Sostengo su mano derecha mientras me dejo arrastrar nuevamente por los pasillos de la escuela. Espero no arrepentirme de esto, simplemente quiero hacer callar mi estómago y darle algo que comer, si es posible que sea digno de dioses.
Ya no tengo a Belmont en mi hombro dándome ideas tentadoras, ni el ángel de Stephen tratando de convencerme de hacer el bien, desaparecieron en el momento que acepté venir con el mismísimo dueño del inframundo y creo que eso es mala señal.
De vez en cuando Dareh voltea a verme, con una sonrisa en el rostro como si fuera un niño con su nuevo juguete llevándolo a casa por primera vez.
Lo que hago por comer bien una noche en mi vida...
¡Ens
—Pero es injusto—reniego como por cuarta vez, ahora tratando de sonar convincente por una vez en mi vida—es totalmente injusto tenerme aquí y chantajearme con comida—No sé cómo llamarle a este sentimiento de querer estar aquí y a la vez no.—¿Qué es injusto? — dice el renacuajo tan tranquilo e inocente, que me lo imagino en la jefatura sentado bajo una lámpara mientras le preguntan qué adonde me tiene encerrada y convenciendo al policía que es totalmente impune.Me estoy llenando de impulsos que sé que, si los dejo salir, todo esto acabará mal. Intente, enserio intente estar aquí por cinco minutos y no funciono. Quien sea que sea mi ángel guardián esta despedido.
Llegamos hasta el gimnasio, tomando como salida unas ventanas medianas en los vestidores de hombres, todas las luces de la escuela se encienden por arte de magia cuando estoy tratando de decidir si caer en un arbusto llenos de flores, que no se si tienen espinas, o directamente al césped y fracturarme un hueso.—¿Ya te arrepentiste? — lo escucho desde el otro lado.—Simplemente estoy planeando la estrategia—musito con un pie fuera de la ventana y el otro aun en los vestidores. No es tan alto, pero prefiero el árbol y mil veces volver a saltar al vacío con un colchón de agua esperándome.—Bájate, saltaré yo primero.—No es que tenga miedo—
Despacio doy unos cuantos pasos hacia el camino de regreso con la esperanza de encontrarlo o aunque sea ver su silueta abandonarme.—¿En serio te has ido? — le digo a la nada — ¿Fresita? — digo una última vez. Si ha vuelto al gimnasio, de seguro está muy lejos ya.Apretó los puños tragando la saliva que se había hecho tan pesada y amarga.Doy media vuelta siguiendo el camino anterior; si me dejo sola, tampoco correré a buscarlo. Quizás se arrepintió de acompañarme. ¿Y si fui muy pesada con él? ¿Se habrá sentido mal por decirle que no a la pijamada que me estaba ofreciendo?Así como mi temor incrementa
—¡No puede ser cierto, la mate! — Aunque mi cerebro está dando vueltas ahora mismo, aún soy capaz de reconocer las diferentes voces de mis amigos y justamente la de Pejelagarto comienza a desesperarme cada vez más—No fue mi intención, fue un accidente ¿Viste Tamira, cariño? ¿Todos vieron? —Ganas me dan de quitarme el zapato y devolverle el golpe, quizás y así consiga activar algo dentro de él y convertirlo en el próximo Stephen Hawking. Pero no, no a la violencia amigos— ¡Ella se cruzó!—¡Me pegaste!—¡Te cruzaste!—Y ahí te va uno de regreso, malandro— gritó antes de impulsar mi cuerpo hacia él. Pero ante
—Si tu fueras mi hermano te dejaría caer en este mismo instante, Blake—También noto como esas palabras podrían golpearme si fuera mi padre.—Entonces me alegra mucho no serlo—sonrió lo más angelical posible, quizás algo en mi rostro pueda ablandar un poco su corazoncito y convencerlo que soy un pan de Dios.—Pero si eres su hija.Y ¡Pum! Me deja terminar mi caída soltándome como si fuera radioactiva.—¡AAUCH!Me quejo al sentir todo el césped chocar con mi espina dorsal. No fue tan fuerte pero quizás si lo exagero se tienta su corazón.
Mi historia bien podría comenzar aquí o se puede remontar hace mucho tiempo atrás desde que nací.No hay nada interesante, de verdad, solo bochornos monumentales y metidas de patas las cuales me generan crisis existenciales a media noche provocándome miedo por la duda "¿Estaré haciéndolo bien?"Bueno, en resumen, no sé qué diablos hago con mi vida a cada rato, pero me siento cómoda, hasta que me envían a la oficina del director con la idea que cualquier adolescente que trata de dedicarse a los estudios pueda tener.—¿Está al tanto de los problemas que ha generado la señorita? — la secretaria al ver el reporte del porque estaba esperando a su jefe, esta vez, me mira con d
—¡Me raptan! —intento zafarme— Gritaré bomba en el avión. ¿No me creen? Soy una psicópata en potencia, señores.Estiro, de nuevo, mis brazos tratando de no soltar el cinturón mientras los guardias forcejean conmigo para sacarme del auto.—¡Llévense a esa loca de mi auto! —Mi padre los alienta.—¡Alex Blake, es tu hija! —grita mi madre reprendiendo a su esposo— Moriré joven, lo presiento.Uno de los tipos sujeta mi mano para aflojar mi agarre. Tiran de mí y, de inmediato, estoy siendo llevada por cuatro tipos con el triple de mi altura.—¡Por fav
Muy bien, aquí voy.Me siento impaciente al cruzar la salida, un puñado de personas están esperando a sus seres queridos allá afuera y yo con mis dos opciones.Si está William ir con él o esconderme e ir a comprar el boleto.¿Mis maletas? Bueno pues eso es asunto aparte, me ajusto mi gorra ocultando a cómo puedo mi rostro y caminó lo más oculta posible dentro de los demás pasajeros. Si mi tío se encuentra aquí, procuraré ser yo la primera en verlo. ¡Ese hombre es posible de traer un megáfono y gritar mi nombre si pasó de largo!Mientras camino lo más rápido que puedo fuera de la zona de bienvenida, al par