XXXII

—¿Qué haces aquí? — su voz era la misma, sus nudillos se tornaban blancos mientras mi vergüenza escapaba por la ventana—¿Quién te trajo hasta aquí?

—Vine por mi propia cuenta—alzo mi voz comenzando a caminar al sentido contrario que él. No se porque, solo me sale porque sí. Como si jugábamos aquel juego donde tienes que rodear varias sillas y prepárate para adueñarte de una cuando termine la canción—Y mire por mi propia cuenta cuando sepa lo que quiero saber

Se que estoy al borde del colapso, pero la pequeña personita de mi mente que me echa porra mientras come palomitas, me anima a seguir con esto y a decir "Que sea lo que Dios quiera"

—¿Y yo se lo que quieres saber, joven

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo