Hace una media hora que estoy en el suelo del baño, sin importar lo poco higiénico que eso me parecería en otras circunstancias. Estaba destruyendo mi matrimonio, estoy hiriendo a Christian y también le estoy dando paso a las cosquillas que me está generando un hombre que acabo de conocer, ¿es posible vivir con tanta culpa?
—Doctora Montenegro, ¿se encuentra bien? — tocan la puerta dos veces.—Sí, un momento.Me levanto, me miro al espejo, seco mis lágrimas y recuerdo a lo que vine al hospital, trabajar. Poner distancia con Maximiliano y hablar con mi esposo al llegar a casa. Eso es lo que debo hacer.Abro la puerta. Quien estaba preguntando era la doctora Sanders, tiene un hermoso cabello rubio hasta la cintura, con ondas, hermosos ojos verdes, una chica muy linda, esperemos que también inteligente.—Digame el estado del paciente, Sanders. — dije mientras caminaba a la oficina.Sé que se podían ver mis ojos llorosos, no soy tonta. Pero también sé que con mi reputación ninguno se atrevería a preguntar.—Todos los signos vitales son estables, dispusimos monitoreo del corazón cada veinte minutos. Además, tenemos el equipo de asistencia junto a él, su tratamiento ya inicio y proyectamos que despierte en una hora y media para su chequeo. —Respondió eficientemente la doctora rubia.—Excelente. —dije— necesito una lista de todos los pacientes que tenemos en el área de cuidados intensivos, así como los que están en lista de espera para cirugías. Tendremos un descanso de 1 hora y entraremos a la siguiente.—Si doctora. — dijo—Doctora Sanders, por favor notifique a Robinson que prepare el quirófano para mí. Y que ninguno olvide que a partir de mañana no entraran en orden alfabético, lo harán solo los que considere capacitados o los que se lo hayan ganado. —Agregué de manera déspota.No se lo tomó muy bien, lo deduzco por la mirada que me dió, pero de todas maneras asintió y se retiró mientras comenzaba a leer todos los casos médicos que ahora estaban a mi cargo.El antiguo jefe del departamento había sido un poco desordenado con los datos y con el orden de gravedad de las cirugías, no sabía en base a que había organizado, pero yo tenía otros planes, coloqué a algunas personas que se encontraban en lista de espera como prioridad.—¡toc toc! ¿Tienes un minuto? — dice el doctor Thomas.Asentí.—Raro que la puerta este abierta jejejeje ¿cómo fue la cirugía? ¿Qué te pareció el quirófano? — dijo.—Es increíble, tienen los mejores implementos aquí, disfrute mucho el trabajo y la cirugía fue un éxito. — dije realmente aliviada, pues amo mi trabajo y el área es espectacular.—Sabía que te gustaría, todos hablan de la agilidad que tienes en las manos para operar, Mónica, naciste para estar en un quirófano. —dijo sonriente. — espero que pudieras ver que mi residente también.Maximiliano otra vez.—Sí, es muy talentoso, lo acepto. —comenté mientras me ocupaba en otras cosas de mi papeleo.—Por favor, no te dejes guiar por el accidente, es un gran chico, además, es tu fan número uno, me rogó para que te trajera y ni se diga para estar en tu equipo, se esforzó mucho por ser seleccionado.Eso ultimo me hizo sonreír, quizás todas esas señales que podía ver eran solo una gran admiración. La única que estaba sintiendo escalofríos era yo.Sonó mi celular. Es un mensaje de Christian.“Acepté el viaje a Los Ángeles, daré un par de entrevistas y me despejaré, cuando regrese hablamos, pero por ahora dame tiempo”Me llene de culpa, me duele haberlo lastimado, siento que mi cabeza va a explotar.—¿todo bien? ¿Paso algo malo? — pregunta Thomas.—¿eh? — estaba muy distraída para escuchar—Preguntaba si estabas bien. Tienes cara de que pasó algo malo. —repitió—Sí, es que Christian se fue de viaje otra vez, no me gusta estar sola en casa, ¿crees que pueda quedarme a hacer guardia hoy? —dije apresurada.Se me ocurrió de último minuto, pero irme a la casa y estar sola, me obligaría a pensar demasiado y si algo aprendí en todos estos años, es que mi trabajo es tan exigente que no da espacio a dudas o dolores.—oh, sí claro, como quieras. Comunica en recepción, pero no te exijas tanto, recuerda el golpe que te diste la semana pasada.—no lo olvido, créeme. — dije bromeando.El director del hospital se fue y empecé a buscar la cartelera de guardias en la oficina, que era muy linda, por cierto. Era blanca con toques color café y hermosas plantas verdes. Ubico la cartelera y como era de esperarse para mi suerte, Casanova tenia guardia hoy.Quedarse toda la noche acompañada de una persona que me genera tanta incertidumbre, no era mucho mejor que estar sola en casa, pero ya me había comprometido.Despejé mi mente, le envié un par de mensajes a Christian preguntando como estaba, pero no obtuve respuesta.Entré a dos cirugías más, las otras doctoras residentes también poseían un gran talento, pero si notaba mayor destreza en Maximiliano. A quien no había visto muchas veces en el día porque le designé tareas de rutina.—hoy hicimos el trabajo bien, pero mañana debe ser mejor, descansen. —le dije a Sanders y Robinson, que ya terminaban su turno.—Doctora, llegó un joven de 17 años con fuerte dolor en el pecho. —nos comunica Imelda.—Sera una noche larga, doctora. — Dice Maximiliano tocando mi hombro con dulzura. Pareciera disfrutar lo que mucho que me incomoda.Quito su mano y volteo los ojos con desprecio, él sonríe.Pasaron las horas, eran las tres de la mañana, no había cirugías, habíamos atendido todas las emergencias y era momento de un descanso. Había dos médicos más en la guardia, pero coincidí con él durante el descanso.Entramos a la habitación designada para descansar, eran bastante estrecha, tenía dos literas separadas por casi 30 centímetros, insólito este espacio, pero las demás habitaciones estaban ocupadas. Además, hacía un calor absurdo, definitivamente lo menos que haría sería dormir.—¿Normalmente es así de silenciosa, doctora? —preguntó Maximiliano que venía detrás de mí. — no sabría decir si le caigo mal, piensa demasiado las cosas o simplemente es su personalidad.Volteo—Son las tres, pero si alguien pregunta, diles que es mi personalidad. —Respondí.—Entiendo. — dijo riendo y quitándose la camisa, quedando en franelilla. —espero no le moleste, pero el aire acondicionado está dañado y no puedo dormir en tanto calor.—Tranquilo. —dije con desdén, pero tragando saliva. Me subí a la cama superior de una de las literas, observando el techo, pensando los tantos problemas que tengo, y como a uno de ellos se le ocurre quitarse la camisa.Él hizo lo mismo, estábamos a la misma altura, se giró hacia mí, me estaba observando.—¿qué me ves? — dije, no aguantaba la presión.—Siempre quise conocerla, soy un gran admirador, tenerla tan cerca me hace pensar mucho, usted es muy misteriosa, es como si no pudiera descifrarla. —dijo, y podía notar que estaba realmente intrigado.Me volteo para verlo—Ya sabes lo que dicen, no conozcas a tus héroes. —dije sonriendoAmbos sonreímos un rato, fue agradable.—Además, no pensé que fuera tan hermosa de cerca. —dijoSentí un cosquilleo en la boca del estómago.—Llamado a los Doctores Montenegro y Casanova, emergencia con paciente Rodrigo Román. —se escuchó decir por el altavoz de la habitación.Es el paciente que operamos juntos en la mañana. Los dos saltamos de la litera y para evitar caerle encima, casi me caigo, me sostuvo mientras me estabilice.Estábamos frente a frente, en menos de 30 centímetros, con las literas a nuestras espaldas y el espacio convirtiéndose en algo más pequeño que medio metro.Un escalofrío recorrió toda mi espalda—Sé que no es el momento y es una locura, pero dígame que usted también siente eso. — dijo demasiado cerca de mi boca.Tenía sus brazos alrededor de mi cintura, es tan alto, me estaba observando y yo a él, mis manos estaban en su franelilla, a una sola capa de su piel, me falta el oxígeno y debo esforzarme en recordar a mi maravilloso esposo.Tan cerca era un poco complicado pensar, pero no lo suficiente para olvidar a mi esposo, a quien amo con todo mi corazón.—Lo único que siento Dr. Maximiliano es que usted está severamente equivocado. Soy una mujer casada y le pido respeto. — Le dije con tanta firmeza que hasta yo me lo creí.Estaba tan asustada, pensé que no podría decir absolutamente nada, pero lo logré y pude continuar.—Así que por favor retírese y vaya a hacer su trabajo, en cinco minutos quiero un informe acerca del paciente Rodrigo Román — concluí despectivamente.Maximiliano estaba respirando rápidamente, me soltó y me miró un poco decepcionado, agachó la cabeza y dijo.—Disculpe, malinterprete la situación, me retiro a hacer mi trabajo.Tomo su camisa, su bata, y se fue. Dejando una estela de su perfume, que quedó no sólo en la habitación sino también en mis manos y mi uniforme.Bajo un poco y me siento en la litera, sonrío porque mis sospechas eran ciertas, los escalofríos no sólo me pasaban en mí, él tambié
Llego a casa a las 8am y aún tengo el mal sabor de la situación con Maximiliano, no puedo creer que sea capaz de intentar seducir a su superior simplemente para anexarla a su grupo de mujeres enamoradas, y menos, tratándose de una mujer casada.Definitivamente debo hacer algo para ponerlo en su sitio, pero mientras tanto debo cuidar de mi matrimonio y hacer que Christian olvide todo lo que pasó.Duermo un rato hasta las once, limpio toda la casa y luego me levanto a hacer una comida especial, coloqué velas aromáticas por todas partes y música melodiosa.—Amor, ya llegué. —dice mientras camina por el vestíbulo. Se queda estático viendo todo, me puse el vestido que tenía el mismo día que lo conocí. Es veraniego y de un rosa claro, con volados.Giré para que pudiera recordarlo. Los dos teníamos los ojos llorosos y corrimos hacia el otro, nos abrazamos tan, pero tan fuerte, siento que había necesitado esto por muchos meses.—Perdóname mi amor, por favor, eres lo más importante para mí, no
Sus manos recorren mi piel, a diferencia de otras veces, no estoy relajada, siento taquicardia, fuego dentro de mí, deseo y tanto placer. Miro hacía el techo, está besando mi cuello y siento con fuerzas su cuerpo contra el mío, se separa y empieza a besar mi abdomen cada vez más bajo, su mano pasa por debajo de mi espalda hasta llegar a mi cabeza y se agarra con fuerza de un mechón mientras puedo sentir su lengua, hace que me arqueé, jadee de placer, lo estaba disfrutando tanto, y lo escuché. "Úselo, doctora." Esa voz, me asusté y en cuanto bajo la mirada, era Maximiliano, su cuerpo desnudo y sudado frente a mí. El corazón me iba a estallar. Me desperté y noto que estoy semidesnuda aún, estoy tan asustada, si alguien pudiera ver mis sueños estaría en graves problemas, yo me siento en graves problemas. Evoco momentos de anoche, Christian fue muy tierno, me trata con dulzura y amor, disfruta tener relaciones, pero si lo pienso bien, no sé si despierte un deseo sobrehumano en él, o él
La enfermera se levanta y se tapa con parte de su uniforme, estoy furiosa, es Miriam, a quien escuché hablar en recepción. —Esta es la mayor falta de respeto y profesionalismo que he visto en mi vida. —Dije viendo fijamente a Maximiliano. Estaba serio, se puso delante de la enfermera, tenía los labios hinchados y rojos. ¿Será posible que sea tan apasionado como lo es en mis sueños? Me volteo para que Miriam se pueda vestir. —¿Existe alguna forma de evitar su acusación con el director? —Dice Maximiliano. —Me chocaste, me faltas el respeto constantemente, tienes sexo en mi silla de trabajo y me preguntas si existe una manera de evitar que te acuse. Eres increíble. —dije, estaba realmente molesta. No puedo creer que pensara que existía una conexión entre nosotros, incluso si era en el plano sexual, pensé que era especial por eso. Pero es simplemente otro reto para él. —Doctora, no lo entiende, yo podría soportarlo, pero Miriam tiene un hijo que mantener y si la suspenden quedara s
Aun me siento un poco mareada, al abrir los ojos observo al doctor Thomas, acompañado de Christian y Maximiliano. Señor, lo que faltaba. Estoy acostada en la camilla y siento que todo vuelve a repetirse como en el accidente. —Mónica, te dije que te veía mal. Debiste ir a cenar. ¿Qué fue lo último que comiste? —Dijo Thomas. —Yo, no sé, creo que fue… —recordé que me levante tarde, comí una fruta y como estaba sola, pospuse el almuerzo, al final del día cenaría con Christian y después de cancelar me puse a pensar tantas que cosas lo olvidé. Coloqué ambas manos en mi rostro, sé que es irresponsable. —Quiero que trabajes en el hospital, te insistí demasiado, admiro tu trabajo Mónica, pero no seré parte de jornadas abusivas para tu cuerpo, necesito doctores sanos. —Dijo Thomas un poco decepcionado. —Lo sé, discúlpame por favor, en serio, cenaré y estaré lista en diez minutos. —Dije muy segura. —Pues no lo creo, quizás debas descansar. —dijo. —Por favor, lo puedo hacer. —Dos horas y
La cuestión de la factura me genera un poco de intriga, pero no me permito pensamientos de desconfianza porque mi esposo jamás me ha dado razones, tampoco es que yo lo presione demasiado o esté tan pendiente, pero las infidelidades siempre son cuestiones de valores, yo sé que no podría, así como yo tampoco. Una hora después de descansar, me levanté lista para mi próxima cirugía. —La paciente está lista doctora, ya se encuentra en quirófano con el anestesiólogo. —me indicó Sanders. —Excelente, entremos. —dije. — Un momento, antes recuérdale al doctor Casanova que debe colaborar con urgencias esta noche. La cirugía tardará unas 3 horas, entonces debe estar pendiente del paciente que llego en la mañana con taquicardia, necesito un chequeo por hora, no me convence el patrón que están presentando los estudios de la tarde. —le dije. —¿Disculpe que vuelva a consultar, pero el Doctor Casanova realmente no entrará? El atendió a la paciente desde que comenzó su historia clínica en el hospit
Son las 7 am, acabó mi turno y ahora puedo ir a casa. Dejo todo listo con las historias clínicas de los pacientes y un documento especial que le dejé a la doctora Robinson, mi tercera residente, para que conozca los procedimientos a seguir el día de hoy. Lo importante es que siga todo al pie de la letra, requiero una evaluación exhaustiva de los pacientes, sobretodo de la pequeña Sofía. Reviso mi teléfono y veo que aún no tengo respuesta de Christian, hace una hora le había preguntado si podría buscarme, pero en vista de que no tengo respuesta, es obvio que sigue dormido, decidí enviarle un segundo mensaje. “Tranquilo cariño, me iré en un taxi, espero estés descansando” En recepción no está Imelda, solo las enfermeras del inconveniente con Maximiliano, al verme empiezan a susurrar e incluso mirarme mal, que momento tan incómodo e innecesario, quien se pasó de golfa al tratar de acostarse con alguien en horario laboral fue ella. Así que no me dejé, seguí de largo sin pedirle a ning
Empecé a caminar hacia él y mantuve mi compostura todo lo posible, no había hecho nada malo, que me iba a reprochar. Lo que no me gustaba era esa expresión, el normalmente no tiene esa cara, ni cuando nos estábamos conociendo y parecía ser más inseguro. —Pensé que aun estarías dormido cariño. —le di un beso en la mejilla. —buenos días. —dije entrando a la casa y dejándolo en el marco. —No comprendo, ayer lo odiabas, te parecía el profesional más despreciable, lo humillaste delante de su compañera y lo sacaste de las cirugías. —Dijo caminando detrás de mí. — pero en menos de 24 horas está en el frente de la casa dejándote como un caballero a una dama. ¿Puedes explicarme que carajos es eso? —dijo, se notaba que estaba molesto. —No entiendo que estas tratando de insinuar. Simplemente no tenía con quien venirme, no pasaba ningún taxi, estaba cansada, le quede de camino y ya. —Dije molesta. Este interrogatorio no me lo esperaba. —Crees que soy estúpido? Hay algo. —Dijo girándome para q