—Te he dicho que el amor no está en mis planes. De hecho, es una pérdida de tiempo, y me desenfocará de mi misión— estaba segura de mi respuesta, pero, ¿por qué razón el rostro de Nathan no lo parecía?—No estás respondiendo a mi pregunta, solo necesito que digas si sientes algo por él o si no lo sientes— elevó una de sus cejas mientras una muy leve sonrisa se posaba sobre sus labios. —¿Por qué insistes en ayudarlo cada vez que él corre a ti? ¿Es por respeto al señor Johnson?Mi mirada se dirigió al agua, no me había detenido a pensar en eso, ¿por qué razón siempre lo ayudaba?, ¿por qué lo escuchaba si era una insoportable fuente de problemas? —yo… no tengo la respuesta, pero que algo suceda entre nosotros, está fuera de las posibilidades— sentencié. —Lo único que me debe importar es completar mi misión.—Eso es lo que está saliendo de tus labios, ¿qué es lo que dice tu corazón? — me mantenía en silencio, me negaba a hablar, ni siquiera sabía cómo identificar el interés romántico de u
—¿La señorita Roksana conoce la identidad de los involucrados? — indagó Kyra con cautela. Hablar de este tema frente al coronel, era algo que solo ella podía hacer; el resto de sus compañeros debían callar sus bocas si deseaban conservar todos sus miembros.—Usted la conoce perfectamente, no lo sabe; sin embargo, es cuestión de tiempo para que se entere. Ella, al igual que yo, deseamos hacer justicia— una sonrisa de lado se formó en sus labios y un escalofrío recorrió el cuerpo de Kyra quien, dándose la vuelta, salió del lugar. R O K S A N A (Sharon) Había logrado terminar de recuperar la información de la memoria del ministro. Dentro de poco, la búsqueda de su celular sería una prioridad, quizá por los números de los demás miembros del ministerio, o algunos contactos mucho más importantes.Lo único que me interesaba era hallar cualquier cosa que nos pudiera servir y enviarlo a Rusia, ellos se encargarán del resto. Todo el día he tenido una sensación extraña en el pecho ¿Debería h
Los pasos firmes de Sharon se dirigían a la casa blanca, llevaba en su mano izquierda una maleta que mostraba los resultados de los últimos exámenes realizados al señor Johnson, su recuperación iba por buen camino. —Señorita Shadow— saludó uno de los guardias de seguridad. —Me temo que debo examinar el contenido de su maleta, o, por el contrario, no puedo dejarla pasar.La firmeza del guardia le indicaba que no habría otra salida que mostrar el contenido de su maleta ¿El inconveniente? Eran documentos privados de los cuales estaba explícitamente prohibido mostrar a terceros.—Me disculpará, pero son los resultados de los exámenes del señor Johnson, no puedo mostrarlos— dijo ella con la misma firmeza, no podría dar su brazo a torcer, eran las normas que debían seguirse al pie de la letra. —¿A qué se debe tan repentino cambio? — indagó sin despegar su mirada de los ojos del guardia, lo cual, lo ponía un tanto nervioso.—La seguridad del presidente está en riesgo. No puede entrar ni sa
R O K S A N A (Sharon) —¿De qué habla? — pregunté con una sonrisa —señor Johnson, me está confundiendo con alguien más, soy Sharon, no Roksana— me erguí mientras organizaba la almohada del presidente. —Lo sabes muy bien— insistió. Mantenía el control de mi cuerpo a pesar del nerviosismo que esto me causaba. ¿Cómo podría saber el señor Johnson, mi verdadero nombre? —Luces exactamente igual a Bella— y esas palabras fueron las suficientes para terminar de desconcertarme. —¿Cómo obtuvo esa información? — cuestioné preparándome mentalmente para cualquier cosa que pudiera suceder dentro de los próximos segundos. El presidente extendió su mano y tomando con suavidad la mía, me indicó que tomara asiento. Me costaba trabajo obedecer y más aún cuando me enfrentaba a una situación en la que claramente tenía una desventaja. —Podría ser una historia bastante larga, te haré un resumen. Conocí a Bella, cuando éramos jóvenes, de hecho, podría decirse que éramos grandes amigos hasta que ella se
Taylor y yo nos encontrábamos en el comedor. Yo preparaba un batido para el presidente, mientras él caminaba alrededor de la cocina. Había hecho eso durante diez minutos, aproximadamente, y ya comenzaba a molestarme.—Señor Taylor, ¿Algo le está perturbando? — cuestioné tragándome las ganas de detenerlo de un golpe; yo me encontraba en lugar de trabajo y, mostrarme cómo realmente era, no valía la pena y el riesgo.—Esa mujer… ¿Crees que haya salido del país? — el tono de su voz parecía perdido, como si tuviera la cabeza en un lugar remoto, mientras su cuerpo se mantenía en este mismo lugar.—Tengo poca información para poder dar un comentario objetivo— respondí evitando dar demasiados detalles.Yo descarté esa posibilidad bastante rápido; sin embargo, la razón que le atribuía era vengarse del señor Johnson, por lo que sea que la llevara a hacerlo. Si esa razón se mantenía, probablemente, ella buscaría la manera de esconderse como una rata y, ¿Qué mejor manera de esconder algo si no en
—De inmediato— sonrió con un poco más de esperanza —al parecer sí podré dormir hoy.Nathan se sentó una vez más frente al ordenador. Algo sobre el sujeto que estaba escapando esta mañana me daba una sensación para nada agradable, además que agradeciera por salvar a su jefa ¿A qué se debía eso?Hasta ahora no había llegado a escuchar un tipo de agradecimiento como ese, además de que esa tarjeta terminó muy cerca de mí, ¿una coincidencia? No debía confiar en nada, todo tendría que ser sometido a una investigación antes de ser considerado una prueba.Fui en busca de esa tarjeta, a pesar de haberse adentrado la noche, tendría que hacer el intento de comunicarme con Verónica. Si era una trampa, les haría creer que había caído en ella.—¿Hola? Encontré esta tarjeta esta mañana en el suelo y me gustaría saber si…— el sonido de una chillona voz resonó en mi oído al otro lado de la línea.—¿Eres tú la joven del cine? La que me salvó de ese hombre— cuestionó con un tono bastante dulce, mi ceño
Mientras Taylor y el teniente se dirigían a casa de Sharon, ella y Nathan depositaban el contenido de la caja sobre la mesa. Sus miradas se mostraban seguras y, con un asentimiento, se pusieron un par de guantes, Sharon temía que, de alguna manera, tuvieran veneno. Lo sé, un poco exagerado de su parte, pero en la guerra todo se valía, todo era posible si salía de la mente humana, no importaba lo tenebroso que llegara a ser. —¿Estás listo? — pregunto Sharon elevando una de sus cejas —iniciaremos buscando cualquier señal que nos indique la presencia de un micrófono o cámara. — susurró señalando en dirección de los cosméticos. Una ligera risa se abrió paso por entre los labios de Nathan, ¿había dicho algo gracioso? Como sea, debíamos regresar al trabajo. —Se me hace que estás siendo algo exagerada— balbuceó. —Créeme si te digo que esta llegó a ser una de las maneras más comunes de asesinar a alguien en el medio oriente, hace un par de años— él tragó grueso —de hecho, era mucho más usa
—¿A dónde vas? — preguntó Taylor casi corriendo detrás de mí —Sharon ¿Me estás escuchando? — asentí sin detener mi caminar, debía encontrarme con «Verónica» si es que ese era su verdadero nombre. —Quédate junto al señor Johnson, tengo algo que hacer— sentencie abandonando la Casa Blanca. Las miradas de los guardias estaban sobre mí, quizá porque era la primera vez en la que veían a Sharon con el ceño fruncido. ¿Quién se atreve a amenazar al presidente conmigo cerca? Doy mi palabra de que esa persona la pagará muy caro. Frente a mis ojos estaba la tienda de «Verónica» había algunas personas y lo mejor era que yo no ocasionara un alboroto, llamar la atención era lo que menos quería. —¡Sharon! Es una gran sorpresa verte aquí— sonrió ella acercándose a mi dirección —¿Puedo ayudarte en algo? Preguntó, sin que su sonrisa se hiciera más chica ni un solo instante. —Sí, de hecho, venía a buscar algunas brochas— correspondí a su sonrisa —además, debo agradecerte por el detalle, realmente me