—Se reportan disparos dentro y fuera del hotel Atlantis Resort en donde se ha dado a conocer que la policía de Barcelona a ubicado al delincuente Noah Lennox quien aparentemente no se encontraba solo si no con escoltas que atacaron a las autoridades…—Se reporta al menos a un hombre herido y dos oficiales muertos en el cumplimiento de su deber…—Se ha logrado arrestar al sospechoso quien ha solicitado la presencia de su abogado para…—De manera extraoficial se ha dicho que el civil lesionado estaba acompañando a la policía de Barcelona…Los nervios que sentía Adara a flor de piel estaban a punto de volverla loca. No tenia noticias de Héctor, por más que había intentado marcar su número, su ex esposo simplemente no había respondido. Aquel civil herido del que hablaban en el noticiero, estaba casi segura de que era el, ¿Quién mas si no? Quería viajar a España, saber que se encontraba a salvo.Noah y sus hombres, habían sido arrestado en aquel tiroteo que se había desatado en aquel edifi
—Familiares de Héctor Altamira —Tan solo un hombre se había puesto de píe en aquella sala. Los nervios tan terribles y las palpitaciones habían comenzado.—Soy yo…bien, vera, Héctor no tiene familia, pero yo soy su amigo, viaje desde Italia después de recibir la llamada, se que Altamira les ha dejado mi número para comunicarse, soy Giancarlo Visconti, seré la persona a cargo — dijo el hombre de cabello negro y ojos grises.El médico reviso el expediente y encontró que efectivamente Giancarlo había sido designado por el propio señor Altamira como quien debía de estar a cargo.—Muy bien señor Visconti, sígame por aquí — indico el médico.Todo el personal del hospital estaba enterado de que el multimillonario empresario estaba allí en estado crítico, aunque nadie entendía realmente como era que había terminado involucrado en aquel intercambio de disparos que ocurrió entre las autoridades y los criminales londinenses.Luego de entrar en la oficina del médico en jefe, Giancarlo aun estaba
Aquella mañana hacia frio, mucho mas del que Adara había sentido jamás. Los cielos grises nuevamente anunciaban una tormenta, aunque quizás, esta no era tan devastadora como la que en esos momentos estaba sintiendo. Las noticias sobre Héctor habían finalmente llegado, su ex esposo estaba grave, muy grave. Había recibido un disparo que perforo uno de sus pulmones y aunque cuando la cirugía había salido bien, el hombre continuaba debatiéndose entre la vida y la muerte. ¿Cómo le daba aquella noticia a su hijo? Decirle a Nicolás que posiblemente su padre no volvería…era devastador. La mano de Gianina le acariciaba la espalda en un intento fallido por brindarle un poco de consuelo a la rubia, el panorama no era alentador, sin embargo, aún se mantenía la esperanza, y ella esperaba con toda sinceridad que aquella historia tuviera un buen desenlace, conocía bien a Héctor, estaba segura de que el hombre no se dejaría morir tan fácilmente, menos aun ahora que tenia grandes motivos para sobrev
Las nubes comenzaban a desaparecer poco a poco a medida que el avión comenzaba su descenso. Adara había viajado de regreso a España junto a su pequeño Nicolás y la amable Gianina, el hermano de ella les había pedido aquello como parte de la recuperación que Héctor estaba necesitando. La rubia se sentía triste, demasiado melancólica, toda su vida parecía estarse desmoronando…a Héctor le daban pocas esperanzas de llegar a sobrevivir. A su lado estaba durmiendo Nicolás, le había tenido que decir la verdad a su pequeño hijo, y, como era de esperarse, el niño había pasado gran parte del vuelo sollozando y aferrado a ella. Si Héctor moría…ella moriría con el…al menos en alma. Eran ya tantos los sufrimientos que estaba cargando que se sentía agotada, aun no terminaba tampoco de procesar la noticia de su inusual embarazo. Al menos por esos momentos tan solo quería concentrarse en Héctor, conservaba arraigada la esperanza a su corazón de que el iba a sobrevivir, nada iba a pasarle…nada debía
El sol se sentía cálido sobre su piel, calentado además de esta a su propia alma.Había sido una tragedia lo que había ocurrido, una que parecía en su momento no tener final, sin embargo, después del horror que sobrevivió, las nubes comenzaban a despejar el cielo y la tormenta parecía haber quedado demasiado lejos ya.Héctor sentía la mano de Adara sobre la suya, y los rayos del sol iluminaban sus cabellos rubios haciéndolos brillar como el oro. Los hermosos ojos de la mujer aún guardaban mucho dolor en ellos, reflejando el sufrimiento tan terrible al que había estado sometida y sus labios trémulos le narraban el horror del que había logrado escapar con vida. Sin embargo, no solo era lo que ya había ocurrido, si no, lo que estaba aun por ocurrir lo que lo mantenía al borde de las lágrimas.“Superfetación” “El me violo” “Estoy esperando a un hijo tuyo…y a uno de él”El sol calentaba su alma, haciéndole entender el miedo de Adara, miedo a su reacción, a ser culpada de estar esperando a
Tres años habían transcurrido desde que la tragedia había ocurrido. El juicio en contra de Noah Lennox, había sido realmente escandaloso, tanto, que la familia real había tenido que dar una postura, decidiendo abandonar en todos los aspectos a su infame pariente que los había avergonzado con aquellos actos tan cuestionables y aberrantes.Adara miraba el televisor; su hermana salía dando una entrevista sobre su caso, pues habiendo sufrido violencia doméstica, se estaba divorciando de su millonario marido en medio de un escandalo tambien, dando con ello paso a su nueva campaña a favor de los derechos de las mujeres. Estaba muy cambiada, y aun cuando no hablaban, Adara esperaba que todo aquello que su hermana estaba haciendo, diera los resultados que ella esperaba.Había estado recibiendo terapia durante un par de años en los que había aprendido a volver a amarse a sí misma después de la pesadilla que en carne propia había vivido y logrado sobrevivir. Las pesadillas se habían ido, y el m
A veces el amor, no es suficiente para repáralo todo.Adara miraba feliz aquella prueba positiva de embarazo. Aquel hijo o hija, era todo lo que una vez tanto ella como su amado Héctor habían esperado, aunque habían tardado un tiempo en conseguirlo, finalmente, aquella prueba, llenaba el corazón de la joven esposa y futura madre de dichas y dulzores, sin embargo, a menudo, nada es lo que uno espera.Al mismo tiempo, Héctor siente como el corazón se le rompe en mil pedazos, al mirar aquella fotografía que un anónimo a enviado a su correo. Las lagrimas se le resbalan desde los ojos, y el corazón roto le late a mil por hora al ver a la mujer que ama, la única a la que juro amar por siempre, le ha sido infiel y se la ve acostándose con otro hombre. Furioso, con el alma hecha pedazos, va hacia ella quien tambien se dirige hacia él.—¡Héctor mi amor! ¡No sabes que hermosa noticia tengo que darte! Escucha y mira es…—¡No quiero escuchar nada que venga de tu sucia boca mentirosa! ¿Cómo pudist
Amor, aquel sentimiento que siempre, aunque no querremos admitirlo, añoramos todos experimentar un día. Aquel sentimiento, el único capaz de llevarte por senderos en el paraíso o abismos en el infierno. Tan ambiguo, tan efímero, que al igual que una flor, en un instante se marchita…o tambien, como el fénix, de las cenizas renace. Héctor miraba a esa mujer, la misma que había abandonado años atrás, tocar con tanto sentimiento y devoción las teclas de aquel piano, que, por un instante, parecía no ser la misma mujer que dejo llorando en el frio suelo de aquella casa a la que una vez llamó hogar, había descubierto que su ex mujer se había convertido en una famosa pianista, un talento que siempre había tenido, pero que nunca creyó la llevaría lejos. Sus cabellos rubios caían como cascadas de oro enmarcando su hermoso rostro de muñeca, sus ojos brillantes, del color de los zafiros, permanecían concentrados, iluminados por algún sentimiento que le era desconocido, sus pequeños labios, rosad