CAPÍTULO 61: UN DOLOR INIMAGINABLEHyun-Soo se queda enmudecido al verme en el vestido de novia. Por un instante, su rostro muestra algo que parece ser arrepentimiento o dolor, pero rápidamente se recupera.—Elena, tenemos que hablar —dice, y me habla en el tono más suave que le he escuchado en mucho tiempo.—No tenemos nada de qué hablar, Hyun-Soo. —Las palabras se ahogan en mi garganta, el dolor vuelve a apoderarse de mí—… Deberías estar casándote con Min-Ji y dejarme en paz.Mi expresión dura se suaviza cuando veo a mi hijo escondido detrás de sus piernas. Tengo el presentimiento de que aquí está pasando algo más.—No hay tiempo para esto, ven conmigo.Me toma del brazo jalándome con él como si yo fuese un objeto de su propiedad que puede manejar a su antojo. Veo a Daniel con ojos grandes y preocupados, me toma de la mano y avanza con una seguridad que me deja impresionada.Llegamos a la mitad del pasillo y pasamos de largo la puerta donde se encuentra el evento. Solo alcanzo a ve
CAPÍTULO 62: ESCÁNDALO EN EL HOSPITALSostengo la mano de Daniel intentando consolarlo y consolarme a mí misma. De repente, las puertas del pasillo se abren de golpe, Min-Ji las atraviesa y al verme su rostro se transforma en una máscara de furia y desesperación.—¿Qué demonios estás haciendo aquí? —grita.Intento mantener la calma, pero su presencia solo añade más dolor al que ya siento. Me levanto lentamente, soltando la mano de Daniel.—Estoy aquí porque Na-Ra era importante para mí —respondo, tratando de mantener mi voz firme.Min-Ji da un paso hacia mí.—Maldit4 entrometida, ¡ni siquiera en este día puedes dejarnos en paz!—No es momento para esto Min-Ji —digo con una calma que no tengo. Limpio mis lágrimas mientras ella aprieta los puños.—Eres una… ¡una put4! —me grita—. ¿No deberías estar casándote con Lee Tae-Young?Hasta que lo menciona es que mi mente vuelve a recordar que ni siquiera le dije algo cuando me fui. No me casaré con él, pero dejarlo plantado de esta manera es a
CAPÍTULO 63: NO HABRÁ BODAEl hospital sigue vibrando con una energía tensa y oscura. La pérdida de Na-Ra ha dejado una marca en todos nosotros. Estoy sentada en la sala de espera, tratando de asimilar los eventos recientes. Daniel se ha ido solito al baño, cuando de repente veo a Tae-Young entrar. Su rostro está contorsionado por una expresión de furia que nunca había visto en él.—Elena, ven conmigo ahora mismo —dice con voz afilada y urgente mientras se acerca a mí.Antes de que pueda responder, me agarra del brazo con fuerza y me arrastra hacia la salida del hospital. La gente a nuestro alrededor nos mira, pero nadie interviene.—¿Qué estás haciendo? —le pregunto, tratando de liberar mi brazo de su apretón—. No voy a ir a ninguna parte contigo.—Sí vas a venir conmigo —responde Tae-Young, con una determinación inusualmente agresiva en su voz—. No puedes simplemente desaparecer en medio de todo esto. ¡Te fuiste con la boda a punto de comenzar!Avanzamos a toda prisa por el lugar, p
CAPÍTULO 64: NO HAY VUELTA ATRÁSLa puerta del taxi se cierra con un golpe que resuena en mi mente, una clara señal de que no hay vuelta atrás. Miro a Daniel, su rostro pequeño y confuso refleja el caos que hemos dejado atrás en el hospital. La ciudad pasa a toda velocidad a través de la ventana, pero no tengo tiempo para prestar atención. Mi mente está enfocada en una sola cosa: salir de aquí lo antes posible.Llegamos a casa y prácticamente arrastro a Daniel al interior, mi corazón martillea en mis oídos. Cierro la puerta tras nosotros, respirando hondo para calmarme.—Mamá, ¿qué está pasando? —pregunta Daniel, puedo sentir su miedo y confusión.—No te preocupes, cariño. Solo tenemos que empacar algunas cosas rápidamente —le respondo, intentando sonar tranquila, pero mi voz tiembla un poco.Me dirijo a mi habitación, quitándome el vestido de novia con manos temblorosas. Cada movimiento se siente pesado, como si el peso del mundo estuviera sobre mis hombros. Dejo el vestido en el sue
CAPÍTULO 65: PAPÁ, ELLA SE VADanielLa puerta de mi habitación se cierra con un suave clic, aislándome del ajetreo que está ocurriendo fuera. Mi corazón late con fuerza en mi pecho y mis manos tiemblan mientras intento pensar en lo que debo hacer. Mamá está guardando nuestras cosas, comprando pasajes para llevarnos lejos. No quiero irme. No quiero dejar a papá.Saco mi teléfono del bolsillo, los dedos se me resbalan por la pantalla mientras busco el número de papá. Lo llamo, mi voz es apenas un susurro cuando él responde.—Papá, tienes que apurarte —le digo, mi voz temblando—. Mamá quiere irse del país. —¿Qué? ¿Estás seguro de lo que dices Dany?—Sí, está empacando todo y comprando pasajes, por favor, tienes que venir.—No te preocupes, Daniel. Llegaré pronto —responde él, su voz calmada intentando tranquilizarme.Cuelgo el teléfono, pero el miedo y la ansiedad no desaparecen. Me quedo escondido en mi cuarto, escuchando el sonido de mamá moviéndose rápidamente por la casa, cerrando
CAPÍTULO 66: RETORNO A ESPAÑADespués de lo que parece una eternidad, el avión finalmente aterriza en Madrid. Siento una mezcla de alivio y tristeza al ver el letrero que dice "Bienvenidos a España". Es un regreso inesperado y doloroso, pero necesario. Daniel está agotado, sus ojitos se sienten pesados, los abre y los cierra intentando no dormirse a causa del largo vuelo y la confusión de haber dejado atrás todo lo que quería. Tomo su manita y caminamos lentamente hacia la salida, donde un taxi nos espera. Llego a casa sintiendo la misma sensación de hace ya casi seis años cuando regresé derrotada, humillada y con el orgullo lastimado. En este presente creo que las cosas son infinitamente peores. Porque esa vez mi corazón no había salido tan lastimado como ahora. Abro la puerta del departamento de mi madre, el único lugar donde me siento segura. Mi madre nos recibe con los brazos abiertos, aunque puedo ver la sorpresa en sus ojos. Ella sabía que me estaba preparando para casarme, le
CAPÍTULO 67: NUEVA VIDA EN MADRIDDespierto temprano, decidida a empezar de nuevo. La luz del sol se filtra por las cortinas de mi habitación, prometiendo un día brillante. Respiro hondo, llenándome de determinación. Hoy es el día en que comienzo a reconstruir mi vida.Después de preparar el desayuno para Daniel y para mí, lo llevo al colegio. Decidí que no podía obligarlo a continuar en un lugar donde no es feliz, así que hice las averiguaciones y encontré un colegio Español-Coreano. Me queda un poco más lejos que su antiguo colegio, pero sé que será bueno para él. Daniel parece nervioso, y yo también, aunque intento ocultarlo. Quiero que se sienta cómodo y feliz, y espero que este cambio lo ayude a conectarse con sus raíces coreanas mientras se adapta a su vida en España.—Mamá, ¿crees que me caerán bien mis nuevos compañeros? —pregunta Daniel, con una mezcla de esperanza y temor en su voz.—Estoy segura de que sí, cariño. Serás genial y harás muchos amigos nuevos —le aseguro con un
CAPÍTULO 68: ESTO NO HA TERMINADODos semanas después…Daniel y yo estamos en la cocina, rodeados de harina y risas. El aroma dulce del pastel que estamos preparando llena el aire, mezclándose con el sonido de su risa. Mi madre cuenta uno de sus chistes habituales, y Daniel se ríe a carcajadas. Es un momento perfecto, uno de esos raros momentos en los que todo parece estar en su lugar. —Mamá, este es el mejor pastel que hemos hecho —dice Daniel con una sonrisa de oreja a oreja, mirando la masa con orgullo.—Claro que sí, cariño. Y todo gracias a nuestro maestro pastelero —le respondo, revolviendo su cabello suavemente.El timbre de la puerta suena, y pienso que tal vez sea Javier. Hemos estado saliendo, aunque solo como amigos todavía. Él no es nada discreto con sus intenciones, pero fui sincera y le expliqué lo que ocurría conmigo. Javier fue increíblemente comprensivo, aun así, se ha dedicado a llevarme flores al trabajo, salir al cine o a cenar. Nos pusimos al día con nuestras vid