—¿Me extrañarás? —le pregunto y acaricio su rostro con ternura para después darle un abrazo y hacerle trompetillas en las mejillas, provocando sus risas escandalosas que son música para mi alma.
—¡Sí! ¡Sí! ¡Mamá! ¡Basta! —grita Misha entre risas y se retuerce en mis brazos; cuando la suelto y la pongo a mi lado la seriedad regresa a su rostro—. Te extrañaré mucho. —Resopla con nostalgia—. Prométeme que regresarás.
—Te lo prometo. —Acaricio sus cabellos y su tristeza migra a mi corazón—. No volveremos a estar separadas nunca, solas tú y yo, por siempre y para siempre mi amor. —Beso su frente y la abrazo con fuerza.
De pronto la puerta repiquetea antes de abrirse, Anette se asoma con una sonrisa enorme, trae una bolsa negra de esas con las que proteges los trajes al transportarlos.
—¡Anette! —grita emocionada Misha y de un brinco sale de la cama disparada hacia esa mafiosa peligrosa.
—¿Cómo estás, Misha? ¡Que linda diadema! ¡La ame! —dice Anette
—¿Crees que podrás con cada mafioso, asesino y psicópata que quiera esa maldita droga? ¡Manos te van a faltar para poder pelear! ¡Es una locura! —dice Bartolomé caminando en círculos por la habitación.—¿Qué es lo que temes, padre? ¿Qué me capturen y obtengan la fórmula? Eso jamás pasará…—¿Cómo estás tan segura? —Entrecierra los ojos sin ocultar su temor.—Soy una rusalka… Me entrenaron para no hablar. —Le dedico una sonrisa insípida y nostálgica, llena de dolor por lo que aprendí a hacer cuando tan solo era una niña pequeña—. Podrán acabar conmigo, con mi cuerpo, pero jamás hacerme confesar.—¿No pensaste en Misha? ¿Qué será de ella si tu plan no funciona? —pregunta Catalina tomando
La mujer enmascarada ve directamente hacia el lente y pareciera que me está viendo a mí, como si supiera que esta grabación llegaría a mis manos. Ladea su cabeza suavemente hacia un lado y de un momento a otro lanza su bastón haciendo añicos la cámara y terminando con el vídeo. —¿Quién es? —pregunto en voz baja. —Smiley… —dice Óscar cruzado de brazos. Retrocede el vídeo y congela justo en el momento donde la mujer voltea hacia nosotros— …o por lo menos eso escribió con la sangre de nuestros hombres en el piso. —¿Smiley? —Ese apodo me suena, alguna vez escuché que una mercenaria con el mismo nombre trabajaba para los italianos, también trabajó para mi padre en contadas ocasiones. Mi madre hablaba mucho de ella y de sus hazañas—. Claramente no es la misma, la Smiley de ese entonces ahora tendría unos… ¿50 años casi 60? Si es que no la mataron en alguna misión. —Tal vez sea su hija o su pupila —dice Óscar tratando de darle lógica. —¿Qué se llevar
—¿Qué ocurre? —pregunta Oleg a modo de saludo.—Atacaron dos bodegas y se llevaron nuestras reservas de D-IX, pero dejaron el resto de la droga —digo agitando las fotos en el aire sin animarme a mostrarlas.—¿Cómo es eso posible? —dice Yakov con ambas manos en la frente.—Fue una tal «Smiley». —Pongo las fotos de la grabación sobre el escritorio.—¿Smiley? ¡Imposible! —grita mi padre mientras toma las fotos con tanta furia que pareciera que las va a romper.—Pues… ahí está, entró acompañada de música clásica y hombres enmascarados —digo cruzándome de brazos.Oleg toma las fotos y se las acerca al rostro como si no pudiera verlas bien de lejos. Me dedica una mueca de miedo y angustia.—¿No crees que le da un aire a cierta persona que cono
—En cuanto mis hombres averigüen la hora y el lugar de la reunión me comunicaré con usted —dice Wang y se levanta con dificultad al mismo tiempo que su asistente.—¿Cómo?—De la misma forma que la contacté para citarla aquí —dice con una sonrisa—. Un gusto hablar con usted, Smiley.Dan media vuelta y se alejan mientras sus hombres retroceden sin quitarme el ojo de encima.«Bueno, ya tienes para la universidad de Misha» dice Ed con gracia, pero no comparto su alegría.♠Irina RudenkoVeo a través de la ventana de mi auto el teatro de Dusha, jalo aire llenando mis pulmones de valor; me acomodo la blusa y bajo de mi auto. Avanzo hacia las puertas con la frente en alto y mi cartera debajo del brazo, camino entre los hombres de Dusha como si yo fuera la ama y señora del lugar; debo de
—¡Cariño! ¿Cómo les ha ido? —Catalina responde alegre y risueña. —Creo que bien… —¿Crees? Llegó lo que enviaste, tu padre está sorprendido. Sus palabras me hacen sentir orgullosa. —Me alegra saber eso… —Tuerzo la boca y veo a mis compañeros junto a mí, cada uno en su mundo—. Wang se puso en contacto conmigo. El silencio en la línea es tan profundo como el que percibo a mi alrededor. —¿Wang? —pregunta Catalina y su voz a cambiado, la tensión se siente vibrando en sus cuerdas vocales. —Así es… Al parecer su hijo quiere la fórmula, me informó de una reunión que tendrán los japoneses con los rusos para negociar su parte… —Suena peligroso… —Demasiado, pero… es una gran oportunidad pues Wang tampoco desea que su hijo posea esa fórmula, me ayudará a conseguirla y me permitirá destruirla… —Vaya… suena como todo un sueño, pero ten cuidado, los chinos son complicados. —Lo sé, Piero ya me lo advirtió. —Tuer
Aprovecho el descuido de mi atacante y la golpeo en la cabeza con el codo haciéndola caer al piso, después la tomo del hombro y la hago girar hacia mí al mismo tiempo que recargo mis rodillas sobre sus brazos para mantenerlos contra el suelo y así sentarme en su pecho. Levanto mi puño y antes de que mis nudillos se estampen contra su rostro, levanta sus piernas por detrás de mí intentando alcanzar mi cabeza o golpear mi espalda con sus rodillas.—¡Ya basta! —grito molesta, me hago hacia delante y golpeo a la mujer en la cara un par de veces hasta que sus piernas caen al piso y deja de moverse. Espero que siga respirando—. ¡¿Quieres mis servicios sí o no, pedazo de mierda china?! —grito furibunda y me acerco al imbécil de Zhao quien permanece en su asiento, viéndome con sorpresa.—Smiley —dice Piero y se interpone entre Zhao y yo.&md
Giro sobre mis talones y voy hacia la barra donde están los servicios de té, tomo la charola con todos los elementos y camino hacia la mesa, siento que mis pies se pegan al suelo a cada paso. Me planto a un lado de Hisao y bajo la cabeza haciendo una ligera reverencia, esperando a que me dé permiso de empezar. El hombre me ve de arriba abajo y me sonríe para después hacerme un gesto con la mano invitándome a proceder.Coloco las cosas en la mesa, acomodo las flores y prendo el incienso para después organizar cada elemento tal y como me dijo Zhao que tenía que hacerlo. De pronto mi curiosidad me hace levantar los ojos hacia los rusos y me encuentro con la mirada de Nikolai, es como si fueran agujas atravesando mi cuerpo y llegando hasta mi alma; me siento descubierta. ¿Sabe que soy yo?—Entonces… Demonio ruso… ¿Vas a querer la fórmula o no? —dice Hisao quitándom
Nos vemos directo a los ojos por unos segundos que parecen eternos y mi corazón se agita cual colegiala enamorada viendo al popular de la escuela avanzando hacia ella por el pasillo. Sacudo mi cabeza y tomo el decantador para agitarlo como barman, sacudiéndolo en diferentes direcciones.—Esto es un peligro en manos incorrectas, es algo que jamás tuvo que haber sido creado y creo que nadie aquí lo comprende —digo mientras sigo agitando el decantador—, pero no se preocupen… —Veo con satisfacción que el papel está deshecho, flotando en finas natas entre el té. Vacío el líquido en la jarra de cristal para que todos vean la mezcla de veneno, té blanco y una fórmula marchita— …la fórmula siempre vivirá aquí. —Presiono mi índice en mi sien.—¿Qué? —pregunta Zhao confundido.—La he apre