Natalie—Permítame unos momentos para reorganizar mi propuesta entonces, CEO Montgomery —le digo con una calma aparente.—Por supuesto, le daré hasta el final del día, ¿le parece? Sé que esto puede parecer un poco arbitrario, pero necesito este software en el menor tiempo posible, ya hemos perdido mucho esperando su proyecto final y la otra empresa me ofrece tener listo todo en menos de seis meses.Es muy poco tiempo, yo no podría tenerlo terminado en tan solo seis meses, a menos que milagrosamente consiga traer los componentes de Japón en menos tiempo.—Está bien, lo llamaré antes de que acabe el día.Cuando los empresarios de TecnoInc se van de la sala, mis ejecutivos me miran como leones a punto de devorarme.—Natalie, no podemos aceptar semejante aumento, ya corrimos un gran riesgo al gastar bastante dinero en la inversión con los Japoneses —me dice Maximiliano, el presidente financiero.—Lo sé —respondo con seriedad—. Entiendo sus preocupaciones, Maximiliano. Pero necesitamos ser
MichaelNatalie me mira con desconcierto y quizá un poco de enojo, pero es que ella no parece haberse dado cuenta de todo lo que ocurrió en este lugar. Cuando creí que había reconocido a uno de los socios de TecnoInc, no me equivoqué, y es que ese tipo ha estado involucrado en negocios sucios. Ahora recuerdo incluso haberlo visto reunido con mi padre cuando yo era más joven.Ver a Victoria hablando con él levantó mis sospechas, así que mientras ella daba su conferencia y discutía sobre el proyecto con los ejecutivos, yo estaba haciendo mi propia investigación.Debo reconocer que tener a Axel como mi mano derecha ha servido para mucho, pues él es mil veces mejor que cualquier agente encubierto de la CIA cuando se trata de averiguar cosas para mí.No le costó demasiado descubrir que hay algo detrás de todo esto involucrando a la madre de Natalie y a Wallace Stone.—¿Tienes idea de lo que acabas de hacer? —me cuestiona. Todavía tiene el celular en la mano y, podría jurar que está a punto
MichaelMe acerco con sigilo a la puerta y, para mi sorpresa; o quizá no tanta, Dylan se encuentra allí dentro con ella.—¿Qué fue lo que dijo? ¿Aceptó el trato para la importación con los japoneses?—Le di sutilmente la sugerencia como me indicó —responde el chico.Aprieto los puños sintiendo una furia que azota mi interior. Sabía que esto no podía ser tan fácil. Entonces ella piensa que podrá sabotear a Natalie de una forma u otra.—¿Pero aceptó o no? —cuestiona la mujer con insistencia.—Dijo que lo haría, pero nos mandó a comer y dijo que después llamaría a los de la otra empresa para aceptar el trato.Victoria refunfuña con fastidio.—Seguramente dirá que no, esa estúpida. Regresa a esa sala e impide que rechace el negocio. Necesito que lo haga para mi siguiente movimiento.—Como ordene, señora Dupont.Me alejo a toda prisa de la puerta antes de que me descubran escuchando. Primero sale Dylan, y unos cuantos minutos después, Victoria también abandona el lugar pero en dirección co
CAPÍTULO 28: QUIERO SABER MÁS DE TINatalieLlego a casa arrastrando los pies, ni siquiera enciendo la luz, simplemente me arrojo sobre la cama con la cabeza palpitándome del dolor a causa del estrés. No puedo creer que acepté hacer ese negocio con el aumento de precio en el presupuesto. Estoy tomando un gran riesgo al hacer esto y solo espero que las cosas me resulten bien, de otro modo echaré todo por la borda y probablemente perderé el imperio que construyó mi padre con tanto esfuerzo.Suspiro, pensando en lo mucho que lo extraño. Él y mi abuelo han sido los únicos que me han dado un lugar en la familia, porque si fuera por mi madre, yo ni siquiera sería una Dupont.De pronto abro los ojos y veo el cuerpo semidesnudo de Michael. Mi cerebro hace cortocircuito porque estoy tan abrumada con todo que realmente olvidé que este hombre vive ahora a mi lado. Pego un grito y me levanto de la cama encendiendo la lámpara. Él también se levanta con la mirada un poco desorientada.—¿Qué pasa, p
CAPÍTULO 29: UN POCO MÁS DE SU PASADONatalieMichael se remueve incómodo en el asiento y suspira. Una ansiedad palpable se apodera de él, manifestándose en el movimiento frenético de su pierna. ¿Qué estará pasando por su mente en este momento? ¿Qué fantasmas del pasado lo atormentan?—Fue un accidente, yo tenía diez años, he estado solo desde entonces —sus palabras son evasivas, como si estuviera tratando de mantenerme alejada de una verdad que se niega a revelar. Pero yo no me doy por vencida tan fácilmente.Intento acercarme, ofrecerle mi apoyo, pero Michael parece distanciarse aún más. No entiendo por qué está reaccionando así, por qué me mantiene a distancia cuando lo único que quiero es conocerlo mejor, es mi esposo después de todo.—Lo lamento mucho, debió ser horrible pasar por todo eso solo —expreso sinceramente, tratando de transmitirle compasión y empatía.Michael suspira una vez más, pero ahora su expresión cambia. Una sonrisa se forma en sus labios, pero no es una sonrisa
CAPÍTULO 30: UN VISITANTE INESPERADOMichaelEsperar a Natalie todos los días sin poder hacer nada más que atenerme al trato que hice con su abuelo está empezando a cansarme. Me siento como una fiera enjaulada y la verdad es que no sé cuánto tiempo más pueda aguantar esto.Tomo mis cosas estando a punto de salir para ir a buscarla a la oficina cuando de pronto tocan la puerta del pent-house.—¿Quién podrá ser a esta hora? —me pregunto en voz alta. No creo que Axel se atreva a venir cuando le dije claramente que no podía acercarse a este lugar. Podría ser la madre o el hermano de Natalie; a decir verdad, no tengo ganas de ver a ninguno de los dos, pero no me queda más alternativa que atender a quien sea que esté ahí.Me acerco a la puerta y abro de golpe solo para encontrarme con John, mirándome con seriedad absoluta. Siento que toda el alma abandona mi cuerpo en una fracción de segundo. ¿Cómo demonios llegó hasta aquí?—¿Qué estás haciendo aquí? —pregunto conservando la compostura.—¿
CAPÍTULO 31: ENTRE LA ESPADA Y LA PAREDMichael—La verdad, me encantaría —dice John sin dudarlo—, muero de hambre.Imposibilitado de protestar, no me queda más remedio que dejar que se quede a comer. Natalie se sienta con él a la mesa mientras yo sirvo en los platos la comida que había preparado solo para los dos.—Me encanta que por fin Michael haya sentado cabeza y con una muchacha tan hermosa —comenta John en lo que estamos comiendo.—Gracias, señor Miller.—Oh, no querida, dime John. Sé que no soy familia de sangre de Michael, pero quisiera que podamos sentirnos familia.—Está bien, John. Me encanta la idea de conocer a la familia de mi esposo.Los dos comienzan a hablar como si fueran viejos conocidos. Natalie hace preguntas sobre mí que se supone él debería poder responder, poniéndome cada vez más incómodo. Pero ni en mis más locas pesadillas pensé que John se atrevería a decir lo siguiente:—La verdad es que no solo vine para felicitarlos. Esperaba que Michael me ayudase, pero
CAPÍTULO 32: QUIERO UN HIJO CONTIGO, JEFAMichaelLa presencia de John en el pent-house me pone nervioso. Han pasado algunos días desde que se mudó prácticamente a vivir con nosotros. Por fortuna el lugar es lo suficientemente grande como para no tener que topármelo a cada momento y, al menos, respeta nuestra privacidad. Sin embargo, es molesto, en especial porque cada vez que intenta hacer mención del embarazo de Natalie, yo tengo que intervenir de una forma magistral para desviar la atención del tema y que ella no se dé cuenta de mi mentira.No obstante, pienso hacer realidad la mentira lo más pronto posible. Tener un hijo nunca ha estado realmente en mis planes, pero debo admitir que no me desagrada la idea de convertirme en padre si ella es la madre de mis hijos.El problema es que Natalie no ha parado de trabajar todos estos días en la oficina, encargándose del envío desde Japón, y supervisando a los expertos de la IA en la empresa que se encargan de desarrollar el proyecto. Aho