —expresó sonriente.Sentí un alivio, hacer sonreír a alguien no se me da últimamente, lo cual me hacía pensar en Christian mientras me preparaba. Debo reparar lo que sea que este mal en mi matrimonio, esto no puede seguir.Entramos y nuestro pequeño paciente ya se encontraba sedado, lo observo, es tan pequeño y tiene un lindo c
Hace una media hora que estoy en el suelo del baño, sin importar lo poco higiénico que eso me parecería en otras circunstancias. Estaba destruyendo mi matrimonio, estoy hiriendo a Christian y también le estoy dando paso a las cosquillas que me está generando un hombre que acabo de conocer, ¿es posible vivir con tanta culpa?—Doctora Montenegro, ¿se encuentra bien? — tocan la puerta dos veces.—Sí, un momento.Me levanto, me miro al espejo, seco mis lágrimas y recuerdo a lo que vine al hospital, trabajar. Poner distancia con Maximiliano y hablar con mi esposo al llegar a casa. Eso es lo que debo hacer.Abro la puerta. Quien estaba preguntando era la doctora Sanders, tiene un hermoso cabello rubio hasta la cintura, con ondas, hermosos ojos verdes, una chica muy linda, esperemos que también inteligente.—Digame el estado del paciente, Sanders. — dije mientras caminaba a la oficina.Sé que se podían ver mis ojos llorosos, no soy tonta. Pero también sé que con mi reputación ninguno se atre
Tan cerca era un poco complicado pensar, pero no lo suficiente para olvidar a mi esposo, a quien amo con todo mi corazón.—Lo único que siento Dr. Maximiliano es que usted está severamente equivocado. Soy una mujer casada y le pido respeto. — Le dije con tanta firmeza que hasta yo me lo creí.Estaba tan asustada, pensé que no podría decir absolutamente nada, pero lo logré y pude continuar.—Así que por favor retírese y vaya a hacer su trabajo, en cinco minutos quiero un informe acerca del paciente Rodrigo Román — concluí despectivamente.Maximiliano estaba respirando rápidamente, me soltó y me miró un poco decepcionado, agachó la cabeza y dijo.—Disculpe, malinterprete la situación, me retiro a hacer mi trabajo.Tomo su camisa, su bata, y se fue. Dejando una estela de su perfume, que quedó no sólo en la habitación sino también en mis manos y mi uniforme.Bajo un poco y me siento en la litera, sonrío porque mis sospechas eran ciertas, los escalofríos no sólo me pasaban en mí, él tambié
Llego a casa a las 8am y aún tengo el mal sabor de la situación con Maximiliano, no puedo creer que sea capaz de intentar seducir a su superior simplemente para anexarla a su grupo de mujeres enamoradas, y menos, tratándose de una mujer casada.Definitivamente debo hacer algo para ponerlo en su sitio, pero mientras tanto debo cuidar de mi matrimonio y hacer que Christian olvide todo lo que pasó.Duermo un rato hasta las once, limpio toda la casa y luego me levanto a hacer una comida especial, coloqué velas aromáticas por todas partes y música melodiosa.—Amor, ya llegué. —dice mientras camina por el vestíbulo. Se queda estático viendo todo, me puse el vestido que tenía el mismo día que lo conocí. Es veraniego y de un rosa claro, con volados.Giré para que pudiera recordarlo. Los dos teníamos los ojos llorosos y corrimos hacia el otro, nos abrazamos tan, pero tan fuerte, siento que había necesitado esto por muchos meses.—Perdóname mi amor, por favor, eres lo más importante para mí, no
Sus manos recorren mi piel, a diferencia de otras veces, no estoy relajada, siento taquicardia, fuego dentro de mí, deseo y tanto placer. Miro hacía el techo, está besando mi cuello y siento con fuerzas su cuerpo contra el mío, se separa y empieza a besar mi abdomen cada vez más bajo, su mano pasa por debajo de mi espalda hasta llegar a mi cabeza y se agarra con fuerza de un mechón mientras puedo sentir su lengua, hace que me arqueé, jadee de placer, lo estaba disfrutando tanto, y lo escuché. "Úselo, doctora." Esa voz, me asusté y en cuanto bajo la mirada, era Maximiliano, su cuerpo desnudo y sudado frente a mí. El corazón me iba a estallar. Me desperté y noto que estoy semidesnuda aún, estoy tan asustada, si alguien pudiera ver mis sueños estaría en graves problemas, yo me siento en graves problemas. Evoco momentos de anoche, Christian fue muy tierno, me trata con dulzura y amor, disfruta tener relaciones, pero si lo pienso bien, no sé si despierte un deseo sobrehumano en él, o él
La enfermera se levanta y se tapa con parte de su uniforme, estoy furiosa, es Miriam, a quien escuché hablar en recepción. —Esta es la mayor falta de respeto y profesionalismo que he visto en mi vida. —Dije viendo fijamente a Maximiliano. Estaba serio, se puso delante de la enfermera, tenía los labios hinchados y rojos. ¿Será posible que sea tan apasionado como lo es en mis sueños? Me volteo para que Miriam se pueda vestir. —¿Existe alguna forma de evitar su acusación con el director? —Dice Maximiliano. —Me chocaste, me faltas el respeto constantemente, tienes sexo en mi silla de trabajo y me preguntas si existe una manera de evitar que te acuse. Eres increíble. —dije, estaba realmente molesta. No puedo creer que pensara que existía una conexión entre nosotros, incluso si era en el plano sexual, pensé que era especial por eso. Pero es simplemente otro reto para él. —Doctora, no lo entiende, yo podría soportarlo, pero Miriam tiene un hijo que mantener y si la suspenden quedara s