—Sigan corriendo—nos apura Steph, tomando la adelantara.
Después de cruzar unos arbustos y seguir a toda velocidad por un jardín mas cuidado que las plantas de mi madre, estamos llegando a un muro no tan alto que, supongo yo, es el limite del hotel.
—Como haremos para saltar eso, ni Dios lo sabe— les grito, siendo yo la ultima de los cuatro, estoy dando todo de mí. Pero el estar descalza me lo complica todo. Esperen. Admiro mis pies dejando huellas en el cálido césped— ¡Mis zapatos! — me paro de inmediato al darme cuenta de que los olvide en la habitación. Maldita costumbre de pasearme descalza por las mañanas—Debo de regresar.
— ¿Qué? — deja de corr
Fresita de pie, frente a mí y con sus ojos claros viéndome expectantes solo provoca que quiera darle un puñetazo o un empujón para despistarlo y salir corriendo. Está esperando a que mi mente trate de formular la respuesta correcta y el que lo tenga tan cerca no me está ayudando a actuar con normalidad. ¿Cómo le digo que fue puro impulso a lo tonto?—¿Algo que decir, Raquel? —enarca una ceja y con el dedo pulgar acaricia mi piel de la muñeca, un tacto tan suave y lento. ¡Que no me deja pensar bien!—Tengo hambre—inspiro hondo con mi nariz tocando mi estomago con mi mano libre— Se me antojan unas papitas o algo delicioso de Francia ¿A ti no?Y es cierto, sé
¡QUE EMOCION!—Literalmente, nací para esto— chillo con el auricular de la cabina telefónica, tan descuidada como mi aspecto en estos momentos. Es que no puedo esperar a presionar los botones.— ¿Raquel, estas segura de lo que estás haciendo? —habla seriamente Belmont al lado mío, mira el aparato y luego mi rostro buscando rastros de broma en él. Se muy bien que esta ansioso pero preocupado a la vez. Lo peor que nos puede pasar es que reconozcan mi voz, algo que me empeñare en ocultar.—Relájate, tengo todo bajo control— intento relajar de igual manera mis ánimos de realizar ya la bendita llamada— Primerizos.—&nb
—También me secuestraron a mi— No se porque estoy mas preocupada, por la llamada de mi tío o de que cualquiera de los tres se dé cuenta que estoy hablando con el. Ojalá y me crea.—Algún día, sobrina—se escucha agitado y creo que no hace falta que diga que hasta sarcástico— Oh, espera. Ese día es aparentemente hoy.—¿Collette me expulsara? —Se la respuesta, pero el confirmarlo quizás me evite el crearme esperanzas.—Ella no lo sabe—¿Qué?—Pon atención— ojeo rápidamente para verificar que ninguno es
—Comes tan desagradable— escuchó a Belmont, pero no me importa. Tengo hambre. Seguiré masticando y tragando como si mi vida dependiera de ello. Y es que ¿Cuántas veces en tu vida te levantas y comes un delicioso pan francés y de gratis?—Déjala, está disfrutando su croissant— Steph me abraza por los hombros robándome un bocado. A ella sí, ningún otro pedazo a Belmont, que se muera de hambre.—Parece una ardilla apuntó de explotar.—Las ardillas son adorables— me defiende Dareh, limpiando una comisura de mi boca con su dedo pulgar— Al menos no se está atragantando con agua— ¡GRACIAS!Guardare s
—¿Es algo malo y horripilante donde tendré que actuar como si todo estuviera bien o bueno tipo podría abrazar a cada habitante de este planeta?—Si no me dejas hablar nunca lo...—Es que solo quiero saber si querré decir la respuesta o tendré que idear una excusa tonta para evadir la situación.—Eso mismo me preguntaré yo— inclina su cabeza mirándome con un poco de exasperación. Quizás debería de guardar silencio y dejarle hablar.—Adelante, apresúrate— le digo cerrando mis ojos. Entre más rápido esto, mejor será mi excusa.—Cu
— ¿Me puedes volver a explicar porque no lo haces tú? — digo por quinta vez. Quiero llorar y reír al mismo tiempo. Todo mi cuerpo pica por la tierra o no sé si es mental. Hace algunos días hubiera dicho que sí, pero como que comienzo a madurar y a recapacitar las cosas.—Porque eres Raquel Blake— me responde sonriente, estrujando mis hombros.—Belmont—lo quita de enfrente Stephen—
Estoy teniendo un deja vu en estos momentos, bueno no exactamente porque la otra vez si tenía pantalones y era porque casi incendio mi antigua escuela. ¡Que aun sigo diciendo que fue un accidente!—Esperará un momento aquí hasta que podamos contactar con Collette y su tío—me notifica con un tono reprobatorio y me atrevería a decir que incluso con decepción.Es la misma mujer con la que me di de luchas en la tierra y aunque no me ha quitado la mirada de furia contenida. Sé que es capaz de al menos sentir un poquito de empatía por mí. Es casi de mi estatura, con cabello corto y piel aceitunada.—Está bien, Rogers—digo en un hilo de voz apenada. De todas formas, les cause problemas y ganas de pedir disculpas
En este momento, si estuviera en un estrado con una gran luz blanca machacándome los ojos y un micrófono diciéndome "Pendeja, habla" estoy segura de que primero lloraría para después reírme como demente y decir "Tranquilos, arreglaremos la situación".Cosa que planeo hacer y he estado planeando durante el trayecto a los dormitorios con Marcus y sus hombres de negro. Obviamente en mi cabeza porque si lo supieran, Rogers sería capaz de esposarme a ella para no perderme de vista.Primero un buen plan debe tener un buen nombre. Quizá "Regalando mi dignidad" "Ofreciendo mi dignidad" ... ¿Sacrificar? Em, lo dejo de ultimo mejor. Segundo punto, necesito a mis secuaces a los cuales ya arrastré hasta el ala "Cartoja".Que fue donde hable