Capítulo 5 ¡No vendrá a la cirugía!
— ¡Ella me envió a mí para ayudar! ¡Está… ocupada en algo… vendrá en cuanto pueda! —comentó avergonzada
— ¿Melissa no vendrá a la cirugía de su hija? — pregunto incrédulo mientras en su mente la maldecía una y mil veces
Samantha sintió que se sofocaba y contuvo la respiración.
— ¿Cirugía? ¡Le harán una cirugía! ¿Tan pequeña?—sintió que su corazón se rompió en mil pedazos
— ¿No te lo dijo ella? —le dijo enfurecido—. Mi hija tiene una deficiencia cardiaca y la operarán pronto. La recuperación será difícil, y ahora necesita a su madre. —Su tono era rabioso mientras ella lo observaba con aprensión—. ¿No se cansan de hacerle daño a mi familia? ¡Carina no te necesita a ti, necesita a su irresponsable madre! —gritó con odio.
Matteo la observó, esta mujer, ya se burló de su hermano una vez, le fue infiel y fue la culpable indirecta de que estuviera confinado a esa silla de ruedas.
— ¡Quizás no lo sabía porque nunca has querido saber de tu sobrina! —dijo sin expresión, solo hostilidad en sus ojos—. Sus pocos años han transcurrido entre exámenes, tratamientos y hospitales. No es una niña normal.
— ¡Santo Dios! ¿Y por qué no la operaron antes?
— ¡Por qué no se pudo!, ¡Tu hermana debería estar aquí! ¡Ustedes dos son un par de joyas!
Samantha estaba totalmente desconcertada. ¿Cómo justificar la ausencia de una madre ante la enfermedad de su hija? Nuevamente, Melissa la metió en uno de sus enredos donde tenía que dar la cara por ella.
—A Melissa… a ella le ofrecieron un gran papel, en una obra y es su gran oportunidad —suspiró, diciendo la verdad, sin saber qué más añadir.
— Esperas que crea que la irresponsable de Melissa solo te dijo que vinieras y se fue a filmar una película, ¡le importa más eso que su hija! —declaró con amargura.
Parecía conocer a Melissa.
—No creo que sea así —se atrevió a defenderla, aunque estaba poco convencida—. Ella necesita ese papel. A su modo, también los necesita a ustedes. ¡Los ama!
—Lo que quieres decir es que desea tenernos como algo seguro, donde recurrir si el triunfo como actriz no llega.
—No, no es eso —trató de convencerlo, aunque Melissa no tenía perdón—. ¡Por favor, dale tiempo!
Matteo la miró sin decir nada y llamó por teléfono. Dos hombres entraron.
—Deja de dar explicaciones y justificarla! ¡Quiero que te largues de esta casa, de este país! ¡Ten algo de dignidad! ¡No tienes nada que hacer aquí, yo me encargaré de Melissa! —gritó mirándola con desprecio.
— ¿Espera qué? ¿No me dejarás ver a mi sobrina? —lo reprochó—. ¡Quiero verla, apoyarla! ¡Es mi sobrina! ¡Está enferma! ¡Es mi único familiar aparte de mi hermana! ¡Por favor, Matteo, deja que la vea! —lo miró suplicante, no podía evitarlo, ahora que sabía lo que pasaba con la niña, no podía abandonarla, sus ojos se humedecieron al pensar en ella—. Lamento no haberla conocido antes.
— ¡Aquí no se trata de lo que tú quieras ¡Mi hija necesita a su madre en su lecho de enferma, no a un débil sustituto! ¿Qué estás tramando? ¿Quieres egoístamente que ella te quiera y luego mandarla al demonio?
— ¡Por supuesto que no! ¿De dónde sacas eso?, le pregunto confundida
— ¡Es lo que hiciste con mi hermano! ¡Hiciste que se enamorara de ti! ¡Lo dejaste en ridículo en pleno altar! ¡Lo abandonaste por otro hombre!
—Espera un momento — lo miro confusa— tú… estás muy equivocado, no sé qué es lo que sabes, pero estás en un error—, logro explicar totalmente desconcertada
Samantha quiso contradecirlo… fue su traicionero hermano el que la engaño, ¿Qué pretendía este hombre? ¿Que siguiera a su lado después de saber que esperaba un hijo con otra mujer? Lo pensó mejor, quizás este no era el momento y antes de decir nada él volvió interrumpirla dirigiéndose a dos hombres que entraron al despacho— ¡Acompañen a esta mujer a la salida!
— ¿Qué dijiste? ¿Yo… como me iré de aquí? —pregunto preocupada
— ¡Mientras más pronto te largues de mi casa y de mi ciudad, será mejor! ¡No quiero verte! ¡No me interesa lo que hagas! ¡Te quiero fuera de aquí! ¡Y si no fuera por mi hija, tampoco desearía ver a la irresponsable de tu hermana!
Sin más excusas, los hombres le señalaron el camino y la sacaron de allí, la dejaron en la entrada y le entregaron sus maletas como si fuera una basura. Samantha se mordió los labios, mientras maldecía al desalmado ¿Pensaría ese condenado amargado que ella se iría caminando? ¿A dónde podía ir a esta hora? ¡No conocía esta ciudad, tampoco conocía a nadie más!
Al llegar al portón, la vigilancia lo abrió y una vez fuera de la casa, solo pensaba en cómo se iría, en ese momento observo a una mujer entrada en años que se acercó a ella.
—Señorita, no tenga miedo, solo quiero hablar con usted, sobre Carina, le señalo aclarándole, antes de que Samantha le preguntara.
—Dígame y, perdone el abuso, entienda que me entrometo por amor a mi niña Carina y a su padre. ¿La señora Melissa no vendrá?, la pregunta fue hecha con un tono altamente lastimoso
Samantha titubeó, y tuvo que decirle la verdad—No creo que venga al menos en un tiempo. Lo lamento mucho
—Usted es la tía de Carina ¿Verdad?
— Sí, ¡Ella es mi sobrina! — afirmó ansiosa
— ¿Irá a verla?, le pregunto anhelante
— ¡Lo lamento! ¡Matteo no me deja verla! ¡Sin su autorización no creo que sea posible! —balbuceo, apenas podía hablar, Dios mío, ¡Mi pobre sobrina! ¿Qué voy a hacer?
Capítulo 6 ¡Ella la necesita! —Escuche, mi pequeña, ella… llora con desesperación cuando le colocan las inyecciones, o le hacen los exámenes… a veces esos exámenes no son tan fáciles. He tratado de estar a su lado la mayor parte del tiempo, pero solo soy una anciana, necesita a su familia. Mi niña no entiende qué le pasa, por qué vive en ese hospital la mayor parte del tiempo… para ella no es fácil… —yo… no sé qué decir… —Ella… necesita el consuelo de su mamá. Matteo, él hace lo que puede, no se puede negar que ama a su hija. Si usted pudiera explicarle la situación a la señora Melissa, para que vuelva y acompañe a Carina … ella se recuperaría mucho más rápido. ¡Por favor, haga que la madre de Carina, venga a verla! Samantha no sabía qué decir, las palabras de esta mujer la llenaron de tristeza y sus ojos se llenaron de lágrimas. —Déjeme su número de teléfono donde pueda localizarla, yo puedo llamarla para que hable con la niña, que ella sienta el apoyo de un familiar de su mamá.
Capítulo 7¿Por qué me traicionaste? Samantha sintió ganas de vomitar al escuchar esa voz, el asco y la repulsión invadieron sus sentidos al identificar la voz de Francesco, ese traidor que la había decepcionado profundamente. Pensó que había superado su decepción por este infiel. Su corazón latía con fuerza en su pecho y un escalofrío recorrió su columna vertebral. No quería verlo, pero sabía que no tenía otra opción en este momento.Se dio la vuelta bruscamente, encontrándose en presencia de Francesco D'Ángelo después de tres años. — ¿Qué haces aquí?, exclamó Francesco. El muy descarado tenía la desfachatez de hablar con un tono áspero y severo como si fuera ella quien fallo en su relación. Samantha tragó saliva, luchando por encontrar las palabras. Deseaba enfrentarlo con valentía, incluso ignorarlo, pero su voz le salió temblorosa. — ¿Cómo dices? En primer lugar, no tengo por qué darte ninguna explicación. Aunque te responderé lo que es más que obvio, vine a ver a mi sobrina,
Capítulo 8 ¿Dónde está mi mamá?La expresión de él se suavizó un poco. — Podríamos reunirnos, nos debemos una conversación,— ¡Yo estoy bien! ¡No vine precisamente a verte Francesco!—De verdad piensas que no necesitamos a hablar, al parecer ha habido malos entendidos ¿Caminarías conmigo un rato?—No quiero hablar contigo, ahora mismo tengo que regresar con Carina, a eso vine, ya no me interesa habla contigo, entiéndelo, no me interesa nada de ti— ¿Eso te parece? —-sus ojos la miraban con enfado— Pero a mí si me interesa tener una conversación contigo, ¿Crees que puedes decirme que tengo una amante e irte así tranquilamente?, le insistió— ¡No quiero hablar contigo, mantente lejos de mí!—Si deseas permanecer aquí, tendrás que hablar conmigo, tarde o temprano, aclarar lo sucedido el día de nuestra boda.Samantha lo miro molesta—Ya no hay para qué. Además, no es el momento ni el lugar, estás actuando egoístamente sin pensar en la salud de Carina, ya te lo dije, en este momento no me
Capítulo 9 Otra persona llena de hostilidad— ¿Tía, y mi mamá? ¿Dónde está mi mamá? —se volvió a escuchar la voz tenue y llena de inocencia de la niña. En sus bellos ojos se podía ver la incertidumbre por no saber cuándo volvería a ver a su mamá y miedo de saberse abandonada por su madre. Esa pregunta había estado rondando su mente por mucho tiempo. Miraba fijamente a su tía, buscando una respuesta que calmara su inquietud.Samantha se sintió impotente e incapaz de calmar la angustia de Carina, la miro confusa, no sabía qué responderle. Sintió una punzada de dolor y un gran sentimiento de culpa al no tener una respuesta adecuada para la niña enferma. Su mayor temor era que cualquiera dé sus respuestas desencadenara otra crisis en Carina.Ella buscaba en su mente desesperadamente una respuesta que darle a Carina y no empeorara su estado. Sabía que no podía mentirle, pero tampoco deseaba herirla con la verdad.—Tía, ¿Mi mamá vendrá a verme?, repitió la niña ansiosa al no recibir respues
Capítulo 10 Él seguía siendo hermoso Samantha no recibió respuesta, no conocía quién era esta mujer. Tampoco entendió su actitud hostil hacia ella. —Voy a salir un momento a comer algo, con permiso. —murmuro al aire, porque ninguno de los dos le prestó atención a lo que dijo. Mateo revisaba unos documentos y la hermosa mujer, una vez que supo quién era ella, la ignoro por completo. Poco le interesaban ellos, aunque no podía mentirse a sí misma, le extraño esta conducta, sobre todo de la chica. Siempre les había caído bien a las personas, nunca había recibido ese trato tan frío de un desconocido, se encogió de hombros y salió. Estaba decidida a hablar con Melissa, necesitaba convencerla de que regresara. Al salir de la habitación saco su teléfono y comenzó a repicar al número que le había proporcionado Melissa sin importarle la diferencia horaria. Un rato después la llamada se conectó —Que pasa Samantha, todavía estoy durmiendo, la amonesto — ¡No me interesa! ¡Escucha Carina
Capítulo 11 ¡No pasa nada cariño! ¡Aquí estoy!Matteo sintió una extraña sensación en su cuerpo cuando esta mujer lo toco, pensó que era la agitación por todos lo ocurrido en los últimos días. La enfermedad de Carina lo tenía al borde de la desesperación, de verdad sentía que ya no podía más. Los días sin dormir le estaban pasando factura.—Solo trataba de ayudarte, tu cabeza estaba colgando—No quiero ni tu ayuda ni tu lástima, ¡Apártate de mí!—Que te ha pasado Matteo, si bien no nos conocemos tanto, antes no eras así, sonreías un poco más, eras más optimista—Te parece que puedo ser optimista en mi situación—Carina se va a poner bien, tenlo por seguro, es una linda nena, todo saldrá bien, sintió la necesidad de reconfortarlo—No intentes comprarme con esas palabras—Por Dios, Podrías relajarte un poco, debe ser cansado estar siempre a la defensiva.Agarro el sándwich y el café y se lo acerco —Tómate el café mientras está tibio, si te quita el sueño, no te lo tomes, yo haré la prim
Capítulo 12 ¿Qué tan complicada es la cirugía?Alexia, quien se encontraba acostada en el sofá de su apartamento de lujo con un sexy negligé negro, movió de un lado a otro su trago saboreándolo mientras miraba sus uñas y le contaba a la que ella por iniciativa propia llamaba su tía Andrea, la madrastra de Matteo, lo que había sucedido hoy en el hospital.— ¿Qué dices? ¿Samantha, la hermana de Melissa? ¿Está allí esa despreciable mujer?—Ella misma, tía. Eso fue lo que le pude sacar a Matteo cuando estuve allí. Sabes cómo es él. En pocas palabras me dijo que la sinvergüenza de Melissa había enviado una sustituta, porque ella no podía venir.— ¡Son unas descaradas! Por un lado, está bien que Melissa no se aparezca, no soporto la falta de respeto y los escándalos de esa mujer. me pregunto ¿Por qué no se terminan de desaparecer las dos de una buena vez? ¡Hasta cuándo tendremos que soportar a esas dos mujeres! ¿Pudiste hablar con ella?—Un poco, no se parece en nada físicamente a Melissa,
Capítulo 13 ¡No te quiero aquí!Las miradas de Matteo y Samantha se cruzaron solo un instante, el primero en desviar la mirada fue Matteo y continuo hablando con el médico, sintiendo una punzada de incomodidad.Alguien ajeno a la situación de los dos, incluso los médicos que estaban allí, pensaría que en sus rostros y su expresión, al mirarse, se podía vislumbrar algo muy común en muchos padres ante una situación similar. Esto era, sin lugar a dudas, un reconocimiento mutuo del dolor y la fragilidad que ambos sentían en ese momento.En la mirada de Samantha, Matteo vio reflejado el mismo dolor y la misma preocupación que él sentía por Carina. Un sentimiento que le resultaba confuso, ya que ella siempre había mantenido una distancia con su hija. Las dudas lo invadieron: ¿Realmente estaba allí por Carina o tenía otras intenciones?Según los médicos, todo estaba preparado para la cirugía y eso aumentaba su preocupación.Las palabras del médico sobre la inminente cirugía de Carina solo in