—Je— es lo único que sale de mi boca, no puedo evitar pensar que tal vez tenga que ver algo con la mafia china, pero tal vez soy demasiado paranoica, no todos los que parezcan orientales son mafiosos. Ante mi inteligente respuesta sonríe divertido esperando a que diga algo más, dándome un segundo intento para demostrar que si puedo formar una oración completa. —Lo siento, em… gracias jajaja en verdad no sé qué pedir— me siento incómoda, veo de nuevo hacia el menú evitando su mirada y quiero creer que si lo dejo de ver simplemente desaparecerá.
—Si me permites sugerirte el pastel de chocolate está delicioso, con el latte de vainilla creo que te convencerá la combinación— me dice de nuevo recordándome que sigue a mi lado.
—Je ¿trabajas aquí?— dado que me está haciendo una recomendación l
—Cat… ese fue el problema, me enamoré del hombre equivocado, sabíamos que esto era un negocio y que enamorarme estaba prohibido, pero aun así lo hice, confié en él, le entregué mi corazón y me di cuenta que fue un grave error, él no es hombre de una sola mujer, tarde me enteré de eso— giro la taza entre mis manos y suspiro con tristeza aun recordando lo que se sentía tener sus manos en mí, sus labios sobre los míos.—Él también se enamoró de ti, te lo juro, en verdad cambiarías de opinión si supieras todo lo que hay detrás, no es lo que parece, no pasó lo que tú crees— me insiste buscando en mi algo de esperanza, pero no la encontrará.—Lo siento, pero tengo cosas que hacer…— me levanto y saco de mi pantalón un billete, lo dejo en la mesa y dejo la galleta intacta, si
Busco entre las gavetas hasta que encuentro una botella de vodka prácticamente nueva. Tomo un par de vasos y salgo de nuevo al comedor donde están los dos en silencio, pensativos, algo les preocupa. Pongo los vasos cerca de ellos y la botella en medio mientras me siento en las piernas de Óscar y lo abrazo con cariño; con todo lo que ha pasado me doy cuenta que yo también cometí el mismo error que Sam, estoy perdidamente enamorada de Óscar y si nos llegáramos a separar me consumiría en dolor. El silencio se hace profundo, mientras yo me acurrucó entre sus brazos, Nikolai se concentra en la botella, de pronto alguien toca a la puerta llamando la atención de los tres, me levanto sin muchas ganas y me dispongo a abrir. Me asomo y en cuanto veo quien es vuelvo a cerrar la puerta y volteo hacia el par de hombres sentados en la mesa.—¿Es en serio? &ique
—Ella es mía… me pertenece— responde Nikolai como si con eso fuera suficiente para cambiar mi forma de pensar. Volteo hacia Óscar quien me ve de forma suplicante para que no siga insistiendo; estoy tan consciente como él que puedo terminar de la misma forma que Casidy, pero tampoco puedo negar que temo por mi amiga. Óscar me toma del brazo y me lleva hacia la habitación, alejándome del campo de guerra, una vez dentro cierra la puerta y voltea hacia mí.—¿Estás loca?— me pregunta mientras camina de un lado a otro y peina su cabello hacia atrás. —¿Sabes quién carajos es? No puedes ponerte discutir con él.—Sé quién es, por eso temo por Sam— le digo mientras me siento en la cama, mis ojos arden, las lágrimas quieren salir.—Eso hubieras pensado antes de meterla a la boca del lobo, te recuerdo que fuis
Con forme mis pasos se alejan puedo escuchar el rugir del motor del carro de Kurt, cuando llego a la puerta del local volteo para verlo partir y alejarse por la avenida. Entro a la florería y veo a Irene que me recibe con una sonrisa cargada de alegría y sobre todo aparentemente sincera.—¡Buenos días, Sam!—Buenos días— le sonrío con algo de pena y camino entre las flores lista para colocarme el mandil rosa. De repente se escucha el sonido de la campana de la puerta indicando que alguien entró; cuando volteo veo a un hombre que se me hace conocido y creí que ya no volvería a ver.—El primer cliente— dice Irene emocionada y con la mirada me invita a que sea yo quien lo atienda.Lo veo llena de curiosidad, él ve hacia las flores con atención como si buscara una en especial, camina con las manos dentro de los bol
Salgo de la tienda con el tulipán en mi mano, lo veo una y otra vez, pienso en lo que debo de hacer, me quedo plantado por un momento a lado del carro y volteo hacia la cafetería donde veo a Sam en una mesa pegada a la ventana, sin noción de estar siendo observada, ve su celular mientras toma su café y entonces pienso en lo que me dijo la señorita, ¿seré capaz de arrancarla para tenerla aunque sea unos días a mí lado? Pero… ¿Cómo hago para tenerla por su propia iniciativa después de lo que ocurrió? ¿Cómo la recupero sin tener que llegar a lo burdo?Entro al carro y pongo la planta con cuidado en el asiento de atrás mientras Casidy sigue privada, con la mirada perdida en el tablero sin ganas de decir ni una sola palabra, sus labios están resecos, partidos y su semblante consumido por el estrés, el dolor y el mie
«Nikolai»Mi pecho arde, pero no de amor, me siento impotente, no sé cómo hablar con ella, mi instinto me dice que saque la pistola de mi pantalón y la obligue a regresar a mí, pero no quiero secuestrarla, no quiero que regrese conmigo a la fuerza, paso mi mano y busco detrás de mi espalda la 45 que cargo atorada en mi pantalón, siento el frío metal recomendándome que la apunte hacia ella y la obligue a regresar a mí, el demonio dentro de mi cabeza me recomienda que lo haga, será la forma más fácil de recuperarla, eso es claro, pero ¿a qué costo? Que sea una prisionera que solo busque la forma de escapar; suelto la cacha y trato de respirar, de contenerme, de pensar.La veo fijamente, sus ojos muestran lo herida que está, no huye de mí, pero tampoco se refugia en mis brazos, puedo pensar en todas esas veces que le hice el amor, en
«Samantha»Camino bajo la lluvia hasta que las gotas se confunden con mis lágrimas, me duele el corazón, pero no por haberlo visto si no por tenerlo de nuevo frente a mí y alejarme de él mientras mi cuerpo y mi alma rogaban por abrazarlo una vez más. Llego a la casa de Kurt y me siento como una tonta, toco un par de veces la puerta y esta se abre, la mamá de Kurt me ve preocupada y me invita a entrar, va por unas toallas mientras me quedo quieta con la mirada perdida en la entrada, con la puerta cerrada y recordando cómo se sintió besarlo una vez más; Rose regresa y me pone las toallas en la cabeza y cuerpo, me frota intentando generar calor en mi piel que parece estar insensible, adormecida, por el frío del agua.—¿Qué pasó? ¿Por qué estás tan empapada?— me pregunta con preocupación y me obliga a levantar la mi
Después del baño caliente me pongo ropa cómoda, entro a la habitación de Rose secándome aún la cabeza con una toalla mientras ella se mantiene sentada en el borde de la cama viendo la pequeña pantalla que pende frente a ella, no le quita la atención de encima, como hipnotizada. Camino hasta poder tener visibilidad y entonces percibo la noticia.—“Mina Williams fue encontrada el día de hoy, con las fuertes lluvias el sistema de drenaje se vio colapsado al haber algo que lo obstruía; los bomberos y el personal de obras públicas llegaron en el transcurso de una hora para desazolvar la cañería y fue ahí cuando encontraron restos humanos. Encontraron los miembros y el torso, al final la cabeza, después de unos momentos pudieron identificarla los médicos forenses como la Doctora Mina Williams, psicóloga infan