Era un día muy especial para Anabela, una chica pequeña de piel blanca, cabello castaño oscuro, ojos grandes de color azul, labios carnosos, hermoso rostro. Para una joven que acaba de cumplir los 18 años se ha desarrollado perfectamente bien.
Estaba tan entusiasmada porque después de meses rogándole a su padre para que la llevara a la gran fiesta de máscaras, por fin había aceptado llevarla. Ese día tan esperado era hoy, ella estaba sentada frente al gran espejo maquillándose, se ponía en sus labios un labial color red vuelve, se dio los últimos retoques. Se puso un vestido color rouge acentuado en la parte de arriba de sus pechos, con un hermoso escote que dejaba al descubierto su espalda y sus pechos, el vestido era largo porque le llegaba hasta los pies y tenía un hermoso corte en la pierna. Ella se miró en el espejo, se puso unas hermosas zapatillas con tacón y tomó su máscara de encaje al mismo color que el vestido. Salió de su habitación bajo las escaleras de la enorme casa de su padre, que era uno de los mafiosos más importantes de España. Al ir bajando las escaleras su padre y su hermano la esperaban al notar que ella bajaba quedaron sorprendidos al verla. —Te ves hermosa hija —dijo su padre mirándola con una mirada de felicidad, le tomo la mano y la puso en su brazo. Anabela miraba a su hermano que la miraba con una cara de sorprendido o que vio un fantasma. —¡Oye hermano! —habló para llamar la atención de su hermano. —Me veo tan mal como para que no me digas nada —le dijo en tono de burla. —Me dejaste sin palabras, hermana, te ves hermosa —al decirle eso la tomo de la mano, la puso en su brazo y se marcharon los tres. Salieron de la casa, entraron a un lujoso carro negro, el chofer se puso en marcha y en 10 minutos llegaron a una enorme mansión donde sería la fiesta. —Hija, en el momento que salgamos del auto a nadie le debes de decir que eres mi hija, ante todos eres la amante de tu hermano ¿de acuerdo? —al decir eso su padre la mira con cara y tono de preocupación. —Claro padre, al salir del auto no soy nada de ustedes, no te preocupes —en su voz se notaba lo calmada que estaba para que su padre no se preocupara. Se pusieron los antifaces, salieron del auto, ella tomó en brazo de su hermano y comenzaron a caminar, se abrió la enorme puerta de la mansión. El interior era completamente lujoso, un hermoso candelabro de cristal adornaba el techo de la enorme sala haciendo que todo la atmósfera sea misteriosa y llena de olor a perfume caro con olor a humo y alcohol. Adentro del lugar había mucha gente, las familias de los mafiosos. Todos voltearon a ver qué llegaban padre e hijo, los Accardi. Los presentes vieron con atención la llegada de esa familia, pero se centraron más en esa joven hermosa que venía del brazo de cada uno de ellos. En la fiesta estaba otra de las familias de mafiosos más importantes de España, los Ferrara. Dante Ferrara un hombre con una mirada pesada llena de misterio, su aura era completamente peligrosa vestido con un traje negro que acentúa mucho más su esbelta figura hablaba con su padre Maximiliano y su jefe de seguridad con un vaso de whisky en la mano. Al notar que todos volteaban, él también lo hizo conocía muy bien a la familia Accardi, el señor Lauro y su hijo Francisco, pero su mirada se paró en la bella mujer que estaba del brazo de Francisco. Al ver ese hermoso cuerpo bien formado con unos grandes pechos y ese vestido que dejaba mucho a la imaginación haciendo que su amiguito despertara. —¿Quién es la joven que está con el hijo de puta de Francisco? —dijo mientras le daba otro trago a su vaso. —No sé, nunca la había mirado antes de seguro, es su nueva amante —exclamo Maximiliano con un tono frío y seco. La fiesta continuaba, Anabela miraba muy emocionada, feliz como eran las fiestas a las que su padre y hermano solían ir. Mientras su hermano y su padre tomaban whisky sentado en una mesa rodeada de otros mafiosos. Ella se comenzó aburrir porque solo hablan de negocios y conflictos. Se acercó a ellos por sus espaldas. —Iré a tomar algo de aire —le susurro a su hermano y a su padre al oído. —Está bien —la voz de su padre era fría y cortante, ella sabía que era porque nadie debía de saber la verdad. Ella salió del lugar, camino en dirección hacia un lindo jardín donde estaba medio iluminado, se miraba a lo lejos una fuente, ella siguió caminando hasta llegar a la entrada de un enorme laberinto, dudaba en entrar porque tenía miedo a perderse. —¿Por qué tan sola? —escucho una voz un poco gruesa y masculina detrás de ella. Se dio la vuelta de inmediato, chocando su rostro contra un pecho duro, levantó la vista para verlo a los ojos porque era un hombre mucho más alto que ella y se quedó mirando a esos hermosos ojos grises. —No pensé que tan pronto caerías a mí —en su rostro había una sonrisa, ella solo sintió coraje por ese hombre tan arrogante. —Yo no caigo ante nadie y menos ante un hombre como tú —ella se apartó de él y se fue, por un lado, del, pero la tomo del brazo. —Me gustan las mujeres con carácter y difíciles de domar —en los dos había una mirada de enojo y desafió. —Pues un hombre como tú no podría tener a una mujer como yo, ¿sabes por qué? —ella no apartaba la mirada de los ojos de ese hombre. —¿Por qué? —él miraba cada expresión de su rostro, quería leer los pensamientos de esa mujer que cada vez lo intrigaba más y más. —Porque, no me fijo en hijos de puta como tú arrogantes, que se creen que pueden tener a cualquier mujer, tú serías el último hombre en el que me fijaría —ella mantuvo su voz firme, pero ese hombre la asustaba. —¿Entonces que tiene ese hijo de puta de Francisco que no tenga yo? Si te refieres a complacer yo te puedo dar más —mientras le decía eso, la tomo de la cintura y la pego a su cuerpo tocando su piel por el escote de la espalda. —Él tiene mucho más que tú, él es más hombre que tú —el tono de su voz era de enojo total. Por dentro hervía de enojo, quería demostrarle de lo que era capaz asi que en un movimiento rápido la tomo dándole un apasionado beso, con una mano tomaba su cintura y con la otra agarraba su cabeza. Ella con sus manos le golpeaba el pecho con fuerza para alejarlo. Después de unos minutos de pelea ella se rindió y se dejó llevar por la extraña sensación que sentía en esos momentos, le devolvió el beso, él al darse cuenta de que le correspondía, quito la mano de la cabeza y agarró su pierna que quedaba al descubierto por el corte del vestido, él introdujo su lengua en su boca tomándola completamente. Él siguió subiendo su mano por su pierna, empezó a sentir sus pequeñas bragas que traía, siguió acercando su mano a su parte baja tocándola, al sentir su parte cálida y húmeda le provocó una ere**ion de los mil demonios. Introdujo su dedo en ella y escuchó un pequeño gemido de su cuello. Sin previo aviso ella reuniendo todas sus fuerzas golpeó el pecho de aquel hombre, al alejarlo le dio un puñetazo en la cara que hizo que él moviera un poco su rostro. Él se quedó en estado de shock porque nunca se había descuidado tanto y menos delante de una mujer. —¡Que creíste que está ya calló! —su tono de voz era de enojo. Le hizo una seña obscena con el dedo y se marchó sin mirar atrás. —Debo de saber todo de esa joven, con ella me cobraré lo que me deben. Ahora deseo mucho más a esa joven. Va a hacer mía —él solo la miraba mientras se marchaba. Se fue por el mismo camino de regreso a la fiesta. Entrando al lugar llego con Álvaro. —Álvaro, quiero que me investigues todo acerca de esa joven que está con Francisco, quiero saberlo todo —Álvaro, solo me miro sin decir nada, asintió con la cabeza y se marchó. Durante toda la noche Dante contempló a la joven que siempre estuvo al lado de Francisco en todo momento. Se me hacía muy extraño que él en ningún momento diera una demostración de amor para su amante. No le quitó los ojos de encima cada vez que miraba cómo se movía, como pasaba su mano por su cabello le hacía solo desearla más y más le provocaba que su amiguito despertara. ¿Quién es ese hombre? ¿Por qué me beso? ¿Por qué me gusto? Esas preguntas pasaban por su cabeza. Dudaba mucho si decirle a su padre y a su hermano, pero sabía que si les contaba se preocuparían por ella y la mantendrían alejada como siempre lo hacían, así que prefirió no decía nada. Durante lo que resto de la noche ella despistadamente notaba que el hombre la veía casi en todo momento, no apartaba la vista ni un poco, ella se sentía incómoda porque no sabía quién era. Además, notaba que era un hombre muy guapo a lo que podía ver porque el antifaz no deberá ver mucho. Tenía una hermosa quijada perfilada, unos labios hermosos y por lo que sintió tenía un pecho bien moldeado, pero esos ojos grises hacen que sintiera que la desnudaban y le daba miedo e intriga a la vez. Pero ese hombre, ¿Quién es?? ¿Qué quiere? Lo más seguro lastimarla o robarle su inocencia como muchos otros. Seguía sin entender por qué le habían gustado las caricias que le dio ese hombre desconocido si nunca había tenido nada que ver con un hombre. Además, ese fue su primer beso. Aunque algo era seguro esos ojos grises llenos de misterio que le hacían sentir un escalofrío que recorría su espalda solo la invitaba a seguir averiguando ese nuevo sentimiento que nació en su corazón. Pero las mismas preguntas pasaban en su mente. Ella también lo mirabas a él, pero no sabía por qué. Pero algo era seguro, no sería nada bueno o quizá sí, no lo sé, averigüémoslos....Dante Han pasado exactamente dos años desde que comencé la búsqueda de esa joven que en ningún momento he podido sacar de mis pensamientos, recuerdo el olor de su perfume, suavidad de su piel, esos hermosos ojos azules, esos labios que recuerdo su sabor tan rico y me excita. El pequeño gemido que escuche provoca que se me erice la piel. Durante todo este tiempo mis ganas por esa joven no hacen más que crecer, cada vez que estoy con una mujer en mi mente, recuerdo a esa joven a esos hermosos pechos redondos que tiene, recuerdo su parte lo cálida y caliente que estaba. Muero de ganas de hacerle todas las sucias que tengo en mente, hacerla gritar mi nombre. Lo más raro es que en todo este tiempo no he podido encontrar mucha información de ella, eso es raro. Solo sé que su nombre es Anabela y eso porque de niña asistió a una escuela religiosa. He estado siguiendo a Francisco, ya que no he encontrado mucha información de ella, lo más conveniente es que él vaya a verla. Escucho pasos
—Es mi amigo —es lo único que sé me ocurre decir. —Si quieres que lo deje vivo tendrás que darme algo —me dice con una voz fría. Lo volteo a ver a los ojos. —¿Qué quieres? —ninguno separaba la vista del otro. —¿Quiero que me beses? Y en los labios —él se me quedó mirando y noté cómo sonreía descaradamente. No sé lo que este hombre realmente quiere, pero no puedo negarme a sus exigencias poco razonables, de lo contrario Leonel será como una pequeña hormiga frente a él para ser torturado por él. Leonel está simplemente borracho, y la cercanía de mi amigo es en cualquier caso mejor que la coacción de esta misteriosa hiena de hombre al otro lado de la calle. Pero en este momento estaba siendo arrinconado por este hombre. Al instante me vinieron a la cabeza todo tipo de pensamientos extraños, todo mi cuerpo tembló involuntariamente y me decidí como si estuviera en una especie de misión, aunque no quisiera. No tengo opción, tengo que hacerlo, me comencé acercar noto que su mirada
Esta ese hombre acostado a un lado de mi semidesnudo noté su gran pecho, un enorme tatuaje en el lado izquierdo del pecho creo que es un patrón de formas, noté que está bien esculpido y solo lleva unos bóxers, y se notaba su enorme ereccion. En mi cabeza pensaba "Este hombre es una total perfección, es un dios" "Está muy grande es normal que este esa parte así de grande" no se porque pienso en eso. —Apaga la puta luz, acuéstate y duérmete —gruñe con los ojos medió cerrados. —¿Que cojones estás haciendo ahí y además desnudó? —le grite molesta y abrió los ojos. —No estoy desnudo, pero si lo quieres —me soltó eso y se quitó los bóxers en su totalidad. Yo me quede en estado de shock, pero mi vista bajo, noté la magnitud y el grosor de esa cosa. "Esa cosa es muy grande" pensé en mi cabeza. —¿Quieres tocarlo? —me dijo en un tono sexy. —Claro que no, lárgate de mi cuarto como se que te llames —desvíe mi mirada para no ver esa cosa. —Mi nombre es Dante Ferrara —dijo eso, se l
Llegamos a la ciudad si así se le puede decir. Paramos enfrente de una boutique, se nota que es ropa muy elegante. Habré la puerta y yo voy detrás de él "WOW" me sorprendo. Es una tienda hermosa. Se acerca una mujer rubia, de ojos verdes con un cuerpazo. —Señor Dante ¿Que lo trae por aquí? —la mujer le sonríe y me ignora por completo. La mujer toca el brazo de Dante esa mujer le está coqueteando. "Hazlo llévatelo" me digo a mi misma. —Vine a que mi mujer se pruebe ropa, muéstrele todo no importa el precio —Dante me dice, le quita la mano y me señala a mi. "Mi mujer" no lo soy. Esa mujer me ve, su expresión cambia a una de celos y odio. Me mira de pies a cabeza. Se vuelve a voltear hacia Dante. —Como ordene señor Dante —la mujer me sonríe de nuevo y me dirige una mirada asesina a mi. Se da la vuelta y me doy detrás de ella. Me comienza a mostrar muchos tipos de vestidos hermosos. Escogo varios, me meto al probador me encantan muchos con lindos escotes, unos cortos y he
Los dos hombres me miran. Los tres salimos de la casa, subimos a un auto muy lujoso y nos vamos. Llegamos a un club. Los dos bajan, Dante me tiende si mano, pero yo la rechazo y me bajo sola. Camino detrás de ellos. Entramos al club y puedo ver que bailan mujeres desnudas. Subimos unas escaleras hasta llegar a una zona VIP, nos acercamos a una mesa donde hay muchos hombres sentados al rededor. Los dos hombres que vienen conmigo se sientan al rededor de la mesa, siento la mirada de muchos hombres. Dante se da cuenta de eso, me toma de la mano y me sienta a un lado de él pegándome a su cuerpo. Puedo ver cómo comienzan a llegar muchas mujeres, algunas semidesnudas, algunas mostrando sus pechos. Llegan hasta la mesa donde estamos, algunas se van con los otros hombres. Noto como se le acerca a Dante una mujer pelirroja y se sienta en las piernas, comienza a besarle el cuello y desabrocharle la camisa. Me comienzo a sentir incómoda en ese lugar. Me levanto, pero Dante me to
Llegamos con mis padres, mi madre inmediatamente me abraza y mi padre solo me ve a mí y a Anabela con cara de completo enojo. —Hijo mío, ¿ella debe de ser Anabela? —pregunta mi madre. Se voltea hacia Anabela y la toma de las manos. —Anabela, te presento a mi madre Martha Ferrara, madre, te presento Anabela Accardi, pero creo que esas palabras sobran; tú ya la conoces —le digo a mi madre y me voltea a ver con una mirada asesina. —Siempre tan irrespetuoso con tu madre —manifiesta y se lleva Anabela. Me acerco a mi padre. —Hijo, ¡ahora compruebo que eres un idiota, como se te ocurre secuestrar a la hija de nuestro enemigo! —brama mi padre muy enojado. —Padre, tú sabes bien por qué lo hago —mi padre me ve con ojos de queriéndome matar. —Bueno, espero que cumplas con tu palabra y no termines enamorado de ella —me dice mi padre todavía molesto. —No, padre, no me enamoraré de ella; tú sabes para qué la quiero —le digo eso y comienzo a buscar Anabela. Veo a mi madre sola atendi
Este capítulo tiene escenas para mayores de 18 y muy detallada. Dante Estoy listo, me comienzo acercar con mi miembro a su parte. Pongo la punta en su entrada, comienzo lentamente a entrar en ella. Siento algo romperse dentro de ella, sé lo que es, ahora ella es completamente mía. Veo como ella comienza abrir la boca, me acerco a su rostro y tomo sus labios contra los míos. La beso un momento para que se relaje, me pone sus manos en mi espalda, siento como se comienza a relajar y en ese momento vuelvo a introducir más mi miembro. Se separa de mí y pone su cabeza a un lado de la mía. —¡Ah! Despacio me duele. —Es normal la primera vez, solo necesitas relajarte y dejarte llevar —le digo para tranquilizarla. Asiente con su cabeza, comienzo de nuevo a moverme lentamente, siento en mi espalda como me clava sus uñas. Su interior aprieta a mi enorme miembro, está muy ajustado. "Se siente tan bien" me digo a mí mismo en mis pensamientos. Comienzo a besar su cuello, le dejo unas peq
P.O.V Anabela Estoy sentada en la cama, me pongo las almohadas atrás de mi espalda. Me recargo en ella y con mi mano comienzo a tocar las partes de mi cuerpo donde están adoloridas. "Dante me las pagarás, te pasaste" En eso escucho que tocan a la puerta, me reincorporo y finjo una sonrisa. —Pase —digo con mi voz fingida. La puerta se abre y entra la señora Martha, corre rápidamente hacia donde estoy. Se sienta a un lado de mí y toma mis manos. —¿Estás bien? —me pregunta la señora Martha veo que me ve con cara de preocupación. —Sí, claro que estoy bien —le contesto, tengo vergüenza de decirle lo que siento. —No me mientas, sé lo qué pasó, tuviste relaciones con Dante —me dice un poquito enojada y me mira a los ojos. —¿Cómo lo sabe, señora Martha? —indagó porque quiero saber cómo es que ella sabe. —No importa cómo es que sé, lo que importa es saber que estás bien —menciona más tranquila, siento en su voz un poco de confianza. —No sé si contarle, señora Martha, es que me da