AMY
Me divierto observándolos compartir, le sonrío a mamá cuando me sonríe con cariño y en el fondo de mi corazón le agradezco por ser quien es por todo esto que nos ha dado. Ella también lo merece y papá no puede hacerla más feliz. Sin mencionar lo orgullosa que está por cada uno de sus hijos.
Christian es el mayor de todos, fue aceptado en la familia por papá y mi mamá, recuerdo haberlo visto enmudecer cuando papá le dijo que no lo adoptaba porque ya era mayor de edad, lo dejó sin habla, y es que era algo para sorprender a cualquiera al ver como se la pasaban discutiendo. No pude más que abrazarlo ese día hasta que se le pasó la conmoción.
Le sigue Louis, él si fue adoptado por papá cuando fue menospreciado por su propia familia por sus preferencias, el único que lo apoyó fue Christi, su herm
ChristianAcaricio su cuello con mi nariz, disfruto de su suavidad, de su pequeño cuerpo abrazado al mío como si disfrutara de mi calor, tal y como hacía cuando era una niña que buscaba protección en mis brazos en vez de ir a los de su hermano o los de mamá. Sé que es abusivo de mi parte, que debería dormir en mi habitación en vez de escabullirme a la suya en mitad de la noche cuando sé que se ha quedado dormida, sólo para sentirla como tanto he extrañado. Debería comportarme como el hombre maduro que se supone que soy y sentarme con ella a hablar de esto, de lo que está sucediendo aquí y de lo que estoy dispuesto a ofrecerle, pero no me ha dado la oportunidad. Siempre huye como si apestara. No huelo a flores después de un juego o un entrenamiento, pero esto es exagerado.Le gusto, lo sé, o hubiera saltado de mis manos y me hubiera gol
ChristianVeo a papá sacar su usual cigarrillo y se lo arrebato antes de que lo encienda. Lo escucho quejarse, pero se contiene de decir algo, sabe que se lo diré a mamá si vuelve a sacar otro. Se supone que lo está dejando, lleva años intentando hacerlo, pero no lo ha conseguido, así ya no lo haga en frente de mamá o de mis hermanos pequeños, o con la frecuencia de antes.—Es increíble como todos ustedes tienen algo de su mamá, hayan salido de ella o no.Sonrío. Eso es todo un alago para mí, teniendo en cuenta que no tengo nada encantador más que mi sonrisa. Admiré a mamá desde siempre, aun cuando no era más que la mamá del mejor amigo de mi hermano, siempre nos trataba con dulzura y nos quedábamos en su casa para comer su genial comida, lamentando tener que regresar a una casa llena de hipocresías y priv&aa
AmyEntrecierro los ojos y me fijo en que el cuadro haya quedado perfectamente alineado, no hay nada peor que un cuadro torcido, dice papá. Eso siempre me hace reír. Bajo las escalerillas y voy por el siguiente cuadro. No hago parte de los vendedores estrellas del lugar, los que da los recorridos; mucho menos atiendo clientes, porque soy demasiado joven; diecinueve años resulta ser muy poco para tener el conocimiento y experiencia necesaria para guiar a las personas a encontrar lo que quieren y desean. Mi gusto en pinturas no es importante, a pesar de que llevo desde los once años estudiando a los pintores más importantes del renacimiento, comenzando con Caravaggio y su descarado naturalismo. Mi época preferida.Me enamoré de la pintura cuando papá nos llevó a Paris, a todos, a unas reales vacaciones de verano cuando mamá estaba recién embarazada de Jule y tío Adam la d
AmyLuego de una cena de sándwich, preparado por él, hablamos por largo rato acompañados de vino, el único licor que tengo en casa, y él bebe poco. Me habla, superficialmente, de lo que ha estado haciendo estos días que no lo he visto, solucionando cosas junto a Meredith por todo ese revuelo que están causando sus padres. No explica demasiado, pero sé que hay mucho más que no dice. También sé que no le importa lo suficiente, este tema no es algo que le quite el sueño, todo el tema alrededor de sus padres siempre lo ha perturbado sólo cuando se trata de Lou. La manera en cómo ellos lo trataron lo volvieron el ser exasperante y rústico que es, pero estoy bien con eso, no me imagino a Christian siendo alguien diferente. Adoro que sea como es.Ahora vemos una película de comedia que no veo realmente, gracias a las caricias que él reparte e
AmySentirse confundido y atrapado, consume y acaba nuestra mente al punto de lanzarte a un precipicio infinito de dudas e incógnitas, pero lo último que deseo es resolver ese pequeño interrogante que él ha clavado tan profundo en mi mente y mi corazón, porque ¡es mi hermano!No he logrado concentrarme durante el resto de la semana, he recibido varios llamados de atención por parte de mi jefa por un trabajo mal hecho, algo así como no limpiar un cuadro adecuadamente y un vidrio con una grasienta huella. Estúpido. Y cada vez que mi teléfono suena me hace saltar. Mamá ha llamado los últimos tres días para saber cómo estoy; según ella y su intuición de madre, estoy demasiado distraída, lo que no es normal.Oh, y también para recordarme el compromiso que tengo con Christian para acompañarlo a ese estúpid
AmyApoyo mis manos a su pecho, encandilada por su fuerza, por su calor y la confianza que me provoca. Sonrío cuando aparta un mechón de mi cabello de mi frente.—Lo hago, pero es diferente hacerlo por amor, romper huesos sin restricciones o presiones sobre tu cabeza.Rio entre dientes, porque eso último sí se escuchó a él.—Parece algo que has descubierto recientemente.Arruga el ceño y lo medita.—No, en realidad —susurra con sus ojos puestos en lo míos, manteniéndome alineada a su cuerpo, duro—. Pasó desde que mi corazón encontró a su dueña y perdió su voluntad.Aprieto mis puños y me aferro a la solapa de su saco. Mi garganta se reseca y mi voz se escapa a algún lugar lejano.Se inclina más, como si la cercanía no fuera lo suficientemente íntima y
ChristianDespierto totalmente consciente de lo que sucede. Ella está aquí, en mis brazos, con sus pequeñas manos sobre mi pecho y su dulce boquita en mi cuello, erizándome de esa manera tan emocionante que hace que mi amigo entre mi pantaloneta se levante feliz y dispuesto.Y, joder, en mi cama.Duele tener que esperar a que ella me acepte.Pero seré paciente. Lo he logrado hasta ahora, no creo que requiera mucho esfuerzo esperar a que ella se convenza de que nos pertenecemos el uno al otro. Desde siempre y para siempre.Jamás hubiera imaginado que todo ese cariño, ese apego y esa necesidad que ha existido entre nosotros desde niños, nos llevaría a este sentimiento tan intenso como el que ya hay entre nosotros. Sólo falta que ella lo acepte y diga que sí a abrirme su corazón y sus piernas.Beso su frente, aparto el cabello de su car
ChristianSe muestra inquieta, mientras intento mantener la calma y recordar que con ella no debo correr. Pongo algo de música de esa pop chillona que a ella le gusta y continúo centrado en la carretera.—¿Por qué ahora? —pregunta de repente. Cierro los ojos un par de segundos y pienso bien mi respuesta—. ¿Antes era estupro?Piso el freno con fuerza y grita por la impresión. Resoplo y paso mis manos por la cara para relajar un poco mi expresión. Me giro para mirarla y esos ojos obstinados me observan con reproche. Escucho, pero no presto atención a los insultos de los conductores que venían detrás, sólo la miro.—Ahora que recuerdo, siempre he sido el idiota de la familia —escupo.—No seas tonto, sabes a qué me refiero.No contesto y prefiero reanudar la marcha antes de decir cosas que no debería. Un