—¡Gael! ¡Deja de tomarte el vino! —le gritó Sky, en cuanto lo vio llevar la botella del vino de cidra a sus labios.
Últimamente nuestra amiga Sky estaba siendo controlada por un carácter de los mil demonios; pero todos la comprendíamos, cargar un bulto como el que llevaba, no debía ser nada fácil.
Y pensar que aún le hacía falta dos meses.
—Es para entrar en calor —dijo casualmente—. Además, deberías de no quejarte; de todas maneras tú no puedes tomar licor.
Sky puso los ojos en blanco, a la vez que le arrebata la botella y se la entregaba a Caleb.
Me detuve apoyándome en la puerta de la cocina, sosteniendo la bandeja de galletas recién horneadas en mis manos, mientras observaba a todo mi grupo de amigos, más Adam, decorar el árbol de navidad. Me eché a reír al ver a Alonso ponerse un cordón de luces como bufanda y simular que estaba en una pasarela.
—¡Alonso! —Gritó Dee, esta v
Una sonrisa había quedado pintada en mi rostro mientras recordaba las últimas tres horas. Quería más noches como estas, (Aunque me escuche como toda una pervertida) pero estaba enamorada, y amaba con todas las fuerzas los momentos que pasaba con Gael.Cerré mis ojos, recordando como ese apuesto chico que ahora dormía placenteramente a mi lado, arrastraba sus labios en suaves caricias a través de mi cuerpo, mientras hacíamos el amor.Giré mi cuerpo, apoyándome en uno de mis codos, para poder observarlo. Estaba acostado boca abajo, su rostro estaba vuelto hacia el mío. Sus brazos estaban apoyados sobre su cabeza y un mechón de cabello rubio caía agradablemente sobre su ojo izquierdo. Mordí mi labio inferior, estirando mi mano para alejar su cabello de su frente. Comencé a trazar lentamente sus pómulos con la punta de mis dedos. Su piel era tan suave, que provocaba interminables ganas de nunca dejar de tocarlo. Continué acariciando su rostro, l
FANNYLa noche era hermosa. La brisa que traía el viento alborotaba mi cabello, llevando mechones rebeldes hasta cubrir mi rostro.Enfoqué la mirada en el cielo cubierto de estrellas. Esa noche preciosa, lograba que ese lugar transmitiera la tranquilidad que necesitaba justo en ese momento.Dejé escapar lentamente la respiración, mientras cerraba mis ojos y me apoyaba hacia atrás en las tablas del viejo muelle.Cuando salí de casa, tratando de escapar de la noticia que rompió mi corazón, comencé a vagar por las calles sin rumbo fijo. Y en lo que menos me esperé, me encontraba de camino a este viejo muelle. Me había enamorado de este lugar desde el primer momento en que Gael me había traído aquí; la suavidad con la que el agua se movía bajo de los troncos, me ayudaba a pensar con claridad... solo así era capaz de encontrar la paz que necesitaba.Abrí los ojos y miré el ci
FANNYLa noche era hermosa. La brisa que traía el viento alborotaba mi cabello, llevando mechones rebeldes hasta cubrir mi rostro.Enfoqué la mirada en el cielo cubierto de estrellas. Esa noche preciosa, lograba que ese lugar transmitiera la tranquilidad que necesitaba justo en ese momento.Dejé escapar lentamente la respiración, mientras cerraba mis ojos y me apoyaba hacia atrás en las tablas del viejo muelle.Cuando salí de casa, tratando de escapar de la noticia que rompió mi corazón, comencé a vagar por las calles sin rumbo fijo. Y en lo que menos me esperé, me encontraba de camino a este viejo muelle. Me había enamorado de este lugar desde el primer momento en que Gael me había traído aquí; la suavidad con la que el agua se movía bajo de los troncos, me ayudaba a pensar con claridad... solo así era capaz de encontrar la paz que necesitaba.Abrí los ojos y miré el ci
Me tomé el puente de la nariz, e hice una mueca mientras presionaba el teléfono en mi oído.—¡Han pasado cinco jodidos meses! ¿Y aun así eres capaz de decirme que sigues pensando si es una buena idea entrar o no a Harvard? ¿Acaso has perdido la cabeza? —le grité a Gael con furia.Savannah, mi compañera de cuarto y de carrera universitaria, me vio sobre su hombro mientras buscaba un vestido frente a su armario y se echó a reír.—¡Jo! Bájale a tus revoluciones, preciosa —habló él con un poco de diversión en su tono de voz.Ya había perdido la cuenta de la cantidad de veces que habíamos discutido por el mismo tema. Aun no terminaba por aceptar el hecho de que Gael me haya mentido, diciéndome que se iría a Cambridge, cuando era en lo último que pensaba.Iba a terminar por enloquecer; no soportaba la idea de que él estuviera en el sitio con el cual yo soñaba cada noche. Odiaba la idea de qu
El grito que escuché fue similar al de una sirena de una patrulla de policías. Estuve a pocos centímetros de caer de mi cama, ante el salto que había dado. Me senté en mi cama y pasé las palmas de mis manos por mi rostro, mientras me dedicaba a maldecir a Caleb en mi interior. Le dije que traer a Sky a nuestra casa antes de que el bebé naciera, sería mala idea.Y ahí estaban las consecuencias de sus actos.Los gritos de mi madre resonaban por todo el pasillo, mientras que escuchaba los pasos de mi hermano ir y venir a toda carrera por el pasillo, pidiendo ayuda.Dejé escapar un gruñido, a la vez que salía de mi cama para buscar unos pantalones en mi armario. En mal momento se le había ocurrido a Cloud venir al mundo. Hacía tan solo veinte minutos había dejado de estudiar para el maldito examen de admisión. Hacía tal vez unos escasos cinco minutos atrás, me había dormido, para entonces ser despertado por una loca histérica.
Estaba nerviosa.Gael me invitó a dar una vuelta por el centro de Londres, y temía que algo saliera mal... realmente casi podría asegurar que algo saldría mal.¿A quién se le ocurría salir un día donde la nieve cubría el suelo por varios centímetros? Definitivamente solo a Gael.Miré a Savannah otra vez, mientras esta sacaba todos sus abrigos y bufandas de su armario entre reniegos.—¿Ese idiota ha perdido la cabeza? ¿Qué no puede soportar un día más sin verte? —gruñó una vez más mi amiga irlandesa.Lo cierto es, que hacía un mes completo que no veía a Gael; pues se había ido con sus compañeros de arquitectura a dar una gira por varios países europeos, gustos que podían darse los chicos adinerados que estudiaban en nuestra universidad. Él había insistido en que lo acompañara, pero me había rehusado completamente; siempre había sido una chica independiente, y lo menos que me
—Sí madre, en serio estoy bien. Sólo estaba cansada —le hablé a mi madre por el teléfono, mientras caminaba por mi habitación, tratando de quitarme un tacón.—¿Cómo puedes decirme que solo estabas cansada? ¡Te desmayaste, Fanny!Puse los ojos en blanco, y suspiré, sentándome en el borde de mi cama.Era normal que tuviera ese tipo de desmayos a causa del cansancio acumulado, según me lo había dicho el doctor. Dirigir la administración de mi propio hotel, no era nada fácil. Eran muchos empleados de diversas áreas, a los que debía de dar órdenes. Mi madre me había ido a visitar hoy, y justo hoy tuve que desmayarme frente a ella.—Mamá, estás exagerando.—¿Gael está contigo?—Está jugando Play station con Cloud y Ariel.Ariel... Nuestra pequeña niña pelirroja había iluminado nuestras vidas con su presencia desde hacía cuatro año
GAELThomas y yo habíamos hecho un pacto desde que éramos tan solo unos niñatos de ocho años de edad: nunca íbamos a enamorarnos, seríamos una barata imitación de Pinky y Cerebro, tratando de conquistar el mundo con nuestras propias manos.Cuando comenzamos la secundaria, nuestro pacto se fortaleció más, salíamos con chicas, sin ofrecerles una relación seria; nunca las engañamos, la verdad siempre estuvo de primero; serían nuestro ligue de una o dos noches, y aun así, ellas estaban de acuerdo. Es la vida que cualquier chico podría desear, tener sexo cuando quisiéramos, sin compromiso alguno.Admito que nuestro físico era nuestro mejor beneficio, para nadie es una mentira sobre lo sexy y caliente que soy, acepto que el idiota de Thomas también tiene lo suyo, pero, aun le hacía falta mucho en igualarme.¿A dónde pretendía llegar con todo esto?A que ah