XXIV

Fresita de pie, frente a mí y con sus ojos claros viéndome expectantes solo provoca que quiera darle un puñetazo o un empujón para despistarlo y salir corriendo. Está esperando a que mi mente trate de formular la respuesta correcta y el que lo tenga tan cerca no me está ayudando a actuar con normalidad. ¿Cómo le digo que fue puro impulso a lo tonto?

— ¿Algo que decir, Raquel? — enarca una ceja y con el dedo pulgar acaricia mi piel de la muñeca, un tacto tan suave y lento. ¡Que no me deja pensar bien!

—Tengo hambre—inspiro hondo con mi nariz tocando mi estomago con mi mano libre— Se me antojan unas papitas o algo delicioso de Francia ¿A ti no?

Y es cierto, sé

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo