Mirabella Leone

Me tomo todo por sorpresa, no pude evitar, no sentirme contrariada nunca pensé que mi Matteo y ese hombre misterioso eran la misma persona, jamás me habría dado cuenta, incluso pensé que mi mente me jugaba una mala pasada.

Cada vez que estábamos juntos, me refiero cuando solo éramos jefe y secretaria, siempre me sentía nerviosa y mi cuerpo reaccionaba a su cercanía, además de todos los sentimientos que experimentaba al escuchar su voz o al oler su característica fragancia.

Ahora me siento más tranquila, ya no siento que le estoy ocultando cosas o medias verdades, por fin ambos pudimos sincerarnos con nuestro pasado.

— ¿Estas bien cerecita?.- me acurruco en sus brazos, antes de responder — Si, estoy bien, solo tengo hambre, mucha hambre de echo.

— Antes de venir para acaba iba a, decirte que comiéramos en algún restaurante, me aleja un poco de su pecho. — Mi amor porque no me lo dijiste, debiste decirme sin importar lo enfocado o estresado que este, ustedes son mi