—En cuanto mis hombres averigüen la hora y el lugar de la reunión me comunicaré con usted —dice Wang y se levanta con dificultad al mismo tiempo que su asistente.
—¿Cómo?
—De la misma forma que la contacté para citarla aquí —dice con una sonrisa—. Un gusto hablar con usted, Smiley.
Dan media vuelta y se alejan mientras sus hombres retroceden sin quitarme el ojo de encima.
«Bueno, ya tienes para la universidad de Misha» dice Ed con gracia, pero no comparto su alegría.
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Irina Rudenko
Veo a través de la ventana de mi auto el teatro de Dusha, jalo aire llenando mis pulmones de valor; me acomodo la blusa y bajo de mi auto. Avanzo hacia las puertas con la frente en alto y mi cartera debajo del brazo, camino entre los hombres de Dusha como si yo fuera la ama y señora del lugar; debo de
—¡Cariño! ¿Cómo les ha ido? —Catalina responde alegre y risueña. —Creo que bien… —¿Crees? Llegó lo que enviaste, tu padre está sorprendido. Sus palabras me hacen sentir orgullosa. —Me alegra saber eso… —Tuerzo la boca y veo a mis compañeros junto a mí, cada uno en su mundo—. Wang se puso en contacto conmigo. El silencio en la línea es tan profundo como el que percibo a mi alrededor. —¿Wang? —pregunta Catalina y su voz a cambiado, la tensión se siente vibrando en sus cuerdas vocales. —Así es… Al parecer su hijo quiere la fórmula, me informó de una reunión que tendrán los japoneses con los rusos para negociar su parte… —Suena peligroso… —Demasiado, pero… es una gran oportunidad pues Wang tampoco desea que su hijo posea esa fórmula, me ayudará a conseguirla y me permitirá destruirla… —Vaya… suena como todo un sueño, pero ten cuidado, los chinos son complicados. —Lo sé, Piero ya me lo advirtió. —Tuer
Aprovecho el descuido de mi atacante y la golpeo en la cabeza con el codo haciéndola caer al piso, después la tomo del hombro y la hago girar hacia mí al mismo tiempo que recargo mis rodillas sobre sus brazos para mantenerlos contra el suelo y así sentarme en su pecho. Levanto mi puño y antes de que mis nudillos se estampen contra su rostro, levanta sus piernas por detrás de mí intentando alcanzar mi cabeza o golpear mi espalda con sus rodillas.—¡Ya basta! —grito molesta, me hago hacia delante y golpeo a la mujer en la cara un par de veces hasta que sus piernas caen al piso y deja de moverse. Espero que siga respirando—. ¡¿Quieres mis servicios sí o no, pedazo de mierda china?! —grito furibunda y me acerco al imbécil de Zhao quien permanece en su asiento, viéndome con sorpresa.—Smiley —dice Piero y se interpone entre Zhao y yo.&md
Giro sobre mis talones y voy hacia la barra donde están los servicios de té, tomo la charola con todos los elementos y camino hacia la mesa, siento que mis pies se pegan al suelo a cada paso. Me planto a un lado de Hisao y bajo la cabeza haciendo una ligera reverencia, esperando a que me dé permiso de empezar. El hombre me ve de arriba abajo y me sonríe para después hacerme un gesto con la mano invitándome a proceder.Coloco las cosas en la mesa, acomodo las flores y prendo el incienso para después organizar cada elemento tal y como me dijo Zhao que tenía que hacerlo. De pronto mi curiosidad me hace levantar los ojos hacia los rusos y me encuentro con la mirada de Nikolai, es como si fueran agujas atravesando mi cuerpo y llegando hasta mi alma; me siento descubierta. ¿Sabe que soy yo?—Entonces… Demonio ruso… ¿Vas a querer la fórmula o no? —dice Hisao quitándom
Nos vemos directo a los ojos por unos segundos que parecen eternos y mi corazón se agita cual colegiala enamorada viendo al popular de la escuela avanzando hacia ella por el pasillo. Sacudo mi cabeza y tomo el decantador para agitarlo como barman, sacudiéndolo en diferentes direcciones.—Esto es un peligro en manos incorrectas, es algo que jamás tuvo que haber sido creado y creo que nadie aquí lo comprende —digo mientras sigo agitando el decantador—, pero no se preocupen… —Veo con satisfacción que el papel está deshecho, flotando en finas natas entre el té. Vacío el líquido en la jarra de cristal para que todos vean la mezcla de veneno, té blanco y una fórmula marchita— …la fórmula siempre vivirá aquí. —Presiono mi índice en mi sien.—¿Qué? —pregunta Zhao confundido.—La he apre
Despego mi boca y la suya insiste en buscarme, pongo mis dedos sobre sus labios intentando calmar su necesidad. Cuando abro los ojos él aun los tiene cerrados y besa cada uno de mis dedos. Levanta sus parpados y sus ojos leoninos se muestran arrogantes, necesitados y pasionales, con esa oscuridad que la lujuria crea al apoderarse de ellos.—No… no te irás… —dice en voz baja y ronca, su aliento choca contra mi boca.—Creí que eso era lo que querías. —No puedo evitar sonreír, satisfecha por saber que sigue anhelándome como antes—. Creí que ya no me amabas.—Jamás pienses eso… Nunca he dejado de amarte y nunca lo dejaré de hacer…—¿Entonces…?—No quiero que nada malo te pase y la única forma de protegerte es lejos de mí y de lo que soy. —Besa mi mejilla casi sobre la comisura de mi
—Por eso es que tenemos que hacer las cosas bien desde ahora —añade Anette tomándome por los hombros.—Anette… no vamos a hacer nada de eso, así que relájate, ¿quieres? —Tomo sus manos y la alejo un par de pasos.—¡Bien! ¡Como quieras!, pero yo apoyo su unión. —Me guiña un ojo y se acerca a la puerta mientras dos de los hombres de Brant entran por las maletas—. Por cierto, Piero te está buscando. —Con eso último termina su participación y sale del cuarto.Resoplo y me siento en el colchón, pienso en Piero y el corazón se me encoje, simplemente me pongo en su lugar, viendo como la mujer dueña de tus desvelos se besa con el hombre que la ha hecho sufrir tanto. Debe de estar muerto de coraje y lo que menos me preocupa es que decida dejar de ayudarme, me tortura que pueda estar sufriendo.Salgo de la hab
—Nos hemos quedado sin fórmula y ahora Nikolai debe de pensar que somos unos traicioneros. Salí huyendo en cuanto los panzers llegaron —digo avergonzada de mi misma.—¿No mataron a Nikolai? —Yakov levanta su mirada hacia mí sin dejar de fruncir el ceño.—No… Si eso fuera, ya nos hubieran avisado —respondo abrazándome a mí misma.La puerta se vuelve a abrir, esta vez es Oleg acompañado de su maldito amiguito. Un hombre arrogante y pretencioso, se cree que nadie lo merece. Tiene los cabellos negros y una mirada castaña profunda enmarcada por cejas gruesas; se pavonea dentro del lugar, viendo todo y de seguro criticándolo.—¿Qué ocurre? Parece que vieron un fantasma —dice Oleg acercándose al pequeño mini-bar que tiene mi padre dentro de su despacho y sirviéndose un trago.—Todo sali&oacut
Tomo un frasco de D-IX y no puedo creer que éste fuera el trabajo de Richtofen, un hombre con una mente excepcional que se enfocó en hacer el mal. Suspiro y dejo el frasco junto con los demás dentro de las bolsas; el botín anterior está en Italia, con mis padres, espero que ya hayan encontrado la forma de destruir estas píldoras sin intoxicar a alguien.—¿Es lo último? —pregunta Erika viendo las píldoras con dolor.—Así parece. —Le sonrío y pongo mi mano en su hombro.—Es lo que mi padre habría querido.—Así es, con esto creo que podrá por fin descansar en paz. —Me parte el corazón verla triste.Cómo me hubiera gustado poder mantener la vida de Richtofen intacta, tal vez nuestra historia sería diferente, por lo menos Erika y Ed no habrían perdido a su padre y tendrían una aleg