―¿Va a devolverme mis cosas? ―inquiero ofuscada; y luego, cuando soy consciente que el auto está en marcha, empiezo a sentir algo de miedo.
«Un poco tarde», me digo y sería tonto pensar que no era lo que buscaba cuando ha dicho que va a convertirme en su mujer solo porque se le ha dado la regalada gana. Aprieto mis puños esperando a que responda.
―Después bonita, no seas tan ansiosa ―responde y su sonrisa me resulta repugnante y odiosa.
―Deje de decirme bonita, ¿y quién está ansiosa por a donde sea que va a llevarme? ¿Debería rezar por mi muerte? No es diferente de un psicópata que secuestra a alguien.
―No digas tonterías, no pretendo matarte. No de la manera que piensas ―arguye con tono taimado, ladeándose para mirarme.
Guiña su ojo otra vez como si esto fuera divertido. Para mí no lo es, y admito que he sido bastante osada al terminar haciendo lo que quiere.
―Por la forma en la que actúa no puedo pensar de otra manera ―hablo en un tono baj
¿Por qué me tiembla la mano?Tal vez porque la suya es demasiado grande y me trae recuerdos cuando roza el centro de mi palma con su pulgar.¿Qué hace?Tiro de mi mano cuando llegamos a la puerta, no me gusta eso que hace. Es como una caricia morbosa. Quiero apartarme, pero no me suelta y ejerce una fuerte presión que me mantiene en su lugar. Le miro indignada. Aunque lucho no me deja. La puerta se abre de par en par en ese momento por un hombre de mediana edad y mientras caminamos se aparta para ocupar su lugar en una fila, conformando un séquito de empleados a cada lado, haciendo una especie de corte real.Poderoso.Eso pensé alguna vez, y no cabe duda de que puede influir tanto como para ser reverenciado por un montón de gente si lo desea. O ni siquiera tiene que hacerlo, solo obedecen.Obedecer es algo que hacía con mis padres. Ellos me enseñaron a ser respetuosa, no sumisa, y eso hace una diferencia entre la obed
Aún sigo sin enterarme de nada y estoy aquí. Debería salir corriendo y creo que no lo he intentado con mucha fuerza porque sigo aquí como si mi curiosidad pudiera más que mi carácter.No soy así.Soy decidida, no una arriesgada, largo un suspiro observándola ir hasta una puerta y la abre. Se queda allí a la espera de que vaya con ella. Medito en lo que ha dicho y no sé si es buena o mala persona, es obvio que no está de mi parte.―¿A dónde va a llevarme ahora? ―pregunto cuando me fijo que es un enorme cuarto de baño.―Ya lo verás ―responde, seguido va hasta un armario y saca una especie de vestido blanco de tela bastante suave y delgada―. Quítate toda la ropa y vístete con esto.―¿Qué?―Lo que he dicho, no eres sorda, ¿verdad?―No. No soy sorda, tampoco tonta ―replico.Ella me mira levantando sus cejas y pone un gesto que me hace recordar lo que dijo sobre lo que debo hacer si quiero que me deje ir. Esa resolución me h
―¿No te excita todo esto? ―pregunta mientras me lleva en brazos.―¡Vete al cuerno! ―respondo a su provocación, observando sus ojos de acero, fijos en los míos, tras la máscara elaborada que tiene puesta en la cara.Mentiría si dijera que no, pero lo estoy desde que he visto todo esto, cosas que solo he imaginado cuando he hecho estudios sobre fiestas paganas, era como una fantasía de libro con el que te diviertes leyendo y hasta sueñas, pero que jamás vas a experimentar. No obstante, ahora y para mi gran sorpresa estoy viendo de primera mano lo que parece una orgía.Una parte, de verdad, que quiere salir corriendo, y la otra, está bastante cómoda en los brazos de este odioso ser, que no me puedo explicar cómo ha terminado envolviéndome en todo esto.―Eres extraña Claire, pretendiendo demostrar que no te gusta nada de esto, presiento que es todo lo contrario ―prosigue rompiendo el hilo de mis pensamientos.―Eso no es cierto ―murmuro apretando los di
¿Qué fue lo que pasó allí?Me lo sigo preguntando una y otra vez y luego que miro mi mano vendada y un poco adolorida lo recuerdo.Lo golpeé.―Tienes cojones ―dice esa mujer espabilándome de mis pensamientos.Después de eso, me sacó de allí y me trajo con esa mujer, y luego que me he secado y puesto mi ropa, ella me ha traído con el médico que vino a revisarme la mano. Era ridículo cuando yo también le hice daño con esa mascara.Me pregunto por qué estoy teniendo tanta conmiseración con él. Debería odiarlo por lo que me hizo presenciar sin habérselo pedido…Miro a esa mujer mientras el médico termina recoger todo lo que utilizó para tratarme la mano y ponerme un vendaje.―Aquí están las instrucciones y a qué hora debe tomar los analgésicos para la inflamac
―¿Qué te pasó en la mano? Acaso te dislocaste con un libro ―Iv pregunta jocosa, apenas me ve entrar.Esa mujer me dejó en casa y luego cuando se fue me di cuenta de que dos autos le seguían, y asumo que estuvieron detrás de nosotras cuando salimos de ese lugar.―Muy graciosa ―rechisto sacudiendo de mi cabeza los pensamientos que quieren volver.Cierro la puerta y con ello doy por sentado que todo eso quedará afuera, en el pasado, como una extraña experiencia, y vuelvo a mi vida. Se queda mirándome, parece estar preparando comida. Camino hacia la cocina y dejo mis cosas sobre el mesón, después tomo asiento en el banco. Ella abre los ojos cuando ve mi cartera.―¿Cómo la encontraste?―Me la devolvieron.Pone una expresión no muy convencida de mi respuesta. Me mira con recelo.―¿Qué ha ocurrido? Traes el cabello húmedo y una mano vendada. Acaso ocurrió una catástrofe en la biblioteca.―¡No!, algo parecido ―digo soltando la venda qu
No puedo evitar reír releyendo la pinche nota que dejó en el libro.¿Cuándo se le pase el enojo?Está de coña.Y de eso hace una semana y no ha sucedido nada. He andado con precaución y hasta a veces he pensado que me abordará como las anteriores, y nada. A estas alturas no sé si sentirme feliz porque aparentemente me dejó en paz, o enojada porque esperaba que en verdad ocurriera.De todos modos, soy una idiota, y aunque esa mujer haya dicho que no era lo que pensaba que cuando la otra mujer fue a su despacho, estaría loca si le hiciera caso. Estaría tonta si pensara que la llamó allí solo para verla como hizo allá abajo. Después de este tiempo he determinado que solo dejó lo escrito allí para atormentarme y que pensara que iba a buscarme de nuevo.―Vaya, ¿vas a un velorio?Esa es Iv molestándome otra vez.―No, voy a una tertulia de intelectuales ―respondo con sarcasmo y ella me mira con hastío.―No imagino lo divertido que es
Así que tomo el primer libro que trae cargando para mirar la portada, que no es la misma con la que publicó. La imagen de un macho alfa tatuado, de barba, mirada escrupulosa y músculos a los que le pasarías la lengua, me hace tragar grueso, e incluso imaginar que es ese imbécil.El pensamiento me hace sudar y luego movernos porque ya están dando el aviso de entrada y todo es una locura. Todas quieren estar en primera fila con sus libros en mano. Por fortuna tenemos puestos apartados, así que no somos arrasados. Entramos y nos acomodamos allí escuchando el bullicio hasta que la señora T. S. Riders se digne a llegar.Miro a mi alrededor y el sitio se llena por completo, y mientras eso sucede abro, le doy la vuelta al libro y leo la sinopsis.Julie es joven e inexperta, nunca ha tenido un arrebato, ni siquiera ha salido de fiestas como sus amigas; sin embargo, todo eso cambia cuando Lucius Archeron se aparece frente a ella con sus aires de malote, alborotando todas sus hormonas y corromp
Creo que estaba demasiado influenciada con todo esto, además que escogí el peor momento para leer por primera vez el libro de Tara. Julian sigue arrastrándome, subiendo las escaleras. No lo hace con fuerza y tal vez es porque cree quiero ir.―¿A dónde me lleva? ―inquiero, aunque mi intento por detenerlo es nulo.―Seguro que querrás tener un poco de privacidad.Tal vez no está equivocado, pero tampoco puedo perder la cabeza.―¿Privacidad para qué? ―pregunto él se ladea para mirarme.―Seguro que quieres estar a solas conmigo después de leer ese tipo de historias, ¿no? ―responde arrogante.―¡Eso no es cierto!―Vas a tener que demostrarlo ―dice cuando llegamos hasta la puerta de la habitación número 206. Saca una llave de su bolsillo y la abre―, después de ti o quieres que te cargue y te lleve dentro ―añade petulante.Bien, cada encuentro con él ha sido una nueva experiencia, tal vez esta sea otra, me digo e ingreso al interior, qu