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Alina Klara

¿Cómo una persona puede ser tan... arrogante? Si eso, arrogante.

Alexei grita eso por todos lados, aunque también es alguien confuso. A veces te trata bien, pero al segundo te trata mal. Aunque siendo sincera tampoco le he dado mi mejor trato, pero simplemente me sale natural, es como si algo se activará en mi estando en su presencia.

Las palabras de mi nana me vinieron a la mente, cuando él dijo que eran un tipo de realeza distinta a la monarquía. La diferencia de la que habla, ¿sería la de la mafia? ¿De verdad eran mafiosos?

Es que es tan ridículo, mafiosos, por el ángel estamos en la vida real. No son uno de los tantos libros que leo, es la realidad y los mafiosos no son como él, son como El Chapo o Pablo Escobar. No él, que parece un modelo de Calvin Klein.

Puede que mi nana y todos esos rumores sean falsos, porque como dijo ella podían ser solo rumores, tal vez solo son dos hombres que se creen de la realeza por ser dueños de casi todo en el país.

Y mi nana...

Su condición empeoró, el corazón es algo raro, no solo por los sentimientos que se dice tener con él, si no el cómo funciona, su estructura. Es tan raro, un día puede estar trabajando bien y al siguiente luchar por completar un latido. Por eso me preocupo por el corazón de Alexei, ahora está trabajando bien, pero de un momento para otro puede fallar.

El corazón de mi nana está delicado, puede que solo tenga más de cuarenta años funcionando, pero ha pasado por mucho. Hoy en la mañana la lleve a emergencias, los dolores en el pecho fueron muy fuertes está vez y Jhosua me dio el diagnóstico. En cualquiera momento dejaría de latir y no podríamos hacer nada para ayudarla, a menos no con ese corazón. La otra opción sería un trasplante, pero conseguirlo es casi imposible, con su edad costará mucho para que se lo den, los donantes prefieren dárselo a alguien joven con más probabilidades de vivir y lo entiendo, pero es mi nana y no quiero perderla. Me pase toda la mañana con ella, cuidándola hasta que se quedó dormida. Después de eso fui a casa de Alexei.

Mi apartamento se sentía raro sin ella, solo estaba Luna. Pero estoy tan acostumbrada a tenerla aquí conmigo que se siente como un vacío, pero supongo que debo ser consciente de que ella no será eterna y por más que me duela no estará conmigo toda la vida.

El teléfono suena en la sala, pero estoy tan cómoda en mi refugio que me es imposible levantarme así que espero que dejen el mensaje.

— Señorita Klara, soy Dimitri. Necesito que venga ahora mismo por favor es una emergencia.

Diablos, sabía que ese idiota no se cuidaría.

Salgo en pijamas y llamo a un taxi. Detengo al primero que veo y le doy la dirección. En el camino llamo a una ambulancia.

— Más rápido por favor — le suplico al chófer.

Quince minutos después estoy en la entrada de su casa y entro sin tomarme la molestia de tocar.

— ¡ALEXEI! — grito para que me oigan.

— ¡SEÑORITA KLARA, AQUÍ!

Subo las escaleras lo más rápido que puedo y llegó a lo que creo que es su habitación.

— Hace media hora no para de decir que le duele el pecho y está sudando demasiado — dice Dimitri.

— ¡¿HACE MEDIA HORA!?— Es demasiado tiempo así — DIJE QUE TENÍAN QUE LLAMARME AL MAS MÍNIMO DOLOR, JODER.

Dimitri dice algo pero ya no lo escucho.

— Alexei, abre los ojos. Mírame por favor, necesito que abras los ojos.

Los abre poco a poco, su pupila está dilata y sus ojos se van por si solos. Esta demasiado pálido, sus labios están de un morado oscuro.

— Klara — susurra apenas.

— Aquí estoy Alexei, necesito que te mantengas despierto por favor. La ambulancia está en camino— entro al baño y mojo unas toallas para limpiarle el sudor— ¡Necesito un vaso!

Dimitri sale de la habitación en busca de uno.

— Alexei, Alexei — joder no abre los ojos — ¡ALEXEI!— grito y lo abofeteo.

— Ah.

— Necesito que te quedes conmigo, no te duermes.

Dimitri llega con el vaso y rompo la camisa de Alexei para escuchar su corazón.

¡DIOS NO!

Sus latidos son muy lentos.

Las sirenas de la ambulancia comienzan a escucharse y solo pido que lleguen a tiempo.

— Solo unos minutos más Alexei, se que tú puedes, por favor resiste.

Solo aguanta Alexei.

Me quedo a su lado cuando llega la ambulancia, les doy el nombre del hospital donde trabajo y le digo a su padre que se dirija a él en su auto. No me apartaría de su lado.

Tomo su mano cuándo estamos en la ambulancia, le suministran medicamentos para mantenerlo despierto y acelerar sus latidos.

— ¿Hace cuánto lo operaron? — me pregunta el paramédico.

Pero a penas soy capaz de responder ya que estoy metida en mi mente, en detallar su rostro, el cómo lo pálido no le quita lo atractivo, ni sus rasgos duros. En como lucha por mantener los ojos abiertos a pesar del medicamento que le dieron para ayudarlo, como si sintiera mi mirada, dirige sus ojos hacia mí y veo lo que nunca pensé ver en él. Miedo, estaba asustado y lo entendía mejor que nadie.

Me acerco tanto como el paramédico y la camilla me lo permiten. Aprieto su mano y le doy un beso en la frente.

— Estarás bien, eres Alexei Voronin la persona más arrogante que he podido conocer, saldrás de esta y muchas más, no tengo dudas de ello — susurro cerca de su oído — Se que tienes miedo lo entiendo, pero estoy aquí por más que me odies y yo a ti. Si necesitas un ancla, entonces aférrate a mí, no dejaré que te vayas, no así.

Veo como una pequeña sonrisa se forma en sus labios y no puedo evitar sentirme mejor al saber que lo he distraído de su miedo.

— No te odio — lo escucho decir.

— Claro y tú no tienes una sonrisa bonita— se la devuelvo como él lo hizo una vez — Estaré aquí cuando despiertes, te lo prometo.

Le digo cuando veo que ya no puede mantener los ojos abiertos y en ese momento llegamos al hospital.

Suelto su mano por más que no quiera y veo como se lo llevan para operarlo. Esta vez no me dejarían hacerlo a mí, ya que estaba muy alterada y un cirujano no podía tener una conexión emocional con su paciente.

Y yo acababa de crear una más fuerte de lo que creía.

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