—Comes tan desagradable— escuchó a Belmont, pero no me importa. Tengo hambre. Seguiré masticando y tragando como si mi vida dependiera de ello. Y es que ¿Cuántas veces en tu vida te levantas y comes un delicioso pan francés y de gratis?
—Déjala, está disfrutando su croissant— Steph me abraza por los hombros robándome un bocado. A ella sí, ningún otro pedazo a Belmont, que se muera de hambre.
—Parece una ardilla apuntó de explotar.
—Las ardillas son adorables— me defiende Dareh, limpiando una comisura de mi boca con su dedo pulgar— Al menos no se está atragantando con agua— ¡GRACIAS!
Guardare s
—¿Es algo malo y horripilante donde tendré que actuar como si todo estuviera bien o bueno tipo podría abrazar a cada habitante de este planeta?—Si no me dejas hablar nunca lo...—Es que solo quiero saber si querré decir la respuesta o tendré que idear una excusa tonta para evadir la situación.—Eso mismo me preguntaré yo— inclina su cabeza mirándome con un poco de exasperación. Quizás debería de guardar silencio y dejarle hablar.—Adelante, apresúrate— le digo cerrando mis ojos. Entre más rápido esto, mejor será mi excusa.—Cu
— ¿Me puedes volver a explicar porque no lo haces tú? — digo por quinta vez. Quiero llorar y reír al mismo tiempo. Todo mi cuerpo pica por la tierra o no sé si es mental. Hace algunos días hubiera dicho que sí, pero como que comienzo a madurar y a recapacitar las cosas.—Porque eres Raquel Blake— me responde sonriente, estrujando mis hombros.—Belmont—lo quita de enfrente Stephen—
Estoy teniendo un deja vu en estos momentos, bueno no exactamente porque la otra vez si tenía pantalones y era porque casi incendio mi antigua escuela. ¡Que aun sigo diciendo que fue un accidente!—Esperará un momento aquí hasta que podamos contactar con Collette y su tío—me notifica con un tono reprobatorio y me atrevería a decir que incluso con decepción.Es la misma mujer con la que me di de luchas en la tierra y aunque no me ha quitado la mirada de furia contenida. Sé que es capaz de al menos sentir un poquito de empatía por mí. Es casi de mi estatura, con cabello corto y piel aceitunada.—Está bien, Rogers—digo en un hilo de voz apenada. De todas formas, les cause problemas y ganas de pedir disculpas
En este momento, si estuviera en un estrado con una gran luz blanca machacándome los ojos y un micrófono diciéndome "Pendeja, habla" estoy segura de que primero lloraría para después reírme como demente y decir "Tranquilos, arreglaremos la situación".Cosa que planeo hacer y he estado planeando durante el trayecto a los dormitorios con Marcus y sus hombres de negro. Obviamente en mi cabeza porque si lo supieran, Rogers sería capaz de esposarme a ella para no perderme de vista.Primero un buen plan debe tener un buen nombre. Quizá "Regalando mi dignidad" "Ofreciendo mi dignidad" ... ¿Sacrificar? Em, lo dejo de ultimo mejor. Segundo punto, necesito a mis secuaces a los cuales ya arrastré hasta el ala "Cartoja".Que fue donde hable
—¿Qué haces aquí? — su voz era la misma, sus nudillos se tornaban blancos mientras mi vergüenza escapaba por la ventana—¿Quién te trajo hasta aquí?—Vine por mi propia cuenta—alzo mi voz comenzando a caminar al sentido contrario que él. No se porque, solo me sale porque sí. Como si jugábamos aquel juego donde tienes que rodear varias sillas y prepárate para adueñarte de una cuando termine la canción—Y mire por mi propia cuenta cuando sepa lo que quiero saberSe que estoy al borde del colapso, pero la pequeña personita de mi mente que me echa porra mientras come palomitas, me anima a seguir con esto y a decir "Que sea lo que Dios quiera"—¿Y yo se lo que quieres saber, joven
Venganza, dulce y amarga palabrita que no para de rondar en mi cabecita.No, enserio. Estuve pensando en el significado de esas letras durante horas, mientras mis amigas se dedicaban a tratar de invocar a Afrodita para que hiciera un milagro en mí aspecto (las dejo en visto, por cierto).Y todo por la odiosa voz de Belmont susurrándome "¡Véngate, véngate!" que tengo atorada en mi subconsciente por haber estado escuchándolo durante horas a centímetros de mi oído.Si no estuviera tratando de centrar mis ideas en un plan A de "Actuar como si nada, igual este siempre fracasa". Un B de "Bendito el ángel que baje y me ayude" y un C de "Corre, estúpida, corre". Quizás no estuviera tan nerviosa pensando en qué v
—Muy bien, les contaré— ojeo por última vez buscando a Collette, asegurándome que el renacuajo real en realidad no esté presente en la habitación—Cuando estuve en Paris con él, note que tiene la mala costumbre de comerse sus propios mocos ¡Y no solo eso! — bebo un ligero trago de este amargo vino buscando un ligero toque de inspiración— De caballero no tiene nada, yo misma tuve que llevar sus maletas y si pudieran oler como apestan sus pies.—¿Usted mantiene una relación estrecha con su majestad? — Los maravillosos ojos de Léna no dejan de inspeccionarme de arriba a abajo como si pudiera distinguir al pequeño demonio de Weber hablándome, sentado en mi hombro— Si usted tiene conocimiento de todo eso debe de ser muy cercana a él.
—¿QUE PARTE DE QUE SOY LA PERSONA MÁS ASUSTADIZA DEL PLANETA NO TE ENTRA POR LA CABEZA? — grito todavía con la piel de gallina y los nervios a flor de piel, encarando a Dareh y separándome de los ladrillos a los que estaba a punto de fusionarme— Anda, ve por la puerta de atrás, te seguiré— trato de imitar su voz—¡Oh! Espera, lo más seguro es que entre como un puto psicópata y te siga para que no te asustes y te cause un paro cardiaco ¡Dareh no sonrías!Me dan unas grandes ganas de arrojarle lo que sea que tengo aun en mi puño.—Raquel—da unos pasos acercándose a mí como si asustarme no se pudiera castigar cruelmente, eleva su brazo hasta alcanzar mi mano y roza mis nudillos por su suave y calentita ba