Durante todo el camino hubo un silencio casi que aterrador. Después de que mi tío mencionara a mi ex tía, una historia muy triste por cierto, voy pensando en que de hoy en adelante posiblemente viva en un castillo, ya que ni idea si tienen dormitorios dentro del palacio o me mandarán fuera después de clases. Ni siquiera sé si la reina es la directora de la escuela. Para ser sincera pienso que todo será anticuado o clásico
Vamos, si te dicen "Irás a estudiar con la realeza" una parte de ti no puede evitar imaginar carruajes, castillos, esa distinción que te pintan en los cuentos y películas. ¿Y si me hacen usar vestidos y cosas así?
En realidad no se como ocultar mi decepción al no estar subida en un carruaje de los viejos tiempos...como cenicienta.
Aunque de princesa y bella no tenga nada, si tengo lo de sirvienta en mi antigua casa. Sin madrastras ni hermanas malvadas. ¿O será mejor decir Aurora porque amo dormir todo el día?
—Tío, de casualidad esta moderna limusina ¿no tiene una especie de lavamanos o algo por el estilo?
—Roquet, sigue siendo un automóvil para transportar personas no una casa rodante ¿Porque?
Sin decir nada, le tiendo mis manos haciéndole entender que están pegajosas por el chocolate y la crema batida. No me juzguen, no tenía tenedor y a cada rato la fresa se desprendía de su tallo.
—Tendrás una cita con la directora— suelta abruptamente mi tío sentado y viendo su celular al lado mío— Pensara que le he traído una niña de tres años.
Busca entre los cajones del mueble junto a mi y lo único que me da es un pañuelo con el que creo que abrigan la botella de champaña.
—¿Es una clase de Reina o algo?— pregunto a la vez que trato de dejar mis manos limpias.
Las reuniones con los jefes de las escuelas es ya una rutina en mi vida. ¿Debería hacer una reverencia?
—No es Reina, pero tampoco es alguien cualquiera. Es una mujer muy elegante y es mejor que no me avergüences frente a ella ¿entiendes?
—¿PERDÓN?— elevó mi voz haciéndome la ofendida
—Comportate Raquel, no digas nada de tus accidentes y saca adelante tu educación.
—Auch, me duele pero, bueno...— volteó a la ventana dejándolo más nervioso de lo que estaba, creo yo. No manchare sus palabras o lo que sea que haya hecho para conseguir un cupo en tal distintivo lugar.
Quizás vendió sus nalguitas por mí y tiene miedo que no aproveche esta tremenda oportunidad.
Volvió el silencio en este lujoso auto, algo que me hizo recordar el folleto que me rehusé a leer y que aún tengo doblado en mi bolsillo derecho. Tengo la idea de que lo más probable es que no dure ni un mes aquí, no haré nada para que me expulsen pero si dicen ser tan estrictos como me imagino que son, un mes será lo máximo de mi estadía en...¡WOW!
NO.
PUEDE.
SER.
Pensé que estaba preparada para esto, pero...
—¿Eso es un castillo?—gritó emocionada queriendo bajar el vidrio y subiendo mis pies al asiento— Chofer, amigo de mi tío, no se tu nombre pero ¿Me quita el seguro infantil? Por favor—le digo con toda la pena del mundo.
Es inmenso, y eso que solo he visto las puntas de sus torres. Estamos parados en la caseta de seguridad y yo ya quiero que acelere para seguir por un camino lleno de árboles.
El auto arranca cruzando el portón de seguridad, con demasiados guardias al parecer.
—Deja que baje la ventana, George— habla mi tío sonriendo.
Apretó el botón como por sexta vez y al fin baja el vidrio. Saco un poco mi rostro tratando de localizar el castillo. Voy a gritar, es la escuela más grande en la que he estado. Y se ve que no es fácil de fundir en cenizas, eh.
—Como que sigue estando lejos ¿no?
—Ten paciencia, ya casi llegamos al final del sendero.
Todo sigue rodeado de árboles gigantes, como pinos estilizados a cada lado de nosotros. Poco a poco veo el final de la hilera de estos pero comienza otra con más árboles pequeños.
—Apurese, George— le ruego al conductor, emocionada por salir ya del auto y curiosear por ahí. Si llego a tener hijos les diré que soy una princesa exiliada y fotografías en este palacio me ayudaran a confirmar esta teoría.
No más se detiene el auto, aprovecho cuando quitan seguro a las puertas y salgo despavorida al exterior.
—Espera— escuchó como me gritaba mi tío cuando ya estaba cerrando la puerta.
—¡Entonces si es de verdad!—Me asombro de que en realidad es un castillo y no me hayan tomado el pelo y mandado a un internado cualquiera.
¿O hubiera sido mejor eso que venir aquí?
Camino hacia la entrada emocionada, tiene una escalinata para entrar al porche con unas grandes puertas y un montón de detalles. Podría pasarme horas describiendo cada rincón de su entrada pero si es así por fuera ya me imagino cuando esté dentro.
Rápidamente subo, inquieta por los tipos con traje en cada escalón, junto a la alfombra. ¿Será como una bienvenida?
—Con permiso—susurró a cada chico que dejó atrás. ¿Cuando llegue hasta arriba será correcto tocar la puerta? ¿Solo la abro? ¿Habrá un código secreto? Me detengo a medio camino de la escalinata dándome cuenta que es mejor no adelantarse y quedarme con mi tío. Él sabe.
Doy la vuelta viendo a William bajar las maletas...¡Mis maletas!
Diablos, las había olvidado. ¡Ya ni recordaba que traía mis cosas!
—Dame, yo las llevo, si quieres—digo llegando donde él.
—Tranquila, tu sigue subiendo, ya te faltaba poco.
—Mejor dale tú— respondo apenada caminando detrás de él, en medio de George y Greco.
Al llegar al porche habían más tipos de seguridad los cuales nos abrieron la puerta, al momento que mi Tío se identificó con ellos.
Perdí de vista mis pertenencias al entrar al castillo. Todo, absolutamente todo parecía sacado de serie. El techo era inmenso con candelabros hermosos y eso que solo estaba en una especie de pasillo. Logró contar cómo cinco puertas y habitaciones en un segundo. No se si esta es la entrada o como les digan, pero es inmenso.
—Sígueme— Mi tío me tomó del brazo, conduciéndome por otro pasillo que no me había fijado que estaba ahí.
Estoy embobada viendo absolutamente todo, incluso las personas aquí parecen estar hechas por algo celestial. Pinturas, ventanales, estatuas, las cuales quiero ir a tocar. Y los floreros más grandes que mi brazo seguramente.
—¿Y aquí estaré yo?— preguntó dejándome guiar ya que estoy más inmersa en observar todo, que en fijarme por donde me llevan mis pies.
—No.
—¿Qué?—paró de inmediato observando a mi tío ¿Como que no? Que, o sea ¿Esto será lo único que conozca del castillo?
—Aquí es donde vive la familia real, la escuela está anexada junto a una ala del castillo, ven—me tira de nuevo para que camine y sin reproches le sigo— Los dormitorios están al lado de todo este palacio. La escuela está conectada por cuestiones de seguridad pero aun así sigue estando separada ¿entiendes?
—Digamos que sí pero si me tienes que enseñar todo para que lo entienda, entonces no. No entendí nada.
William solo ríe al tiempo que llegamos a otra habitación.
—Pase adelante— nos dice una mujer con tableta en mano— Llegó justo a tiempo, Black
—¿Black?— le repito a mi tío.
—Oh sí, aquí me llaman así— me susurra guiñandome el ojo y abriendo otra puerta ¡Demasiadas, diría yo!—Por seguridad.
Es una oficina aún más grande que la anterior. Sillones y ventanal al lado. La verdad, perfectamente podría ser un hogar y listo, solo falta la cama.
—Con su permiso, lady Collette— William pone la voz tan ronca y de inmediato su postura es tan rígida que me da miedo ¿Debería hacer lo mismo?
—Justo a tiempo— Collette nos da una sonrisa que simplemente la hace ver más elegante que antes. Desde aquí puedo ver que es aún más alta que yo, su cabello corto y su traje tan fino. ¿Lady quiere decir que es princesa? porque se ve como una— Sientense, quiero conocer a la chica de la que me hablaste tanto, William.
Hago una reverencia.
La reunión avanzó normal, con tanta formalidad de parte de Collette que me sentí tan fuera de lugar con ganas de retroceder en el tiempo y haber aprendido o buscado muchas más palabras que me ayuden a expresarme correctamente. Es que no encajo aquí, hasta mi tío lo sabe.¿Cuándo en la vida llegue yo, la que accidentalmente le cortó el cabello a una compañera en primaria, a ocupar tantos modales y ser tan elegante? ¡Jamás!Hablaba cuando era necesario o se referían a mí directamente, cosa que en muchas ocasiones me distraía. Estoy haciendo la mejor actuación de niña bien portada, posible y aun así siento el nerviosismo de mi tío como si fuera un huracán llevándome por los cielos. ¿Tanto
—Esta es tu habitación, un guardia siempre estará en la entrada del edificio de señoritas, las luces se apagan a las ocho de la noche, no necesitarás mayor vestimenta que tu uniforme el cual puedes m****r a lavandería. En unos momentos se incorpora contigo la duquesa Ekaterina, te dará un recorrido por la escuela y te explicara más detalles— todo lo dice de una forma fría aunque cordial. Pude jurar que saltó de felicidad al notar que al fin podía dejarme por mi propia cuenta antes que le cause más accidentes. Vaughan se despide dejándome sola en la habitación. Y para empezar, esto está mejor que toda mi casa. Según entendí después de irme corriendo d
De todas los colegios a los que he ido y lastimosamente he tenido que irme, está por seguro es la mejor de todas. —¡Es un maldito croissant! Incluso eso, no se que es eso pero se ve delicioso— No puedo despegarme del vidrio, tienen como cinco platillos diferentes y no se diga las bebidas— Espera ¿tienen postres? En mi otra escuela el postre que nos daban eran barras de granola más pequeñas que mi dedo pulgar. —Entonces goza los nuestros ¿Como no íbamos a tenerlos? Están justo al lado de las bebidas. Ve tú y pídeme un platillo de frutas por favor, yo me encargaré de aquí. Emocio
Sabía que mi fin estaba a punto de llegar, lo he sentido muchas veces pero no se porque esta se siente peor. La verdad no se que hice en ese momento, me equivoqué en incitar ese accidente, debí haber soltado el plato de frutas. Me demandará o peor, me deshonrare de alguna manera o mandará hacer una cosa mala de la realeza para tachar a los de mi clase como los lunáticos del desastre. Es que algo así espero, si una vez un director quiso enviarme hasta a un psiquiátrico pues no me sorprende que ya me tengan como un delincuente en este país. Dios, mándame un ángel para suplantarme o conviérteme en hormiguita más fácil.-Entiendo que eres un caso especial en esta escuela ¿no?Me sorprendo cuando la reina habla delante de mí. No se
No puedo parar de correr hasta llegar al comedor y encontrarme con Collette en la entrada. Tomo bocanadas de aire a cómo puedo y trato de desenfrenar mi corazón. ¿Qué acaba de pasarme? No se si decirle a ella lo sucedido o hacer como si nada y aceptar que nunca en mi vida pasare por ese pasillo endemoniado.-Justo a tiempo, termina tu castigo igual que todos, nadie se irá del comedor hasta que cada grano de arroz y gota estén fuera del suelo y paredes- ella me tiende una manta pequeña- luego ponte tu uniforme y te espero en mi oficina.-Madame- digo en un suspiro. Prefiero la opción dos, creo que si respiro de más de seguro me ganaré otro castigo, su mirada supera a la de mi mamá. Odio correr, soy pésima para eso, no puedo terminar de subir unas escalera
Después de ponerme el uniforme y pensar bien lo que me dijo Collette, las ganas de encerrarme en mi habitación y decir que estoy enferma crecen más a medida que pasa el tiempo. Pero la curiosidad me mata, no puedo controlarla...solo sale y listo, apártense que allá va.Ya es tarde, pronto se hará de noche, aún no han llegado mis compañeras y debo de seguir esperando a Tamira para una breve conversación. Tengo el horario de clases en las manos y no puedo evitar arrugarlo de lo nerviosa que estoy. ¿Como puede ella llevarme a una cena con personas tan importantes?Unos toques en la puerta me distraen haciendo que, por casi de un grito del susto, con lo sucedido en el pasillo no me sorprendería que la puerta del baño se abriera sola.
Una infinidad de platos recorrieron la mesa y no puedo negar que cada uno de ellos estuvo extremadamente delicioso, eso sí, no pude evitar dudar que tenedor era para que plato y que vaso para el otro así que tome los que creí conveniente y listo, feliz provecho.Memorice algunos nombres de las personas en la mesa, se la pasaron hablando de negocios, supongo y cosas que no entendí por estar haciendo el delicioso con mi comida.Tomando mi copa de vino, ah. Ya quisiera, en realidad es agua. Pero tomando mi copa de vino con sabor a agua veo al príncipe, trato de ver más allá de la oscuridad para distinguir al menos el color de su cabello, puedo notar que su mandíbula es muy cuadrada, pero nada más, si quiera su nariz o algo.No
-Está bien, solo un vistazo rápido y nos vamos como si nuestra vida dependiera de eso ¿entendido? - me abraza con entusiasmo antes de tomar mi mano y arrastrarme hasta la oficina de Collette. Yo siempre dejándome arrastrar por la desgracia.Me admiro bastante que no había nadie cerca, la puerta estaba entreabierta y se podía sentir que hemos llegado en el momento justo donde quien sea que estuviera aquí, ya no esté. Tamira se veía muy experta en todo eso.Haciendo el menor ruido posible y sin la necesidad de hablar, Tamira se quedó por el sofá vigilando hacia la puerta, mientras yo buscaba el botón detrás de la estatua. Ni los ladrones de banco tienen esta coordinación.- ¿Que pasar