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—¡¿Por qué usurpaste mi lugar?! —Fue solo una broma, ya te lo dije, quería conocer a tus hijas, a tu esposa, pero sin tener que enfrentar todo esto, menos ver a tu madre. —Pero, la viste, ¿No es así? Las gemelas me lo dijeron. Él lo miró, bajó la mirada. —Sí, lo hice, parece que tu madre te quiere mucho. Demetrius tragó saliva. —No digas eso, ella también te quiere y se angustia pro ti, pero, cree que no te he encontrado. —¿Eso dirás? Mientes, lo haces bien, pero no te sale, una madre es capaz de todo por sus hijos, he visto madres haciendo hasta lo imposible solo por salvar a sus hijos, así que no mientas, esa mujer no me quiere, es egoísta, me apuesto a que también contigo lo ha sido. Demetrius no fue capaz de negarlo, se sentó frente a él. —Mira, la única forma en que sepas si nuestra madre es buena o no, es conociéndola, ella es la única que te podrá responder a tus preguntas, yo no, lo único que vine a aclarar fue que lo que hiciste estuvo mal, me metiste en muchos líos,
Demetrius tuvo un mal presentimiento, se levantó enseguida, Marina lo siguió con la mirada. —Debo ir al baño, no me tardó amor, cuida a las niñas. Marina asintió, pero se extrañó de su actitud. Sin embargo, la misa continuaba, sin detenerse, todos estaban felices, emocionados por tal evento. Demian observaba la ceremonia, desde un rincón a unos metros, peor miraba directamente a los novios, solo que ellos no podían verlo, él estaba de un lado. Sentía la rabia apoderarse de su ser, por un momento no vio más a Victoria ante él, si no a Liliana, «su Liliana», casándose con otro hombre que no era él, y eso lo destrozaba, sus ojos se volvieron llorosos, sintió odio, de su chaqueta sacó la pistola, apuntó hacia Russell Hesmer, quería que dejara a la mujer que amaba, estaba enloqueciendo. Demetrius lo buscaba por otro lado, hasta que al fin pudo verlo, cuando lo hizo, sintió un vuelco en el estómago, un miedo feroz, corrió tanto como pudo, lo tomó del saco y lo empujó hacia atrás, para
Marina y Victoria se abrazaron con fuerzas, Victoria era tan feliz. —Muchas felicidades, Victoria estoy tan feliz de verte junto a tu gran amor. Victoria sonrió, sus ojos estaban llorosos, tan emocionada. —¡crush! Ven a mis brazos, lo ves, si no te rindes, pasan cosas buenas. Russell rio un poco, y se dieron un gran abrazo. —Recuerda que este fin de semana me iré a un paseo, pero el lunes vuelvo para que nos vayamos a la playa por tres días con los niños —dijo Russell —Claro que sí, tengo todo listo, querido amigo, nos divertiremos como adolescentes, pero achacosos, porque no creas que son lo mismo los tres mosqueteros, que veinte años despues, eh. Russell rio, pronto los novios subieron al auto y fueorn a la recepción que sería en la playa. Mady y Ady se acercaron a los niños. —¿Lo vieron? ¡Funcionó todo lo que hicimos! El deseo a la piedra mágica, y el puente del amor, también funcionó —exclamó Mady y dio vueltas festejando. —¡Sí, y la próxima vez que tengamos un problema p
Marina entró a su camarote, sonrió al verlo. —¡Tenías que escoger el más grande y elegante! —¡Claro, cariño! Papito CEO y su familia, no puede dormir en cualquier lugar, eso déjaselo al humilde de mi crush. MI hermosa reina merece lo mejor de lo mejor —dijo abrazándola de la cintura, besando su mejilla Marina rio de él, se estremeció ante su toque. —¡Eres un vanidoso! —No tengo la culpa de ser tan guapo, y tener a una mujer hermosa, perfecta, y dos gremlins preciosas… —¡Papito CEO! —gritaron las niñas y corrieron a sus brazos, él las cargó con fuerza. —Oigan, ustedes dos, par de pillinas, ya están creciendo mucho, al rato no podré cargarlas a las dos juntas, deberán turnarse. —¡Yo primero! —¡No, yo primero! —exclamó Mady —¿Papito CEO, a cuál de las dos quieres primero? Demetrius lanzó un grito de miedo. —¡¿Qué preguntas son esas?! Dos por uno, yo las quiero a las dos por igual, no hay quien más, ni menos, así que, ni piensen en chantajitos, esos déjenlos a mamita. —¿Discul
Victoria salió a caminar por la cubierta, mirando por la borda, pronto iba a oscurecer, y no podría ver el mar, a pesar de la lucha que darían las luces del barco iluminando todo. Le gustaba el mar, le gustaba estar ahí, pensaba en sus padres, ojalá hubiese podido disfrutar ese momento con ellos. «Madre, padre, desde donde estén, sé que una parte de ustedes está en mi corazón, saben que soy muy feliz, gracias por todo el amor que me dieron», pensó —¿En qué piensas? Victoria escuchó esa voz, miró a su lado, sonrió al ver a Demetrius Vicent ante ella, al menos eso creyó. —Lo siento, ¿Tienes rato llamándome? —Tal vez, pero, me intrigó saber en qué piensas, por tu mirada. —¿Mi mirada? —exclamó dubitativa Él sonrió. —Sí, es tan limpia, tan honesta, y pacífica. Victoria sonrió, pero comenzó a sentir algo incomodidad. —Solo, pensaba en mis padres, ellos murieron así que les agradecía por todo el amor que me dieron cuando estuvieron a mi lado. Demian la miró con ternura, sonrió. —
Marina siguió a Demetrius, pronto fueorn al bar, tenían una mesa reservada, y tomaron asiento. —Traiga una botella de whisky y una botella de champagne para las damas. Marina lo miró con extrañeza, Demian podía sentir la ferocidad en la mirada de la mujer. —¿Qué pasa? ¿Sigues molesta? Eres demasiado difícil de complacer, querida. —¿Por qué te estás comportando así? —¿Así? ¿Cómo? —No lo sé, tan frío conmigo. Demian sonrió y tomó su mano, la besó con delicadeza. —Son ideas tuyas, cariño, solo que, estoy estresado, ya sabes la empresa. —¿La empresa? Pero, dijiste que todo iba bien. —Sí, sí, pero, no quería preocuparte. —Si quieres puedo volver a trabajar ahí, en cualquier puesto para ayudarte. —Claro que no, Marina, tú debes cuidar a las niñas, son muy pequeñas para estar solas, además, no es necesario que te canses, mi esposa no tiene porque trabajar, yo me haré cargo de todo, puedo con esto y más, ¿O lo dudas? —No lo dudo, tú sacaste a esa empresa adelante solo cuando murió
Marina le miró con completa decepción. —¡Demetrius, me has rechazado! Las lágrimas cayeron por su rostro, sintiendo que un dolor la quemaba por dentro, él la miró asustado, Marina dio la vuelta, alejándose a toda prisa. Demian se quedó ahí, congelado. Marina llegó al camarote, sentía un nudo en la garganta, entró. Cerró la puerta tras de sí. Marina caminó al balcón, al salir observó la gran oscuridad del mar, encendió la luz, y se sentó en el sofá, se sentía tan triste, ese rechazo le causó mucha inseguridad en su corazón. Las lágrimas cayeron por su rostro, se sentía tan triste. En la habitación de los niños, Danna corrió con la niñera con una actitud asustada. —Ven, los gemelos se quedaron encerrados en el cuarto de baño, están peleando. La niñera se levantó al instante y corrió a la habitación a buscarlos, entró al baño y los gemelos cerraron la puerta, colocando una puerta para que la niñera no saliera de ahí, mientras ella gritaba asustada. Las gemelas lo tomaron como u
Al día siguiente Marina abrió los ojos, y no encontró a Demetrius ahí, se enderezó asustada, recordando el ayer, pensó si se había marchado de su lado, no pudo contener su miedo a perderlo. Luego escuchó el sonido de agua correr por la regadera, se levantó y arregló la cama, tomó ropa y su toalla, cuando lo vio salir del cuarto de baño. —Buenos días, mi amor —dijo él con voz dulce y tierna Marina no dijo nada, y entró rápido al cuarto de baño, él se quedó extrañado. Demetrus se sentía mejor que ayer, más despierto y tranquilo, se apuró a vestirse. Escuchó que llamaron a la puerta y abrió, ahí encontró al mayordomo. —Buen día, señor Vicent, ¿Les apetece que les cocine? ¿O prefieren salir al restaurante? —Vamos a ir a desayunar a un restaurante, pero vuelva a la hora de la cena. El hombre asintió y salió. Demetrius volvió a la habitación, Marina salió y estaba ya vestida —¿Quieres salir a desayunar, amor? —exclamó Demetrius, abrazándola por detrás, pasando sus manos por su cin