CAPÍTULO 33: QUIERO ESTO POR SIEMPRENatalieJamás imaginé que la dominación de esta manera podría ser tan placentera. Dejarme someter a los deseos sexual3s de Michael es en parte abrumador, pero al mismo tiempo, es el mejor sex0 que he tenido en mi vida. Aunque… no es que tenga otra experiencia de referencia con la cual compararla.No soy una mojigata, sé muy bien cómo es todo esto, pero hasta que me casé con él, nunca había tocado a un hombre de esa manera y debo confesar que me encanta verlo retorcerse de plac3r con mis caricias.Siento sus manos desatando mi cuerpo con delicadeza, me toma en sus brazos y me recuesta con suavidad sobre el sillón. Hace unos segundos su mirada era salvaje y seductora, pero ahora me ve con devoción, ternura. —Me vuelves loco Natalie.—Quiero esto por siempre —confieso—, pensé que no iba a sucederme, pero estoy enamorada de ti Michael.Él me sonríe, acaricia mi mejilla con dulzura, su mano se desliza hasta el medio de mis pechos desnudos provocando qu
CAPÍTULO 34: LA TRAMPA COMIENZAMichaelNatalie y yo pasamos toda la noche en la oficina, aunque no como me hubiera gustado. No paró de hacer llamadas durante toda la madrugada para saber cómo podría salir del embrollo del contrabando, se asesoró con el abogado de la empresa, pero este no le dio demasiadas esperanzas. Si la policía aduanera lo había incautado, las posibilidades de recuperarlo eran casi nulas.—¿Estás seguro de eso Gómez? —pregunta al abogado por enésima vez.—Si señorita Natalie, lo lamento.Natalie cuelga la llamada y se deja caer en la silla con las lágrimas corriendo por sus mejillas. Me arrodillo frente a ella y la envuelvo en mis brazos.—No llores princesa, estoy seguro de que ese abogado se equivoca.—¿Cómo voy a hacer esto? —me dice desconsolada—. Puse todo mi dinero ahí, arriesgué el capital de la empresa y ahora… voy a perderlo todo.—Tranquila, ¡ey!, mírame —le digo atrayendo su rostro hacia el mío—. Eso no va a pasar. Te prometo que todo va a estar bien.N
CAPÍTULO 35: LA COLA DEL ZORRO MALVADO Natalie¿Qué está pasando aquí? No puede ser que Michael haya podido conseguir la mercancía en menos de veinticuatro horas. Sin embargo lo veo a los ojos y estoy segura de que ha sido él el responsable.El chico repartidor me extiende la hoja para que la firme, no entiendo lo que está sucediendo. Hasta hace unos momentos todo parecía perdido, me estaban implicando en un supuesto contrabando del que no tengo idea y de pronto, todo se solucionó.—¿Estás seguro? —pregunto con incredulidad.—Sí, el puerto lo liberó hace unas horas, dijeron que todo estaba en orden. ¿Firmará?—Ah… es almacén quien se encarga de esto, yo…—Karen llevará al repartidor con la gente de almacén para hacer el recibimiento y el descargo de todo —interviene Michael ante mi aparente incapacidad de reacción. La secretaria asiente y se lleva al chico por el ascensor. Mi madre en cambio sigue con una cara de incredulidad ante la situación.—No puede ser, esto no puede ser posib
CAPÍTULO 36: LA VIEJA BRUJA SE SALE CON LA SUYAMichaelIntento no sonreír de satisfacción, pero me es difícil contenerme cuando veo las pruebas en las manos del abuelo Dupont. Yo mismo me encargué de enviarlas hasta aquí en este preciso momento; aunque, por supuesto, debía hacerlo en el anonimato, de otro modo habría demasiados cuestionamientos sobre cómo conseguí esas pruebas, y a pesar de que a Natalie pueda mantenerla en una burbuja, sé que su madre y el abuelo son otra cosa.—¿Qué significa esto, Victoria? —vuelve a preguntar el abuelo.Ella se pone de pie, tan pálida como un papel. De forma grosera le arranca los documentos de la mano y los lee por encima, a medida que descubre las pruebas sus ojos se van abriendo más y más hasta que ya no puede más. Explota, arrojando las hojas por los aires.—¡¿Qué es esto?! ¡¿Alguna especie de mala broma?! —cuestiona—. Te juro que yo no tengo nada que ver, no sé qué es eso.—Ahí se ve claramente lo que es, madre. ¡Tú saboteaste mi licitación!
CAPÍTULO 37: UN TRATO CON EL ESBIRRO DE MI PADREMichaelLo voy a matar.Natalie lo mira confundida, evidentemente. Se echa a reír, pero al ver que él no se ríe, comprende que John de verdad cree que está embarazada.—¿Disculpa? ¿De dónde sacas que estoy embarazada? ¡¿Me veo gorda?! —pregunta subiendo el tono de su voz un par de octavas.—Por supuesto que no, princesa. Tu cuerpo es perfecto. John es solo un entrometido que asume lo que nadie le ha dicho —contesto haciéndole un gesto asesino con la mirada a John.—Oh, entiendo. Mil disculpas señorita Natalie, es que yo creí que como ustedes… ya saben… pensé que estaba embarazada. Lo lamento.Natalie se pone roja de la vergüenza.—Descuida —le dice con una sonrisa—. Yo, me iré a dormir, estoy muy agotada.Sale corriendo y sube las escaleras hasta perderse en el pasillo, a los pocos segundos escucho el portazo de la puerta y en ese instante salto contra John tomándolo de la camisa. Lo empujo hacia el cuarto de invitados que se encuentra
CAPÍTULO 38: MI ABUELO SE PONE MALNatalieLlevo días dándole vueltas en la cabeza a la conversación que logré escuchar entre Michael y John. Sé que le dije que confiaba en él, pero no pude evitar acercarme para descubrir por qué mi esposo tiene unas reacciones tan extrañas cada vez que John se encuentra con nosotros en la casa.Ya es bastante raro que creyese que estoy embarazada, pero lo que dijeron dentro de la habitación me tiene consternada, y no puedo dejar de sentir que Michael es mucho más de lo que aparenta.Solo alcancé a escuchar cuando Michael le decía que no estaba jugando, que realmente me amaba. Mi corazón dio un vuelco en ese momento, pero no pude oír nada más porque sentí que Michael estaba por salir. Salí corriendo y me asomé desde el barandal cuando, en efecto, lo vi asomarse. No sé si me vio, pero rápidamente fingí que estaba durmiendo.A pesar de que dijo que me amaba, lo que no deja en paz mi mente es la primera parte. ¿Por qué John le reclamaría que está jugando
CAPÍTULO 39: EL DESAFÍO DEL HERMANOMichaelSu mirada desafiante me hace apretar los dientes. Me dan ganas de romperle la cara aquí mismo, pero sé que hacer eso podría jugarme en contra. Pequeño mocoso malagradecido y malcriado; de no ser por mí, estarías pudriéndote tres metros bajo tierra.—Este no es el momento para esta clase de discusiones —respondo con una mirada determinada.Lo hago a un lado y entro siguiendo a Natalie directamente a la habitación del abuelo. Victoria brilla por su ausencia, aunque eso no me sorprende. Después de todo, me imagino que debe estar deseando que su suegro se muera al fin para poder quedarse con todo.—¡Abuelo! ¡Abuelito! —chilla Natalie arrodillándose a su lado en la cama.El hombre no se ve nada bien, se encuentra postrado en la cama y parece haber envejecido cinco años de golpe. Una enfermera a su lado le regula el suero que le pasa por una cánula hasta las venas.—Naty, querida, no debiste venir, todo está bien —dice en un susurro casi impercept
CAPÍTULO 40: EL PODER DE UN DON NADIEMichaelEsa misma noche mientras Natalie duerme, hago mi llamada correspondiente. ¿Cuántas coincidencias de la vida podrían beneficiarme? No lo sé, pero tiene que ser el destino quien se encarga de mover los hilos.El doctor Tomas Knight es casi como un viejo amigo de la familia. Hace muchos años antes de que se mudase a Londres y fuese un doctor increíblemente exclusivo, atendió a mi padre cuando padeció una grave enfermedad.Yo todavía era un niño, pero lo recuerdo bien porque el doctor tenía una hija de mi misma edad. Al ser tan importante, una de las bandas criminales más peligrosas de Chicago la secuestraron para obligarlo a operar a su líder.El doctor Knight no tuvo más que recurrir a mi padre para ayudarlo a traer de vuelta a su hija, y cumplió con su palabra. Luego de eso él quedó en una eterna deuda con nosotros. Creo que ha llegado el momento de cobrársela.Marco su número entre mis contactos esperando que atienda enseguida. Se demora u