―Hola, bonita ―dice sin dejar de mirarme.
Su voz grave y ronca me calienta la sangre en las venas, por fortuna el vapor camufla mi estado y no deja que se note toda la excitación que me embarga. No es extraño que tenga ese efecto o tal vez ya he dejado que surta sobre mí. Aprieto bien el nudo de la toalla y maldigo no haberme puesto un vestido de baño debajo. No obstante, no imaginé que estuviera allí. Me río de soslayo con la situación, muy parecida a la de su baño romano, solo que hoy si estoy satisfecha.
―No pensé que lo compartiría con usted.
―Ya dejemos las formalidades, además dije que quería ver el resultado.
―Puedes imaginártelo, asumo que debes tener una mente sucia, así que no te quedará difícil ―digo alzándome de hombros y él sonríe.
―No adivinarías cuanto, pero no quiero imaginarte, quiero verte.
Se pone en pie y camina con mucha arrogancia desde donde estaba arrellanado, hacia mí. El piso de madera cruje con cada paso como si si
Río para no sentirme tonta pensando que eso fue para desquitarse de lo que le hice esa noche en la habitación de hotel. ¡Todo un tonto! E imagino lo frustrado que estaba en ese momento, sin embargo, no me arrepiento. Así como no le conozco bien, él tampoco a mí; lo cierto es que me ha dejado caliente y con ganas de más.«Idiota», aunque creo que más lo soy yo, porque cuando debería correr hacia el lado contrario, sigo haciéndolo en su misma dirección.Sacudo mi cabeza y dejo de pensar en ello, termino de vestirme luego de tomar una ducha tibia para quitarme las sales de vapor junto con el calentón y me arreglo. De forma traviesa pienso en eso que dijo sobre no llevar calzones y me los saco y los guardo en mi bolso.Al salir, una de las chicas que me asignaran me espera para guiarme hasta la sala donde está la dueña, Melania y Julian, hablan sobre algo hasta que llego y hacen silencio, él apenas me ve, viene conmigo y toma mi mano.―Ha sido un placer, seño
―¿Crees que lo soy? ―pregunta llevando las manos a mis muslos.―¿¡Qué haces!?―Acariciarte ―responde sobando mis muslos.―¿Asumo que no hay cámaras encendidas en este lugar?―Así es.―¿Y si las hubiera?―Mandaría a quemar y explotar el lugar por no seguir mis órdenes ―responde.―Eso suena un poco… drástico.―Lo soy, cuando no obedecen mis órdenes ―repone subiéndome la falda y acariciándome la entrepierna desnuda mientras trato de leer la dedicatoria del libro, que había pasado por alto esa noche en la charla.Si eres como Julie, lee este libro. Te hará despertar de tus sueños de niña.Me causa gracia y luego un espasmo cuando empieza a meterme los dedos.―¿Es en serio? ―suspiro.―Puedo parar si quieres.―Idiota ―mascullo con la voz afectada, refregando mi trasero sobre su parte delantera, deliciosa y dura.―Busca la página que estabas leyendo esa noche.―No voy…―
Julian»»»»»«««««Hacía mucho tiempo ninguna mujer me hacía desearla y portarme tan contemplativo. Mucho tiempo. También, que no sentía los deseos egoístas de poseer algo solo para mi deleite, y es bueno, porque me faltaba un poco de esa diversión que te relaja, y te hace olvidar por un momento que eres alguien que no puede darse el lujo de tener relaciones corrientes, y ha sido ella quien la ha traído de nuevo. Claire Bonnet, quien me ha devuelto a esos tiempos en que me comportaba como un macho consentidor y ya quiero volver para verla.Cuando esa noche me informaron que había alguien solitaria que podría interesarme, dudé que fuera cierto, luego cuando la vi merodear en el pasillo, me fijé en que estaba equivocado.―Hiciste lo que te pedí con respecto a Claire ―digo a Brand, de todos los que trabajan para mí, es el de más confianza.No le mentí a mi bonita cuando dije que no solía confiar en nadie, y es
Quiero que me extrañes.¿En serio dije eso?Dios, no puedo evitar reírme de mí misma y pensar que en serio me estoy involucrando en todo esto con él, cuando aún ni termino de conocerlo. Es extraño porque no soy de dejarme llevar por estas cosas y desde siempre es algo que he criticado a Iv. No de mala manera y más bien era siendo sarcástica y diciendo que jamás volvería a colarme por nadie porque cuando lo he hecho siempre ha sido por hombres imposibles para mí.Él primero fue Edward, en la secundaria, era tan lindo que era imposible no delirar con él. Y no era la única al ser el platónico de la mayoría, él solo tenía ojos para Susan, que no era la chica más bonita de la escuela, y sí la que le gustaba, y eso es frustrante, cuando alguien ya tiene una predilección y no puedes contra ella. Hoy no sé si están juntos, pero si me lo encontrara soltero, ya no le vería igual. El segundo fue en la universidad, el chico guapo y rico del campus, y creo que es im
Julian»»»»»«««««―¡Estás loco! Definitivamente, enloqueciste ―Melania habla haciéndome poner los ojos en blanco con sus reclamos.En parte pienso que tal vez sí he enloquecido; aunque hay momentos en que un buen culo y unas buenas tetas no son suficientes para sostener acuerdos. Además, no me pesa dejarla con las ganas. Debería decirle que esa es la razón de la ofensa.―¿Terminaste?―Esto te saldrá caro, ya lo verás Julian ―prosigue con su voz cansina, tanto que hace que me arrepienta de haberla traído conmigo.―No eres mi consejera, así que ahórrate tus quejas.―Talia era un punto clave ―insiste.―Esa mujer solo quería que me la cogiera y odio lo fácil. No tiene gracia algo que puedes tomar a la primera.―Y eso que importa, solo era complacerla y ya, en eso, no te pareces a tu padre.―¿Lo dice alguien que se acostumbró a los cuernos?―No, lo dice alguien que se cansó de e
La falta de Gary amargó a Iv para lo que quedaba de la semana. Ella no dice nada, pero sé que le afectó que le llamara dos horas después a decirle que se le presentó algo importante y no pudo llegar. Desde que estamos conviviendo juntas, son muy pocas las veces que la he visto interesada en alguien de verdad. A diferencia de mí es más espontánea y dicharachera con sus relaciones, así que si es un hito que se haya decidido por alguien, y supongo que de allí sus primeras reticencias. No conozco realmente a Gary, así que no puedo opinar sobre nada relativo a él, y la verdad es que esperaba conocerlo un poco. Me ha dicho que para compensar su falta la llevará a una fiesta importante donde la presentará a su familia y solo espero que eso mejore las cosas.Hoy es sábado e iremos a ver a Tara, eso servirá para que se anime un poco y se olvide por el momento de ese mal rato. Eso me hace preguntar si yo me pondré igual cuando Julian me falle porque las palabras de ese engreído me pone
Mi cabeza duele mucho, trato de enfocarme, de reconocer donde estoy, y recordar lo que pasó. Me fijo que estoy en una habitación que no parece para nada la mía. Aunque me guste lo insípido, es demasiado blanco y todo lo que hay se asemeja a un cuarto de hospital.Hay alguien de pie. Lo veo borroso, parpadeo varias veces cuando camina hacia mí, se acerca y seguido siento como toma mis mejillas. No hay presión, lo hace con delicadeza.―Parece que fue, al contrario, soy lo primero que vas a ver ―dice, sin embargo, su voz grave y su rostro sereno se muestran como una contradicción.No parece feliz de verme así, aunque yo tampoco esperaba estar en esta situación.―Ju…lian ―pronuncio cuando logro ver su rostro, sintiendo un poco de alegría―, ¿por qué estás aquí?De verdad que me sorprende cuando su aviso es que volvería hasta la siguiente semana. Sin embargo, no me quejo por verlo antes de lo esperado.―Qué crees ―responde con sorna, y entonces a
Me despierto cuando escucho que abren la puerta, es la enfermera que entra con un carrito. Me hace pensar que estoy en un hotel y no en una habitación de hospital. Julian se quedó dormido conmigo, pero no está por ninguna parte.―Buenos días ―saluda la chica.―¿Qué hora es?―Son las siete de la mañana.―¿El doctor vendrá a verme?―A las nueve para certificar su salida.La respuesta de la enfermera me alivia. No solo quiero salir de aquí, también ver a Ivette. Me urge verla.―Gracias.―Le haré la revisión y después podrá ducharse y desayunar.―¿Dónde están mis cosas?―En el armario ―responde señalando hacia el que está empotrado en la pared, al lado de la TV.―¿Qué es este lugar? Un hospital o un hotel ―comento y ella sonríe.―En realidad está internada en la clínica privada Green Garden, y la atención aquí es bastante especializada.―Ya veo, en un hospital común no tendría tanta comodidad.