Amy
Sonrío observando a cada uno de los integrantes de mi familia. A mis hermanos, a mis padres y a Christian. Papá ha hecho que los más pequeños cenen temprano y se fueran a sus habitaciones para que no tengamos ningún impedimento a la hora de dar nuestra noticia. Aun así, el vacío huye de mi pecho, aunque reconozco que desde que comparto mi tiempo con Christian, no pesa como antes. Jake ríe como hace mucho no lo veía, discute con Lou, como siempre, y come como si su estómago no tuviera fondo. Lou participa activamente en la discusión y come con cuidado. Me encuentro con la mirada de papá y sonrío ampliamente cuando él lo hace. Siempre ha tenido ese poder en todos nosotros, cuando se enoja nos asusta, cuando está feliz, lo que es la mayoría del tiempo, el lugar es pura alegría. A pesar de no estar muy feliz con Christian y conmigo, me da paz
Amy Cierro la puerta de la habitación con cuidado para no despertarlo. Suficiente suerte tuve al lograr que me soltara de su acerado agarre. No hemos hablado luego de esa horrible cena que arruinamos con nuestra peculiar manera de dar noticias. Mamá y papá no volvieron a bajar, sólo vi a Charlie subir con té para mamá, mientras Lou parecía triste por mi hermano, quien simplemente se fue de la casa para estar solo, como siempre. Más que un acontecimiento feliz, parece que mi relación con Christian y mi embarazo han traído solo tristeza a esta casa. Es difícil darte cuenta de que tu felicidad no es compartida con las personas que amas, y que, por el contrario, esperan que tu vida sea un desastre sin conocer realmente lo que pasas. Me gusta no tener que andar con abrigos por toda la casa. Papá siempre se preocupó porque los cambios del clima, a lo largo del año, no nos afectaran. Así puedo caminar a pies descalzos por todo el pasillo hasta la cocina, tan oscura como es de esperarse. En
Christian Christian Embisto con todas mis fuerzas, estrello mi hombro derecho contra el lateral izquierdo de mi contrincante, ese sonido seco y fuerte me hace sonreír. Roscoe se retuerce en el piso y levanto mi pulgar hacia él. No presto atención cuando el entrenador me grita que sólo es una práctica y que debo contener mi fuerza, mucho menos me intereso en los gritos e insultos de mis compañeros. Sólo a una persona le he dicho esto libremente, pero jugar ayuda a calmar mi cabeza, a concentrarme y pensar de la mejor manera. El fútbol me mantiene concentrado. Me ordenan salir del campo, lo hago obviando el mal humor de mis compañeros y sigo mi camino. Tengo dos semanas en este equipo y no fue mi mejor opción si hablamos de dinero, pero me gusta. —Eres un idiota —me acusa Ricky—. El doctor está revisando a Roscoe. Le dañarás la temporada. —No llores por tu mujercita —me burlo. Ese par siempre están juntos y se siente bien desqui
ChristianSu apartamento está a oscuras. Espero no demore y logremos cenar juntos. Papá está un poco preocupado por ella y continuamente me dice que venga a verla, pero sólo hasta hoy he sacado mis agallas para verla. Desde que empezó a trabajar en esa galería este verano se ha hecho amiga de una mujer unos años mayor que ella con un prontuario de prostíbulo. Ese comentario siempre nos hizo reír a Jake y a mí. Amy es una niña muy centrada, dulce y dedicada. Ama lo que hace desde los once años, allí encontró la manera de alejar sus pensamientos de la tristeza que le causó el abandono de su padre biológico, y se dedicó a pintar, aunque nunca nos ha mostrado uno de sus trabajos por voluntad propia. Encontró en la pintura lo que yo encontré en el futbol cuando tenía esa misma edad.Enciendo las luces, tanteando las par
AmyOdio los despertares como estos. Dolor de cabeza, garganta seca, huesos de gelatina y unas inexplicables ganas de llorar. Por eso odio beber. Me levanto de mi cama y me quejo, quisiera seguir durmiendo, pero ya no puedo con el dolor de cabeza y la garganta rasposa. Necesito tomar mucha agua.Camino hacia la cocina, odiando lo enorme de este lugar por hacerme caminar tanto para llegar a un lugar. Empujo la puerta de la cocina con desgano y me inclino sobre el lavaplatos, tomo agua de allí como un camello deshidratado y gimo al sentir el fresco en mi interior.—Al fin despiertas.Me sobresalto y termino salpicando toda mi cara, provocando esa risa tan ronca y profunda que me hace querer llorar, porque lo extrañaba. Miro a mi espalda, resoplo al verlo apoyado a la pared al lado de la puerta de la cocina, mirándome como si quisiera saltar sobre mi cuello. Demasiado serio, pero nada con lo que no sepa lidiar. Viste unos simples v
AMYMe divierto observándolos compartir, le sonrío a mamá cuando me sonríe con cariño y en el fondo de mi corazón le agradezco por ser quien es por todo esto que nos ha dado. Ella también lo merece y papá no puede hacerla más feliz. Sin mencionar lo orgullosa que está por cada uno de sus hijos.Christian es el mayor de todos, fue aceptado en la familia por papá y mi mamá, recuerdo haberlo visto enmudecer cuando papá le dijo que no lo adoptaba porque ya era mayor de edad, lo dejó sin habla, y es que era algo para sorprender a cualquiera al ver como se la pasaban discutiendo. No pude más que abrazarlo ese día hasta que se le pasó la conmoción.Le sigue Louis, él si fue adoptado por papá cuando fue menospreciado por su propia familia por sus preferencias, el único que lo apoyó fue Christi, su herm
ChristianAcaricio su cuello con mi nariz, disfruto de su suavidad, de su pequeño cuerpo abrazado al mío como si disfrutara de mi calor, tal y como hacía cuando era una niña que buscaba protección en mis brazos en vez de ir a los de su hermano o los de mamá. Sé que es abusivo de mi parte, que debería dormir en mi habitación en vez de escabullirme a la suya en mitad de la noche cuando sé que se ha quedado dormida, sólo para sentirla como tanto he extrañado. Debería comportarme como el hombre maduro que se supone que soy y sentarme con ella a hablar de esto, de lo que está sucediendo aquí y de lo que estoy dispuesto a ofrecerle, pero no me ha dado la oportunidad. Siempre huye como si apestara. No huelo a flores después de un juego o un entrenamiento, pero esto es exagerado.Le gusto, lo sé, o hubiera saltado de mis manos y me hubiera gol
ChristianVeo a papá sacar su usual cigarrillo y se lo arrebato antes de que lo encienda. Lo escucho quejarse, pero se contiene de decir algo, sabe que se lo diré a mamá si vuelve a sacar otro. Se supone que lo está dejando, lleva años intentando hacerlo, pero no lo ha conseguido, así ya no lo haga en frente de mamá o de mis hermanos pequeños, o con la frecuencia de antes.—Es increíble como todos ustedes tienen algo de su mamá, hayan salido de ella o no.Sonrío. Eso es todo un alago para mí, teniendo en cuenta que no tengo nada encantador más que mi sonrisa. Admiré a mamá desde siempre, aun cuando no era más que la mamá del mejor amigo de mi hermano, siempre nos trataba con dulzura y nos quedábamos en su casa para comer su genial comida, lamentando tener que regresar a una casa llena de hipocresías y priv&aa
AmyEntrecierro los ojos y me fijo en que el cuadro haya quedado perfectamente alineado, no hay nada peor que un cuadro torcido, dice papá. Eso siempre me hace reír. Bajo las escalerillas y voy por el siguiente cuadro. No hago parte de los vendedores estrellas del lugar, los que da los recorridos; mucho menos atiendo clientes, porque soy demasiado joven; diecinueve años resulta ser muy poco para tener el conocimiento y experiencia necesaria para guiar a las personas a encontrar lo que quieren y desean. Mi gusto en pinturas no es importante, a pesar de que llevo desde los once años estudiando a los pintores más importantes del renacimiento, comenzando con Caravaggio y su descarado naturalismo. Mi época preferida.Me enamoré de la pintura cuando papá nos llevó a Paris, a todos, a unas reales vacaciones de verano cuando mamá estaba recién embarazada de Jule y tío Adam la d