Abro los ojos y me siento de golpe, pero un horrible mareo me detiene y vuelvo a caer de espaldas en mi cama. Miro hacia el techo, sintiendo como todo da vueltas y vueltas sin parar, me rio imaginando que estoy en un carrusel que se ha dañado y ahora no deja de dar vueltas, lo que provoca que sienta arcadas y vuelva a sentarme.
—Aquí —dijo Adam acercándose con un tazón, me aparta el cabello del rostro y me doblo a vomitar en la cosa que él sostiene.
Mi cabeza duele como nunca antes había dolido. ¿Qué rayos me había pasado?
—¿Una aspirina, Fan? —preguntó, acariciándome el cabello mientras dejaba el tazón sobre el piso.
—¿Qué rayos sucedió? —hago una mueca al sentir la garganta rasposa al hablar. Pareciera como si hubiese estado gritando a todo pulmón por horas.
—Esa misma pregunta me he hecho desde hace horas —lleva una mano a la parte trasera de su cuello y lo aprieta con fuerza. Su actitud es
¿Alguna vez has sentido esa extraña sensación de vacío en tu estómago? ¿Esa sensación de no saber si te ha caído mal la comida, o si lo que ocasiona esa extraña sensación es la persona que tienes al frente? Hacía mucho yo no la sentía, hasta ahora... Mi mente me estaba jugando una mala pasada, pues se había encerrado en los bonitos ojos de Gael, quería reaccionar, pero me encontraba comparándolo con Daniel.Daniel fue capaz de transmitirme tranquilidad desde el primer momento en que lo vi en la clase de filosofía, todo lo contrario a Gael, quien no había hecho otra cosa que complicar mi existencia. Él se parecía mucho a Aaron, ni siquiera entendía el motivo del por qué mis manos sudaban y un cosquilleo recorría el lugar donde Gael había puesto sus manos.Su lenta respiración hacía cosquillear mi oído mientras se movía lentamente al compás de la música, no había abierto su boca desde hacía buen rato, era la tercera canción que bailábamos y ni
Continué sosteniendo el móvil cerca de mis ojos. Aaron. ¿Quién demonios es Aaron y por qué se dirigió a ella de esa manera?—¿Te ha comido la lengua el gato, Fanny? —agregó riendo.Sentía mi sangre hervir en ese momento, apreté el volante con mi otra mano con tanta fuerza, que mis nudillos dolían y comenzaban a ponerse blancos. Miré a Frankie, quien seguía profundamente dormida. Acerqué el celular a mi oído nuevamente y suspiré.—¿Quién eres? —logré gesticular, con la mandíbula apretada.La línea se quedó muda por largos segundos, pero su respiración lo delataba, aún continuaba ahí.—¿Quién eres tú? —preguntó, después de aclararse la garganta.—¿Tan pocas neuronas tienes en esa porquería de cerebro tuyo? ¿Quién más creerías que puede estar con ella a estas horas de la noche? —golpee el volante con la palma de mi mano. Observé nuevamente a Frankie. Ella se movió en el as
FANNYAhora...¿Dónde rayos se había metido Adam con la aspirina? ¿Acaso tenía que cruzar el país para conseguirla? Sentía que mi cabeza explotaría en cualquier momento; cerraba los ojos y los volvía abrir, pero aún todo seguía dando vueltas y vueltas. Hice una rápida nota mental mientras las náuseas volvían a llegar "Nunca volver a salir con Gael"Tomé el móvil de mi mesa de noche y entrecerré los ojos ante el resplandor de la luz de la pantalla. Tenía un mensaje de un número desconocido; puse los ojos en blanco al leerlo........................Desconocido: Pero si eres un encanto estando borracha.Yo: Vete al diablo.Desconocido: ¿Ya no soy tu Renacuajo?Yo: ¿Disculpa?
GaelEstábamos frente a frente en la blanca oficina del director... Bajé la mirada para verla directamente a los ojos; poseía unos hermosos ojos verdes que cualquier chica podía envidiar. Tenía sus brazos cruzados a la altura de su pecho, todo su peso lo tenía apoyado en un solo pie, sus bellos labios los tenía en una línea, y me veía con una ceja arqueada; sus brillantes ojos verdes me observaban aún con molestia y desprecio.Alejé la mirada unos segundos para evitar reírme; pues aún tenía espagueti en su cabello y su ropa. Miré mi hombro, y alejé con mi mano los que aún estaban sobre mí. Me costaba creer que una chica fuese capaz de desafiarme de esa manera.—Cretino —dijo apretando la mandíbula.—Bruja —alargué.—Bastardo.—Tasmania.—Infeliz...—¡Suficiente! —ambos nos volvimos hacia el director. Nos observaba
FannyEscuché cantar a Avril Lavigne; le dije a mamá que quería unas buenas entradas para el concierto, donde pudiera ver el escenario de cerca; pues ahora me encontraba en un mal sitio, y la aglomeración de personas que brincaban y gritaban delante de mí, bloqueaban mi visión. Traté de moverme entre la turbia de personas sudorosas para poder mirar a la rubia que cantaba a todo pulmón en el escenario, pero lo que conseguí fue ser empujada y lanzada al suelo.Abrí mis ojos encontrándome en mi oscura habitación, parpadee un par de veces para acostumbrarme a la oscuridad... pero aun así Avril Lavigne seguía cantando bajo mi almohada. Metí la mano y saqué el móvil; entrecerré los ojos para acostumbrarme a la claridad que me daba la pantalla, eran las 12: 15 am, y el nombre del Renacuajo parpadeaba mientras la canción seguía su curso.—¿Pero qué diablos pasa contigo, Gael? —me quejé, apret
Gael—¡Saben lo que tenemos que hacer ahí afuera! —gritó Caleb, señalando fuera de los vestidores.Ladee la cabeza para mirar sobre su hombro. Las graderías estaban a reventar; podía asegurar que toda la escuela estaba aquí, más los fanáticos de Chicago. Definitivamente iba disfrutar el destruir a esos inútiles ahí fuera; solo quería impresionar a una persona, y esperaba que por favor haya decidido venir.—¿Quiénes somos? —volvió a gritar Caleb.—¡Jonhson! —contestamos todos a todo pulmón.—¿Y qué haremos?—¡Patear traseros!Mierda, ya parecíamos Bob Esponja gritando tanta idiotez.—¡Bien equipo! ¡No quiero excusas, quiero que dejen todo en esa cancha! ¡Recuerden que no venimos a divertirnos! ¡Venimos a ganar!Dicho esto, mi hermano comenzó a liderarnos fuera de los vestidores.Miré
Daniel condujo hasta las afueras de la ciudad; se detuvo fuera de una pizzería con acabados rústicos; un enorme sombrero decoraba la entrada, acompañado de muchas luces de colores que centelleaban en una sola secuela.—Pertenece a mi familia —comentó con orgullo. Giré a verlo y sonrió, desabrochándose el cinturón de seguridad.—Es un bonito lugar —dije, viendo mi reflejo por el espejo retrovisor.No dejaba de sentirme nerviosa; Daniel era un buen chico, había olvidado fácilmente el tema de Gael, no había hecho ni una sola pregunta más, al contrario, se había dedicado a repetir una y otra vez lo hermosa que me veía.Desde que salimos del estacionamiento de la escuela, su atención se había centrado en mí. Y se sentía bien, me sentía especial para alguien y verdaderamente no quería echarlo a perder; sabía con certeza que él era lo que necesitaba.—Espera un momento —comunicó, saliendo del coche. L
Gael—¿Gael? —estaba por subir las escaleras para ir y encerrarme en mi habitación, cuando escuché a mi madre llamarme. Me giré y la enfrenté. Tenía sus manos en su cadera y me observaba fijamente con una ceja arqueada.—¿Sí, madre? —pregunté, sentándome en el primer escalón.—¿Por qué conduces la motocicleta de Thomas?—Porque papá me quitó las llaves del auto —contesté, alzando los hombros y desordenándome el cabello.—¿Y Thomas estuvo de acuerdo en quedarse sin transporte?—No le he preguntado si está de acuerdo.Reí al ver a mi madre golpear su frente y sacudir la cabeza.Aunque muchas veces pensaba que ella era el macho alfa en esta casa, se veía adorable e inocente cuando estaba de buen humor; lo que era raro para mí verla de esa manera. Pues por lo general, ella y papá pasaban fuera de casa atendiendo sus ne