FANNY
La noche era hermosa. La brisa que traía el viento alborotaba mi cabello, llevando mechones rebeldes hasta cubrir mi rostro.
Enfoqué la mirada en el cielo cubierto de estrellas. Esa noche preciosa, lograba que ese lugar transmitiera la tranquilidad que necesitaba justo en ese momento.
Dejé escapar lentamente la respiración, mientras cerraba mis ojos y me apoyaba hacia atrás en las tablas del viejo muelle.
Cuando salí de casa, tratando de escapar de la noticia que rompió mi corazón, comencé a vagar por las calles sin rumbo fijo. Y en lo que menos me esperé, me encontraba de camino a este viejo muelle. Me había enamorado de este lugar desde el primer momento en que Gael me había traído aquí; la suavidad con la que el agua se movía bajo de los troncos, me ayudaba a pensar con claridad... solo así era capaz de encontrar la paz que necesitaba.
Abrí los ojos y miré el ci
Me tomé el puente de la nariz, e hice una mueca mientras presionaba el teléfono en mi oído.—¡Han pasado cinco jodidos meses! ¿Y aun así eres capaz de decirme que sigues pensando si es una buena idea entrar o no a Harvard? ¿Acaso has perdido la cabeza? —le grité a Gael con furia.Savannah, mi compañera de cuarto y de carrera universitaria, me vio sobre su hombro mientras buscaba un vestido frente a su armario y se echó a reír.—¡Jo! Bájale a tus revoluciones, preciosa —habló él con un poco de diversión en su tono de voz.Ya había perdido la cuenta de la cantidad de veces que habíamos discutido por el mismo tema. Aun no terminaba por aceptar el hecho de que Gael me haya mentido, diciéndome que se iría a Cambridge, cuando era en lo último que pensaba.Iba a terminar por enloquecer; no soportaba la idea de que él estuviera en el sitio con el cual yo soñaba cada noche. Odiaba la idea de qu
El grito que escuché fue similar al de una sirena de una patrulla de policías. Estuve a pocos centímetros de caer de mi cama, ante el salto que había dado. Me senté en mi cama y pasé las palmas de mis manos por mi rostro, mientras me dedicaba a maldecir a Caleb en mi interior. Le dije que traer a Sky a nuestra casa antes de que el bebé naciera, sería mala idea.Y ahí estaban las consecuencias de sus actos.Los gritos de mi madre resonaban por todo el pasillo, mientras que escuchaba los pasos de mi hermano ir y venir a toda carrera por el pasillo, pidiendo ayuda.Dejé escapar un gruñido, a la vez que salía de mi cama para buscar unos pantalones en mi armario. En mal momento se le había ocurrido a Cloud venir al mundo. Hacía tan solo veinte minutos había dejado de estudiar para el maldito examen de admisión. Hacía tal vez unos escasos cinco minutos atrás, me había dormido, para entonces ser despertado por una loca histérica.
Estaba nerviosa.Gael me invitó a dar una vuelta por el centro de Londres, y temía que algo saliera mal... realmente casi podría asegurar que algo saldría mal.¿A quién se le ocurría salir un día donde la nieve cubría el suelo por varios centímetros? Definitivamente solo a Gael.Miré a Savannah otra vez, mientras esta sacaba todos sus abrigos y bufandas de su armario entre reniegos.—¿Ese idiota ha perdido la cabeza? ¿Qué no puede soportar un día más sin verte? —gruñó una vez más mi amiga irlandesa.Lo cierto es, que hacía un mes completo que no veía a Gael; pues se había ido con sus compañeros de arquitectura a dar una gira por varios países europeos, gustos que podían darse los chicos adinerados que estudiaban en nuestra universidad. Él había insistido en que lo acompañara, pero me había rehusado completamente; siempre había sido una chica independiente, y lo menos que me
—Sí madre, en serio estoy bien. Sólo estaba cansada —le hablé a mi madre por el teléfono, mientras caminaba por mi habitación, tratando de quitarme un tacón.—¿Cómo puedes decirme que solo estabas cansada? ¡Te desmayaste, Fanny!Puse los ojos en blanco, y suspiré, sentándome en el borde de mi cama.Era normal que tuviera ese tipo de desmayos a causa del cansancio acumulado, según me lo había dicho el doctor. Dirigir la administración de mi propio hotel, no era nada fácil. Eran muchos empleados de diversas áreas, a los que debía de dar órdenes. Mi madre me había ido a visitar hoy, y justo hoy tuve que desmayarme frente a ella.—Mamá, estás exagerando.—¿Gael está contigo?—Está jugando Play station con Cloud y Ariel.Ariel... Nuestra pequeña niña pelirroja había iluminado nuestras vidas con su presencia desde hacía cuatro año
GAELThomas y yo habíamos hecho un pacto desde que éramos tan solo unos niñatos de ocho años de edad: nunca íbamos a enamorarnos, seríamos una barata imitación de Pinky y Cerebro, tratando de conquistar el mundo con nuestras propias manos.Cuando comenzamos la secundaria, nuestro pacto se fortaleció más, salíamos con chicas, sin ofrecerles una relación seria; nunca las engañamos, la verdad siempre estuvo de primero; serían nuestro ligue de una o dos noches, y aun así, ellas estaban de acuerdo. Es la vida que cualquier chico podría desear, tener sexo cuando quisiéramos, sin compromiso alguno.Admito que nuestro físico era nuestro mejor beneficio, para nadie es una mentira sobre lo sexy y caliente que soy, acepto que el idiota de Thomas también tiene lo suyo, pero, aun le hacía falta mucho en igualarme.¿A dónde pretendía llegar con todo esto?A que ah
Capítulo 1"¿Como rayos Supo eso?"Ser una nueva persona.En eso se basó la decisión de haber tomado un vuelo directo de Los Ángeles, hasta Tennessee; comenzar desde cero, dejando en el olvido a la chica que antes fui. Por un lado me encontraba ansiosa, deseaba con cada partícula de mí ser mostrar mi verdadero potencial en este último año de clases que estaba por comenzar. Aunque a la vez, una oleada de temor se apoderaba de mí, mientras se reproducían una y otra vez en mi mente los bochornosos acontecimientos que viví el año anterior; una parte de mí, temía volver a repetir la misma historia.Dejé mi brillo labial sabor a melocotón sobre mi cómoda, moví mis labios esparciendo el delicioso sabor por cada partícula de ellos; acomodé mi largo cabello castaño sobre mis hombros y después coloqué un gorro de lana que la abuela me había regalado, sobre mi cabeza.Cua
—No puedo creer que te haya gustado la lección de Cruella de Vil —comenta Dee, cuando caminamos hacia nuestros casilleros.—Ya te lo he dicho, me gusta literatura, y a mí no me pareció tan mala.Siempre había acostumbrado sobresalir en mis notas, me gustaba estudiar, y ver en la pizarra informativa, mi nombre en uno de los primeros puestos. Desgraciadamente, nunca pude llegar a obtener el primer lugar, pues admitía tener un serio problema con matemáticas... simplemente las malditas fórmulas no terminaban con incrustarse en mi cerebro, por más noches en vela que pasara.—Eso es porque apenas la estás conociendo —bufa—. Solo espera que te mande a detención donde ella misma te obliga a participar en ridículas obras teatrales —la chica se estremece al decirlo, quizá recordando alguna experiencia en detención—. ¿Has visto alguna vez a High School Musical? Si lo has hecho, ya podrás imaginar el resto.Sin poder evit
—Hola cariño, ¿Qué tal tu nueva escuela? —pregunta mamá al elevar la mirada de las plantas que está sembrando al lado del caminito de piedra que conduce hasta el porche de nuestra casa.Sonrío al ver aún las cajas de la mudanza apiladas en la puerta. Mamá tenía una seria obsesión por las flores, su lema era: las plantas dan vida a un hogar. Amaba tanto levantar jardines, que no le importaba dejar de lado las cosas importantes con tal de permanecer llena de tierra. No me sorprendería que haya pasado todo el día en ello, pues aunque el clima haya estado frío, su nariz roja la delata al haber estado todo el día expuesta al viento.—Bien, supongo... creo que hice dos amigos —contesto, levantando los hombros con desdén.—El guapo chico del auto ¿Es uno? —sus grandes ojos verdes me observan fijamente, para después mover ambas cejas sugestivamente.—¡Mamá! —exclamé abriendo mis brazos.¿A