Salgo de la habitación de la señora y la sigo escaleras abajo, la madera rechina como de costumbre al avanzar, cuando bajamos las escaleras veo en el pequeño comedor a Kurt, está leyendo el periódico y tomando leche directo del cartón, su mamá se acerca algo molesta y le arrebata el envase mientras lo ve con desaprobación.
—Si sabes que existen los vasos ¿cierto?
—Perdón, no quería ensuciar trastes— le sonríe socarronamente Kurt mientras su madre no desaprovecha la oportunidad y le da una palmada en la cabeza.
—Claro, como los vas a lavar tú— la señora se acerca a la cocina, empieza a descolgar sartenes y voltea hacia mí cambiando su rostro cargado de hostilidad por uno más agradable y maternal. —Dime cariño, ¿Qué quieres desayunar?— Kurt la voltea a ver c
—¿Sam? — de repente una voz femenina me retuerce el corazón bajándome de las nubes a las que me estaba subiendo. Volteo hacia atrás de mí y veo a Cat, va acompañada de Óscar quien me ve como si acabara de ver a un fantasma. —¡¡¡Sam!!! — mi amiga corre hacia mí, parece angustiada, se abraza de mi cuello con fuerza mientras yo me siento desconcertada, no esperaba verla aquí lo cual es estúpido porque también estudia aquí y claramente vendría a ver sus calificaciones —¿Cómo estás? Me sentía tan preocupada por ti— la tomo de los brazos y la alejo lentamente.—Estoy bien— le intento sonreír, pero no puedo dejar de prestarle atención a Óscar que parece demasiado pensativo.—¿Qué fue lo que pasó?— de nuevo su necesidad de ponerme las manos e
—Sinceramente aquí las cosas son tranquilas, pero de repente necesito ayuda cuando hay pedidos grandes, es un lugar pequeño, modesto, pero con bastante calidad, no es por presumir, pero las flores de aquí son las más grandes y frescas y es que le imprimo mucha dedicación a su cuidado, las trato con cariño, notarás que las plantas, por el contrario a lo que muchos creen, también sienten, escuchan y te responden a su muy particular forma. Si quieres el trabajo es tuyo, mañana trae tus papeles, ropa cómoda, pero guapa, no te dejes opacar tan fácil por las flores de aquí— me guiña un ojo y me siento algo sorprendida por que fuera tan rápido todo, más tardamos en llegar aquí que en su plática.—Vaya… gracias…— le digo con sorpresa y ella vuelve sonreír.—Jajajaja de nada, eres muy agradable— me sonr&i
—¡¿Qué pedo?! ¡¿Qué pasó?!— corre hacia mí Ed con preocupación, se asoma por la ventana conmigo, pero no sabe que buscar y al igual que yo no es capaz de ver nada.—Una rusalka… había una rusalka en la casa— volteo hacia él, me toma del rostro y empieza a inspeccionarme.—¿Estás bien?— sus ojos me inspeccionan el rostro y después baja por mi cuerpo mientras extiende mis brazos como buscando algún golpe o indicio de herida.—Estoy bien, ella fue la que salió mal parada— le digo con una sonrisa llena de orgullo y de inmediato me toma por el cuello y me da unas palmadas en las mejillas.—¡Esa es mi hermana, chinga!— me zafo de su agarre y lo veo fijamente con una sonrisa.—Está buscando a nuestros padres y dedujo que yo no era su hija, está casa ya no
«Nikolai»—Entonces… hablaste con Sam… se te hizo una buena idea platicarle sobre tus malas experiencias mientras estuviste conmigo— camino alrededor de ella con paso lento, tratando de controlar mi estrés, mi molestia, no dejarme llevar por mi coraje y mi dolor.—Hice lo que creí correcto, más no contaba que tu simio la estaría siguiendo— dice Mina mientras está atada de pies y manos en la silla, mi berserker se ha encargado de darle pequeños correctivos; escupe sangre a un costado y me ve de forma retadora.—¿Lo que creíste correcto? Dime algo Mina… ¿sentiste celos cuando nos viste juntos en Paris? ¿Eso fue lo que te motivó?— le pregunto mientras me cruzo de brazos y la veo fijamente a los ojos.—¿Celos? No… justicia, moral… yo caí, creí en tus mentiras
—Mi querido Nikolai, te estaba buscando— me encuentro a Óscar en el estacionamiento, se acerca bonachón y agradable hacia mí, como si tuviera algo que decirme.—¿Qué necesitas?— le pregunto secamente, desesperado por ir a donde sea y no pasar un minuto más aquí.—¿Qué necesito yo? Más bien ¿que necesitas tú? Créeme, yo lo sé— parece muy confiado de sus palabras.—¿Ah sí? Cuéntame ¿Qué necesito yo?— me cruzo de brazos y lo veo fijamente sin estar muy convencido de que él lo sepa.—Una distracción nueva, alguien que te haga pasar el trago amargo, bien dicen que un clavo saca a otro clavo y tu mi amigo hoy conocerás a ese otro clavo— me guiña un ojo y pone su brazo sobre mis hombros guiándome hacia su auto.—No quie
—Je— es lo único que sale de mi boca, no puedo evitar pensar que tal vez tenga que ver algo con la mafia china, pero tal vez soy demasiado paranoica, no todos los que parezcan orientales son mafiosos. Ante mi inteligente respuesta sonríe divertido esperando a que diga algo más, dándome un segundo intento para demostrar que si puedo formar una oración completa. —Lo siento, em… gracias jajaja en verdad no sé qué pedir— me siento incómoda, veo de nuevo hacia el menú evitando su mirada y quiero creer que si lo dejo de ver simplemente desaparecerá.—Si me permites sugerirte el pastel de chocolate está delicioso, con el latte de vainilla creo que te convencerá la combinación— me dice de nuevo recordándome que sigue a mi lado.—Je ¿trabajas aquí?— dado que me está haciendo una recomendación l
—Cat… ese fue el problema, me enamoré del hombre equivocado, sabíamos que esto era un negocio y que enamorarme estaba prohibido, pero aun así lo hice, confié en él, le entregué mi corazón y me di cuenta que fue un grave error, él no es hombre de una sola mujer, tarde me enteré de eso— giro la taza entre mis manos y suspiro con tristeza aun recordando lo que se sentía tener sus manos en mí, sus labios sobre los míos.—Él también se enamoró de ti, te lo juro, en verdad cambiarías de opinión si supieras todo lo que hay detrás, no es lo que parece, no pasó lo que tú crees— me insiste buscando en mi algo de esperanza, pero no la encontrará.—Lo siento, pero tengo cosas que hacer…— me levanto y saco de mi pantalón un billete, lo dejo en la mesa y dejo la galleta intacta, si
Busco entre las gavetas hasta que encuentro una botella de vodka prácticamente nueva. Tomo un par de vasos y salgo de nuevo al comedor donde están los dos en silencio, pensativos, algo les preocupa. Pongo los vasos cerca de ellos y la botella en medio mientras me siento en las piernas de Óscar y lo abrazo con cariño; con todo lo que ha pasado me doy cuenta que yo también cometí el mismo error que Sam, estoy perdidamente enamorada de Óscar y si nos llegáramos a separar me consumiría en dolor. El silencio se hace profundo, mientras yo me acurrucó entre sus brazos, Nikolai se concentra en la botella, de pronto alguien toca a la puerta llamando la atención de los tres, me levanto sin muchas ganas y me dispongo a abrir. Me asomo y en cuanto veo quien es vuelvo a cerrar la puerta y volteo hacia el par de hombres sentados en la mesa.—¿Es en serio? &ique