Gael
—¡Saben lo que tenemos que hacer ahí afuera! —gritó Caleb, señalando fuera de los vestidores.
Ladee la cabeza para mirar sobre su hombro. Las graderías estaban a reventar; podía asegurar que toda la escuela estaba aquí, más los fanáticos de Chicago. Definitivamente iba disfrutar el destruir a esos inútiles ahí fuera; solo quería impresionar a una persona, y esperaba que por favor haya decidido venir.
—¿Quiénes somos? —volvió a gritar Caleb.
—¡Jonhson! —contestamos todos a todo pulmón.
—¿Y qué haremos?
—¡Patear traseros!
Mierda, ya parecíamos Bob Esponja gritando tanta idiotez.
—¡Bien equipo! ¡No quiero excusas, quiero que dejen todo en esa cancha! ¡Recuerden que no venimos a divertirnos! ¡Venimos a ganar!
Dicho esto, mi hermano comenzó a liderarnos fuera de los vestidores.
Miré
Daniel condujo hasta las afueras de la ciudad; se detuvo fuera de una pizzería con acabados rústicos; un enorme sombrero decoraba la entrada, acompañado de muchas luces de colores que centelleaban en una sola secuela.—Pertenece a mi familia —comentó con orgullo. Giré a verlo y sonrió, desabrochándose el cinturón de seguridad.—Es un bonito lugar —dije, viendo mi reflejo por el espejo retrovisor.No dejaba de sentirme nerviosa; Daniel era un buen chico, había olvidado fácilmente el tema de Gael, no había hecho ni una sola pregunta más, al contrario, se había dedicado a repetir una y otra vez lo hermosa que me veía.Desde que salimos del estacionamiento de la escuela, su atención se había centrado en mí. Y se sentía bien, me sentía especial para alguien y verdaderamente no quería echarlo a perder; sabía con certeza que él era lo que necesitaba.—Espera un momento —comunicó, saliendo del coche. L
Gael—¿Gael? —estaba por subir las escaleras para ir y encerrarme en mi habitación, cuando escuché a mi madre llamarme. Me giré y la enfrenté. Tenía sus manos en su cadera y me observaba fijamente con una ceja arqueada.—¿Sí, madre? —pregunté, sentándome en el primer escalón.—¿Por qué conduces la motocicleta de Thomas?—Porque papá me quitó las llaves del auto —contesté, alzando los hombros y desordenándome el cabello.—¿Y Thomas estuvo de acuerdo en quedarse sin transporte?—No le he preguntado si está de acuerdo.Reí al ver a mi madre golpear su frente y sacudir la cabeza.Aunque muchas veces pensaba que ella era el macho alfa en esta casa, se veía adorable e inocente cuando estaba de buen humor; lo que era raro para mí verla de esa manera. Pues por lo general, ella y papá pasaban fuera de casa atendiendo sus ne
FannyArrastré mi mano fuera de mi caliente y suave edredón, para poder tomar el celular de mi mesa de noche; llevaba varios minutos de estar sonando, consiguiendo traerme de vuelta del mundo de los sueños.¿A quién se le ocurría llamar antes del medio día un sábado?A alguien que definitivamente tenía ganas de morir.—Diga —contesté, en medio de un largo bostezo.—¡Llevo varios minutos llamándote! —puse los ojos en blanco al escuchar a Sky gritarme—. ¿Sigues dormida?—Sí Sky, en este momento estoy hablando contigo estando dormida.—Tu sarcasmo no es necesario —gruñó—. Sal de la cama, floja. Tenemos planes.—¿Qué hora es? —pregunté, temiendo la respuesta.—Las 7 y 30.Retiré el móvil de mi oído y terminé la llamada de inmediato. Cubrí mi r
Me senté sobre el capó del auto, balanceando las piernas de un lado a otro mientras observaba a Gael molestar a Thomas. Él pasó su brazo sobre los hombros de su amigo y bajó su cabeza, alborotándole el cabello; sonreí y negué con la cabeza.No sabía en qué punto habían cambiado mis sentimientos hacia ese chico; aún recordaba la primera impresión que había tenido sobre él la primera vez que lo vi actuando como un adonis en plena cafetería; simplemente lo había considerado como la persona más repulsiva y egocéntrica del mundo; ahora seguía considerándolo egocéntrico, pero no lo veía repulsivo. Incluso, (Dios, no puedo creer que vaya aceptar esto), incluso ahora me agradaba.—¿Qué demonios estamos esperando? —Gael saltó, sentándose a mi lado.Me encogí de hombros.—A Dee, que fue al baño hace... —miré el reloj en mi muñeca y fruncí el ceño—. Media hora; puede que tenga estreñimiento —dije haciendo una mueca.<
—¿Qué tienes en la cara? —me preguntó Thomas, nadando hacia mí.Se detuvo a pocos centímetros de distancia y señaló uno de mis pómulos, haciendo una mueca.—Eso es horrible.Llevé mis dedos hacia donde él señalaba y sentí mi piel inflamada. Suspiré, poniendo los ojos en blanco. Mi disfrute en el agua solo había durado una hora.Malditos insectos. —¿Por qué no dijiste que eras alérgica a los insectos? —preguntó Caleb, acercándose a nosotros.—Tal vez porque ustedes no me dijeron que vendríamos a una jodida montaña —espeté, cruzándome de brazos.—¡Eso se está poniendo asqueroso! —continuó Thomas—. ¿Recuerdan la verruga de la nana mágica?—Lo que se está poniendo asqueroso aquí, es tu boca, Thomas —le dijo Gael jalándolo de un brazo; lo llevó hacia el otro lado de la laguna. Los observé hacer gestos con las manos mientras hablaban, pero no
Cuando volvimos a la laguna, ya los chicos estaban vistiéndose, y de pronto, cuatro pares de ojos nos miraban acusatoriamente. Thomas había dejado de retorcer su camiseta, —que por alguna extraña razón ahora estaba completamente empapada— y ahora miraba de Gael a mí, y luego a Gael. Su ceja derecha se alzó más allá de su frente, y una sospechosa sonrisa se dibujó en sus labios mientras intercambiaba miradas con Gael.—¿Dónde estaban? —preguntó Sky, entrecerrando los ojos en mi dirección.Los latidos de mi corazón comenzaron a acelerarse nuevamente, pero ahora con motivos totalmente distintos a los de antes; no iba a decirles que prácticamente estaba por perder mi virginidad con Gael en el camino.—Bueno... este... —mierda, cuando comenzaba a decir incoherencias no era nada bueno; a este punto era mejor cerrar la boca antes de comenzar a soltar toda la sopa a causa de los nervios.Codee a Gael, en busca de ayud
Mi respiración estaba entrecortada, jadeaba a cada pocos segundos, mis manos y mis pies temblaban por causa de la tensión que sentía dentro de mí... mientras que Gael no dejaba de reír a carcajadas al otro extremo del sofá.Esa maldita película me había quitado la paz desde que comenzó; aún seguía con mi teoría que ver una película de terror en una noche lluviosa y con tormenta no era una excelente idea.La imagen de la dichosa niña poseída me seguiría por el resto de mis días.—Eres muy cobarde, Frankie —dijo, sacudiendo la cabeza.—¿Cobarde? ¿Has visto lo que le ha pasado a su cabeza? —gruñí, lanzándole un almohadón.—¡Es una jodida película! —exclamó, echándoseme encima.Su cuerpo aplastó el mío contra el sofá; y en un rápido movimiento, tomó mis manos entre las suyas y las llevó arriba de mi cabeza. Me moví bajo su cuerpo para liberarme, pero una petulante sonrisa de su part
—¡A que no adivinan quien tiene una cita! —exclamó con emoción Dee, al dejarse caer en el asiento de al lado de Sky en la cafetería.Sky desvió un poco la mirada de la mía y entrecerró los ojos en dirección de Dee; agradecía tanto la presencia de Dee en ese momento, que quería abrazarla y apretarle los cachetes. Había llegado en un momento perfecto, cuando Sky estaba entrevistándome sobre el beso que había visto a través de su ventana.—¿La reina Teresa? —aseveró, siendo sarcástica.—¡Yo! —dijo Dee, aplaudiendo con emoción—. Audrey me ha invitado al baile de San Valentín.—¿El qué cosa? —preguntamos ambas al unísono.Dee miró a Sky, luego a mí con una ceja arqueada y una sonrisa divertida asomando en sus labios. Cruzó los brazos sobre la mesa, e inclinó su cuerpo hacia adelante.—¿Nadie les ha dicho? Jonhson High cada año ofrece un baile para el día de San Valentín. Ya saben, cu