En ocasiones el amor es doloroso, tanto, que aquella opresión que se siente en el pecho hace imposible el respirar. Te deja sin ánimos, sin ganas de seguir adelante…aun así, no dejamos de sentirlo.
Héctor miraba el techo blanquecino de su estudio, con la mirada perdida en la nada y la mente plagada de preguntas y pensamientos. Aun recordaba a Adara, en lo preciosa que se veía tocando con tanta maestría aquel piano que, quizás sin quererlo, transmitía tantas emociones indescifrables que lo hicieron sentirse conmovido. Sin embargo, no era solo la hermosura de su ex esposa lo que lo mantenía al borde del abismo emocional…si no, tambien ese pequeño que se parecía tanto a el y que lo miro de manera extraña durante aquellos breves momentos en que casi lo tuvo de frente.
Un par de golpes en la puerta de su estudio lo distrajeron, y autorizando a la persona para entrar, se acomodo nuevamente con porte regio en su elegante silla.
—Señor Altamira —
Saludo un hombre de aspecto osco y demasiado serio que traía bajo el brazo un par de folders.
—Ramiro, espero que me hayas conseguido la información que te he pedido — dijo Héctor mirando con seriedad a su empleado, aquel en quien más confianza tenía.
El hombre asintió, y dejando aquellos folders sobre el costoso escritorio de roble de Héctor, se sentó luego en uno de los sofás que había en el lugar. Héctor tomo aquellos varios documentos y fotografías que su leal sirviente había conseguido.
—El hombre que acompaña a la señora Dánae es Sir Noah Lennox, como puede imaginar, es extranjero. Según mis fuentes, comenzó una relación romántica con la señora Dánae hace unos tres años aunque se conocen desde hace casi 5, confirme esto, el y ella no se conocieron cuando usted estuvo casado con Dánae, actualmente Lennox es su manager y representante, básicamente fue este hombre quien lanzo a la fama a la señora como pianista, no tiene antecedentes penales, es descendiente de la realeza de Inglaterra, hijo del duque Lennox, el hombre reside desde hace poco más de cinco años aquí en España y es, además, un reconocido filántropo, el tipo no tiene nada cuestionable, esta completamente limpio — dijo con seriedad Ramiro.
Héctor miro la fotografía de aquel hombre de porte arrogante y cabellos rubios. — El hijo de un duque ¿eh? Creo que los estándares de Adara no han bajado, aunque el tipo parece ser solo un pedante de m****a — dijo con un deje de desprecio, luego, miro una fotografía en donde aparecían Adara y su pequeño hijo jugando tranquilamente en el parque. — Y dime, de este niño, ¿Lograste saber algo? — cuestiono Héctor con demasiado interés.
Ramiro asintió. — Si señor. El pequeño se llama Nicolás Dánae, nació, según mis fuentes, en Barcelona hace casi 6 años, no hay padre en sus registros, la señora Dánae lo registró como madre soltera, desde entonces el niño no se ha separado de su lado, viven solos en Barcelona en una acomodada zona residencial llamada San Patricio, y el niño asiste al reconocido preescolar bilingüe St. Peter's School, respecto a él es todo lo que pude averiguar, al parecer, la señora Dánae es bastante hermética en lo que se refiere a su hijo — respondió.
Héctor guardo silencio durante un momento. Mirando aquella fotografía en donde aparecía solo el pequeño con una radiante sonrisa, no pudo evitar volver a notar el parecido que tenia con el mismo. Los mismos ojos oscuros, el mismo cabello negruzco, incluso, la misma sonrisa que él tenía cuando era apenas un chiquillo. Abriendo uno de los cajones de su escritorio, saco una fotografía vieja de su niñez, y comparando ambas, el parecido era innegable, ese pequeño bien podría ser su clon. ¿Seria posible? De serlo, ¿Por qué Adara nunca se lo dijo? Además, algo mas de lo dicho por Ramiro le apretó el pecho, el niño se llamaba Nicolás…igual que el abuelo de Adara al que ambos quisieron tanto.
—¿Dices que viven solos? Ósea que Adara no esta viviendo en amasiato con ese tal Lennox — cuestiono Héctor.
Ramiro nuevamente asintió. — Así es, según mi fuente, la señora Dánae no vive con ese hombre — respondió.
—Y ¿Qué hay de Adara? — pregunto con interés Héctor.
—De la señora Dánae tampoco fue mucho lo que logre averiguar, salvo que, después de vender la casa en donde ustedes vivieron juntos hace años, ella se mudo a Barcelona para buscar trabajo, en algún punto tuvo a su hijo y poco después conoció a Lennox, salto a la fama gracias a la ayuda de este hombre y se gano la simpatía de los reyes después de tocar para ellos gracias a Lennox, de allí fue que salto a la fama, me temo que eso es todo lo que logre averiguar — respondió con sinceridad Ramiro.
Levantándose de su cómoda silla, Héctor sonrió. — Bien Ramiro, puedes retirarte — dijo para despedir a su fiel sirviente.
Caminando hacia los ventanales para admirar la hermosura de los jardines de su mansión, medito sobre toda aquella información que acababa de recibir. Nicolás no podía ser hijo de Lennox, esto debido a los tiempos que Ramiro había confirmado en que sucedieron los hechos. Sin embargo, Adara jamás hizo por encontrarlo para decirle que estaba esperando un hijo suyo. Tambien, estaba la parte del gran parecido que había entre el y ese pequeño de ojos juiciosos. Suspirando, se sintió confundido. ¿Aquel niño era suyo? Tomando su elegante saco negro, salió de la mansión con rumbo a buscar a la única que le podía dar una respuesta: Adara.
En su elegante departamento, Adara acariciaba los cabellos negruzcos de su pequeño y hermoso hijo. Se sentía temerosa después de haber visto a Héctor la noche anterior, y es que, el parecido de su pequeño Nicolás con el era innegable, aunque, aun así, no estaba dispuesta a compartir a ese pequeño que era todo cuanto realmente tenía en la vida, pero temía que Héctor tambien notase lo parecidos que eran. Recordando todo el mar de sufrimientos que tuvo que enfrentar sola después de que este la abandonara sin saber de su embarazo, sintió las lagrimas a punto de derramarse de sus ojos.
—¿Qué pasa mamita? ¿Estas triste? — preguntaba el pequeño Nicolás a su madre.
Adara dibujo una sonrisa fingida en su rostro. — No pequeño, no pasa nada, anda, hay que terminar los deberes de hoy, y luego, iremos por un helado de fresa que tanto te gusta — respondió.
—¡Si! ¡Helado de fresa! — grito el pequeño emocionado y siguió coloreando aquella jirafa en su cuaderno.
Adara sintió su corazón dolerse. De ninguna manera dejaría que Héctor supiera la verdad.
El viento soplaba frio esa mañana de noviembre. Adara caminaba presurosa hasta su auto, era la hora de llevar a su pequeño Nicolás al colegio y no quería retrasarse pues el tráfico se volvía insoportable a esas horas. Hasta ese momento, Héctor no había intentado contactar con ella, lo cual agradecía enormemente en aquellos días tan estresantes después de verlo. En su mente, aun rondaba demasiado persistente aquel temor de que su ex esposo supiera la verdad, conocía bien a Héctor, o, al menos, eso creía. Sabía que él no se quedaría con las manos quietas de saber que tenía un hijo, después de todo, ambos soñarlo con tenerlos. Nuevamente aquella sensación se apoderaba de ella, y es que, había sido tan duro cuando él la abandono. A nadie había amado como lo había amado a él, y cuando sus sueños e ilusiones se rompieron con su abandono, sintió que el mundo se le caía a pedazos.Le había costado un mar de sufrimientos el poder levantarse después de aquello, luego de llegar con unos dólares
La paciencia es una virtud siempre deseada en casi toda persona, un don demasiado útil en todo momento y en toda clase de vida. Sin embargo, la paciencia no era uno de los puntos fuertes que tenia Héctor Altamira.Había ya revisado mil veces aquellos documentos que su sirviente le había dejado y recordaba con ansiedad cada una de las palabras pronunciadas por Adara en esa cafetería.“Tú mismo lo dijiste aquel día, te engañe, ¿No es así?”Después de soltarle aquello como una bomba, la mujer simplemente se había levantado de su asiento y se había marchado sin darle más opción a replica. Ella había sido firme y clara con lo que le había dicho y le aseguro que el pequeño Nicolás era fruto de aquel engaño que contra él había hecho. Sin embargo, no terminaba de creer esa confirmación. Recordaba las lagrimas de Adara aquel día en que la abandono y como completamente destrozada le había jurado sobre su nombre que ella jamás lo había engañado. Si se era sincero, mas de una vez pensó en buscarl
“Mamita, ¿En dónde está mi papito? ¿Por qué yo no tengo un papá como mis demás amigos?” “Papá hace mucho tiempo se fue al mar pues era un grandioso marinero, pero luego de uno de esos viajes, no volvió” “Entonces, ¿Mi papito está muerto?” Aun recordaba con amargo dolor aquel día en que, por primera vez, Nicolás le había preguntado por el padre que nunca tuvo. No se atrevió a decirle que el hombre que, junto a ella le dio el ser, había muerto, pues sabía que estaría mintiendo, y simplemente intento distraerlo con otras cosas. Durante toda su corta infancia, su hijo había deseado mas que nada tener a su padre, e ingenuamente creyó que cuando le dijo que mantendría a Noah como su novio, el aceptaría a ese buen hombre que ahora era su pareja como su padre, sin embargo, aquello no solo no había sido de esa manera, si no, que Nicolás nunca había sentido agrado hacía el hombre que era su novio. Por supuesto, Noah siempre había intentado ganarse la simpatía de su hijo, pero aun cuando este
El sonido de un par de tacones chocando contra el suelo se escucho en aquel pasillo. Adara estaba furiosa, mas que solo eso, ya que el colegio de su hijo le impidió salir de viaje como ella había planeado. No quería saber razones, no quería entender los motivos del director, solo sabía que su oportunidad de irse pronto se había esfumado.“Sus razones no son algo serio que requiera de urgencia señora Dánae, debe de saber que en esta institución nos tomamos muy en serio la educación de nuestros estudiantes, y temo decirle que su actitud es sospechosa, pareciera que intenta escapar de algo, y a menos que me diga los verdaderos motivos me temo que no podre ayudarle, y, le ruego, tenga en cuenta de que no estoy dando parte a las autoridades pertinentes de que usted esta intentando sacar a un menor de edad a la mitad de su ciclo escolar en un viaje del que no me da razones, eso es a todas luces demasiado sospechoso, le ruego que comprenda la situación en la que estoy y se retire”Aquellas e
Una ligera lluvia caía al exterior de su hogar, formando una ligera aguanieve debido a las bajas temperaturas que se dejaban sentir en esos días ajetreados de noviembre. Nuevamente, las lágrimas se escapaban desde sus ojos azules, formando pequeños ríos en sus mejillas que nadie podría admirar en la soledad y oscuridad de su alcoba.Adara aun sentía los tibios labios de Héctor sobre los suyos, dejando aquella sensación ya conocida a besos de seda con sabor a aguamiel. Sentía su corazón demasiado dolido, atiborrado de aquellos demasiados recuerdos que habían construido juntos, y que formaban parte de la historia que fue, y, que no fue, de ambos. Aquel simple beso, casto como debía ser, y sencillo como las flores que crecen en los prados, había sido mas que suficiente para hacerle sentir aquel tornado de emociones reprimidas que se había negado a aceptar nuevamente. Ella ya no amaba a Héctor, no podía amarlo, no debía amarlo…se repetía aquellas palabras como si se tratasen de un mantra,
Noah miraba a Adara dormir, después de que finalmente logro tranquilizar sus nervios. En ningún momento dejo de hablar de ese Héctor, haciéndole reproches por su abandono. Estaba molesto, incluso, furioso, aquella era la primera vez que escuchaba al ciento por ciento la historia detrás de la madre soltera, y realmente deseaba golpear al bastardo que la abandono. No entendía porque ella decía que les habían tendido una trampa a ambos. levantándose para dejarla descansar, tomo su celular y salió de la habitación.—Hola, soy yo, necesito que averigües algo por mi sobre Héctor Altamira —Nicolás, que ya estaba despierto, escucho al novio de su madre hablar por celular, sobre ese Héctor a quien no conocía, Noah nunca le había gustado, aun cuando lo trataba bien y le compraba dulces, nunca le había agradado su compañía. Algo le decía, en lo profundo de su pequeño corazón, que no debía confiar en ese hombre. Caminando a la habitación de su madre, se acurruco junto a ella mientras esta aun do
Taquicardia: La taquicardia es un aumento de la frecuencia cardíaca producido por cualquier motivo. Puede tratarse de un aumento normal de la frecuencia cardíaca debido al ejercicio o a una respuesta al estrés (taquicardia sinusal). La taquicardia sinusal se considera un síntoma, no una enfermedad.Taquicardia era justamente lo que Adara estaba experimentando durante esos momentos en que Noah, su novio, le estaba diciendo sobre el encuentro que aquella mañana tanto el como su pequeño hijo, habían tenido con Héctor Altamira justo en la entrada al colegio. Se sintió repentinamente acorralada, como si no tuviese ningún lugar al cual correr y esconderse. Nuevamente ese hombre de su pasado se estaba manifestando en su presente. Era mas que obvio que Héctor no se quedaría conforme con la ultima charla que tuvieron en aquella solitaria cafetería. Sus nervios nuevamente comenzaban a manifestarse, pero no dispuesta a alarmar de mas a su novio, guardo la compostura como la dama que era.Noah mi
Aquellas letras, aunque las leía una y otra vez obteniendo la misma respuesta, no lo ayudaban a comprender lo que estaba pasando.“Probabilidad acumulada de paternidad: 99.9999999%”Aun cuando ya había leído aquel párrafo mas de un centenar de veces en una misma hora, Héctor no terminaba de asimilar lo que aquello significada. Quizás, cuando lo había leído recién, había estado determinado a hacer algo, sin embargo, conforme pasaron las horas y la palabra “Hijo” se había mas presente, su confusión, sus miedos, anhelos y muchos mas sentimientos, se enredaban dentro de su mente y corazón dejándolo en un estado de confusión.Acomodándose el cabello hacia atrás, pensó nuevamente en esa situación inesperada que se le estaba presentando. Nicolás era su hijo, ya no tenia ninguna duda de ello, sin embargo, las dudas sobre todo lo demás comenzaban a invadir su mente perturbando mas sus agitados pensamientos. ¿Por qué Adara jamás se lo dijo? De haberla sabido embarazada de su hijo, al menos le h